"Saber quienes hemos sido, para saber quiénes podemos ser"
REENCARNACIÓN
El agua se infiltraba a sus pulmones y sus ojos no lograban siquiera apreciar sus manos por la enturbiada agua que lo envolvía, su pierna estaba atorada probablemente en un viejo tronco sumergido. La desesperación en el era patente y su titánico cuerpo que imploraba por el preciado oxigeno. No podía estar más feliz.
Se dejo llevar por el peso que lo remolcaba a las profundidades de aquellas oscuras aguas y si tan solo fuere posible ver su rostro entre ese espeso liquido de seguro estaría sonriendo.
Al fin llego al fondo y sus pies se cocaron en la lodosa tierra fue cuando se volvió obvio que lo que lo sujetaba no podía ser un tronco ya que aun después de pararse firmemente este lo seguía jalando, flexionando su cuerpo hacia su pierna y pudo sentir la fuerza de aquel animal el mismo que lo remolcaba en esas aguas.
Lo siento pequeño pero eres tú o yo, fueron las palabras que cruzaron por su mente al momento de golpear a su recientemente localizado captor con fuerza pero sin utilizar ni una pisca de su cosmos, el cual dejo de moverse al impacto así que lo tomo entre sus dos poderosos brazos valiéndose únicamente de el tacto para esto, se sorprendió cuando estos no pudieron abarcar unidos el ancho cuerpo de lo que fuera que golpeo.
Salió como pudo llevando consigo el cuerpo inerte de ese inmenso ser que incluso era más grande que él y eso ya era bastante, de no ser de la ayuda del agua para flotar esta proeza no hubiera sido posible. Y el no lo dejaría así, no después de tomar su vida.
El asenso le pareció demasiado prolongado y en esas turbias aguas era difícil saber con certeza si en verdad estaba ascendiendo o solo seguía perdido.
Desde el comienzo de todo esto pasaron aproximadamente 4 minutos.
Cuando por fin Por fin su cabeza emerjo del agua abrió su boca para inhalar todo el aire posible y queriendo llenar hasta el último rincón de su pecho con este imprescindible elemento se dio cuenta.
Necesito aire murmuro, necesito aire hablo, NECESITO AIRE grito con una gran sonrisa, lagrimas saliendo de sus ojos y con un colosal Arapaima sostenido entre sus brazos.
Por fin lo comprendió el estaba vivo en su casa, en su tierra, en su rio, en el Amazonas.
¿Qué demonios?, una mierda ¿que es esto? intentando forzar sus ojos en una completa oscuridad aun así mas clara de la que estaba acostumbrado, si eso fuese posible o carecía de lógica le tenía sin cuidado, estaba recostado e intentando erguirse solo para golpearse con lo que parecía ser madera ese sitio era bastante estrecho, apenas y cavia recostado y para su molestia estaba compartiéndolo con alguien o algo, lo supo al intentar apoyar su mano y escuchar el crujir de lo que le pareció ser de huesos, un sonido que conocía bien. Su mano entro en el otro cuerpo llenándose de un liquido viscoso y el hedor que no era poco se volvió insoportable para cualquiera, mas no para el que justo en ese instante se sintió en casa, ese hedor le parecía la mas exquisita de las fragancias, algo que oler, algo que sentir, algo que odiar.
Se relajo y sintió como otros huesos que no eran los suyos para variar se quebraban al contacto con su espalda y su desnuda piel, disfrutando el sonido apreciando cada palmo de olor, cada bocanada de aire las mismas que se volvieron más significativas que cualquier regalo que hubiese recibido o conseguido mientras vivía tanto así que el movimiento de diminutas creaturas en su espalda le produjo un verdadero deleite.
Gusanos. Reconoció enseguida ya era bastante claro donde se encontraba y más claro aun que estaba vivo, sin embargo lo que era realmente confuso era el ¿Por qué?
¿Que carajos hice bien en mi vida, para conseguir esto?. Pensó e incluso en su mente se escucho sarcástico.
Claro, no es que no lo merezca solo me inquieta el porqué.
Su cuerpo permanecía entumecido y adolorido por las rocas sobre las que se encontraba recostado y ese perpetuo y insólitamente reconfortante frio, no podía siquiera hacerse la idea de cuánto tiempo transcurrió antes de sentirse tan bien.
La cobardía nunca fue de él, así que afronto rápidamente la realidad por dura que esta fuese la soportaría como avía soportado tantas cargas a lo largo de su erróneamente concretada vida.
Que podía perder quien consideraba ya no tener nada.
Abrió sus ojos rápido y miro el mismo sol quemante que vivía en sus recuerdos y cuando por fin sus ojos se sobrepusieron a su enfrentamiento con los rallos del astro, también aprecio el fastuoso entorno que se extendía ante el, aquel sitio donde ahora se encontraba, no muy diferente en su composición pero hermoso de cualquier forma.
Los desnudos riscos e imponentes despeñaderos de roca blanca desgastada por las corrientes de otros tiempos y los vientos del presente, escasamente cubiertos de pasto tan verde como esmeraldas y sus pequeñas pero fragantes flores silvestres, todo era una oda de perfección, fue hasta el agudo graznido de un cóndor aleonado de los pirineos, que se convenció a si mismo que todo era real, estaba de vuelta, vivo y dispuesto a servir y morir mil y una vez más en nombre de su diosa, solo para enmendar su error, lavar su maltrecho nombre y así justificar para si su equivocada existencia.
Despertó frio e inmutable como un tempano, inmaculado.
A su alrededor el eterno desierto invernal siberiano y el aire cortante seguían al igual que el inalterable y constantes en ese amado sitio en el que el tiempo pareciese estar eternamente detenido, se encontraba desnudo con sus manos y pies apunto de la congelación y sin siquiera tomar importancia del estado de su cuerpo camino hacia un lugar en el horizonte que le parecía conocido, una vieja cabaña donde antes estuvo junto a sus discípulos.
Sus ojos seguían fríos pero en su rostro se dibujo una discreta sonrisa.
¿Cuanto más se puede abaratar la vida de una persona?, se pregunto dignamente sin demeritar su abrumadora presencia.
Aun no abría sus ojos, pensó que al hacerlo lo que sentía desapareciera solo como una cruel tortura mas, fue por eso que solamente se quedo sentado intentando extender ese instante hasta el infinito cada sensación que le brindaba el entorno a su cuerpo.
El sonido de las aves era asombrosamente real, la calidez del sol y el rosar del viento sobre su cuerpo todo perfecto, justo como lo recordaba justo como su mente se lo emulaba cada que estaba apunto de ceder y perderse en la desesperación estaba solo aun pero en un mundo lleno de vida, no abrió los ojos y no lo haría hasta que estuviera seguro que lo que su mente la gritaba era real.
"Estas vivo Mu"
Su cuerpo se sentía débil y pareciera que en cualquier momento podría derrumbarse pero al menos no sentía el incesante dolor de aquel horrendo sitio. Apenas podía mantenerse en pie y en esa oscuridad coloco su mano sobre lo que pareciera ser una pared, sin embargo esta era fría y no tenía ningún desperfecto común en las rocas.
Un espejo, pensó rápidamente forzando su vista para ver el reflejo y aun así nada captaban sus ojos.
Ba al menos al parecer la tortura termino.
¿ESTA ALGUIEN AHÍ?.
Escucho un grito que sonaba bastante femenino.
Al parecer no fui lo suficientemente discreto. Lo último que esperaría es que efectivamente hubiera alguien aquí. Si ay alguien contesto, para escuchar satisfecho lo que parresia ser algo o alguien calleándose al suelo en esa oscuridad, al menos ahora no soy el único.
QUÉDATE QUIETO, grito la mujer que al parecer le apuntaba con un arpón.
No pienso ir a ningún sitio.
¿Que dices?.
Vamos ¿no tienes alguna linterna apenas y puedo ver tu rostro? Cuestiono el hombre
Yo, yo si espera.
Te dije que no pienso ir a ninguna parte mujer.
Ella prendió la luz para enfocarlo en medio de la oscuridad, quedo sorprendida por la escena.
El hombre era sencillamente dotado de hermosura como si fuese sacado de los apetitos más excelsos de la creación, su piel sin ninguna maca en franco contraste con sus músculos marcados en el tono justo cual escultura de mármol, y su rostro hermoso, coronarlo su ondulado cabello celeste le daba un aire angelical, eso sin mencionar sus atributos de hombre que estaban a la vista al estar el completamente desnudo y tanta perfección apreciable con la pobre luz de una linterna.
Ba esto no es un espejo solo es un triste vidrio dijo mientras aprovechaba la luz para captar su reflejo.
¿Qué sucede? pregunto de forma altanera al verla enmudecida, reacción que le agradaba aunque no tanto como sacar de los labios de ella la respuesta obvia a su pregunta.
Ella se pensaba preparada para todo, pero definitivamente en la facultad de veterinaria y zoología nunca le advirtieron de algo así, su corazón latía tan fuerte que pareciera saltar de su pecho y su piel tomo un rubor rojizo aun estimable bajo la luz indirecta de su lámpara, para cuando por fin pudo quitar la mirada de ese hombre agachándola al sentir un poco de pena y noto que la gran pecera en el que él estaba apoyado tenia a todos los peses juntos lo más cerca posible de su mano.
Parresia ser algo mágico.
Y bien vas a traerme ropa o deseas mirarme por más tiempo.
!Yo¡ he este, no, yo….
Haaaaa esto será largo dijo con desgano.
En el templo magnífico de Maha Bodhi en Bodhgaya donde dentro asciende firme y perene el árbol gigante de Bodhi debajo de el cual, sentado en la plataforma levantada sucedió el milagro frente a cientos de fieles creyentes rodeados por las paredes del templo, donde grasias a magníficos tallados en piedra se aprecia a Buddha en diversos aspectos, y en el sanctasanctórum, un Buddha colosal.
En este sitio sagrado perpetuo en el tiempo una manifestación de luz dio paso a un hombre sentado en una inalterable posición de loto y desnudo cual preciosa aparición divina.
La vida es cíclica, no existe verdad inmutable ante el cambio pero incluso el cambio guarda orden en su caos.
El orden es una manifestación del desorden que a ojos del espectador se vuelve coherente.
En este plano existencial todo debe tener coherencia y cuando se descubren ante ellos los hilos de la verdadera existencia, por falta de apego a lo material se manifiesta el poder de lo intrínseco.
E vuelto a nacer en ti, porque nunca estuve lejos, pero al igual que tu estuve en todas partes.
Pero yo no estuve solo.
No nunca lo estas ni lo estarás no importa el poder que manifieste cualquier divinidad, el tiempo, tu tiempo como la apreciación del mismo es solo tuyo y tu poder para disipar tu propia existencia es meramente un don de la creatura mas perfecta sobre la tierra del ser del todo.
De ti y a la vez de mí.
Las personas se juntaban a su alrededor para adorarlo la reencarnación la manifestación Buddha, decían.
El sitio era húmedo y el aroma a mar lo envolvía todo en todas direcciones esa sensación que tan bien conoció y detestaba, desde que fue encerado en la prisión de los Sargazos, y mientras estuvo preso de sus propias ambiciones en el templo marino de Poseidón lugar en el cual ahora se encontraba y gusto frente a el estaba la armadura que porto en aquellos tiempos llenos de remordimiento, las escamas de dragón marino.
Su expresión ensombreció y en su rostro se formo una sonrisa lánguida y melancólica, en su corazón albergaba tristeza, su orgullo de nuevo fue pisoteado y su voluntad echa a un lado.
General, me alegro tanto de verlo de nuevo.
Tetis. Dijo sin ánimos.
Si diga
¿¡Porque!?. La pregunta tenía tanto rencor en cada palabra, silaba y letra, que estremeció a la sirena hasta lo más profundo de su existencia, creándosele uno un nudo en la garganta no se atrevió a desatar.
Fue cuando una melodía que pudiese ser considerada divina impregno el ambiente con un cosmos conocido.
Contestarme tú, Sorrento. Exigió sin voltear a ver el origen de la música.
Porque tu dios y tu destino así lo requiere. Respondió el hombre de la flauta
Mi diosa es Athena.
Las cosas ya no son tan simples Kanon. Intervino otra persona que llegaba al lugar.
¿A que te refieres Krishna?
Ella no es nuestra enemiga, dijo el marino de Chrysaor posándose frente a el, con un manto oscuro que cubría todo su cuerpo. Tu eres un guerrero poderoso, y se que no le rindes pleitesía a nuestro dios, sin embargo Athena tiene a su santo de géminis y tú quieras o no, estás destinado a ser el general del atlántico norte, Kanon de dragón marino.
Podrías saber lo que esta pasando antes de tomar alguna decisión, agrego el mismo Poseidón vistiendo sobre su cuerpo sus magnificas escamas.
Todos los presentes postraron una rodilla en el suelo como señal de sumisión inmediatamente al verlo, excepto por Kanon quien se mantuvo firme.
¿No temes mi ira?
No.
Aun después de admitir tu lealtad a Athena en mis dominios.
Si y lo juraría de nuevo frente a ti de ser necesario.
Kanon cállate rogo Sorrento en una inflexión apenas perceptible
Aun después de intentar manipular mi nuevo cuerpo y provocar una guerra santa.
Así es. Respondió al sostener la mirada al dios
El océano sobre sus cabezas se sacudió y los mismos pilares crujieron solo para luego volver a la silencio.
Bien……………………….
Tienes de sobra el valor para afrontar la tormenta que se avecina sobre el mundo, pero no te obligare, sin voluntad me eres tan inservible como le eres a Athena, puedes irte si así lo deseas. Pero te advierto que se por tu naturaleza humana, te arrepentirás de dejar pasar entre tus manos la única oportunidad que tuviste para hacer la diferencia y no para los hombres si no para los doses.
Poseidón giro sobre sus pasos para retirarse del lugar dando la espalda a Kanon.
¿Por qué? pregunto Kanon de nuevo.
Para cumplir con tu destino. Contesto el dios del mar sin interrumpir su marcha.
Sorrento.
Si mi señor.
Ponlo al tanto de todo y si aun así dese irse permíteselo, pero nunca lo dejes regresar.
Como usted desee.
1 dia antes
Caminaba tranquilamente dentro del gran salón principal en la cumbre del santuario, el lugar lucia magnifico aun a pesar del tiempo, como si nunca se hubiera librado batalla alguna en ese suelo, las estrellas resplandecían rítmicamente en una tonada melancólica y el viento se encargaba de llevar su himno a los sentidos de los presentes, sencillamente perfecto y doliente.
Sola sin nadie con quien compartirlo o charlar la gran diosa Athena diosa de la sabiduría y la guerra había sido olvidada y en su corazón le agradecía a su hermano Apolo por el favor. De esa forma sus amados caballeros ya no tendrían por qué sufrir más.
Hermana agradezco tanto tus plegarias.
Esa conocida voz la saco de sus pensamientos.
¿Como es posible? contesto Athena sobrecogida.
Tanto mal te hace verme.
Ella corrió hacía el joven quien no aparentaba tener mas de 14 años, con su caballo grisáceo y una gran sonrisa conciliadora, su ojos rojizos pero llenos de vida y una piel pálida al igual que la nieve.
Ella estrecho su cuerpo en un delicado abraso a el que el correspondió con inmensa ternura.
No lo entiendo cómo acaso ¿fue nuestro padre?
No, en realidad fuiste tú.
Ella lo dedujo enseguida.
Ya veo.
¿Te arrepientes de eso?
Nunca. Contesto la diosa.
Me alegro de no haberte importunado Hermana.
Tú nunca podrías.
Guardo silencio meditando lo que su hermana le aseguraba. Es injusto que seas la diosa de la sabiduría reprocho fingiendo enfado. Hablas con la verdad yo no podría.
Lo lamento debió ser difícil. Comento Athena tomando de nuevo seriedad
Lo fue. Dijo el joven sin perder su sonrisa
Nunca e lamentado más algo que nuestro padre haya echo.
Eso me honra, pero yo lo culpo por lo que el te hace a ti.
Athena lo miro a los ojos.
Estuve con ellos y los protegí.
Los amas. Sonó macas como una afirmación que como una pregunta.
¡Si! Contesto Athena sin dudar.
Yo también lo hago. Dijo el joven dios.
Lo se.
El se postro ante ella. Nuca le he debido mas a alguien que lo que te debo a ti, pídeme lo que desees y si esta en mi poder hacerlo, lo haré.
Yo………………………..
Sabes que haría cualquier cosa por que la tristeza en tu mirada se pierda.
Lo sé, pero lo que deseo podría devolverte a tu prisión.
El la miro sonriente. Que mas da soy eterno e inmortal al igual que tu, y estarás aquí cuando vuelva.
No puedo. Dijo definitivamente Athena.
Aun así no podrás evitar que este apoyándote ti cuando Zeus venga, por que vendrá.
Con estas últimas palabras el joven dios se desvaneció en la nada. Así como llego.
Ella estaba temerosa después de tanto lo vería de nuevo a su padre el rey de dioses.
Todas mis historias de Saint Seiya forman parte del mismo universo y están relacionadas entre si.
Agradezco a devilhangel por sus comentarios, gracias a ti seguiré escribiendo de este magnifico mundo.
