CALLEJÓN DE LAS ALMAS
Parte 1
Juan salio a la calle a caminar después de cenar, tenia 12 años, siempre se dirigía a lugares oscuros, donde no transitaban personas y mientras mas lejos era de casa, mejor, ese era su regla. Juan paseaba despreocupado, no temía que le sucediera algo, solo quería alejarse del mundo en cuestión, aunque la caminata no era nada del otro mundo, siempre imaginaba que algo sorprendente sucedería.
Eran las 21:00 Horas, salio de casa, se despidió de sus padres diciendo que regresaría, se dirigió a la avenida. Estando allí decidió pasar por un callejón que estaba cerca ah su casa, el lugar era obscuro y tenebroso, como si fuera la boca de un lobo, pero Juan y su infinita valentía hizo que se arriesgara. No estaba a ciegas por supuesto, la luna brillaba hermosamente y era su acompañante en todos lados. Mientras mas se adentraba mas se sentía el frió, Juan se culpo por no llevar una chaqueta extra, el lugar aún era visible gracias a la luz de la luna, de pronto al voltear en una esquina, se topo con lo que era algo tenebroso, era un tipo enorme, aproximadamente de 1.90 metros, tenia las cuencas vacías y una gran gabardina. Ni siquiera noto al muchacho y Como era de esperarse, Juan salio disparado del lugar, regresando por donde había venido, pero no había salida, todo se volvió un laberinto, seguía corriendo y parecía que solo diera vueltas, volteaba en una esquina y solo encontraba el paso cerrado, los muros eran todos iguales, seguía corriendo y su resistencia se agotaba hasta que se canso de correr y se sentó despavorido tratando de ganar oxigeno, Juan ya cansado, estaba desmayado.
(tres horas después)
Juan abría poco a poco los ojos y trataba de ponerse en pie, el lugar estaba mas iluminado, ¿lo que había visto era una alucinación?, era imposible, sabia lo que había visto, así que decidió caminar en cualquier dirección. Al voltear en una esquina Vio una gran fila de personas ¿sera alguna celebración?, no parecía, nadie se movía ni disfrutaba de dicha celebración. Eran muchas filas y todos se dirigían a diferentes lugares, es como si se adentraban a dicho laberinto. Al fondo había un tipo con una capucha y una manta que lo cubría todo, este anciano tomaba nota de todos los que caminaban y se movía por todos lados, parecía amable, Juan se paro al costado de este y le pregunto donde estaba, no había respuesta, el muchacho alzo la voz, pero seguía sin responder a la pregunta, de pronto lo jalo de la túnica del anciano lo cual hizo que viera a todos lados para ver quien fue el responsable de dicho acto. El anciano levanto una lampara e ilumino el rostro al muchacho que estaba parado ahí, viéndolo, como si estuviera perdido. ¿Que haces aquí? - Pregunto el anciano - Estoy perdido - Dijo Juan, mostrándose débil - No deberías estar aquí, es que no sabes que este lugar es... - Se paro en seco para darse cuenta que una de las personas en esas filas, se había caído despavorida al suelo, algo le estaba pasando, igual como con el primer tipo que encontró tenia los ojos vacíos, solo que llevaba ropa diferente y algo mas, su cuello, tenia una cortada!, ¿alguien lo habrá hecho?, tal vez esa sea la razón por la cual se cayo al suelo, pero el anciano que tomaba notas fue a auxiliarlo, puso una cruz en su frente y comenzó a rezar, el tipo seguía moviéndose bruscamente, cuando de pronto, fue arrastrado y tragado literalmente por la tierra, es como si se hundiera en arena movediza, el anciano comenzaba a sudar y a rezar aún mas fuerte, sus palabras eran incomprensibles, pero el hombre degollado fue tragado por la tierra y llevado a quien sabe donde. Juan lo presencio todo estupefacto, se quedo ahí viendo, no sabia que hacer, si correr, o pedirle ayuda al anciano, pero se quedo allí sin hacer nada, cuando el anciano regreso le toco el hombro y le dijo. Bienvenido al callejón de las almas.
