DISCLAIMER: La propietaria de los personajes aquí presentados es Rumiko Takahashi (Si hubiera sido yo... bueno, no me he autoproclamado una escritora sádica por nada). También, las letras de las canciones citadas y por citar, son de sus respetivos autores.
PRESAGIO: Los dibujos se guardaron
"¿Qué pasa aquí?
La mariposa ha perdido sus alas,
El aire es irresperable
Y hay algo en el agua potable"
—David Sylvian, Ryuichi Sakamoto, WORLD CITIZEN
El blanco era ahora su color más despreciado. Entonces, ellos se odiaban vestidos de esa forma. Aunque los elegantes trajes negros tampoco eran tolerables. Aún no se acostumbraban a ellos, esperaban jamás hacerlo. ¿Ahora quién seguía? Con ese ente sádico allá arriba, no se sabía con seguridad.
Él detestaba el silencio en la casa y la intromisión de esos viejos en las tareas que no les correspondían. ¡Ellos no eran los que debían de estar ahí! ¡Debían largarse y dejarlos solos! Solos. De ahora en adelante lo estarían. Debían acostumbrarse lo más rápido posible.
Ella no sabía a dónde caminar. Proposiciones y decisiones, llanto que parecía imparable y fuerza que debía aparecer pero aún estaba perdida. Y su otra mitad parecía también haberse ido. Jamás lo había hecho, pero tendría que dar los primeros pasos, sola.
Mientras tanto, él intentaba suprimir esos sentimientos —¿de tristeza?— con indiferencia fingida. Esa mujer no le interesaba, nunca lo hizo. Las personas sólo dependen de sí mismas. Naces solo, mueres solo. Todos debían afrontarlo o soportar las consecuencias.
"El sol sale,
el sol sale y tú estás solo
Tu sentido del propósito se deshace
Las colas del tráfico regresan al laberinto 101"
No muy lejos de ahí, la misma semilla también estaba germinando. Silenciosa, mostrando algunas pequeñas muestras de existencia. Un virus lentamente peligroso. Todavía ellos ni siquiera se habían percatado. Necesitaban un impulso, la intervención de lo que llamaban oscuro.
Ella era la hija del pecado, algunos lo habían susurrado y los había alcanzado a escuchar. Pero debía ser fuerte porque tenía quienes dependían de ella. Pero entre más ganaba, más perdía. Quizá, el ser producto de lo prohibido le había maldecido ante los ojos de los superiores. Primero fue su padre, ahora era su turno.
Él tendría un buen futuro. Su inteligencia era notable, además, su familia se estaba esforzando. Era demasiado esfuerzo. Él, siendo una persona con un inconsciente egoísta, ¿de qué forma les pagaría lo que estaban haciendo por su bienestar? La abnegación no era su virtud, pero tampoco quería ser un malagradecido.
Ella... no tenía rencores a pesar de lo dicho. No contaba con uno de los vínculos que la mayoría de las personas sentían. Sin embargo, a veces solía pensar que era esteril de sentimientos. Algunas ocasiones su actitud resultaba demasiado fría e indiferente. Tan gélida como el hielo... ¿Algún día sería derretida?
"Y los pronósticos del cielo
se ven mejor para hoy
En cada uno de los sentidos
Pero no para ti"
La ropa estaba perdiendo su cálida esencia. Los dibujos volvían a ser sólo dibujos, jamás historias. Todo lo que estaba guardado en cajas tendía a ser olvidado. Entonces, ¿así pasaría con ellos? Papá no volvería. Ahora mamá tampoco lo haría. Sólo habían fotografías que no servían para nada más que no fuera recordar y ser derramadas con agua salada. Jugar a ser fuerte. Adaptarse a lo que no tendría cambio. El tentador subconsciente luchando por salir —¡Está gritando! ¡Cállenlo!
Seres en su propio mundo. Personas con sus historias. Hombres y mujeres con sus respectivos pecados. Puertas que puedes tomar y otras que te conducen a ellas por sí solas, sin posibilidad de salir. Todos cargan secretos sobre sus espaldas. ¿Puedes imaginar cuántos de ellos podrías soportar antes de quebrarte?
Antes de darse cuenta, muchas velas habían sido apagadas. Y la semilla había crecido lo suficiente para ser llamada una venenosa e impura ortiga.
"...Yo me alejo,
y no podré dormir bien en la noche,
y aunque sé que esto no está bien,
¿Qué puedes hacer?"
Sí, díganme pervertida, sucia o hasta pecaminosa, pero la idea de lo prohibido y tabú me parece algo viciosa al ver a la dramática Yosuga no sora, y una tragedia al leer "Forbidden" de Tabitha Suzuma. Además, mi tema favorito siempre será el dolor —Ese sentimiento que impulsa a las personas a hacer lo que en otras situaciones no pensarían, probándolos. En gustos se rompen los géneros y si a ti te desagrada éste, pues ¿qué haces aquí? Hay muchas historias que te pueden agradar. Pero, si quieres arriesgarte, puedes seguir leyendo, espero no decepcionarte (o traumarte).
Loops Magpe ha caído en el pecado.
