El gimnasio nunca se encontraba en silencio, ni siquiera cuando había un descanso en la práctica, la razón principal, no, mejor dicho había dos razones principales y tenían nombres, una pequeña razón que gritaba "¡ROLLINGH THUNDER!" una y otra vez, la otra razón estaba rapada y le seguía el juego mientras coreaba, luego se quitaba la camisa agitándola con toda la fuerza que tenía.
Sí, para Ennoshita era lo normal, música para sus oídos pues al fin y al cabo eran sus compañeros de equipo y estaba acostumbrado a aquél escándalo que hasta le parecía divertido mientras no hicieran alguna ocurrencia fuera de lo normal. Ese era un día de entrenamiento cualquiera, y estaban justo en medio de un pequeño descanso mientras todos se secaban el sudor, se sentaban y tomaban agua.
Entre el alboroto que hacían con constancia sus compañeros, Chikara siempre se mantenía mirando atento a veces riendo y otras si era necesario, ayudaba a Sugawara a calmarlos o detenerlos de que se mataran haciendo alguna tontería y muchas veces se preguntaba qué haría cuando su superior ya no estuviera, justo esos pensamientos lo llevaron a notar más de la cuenta a uno de los tres tornados con energía de sobra de Karasuno, no se trataba ni de Hinata ni de Nishinoya, su atención se dirigió a Tanaka.
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Tal vez Tanaka tenía su atención desde mucho antes.
De alguna manera extraña y muy masoquista según sus propios pensamientos, a Ennoshita se le hacía extremadamente curiosa la forma de ser de Ryunosuke que, a pesar de dar la apariencia de un delincuente juvenil, flojo, explosivo, con gestos extraños que más que intimidar daban ternura y un poco tonto, también era una persona muy dedicada, dispuesto a cumplir su palabra, extremadamente divertido, atento y seguro de sí mismo, Chikara podía seguir y seguir pensando en el lado bueno que tenía su compañero pero el darse cuenta de todo esto comenzó a darle miedo, ¿desde cuándo le observaba tanto?
Y no ayudaba en nada que casi siempre al regresar a casa ellos dos fueran los últimos en quedar solos. No es que esto les molestara, sin embargo debido a la resiente actitud que Chikara estaba teniendo respecto a su compañero, por alguna razón quedar solos le ponía nervioso pero en leve medida.
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Sacudió su cabeza y tomo un trago de agua ignorando los pensamientos extraños que le invadían, pero no pasó mucho tiempo cuando Nishinoya y Tanaka volvieron a hacer un escándalo al ver a Kiyoko regresar con más agua. Sí, otro día más.
Ukai los llamó para continuar y así siguieron hasta el anochecer que ya para esos momentos juagaban su último partido de entrenamiento en el día, sin embargo este paró de una forma abrupta cuando todo el gimnasio resonó con el estruendo del golpe de un balón estrellándose contra la pared después de haber golpeado una cara, la de Ennoshita.
Tanaka se encontraba pálido, los demás corrieron para ayudar a Ennoshita quién insistió una y otra vez en que se encontraba bien, aunque le brotaba un poco de sangre por la nariz por el impacto.
-Estás… ¡¿Estás bien?!- Gritó Tanaka yendo hacia él.
Le ayudo a pararse del golpe que lo había hecho caer de un sentón. Inmediato a eso se acercaron Ukai y Takeda.
-Parece que no está rota…- comentó Ukai después de dar un vistazo.
El profesor Takeda lo revisó mejor para asegurarse de que así era.
-Sé que no es la mejor nariz… en realidad no duele tanto- dijo Ennoshita para amenizar la situación.
Kiyoko le dio unos pañuelos para que se limpiara la sangre.
-Gracias… -Se los colocó en la zona afectada.
-¡Woooaa, Ryu!, aunque haya terminado en la cara de Chikara ese definitivamente fue un buen remate.- Comentó animado Nishinoya dándole una palmada.
Unos rieron bajo (Tsukishima) y otros (Sugawara, Asahi) le llamaron la atención al libero por su inocente comentario.
Después de volver a insistir que efectivamente se encontraba bien, todos volvieron al juego que no duró mucho más tiempo pues unos remates aquí y allá, unos cuantos pases y saques más dieron fin al entrenamiento de ese día con una derrota para el equipo contrario en el que se encontraban Tanaka y Nishinoya a lo cual le siguió un ruidosos festeje.
Bueno, bueno, ya está. - Comentó Daichi llamándoles la atención con una palmada. - Hay que dejarlo por hoy y limpiemos el gimnasio que ya es tarde.
Todos asintieron y se pusieron en marcha.
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Tsukishima y Yamaguchi habían tomado un rumbo distinto a todos como era de costumbre, después le siguieron el trío de tercer año y finalmente Hinata con Kageyama. Todos regresaban juntos a sus hogares, pero a lo largo del camino obviamente tomaban diferentes lados. Así hasta dejar a los de segundo año quienes pasaron a una tienda de dulces, después de igual forma fueron separándose uno a uno quedando Nishinoya, Tanaka y Ennoshita los cuales se hacían la plática y reían.
Pasó un rato más y el líbero comenzó a buscar algo en su mochila sin embargo no lo encontraba.
-Oh, esperen, parece que olvidé algo en la tienda.- Habló Nishinoya aun buscando.
-Hay que regresar antes de que cierren. - Dijo Chikara.
-Sí, puede ser que no lo hayas dejado ahí. - Comentó Tanaka.
-No, no se preocupen iré rápido. Adelántense. – Les sonrió y corrió rápido en la dirección contraria sin que los otros le pudiesen volver a preguntar si no era mejor que fueran juntos.
Tanaka y Ennoshita se vieron extrañados y alzaron sus hombros en señal de extrañeza. Siguieron caminando sin comentar más.
Llevaban un buen tiempo conociéndose y era muy extraño que a estas alturas no tuviesen de qué hablar, y es que la conversación parecía haberse ido tan rápido como Noya pues se quedaron en completo silencio aún habiendo tantas cosas que decirse, como lo bien que les estaba yendo, lo divertido que era jugar o en el peor de los casos que Tanaka se pusiera a contar malos chistes, pero quedarse callados nunca les había pasado.
Incluso Tanaka veía de reojo a Chikara a quien notaba ligeramente más ¿nervioso? que de costumbre. Y esto por alguna razón también le estaba poniendo a temblar las piernas, ¿acaso algo andaba mal con él y quería contárselo a alguien?
-Chikara…
-Tanaka…
Hablaron al mismo tiempo.
Se avergonzaron e intentaron cederse la palabra, pero esto los llevo a otro momento incómodo volviendo a callar. Unos segundos después Tanaka habló primero.
-¡Es por el golpe, ¡¿verdad?!, oye amigo, en serio no quería destruir tu cara, lo que pasa es que…
-No, no te preocupes, no es eso. No estoy enojado ni nada.
Tanaka soltó una de sus características carcajadas. -Aaah, ya decía yo que no era eso. – Le pasó un brazo por los hombros. –¡Me engañaste¡– Le comenzó a picar el estómago. -Pero ahora dime por qué estás tan extraño.
Chikara se sintió extraño al ser abrazado por su amigo. - ¿Extraño?, ¿de qué hablas? - Rio nervioso.
-No sabes mentir, ami… ¡OH!, ¡Ya sé qué es! – Se acercó lentamente a él con los ojos entrecerrados. - ¿No me digas que te gusta alguna chica?- esto le tomó por sorpresa a Ennoshita quien comenzó a negarlo con una mano.
-Para nada, no es eso.
-Oh, vamos, eres un mal mentiroso, cuéntame de quién se trata.
-Te digo que no es eso…
Mientras más lo negaba más curiosidad le daba.
-¡Oh, vamos, vamos, amigo!, puedes confiarle tu secreto a tu confiable amigo. – Tanaka lo comenzó a mover de un lado a otro.
-Estás muy insistente, pareciera como si a ti ya te gustara alguien… - Dijo Chikara.
-¿A mí? – Tanaka rio de nuevo. – Claro que sí, ella es perfecta, es hermosa y amable, es como una diosa…
Ennoshita abrió los ojos como recibiendo una noticia desastrosa, sintió un vació en el estómago al igual que si le hubiesen sacado el aliento y un dolor extraño en la garganta. No sabía por qué, pero esas últimas palabras de su amigo le habían llegado deprisa sin que él pudiese ahorrarse el hecho de escucharlas.
-Está bien. – Retiró el agarre en que lo tenía Tanaka. -Pues conquístala. – se escuchó una ligera entonación con enojo en sus palabras.
Adelantó su pasó.
-Oye, espera, ¿qué pasó?- Tanaka se quedó un momento observando como el otro se iba.
-Tengo que llegar temprano a casa Tanaka-san, hasta mañana. – Le dijo Fríamente.
-Oye, deten…- Y cuando menos se dio cuenta su compañero ya había comenzado a correr.
Tanaka se quedó parado un buen momento con una cara preocupada pensando si la situación se había enturbiado por algo que él había dicho
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Ennoshita corría más lento en dirección a su casa, su cara estaba completamente roja y tenía una expresión de preocupación a más no poder. En esos momentos había demasiadas cosas en su cabeza, primero estaba el hecho de su "pequeño momento de ira", pues ahora comprendía que no tenía razón para sentir ese extraño dolor ya que Tanaka no había dicho absolutamente nada malo, segundo era ese mismo dolor y es que ni el comprendía de dónde había salido y tercero, tampoco comprendía porque lo único que quería en ese momento era llegar a su casa y hundirse en su cama.
Era como aquella vez que huyó, así se sentía ahora. Además de apenado por la actitud que había tomado con su amigo. En definitiva, se disculparía con él al día siguiente.
Aunque a pesar de su resiente culpa sólo quería llegar a casa.
Rayos, se sentía tan avergonzado.
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