Vacaciones Reales

Disclamer: Twilight y la mayoría de los personajes no me pertenecen (Aunque solo quisiera que me perteneciera Emmet xD), lo demás es producto de mi enferma imaginación.

oOoOoOo

Capítulo Uno: Engañada

- Bla bla bla bla

Así sonaban en mi cabeza todas esas palabras que el canciller decía en el desayuno de esa mañana. Era como escuchar a los adultos en las caricaturas de Snoopy y Charlie Brown.

Me encontraba el típico desayuno mensual con los diplomáticos y personalidades políticas del Estado en esos días. Mi Padre, el Rey Aro de Volterra me sonreía por momentos desde el otro extremo de la mesa, mientras yo le correspondía de la misma manera.

A mis dieciocho años, mi vida había sido siempre bailes de gala, desayunos reales, fiestas de te, caridad, tutores, viajes oficiales alrededor del mundo. No tenía muchos recuerdos fuera de mi infancia en donde realmente actuara como quisiera actuar. Como por ejemplo, en este momento como en toda mi vida desde mi infancia había sido obligada a comer alcachofas aun cuando las odiaba con todo mí ser.

Algunas veces me molestaba en serio estar en ese tipo de reuniones, eran cada vez más monótonas y asfixiantes. Tome un sorbo de mi taza de té y me perdí dentro de mi misma mientras mantenía la mirada fija en la abominable alcachofa.

- Princesa… - levante la mirada, era la Condesa de Collesano se dirigió a mi con aquella voz empalagosa que la caracterizaba y yo levante la mirada obligándome a sonreír – Me he enterado que el próximo otoño asistirá a Oxford* ¿Qué hará este verano querida? ¿Ingresará a la academia de artes con las demás chicas de la corte?

Mire a mi padre con obvia desesperación reflejada en mis ojos, mi padre rió levemente y negó con la cabeza atrayendo la atención de todos en la mesa.

- Me temo que nuestra querida Isabella no desea pasar tiempo entre pinceles y pintura este verano, sin embargo, se dedicara a estudiar filosofía – sonreía a mi padre y asentí dándole la razón.

A pesar de todo, mi padre trataba de dejarme elegir en lo que pudiera. Decidir como pasar mis vacaciones de verano, cuando mis tutores estaban de vacaciones era una de ellas. Por lo general las chicas de la corte tomaban pintura, danza, canto. Por mi parte, la gracia y la coordinación no eran uno de mis dones, tampoco poseía mucha imaginación ni creatividad que digamos, por lo que prefería pasar mis vacaciones entre letras y libros, sola, sin tutores.

Era en parte, un alivio dejar de recibir clases en casa, pero asistir a la universidad de Oxford para estudiar ciencias políticas no me emocionaba mucho tampoco. Mi vida no sería nada normal allí tampoco, estaría vigilada las 7/24 como siempre, solo cambiaria de lugar, pero no de rutina.

La conversación en la mesa se desenvolvió sobre mi educación, mi tiempo, mi vida, mi inexistente privacidad y sin soportarlo más me disculpe poniéndome de pie y dirigiéndome con lentitud al castillo. Tal vez pudiera escapar antes de que me obligaran a permanecer en otra conversación aburrida. Mire tras de mi, por suerte nadie me seguía esta vez, aunque por lo general no me seguían estando dentro de las propiedades de la corona.

Suspiré acercándome a un balcón y mirando las hermosas playas del reino de Volterra. Me preguntaba como sería estar allá afuera sin escoltas ni mi padre, sin que nadie supiera que yo era Isabella Vulturi: princesa de Volterra, una de las últimas princesas en el mundo moderno.

- ¡Isabella! ¡Te he buscado por todas partes! – exclamó una voz a mis espaldas

Volteé rápidamente sonriendo con alivio. Se trataba de Tanya, hija de los Condes de Denali, mi mejor y única amiga en todo Volterra.

- ¡Tanya! No tenia idea de que estuvieras aquí - Tanya rio por lo bajo y me abrazó por unos segundos luego miro la playa y me dio una de esas sonrisas que siempre tenían algo oculto.

- ¿Qué planeas? –pregunté divertida y Tanya rió mientras me arrastraba dentro del castillo de playa

- ¿no crees que es un día demasiado hermoso como para desperdiciarlo tomando el té?

La miré divertida sin comprender. Pero debía admitir que tenía razón, era un hermoso día, el cielo despejado, la brisa cálida, era perfecto. Luego de unos minutos de caminar por el castillo llegamos a lo que sería su habitación en esa pequeña estadía en el castillo de playa. Hurgó en unos cajones y me ofreció dos trozos de tela azul marino. Los extendía y parecían ser un diminuto traje de baño.

- Póntelo, iremos a nadar

Dijo sonriente mientras se dirigía ras un biombo y comenzaba a ponerse su traje de baño. Dudé unos segundos ¿Por qué no? Es decir, solamente iba a nadar, y nadie me estaba vigilando esta vez, nadie nunca había dicho nada en contra de nadar en el castillo de playa ¿no?, después de todo, para eso eran los castillos de playa… para bañarse en la playa…

Minutos después Tanya y yo estábamos escabulléndonos por los pasillos del castillo tratando de llegar a la salida trasera que llevaba a la playa. Nos vimos libres con mucha facilidad corrimos en risas con dirección a la playa estuvimos un buen rato jugando con las olas hasta que nos cansamos de que las olas me revolcaran por la arena y nos sentamos.

Era extraño que nos hubieran permitido tanta libertad. Por lo general mis molestos guardaespaldas no me permitían tener momentos de normalidad.

- Buenos días Señoritas – Tanya y yo levantamos la mirada, un joven, bastante apuesto debo agregar, nos saludaba con una leve reverencia. Tanya se puso de pié y yo la imité

- Buenos días caballero – Tanya y el chico rieron y yo los miré sin comprender nada – Isabella, te presento a James, es un amigo mío

- Oh muchos gusto James – dije sonriendo, el me sonrió por igual pero tomo mi mano y la llevo a sus labios para besar el torso de esta sin quitar la mirada de mi. Tanya rió por lo bajo mientras yo sentía como todos los colores subían a mi rostro.

Estuve a punto de decir algo antes de que el soltara mi mano pero rápidamente sentí como una toalla caía sobre mi y mies pies se levantaban del suelo. Maldije en mis adentros. Pero la reacción en el rostro de Tanya lo decía todo.

- ¡Lo siento mucho Isabella! – grito mi amiga a medida que yo me alejaba hice una seña con la mano, no me iba a humillar reclamándole a aquel imbécil que me llevaba en hombros como si me salvara del un incendio o algo parecido.

Al llegar al interior del castillo de playa de la familia, por fin me puso de pie en el suelo.

- La princesa esta segura dentro del Castillo – dijo por aquel "manos libres" que siempre llevaba con él

Resoplé molesta y me sacudí la arena del cuerpo mientras él seguía dando detalles de mi "rescate" de las peligrosas playas de Volterra.

- ¿Sabes lo ridículo que te debes de haber visto en la playa con ese traje y esos lentes? – dije mirándolo molesta mientras el me miraba inexpresivo. En realidad nunca sabía si él tenía alguna expresión, siempre con aquellos lentes oscuros, incluso dentro del castillo. A veces dudaba de que siquiera fuese humano.

- Mi apariencia no es importante Princesa, debía mantenerla a salvo – dijo con la misma voz seria de siempre

- ¿A salvo? – eso era demasiado - ¿A salvo de que? ¿Del delincuente amigo de Tanya? ¿De la horrible arena? ¿O que tal del peligroso sol? ¡Te Odio Cullen!

Preferí no quedarme "a charlar", claro, como si Cullen charlara alguna vez. Era increíble la cantidad de veces que había estado en situaciones aburridas tratando de hacer hablar al inexpresivo agente Edward Cullen, a el solo parecía importarle seguir las ordenes de seguridad de mi padre y vestir aquel impecable y aburrido traje negro.

Entre a mi habitación molesta y tomé mi libro de turno, "El Conde de Montecristo", me eché en mi cama, puse un poco de música clásica y me quedé así por horas. No quería salir, no quería ver a mi padre estando molesta por mi nula libertad y mucho menos quería ver a Cullen.

Las horas pasaron con lentitud, llevaron mi comida a la habitación al medio día tal y como lo había pedido, y pronto llegó la noche. Me sentía mucho más tranquila luego de prácticamente haber acabado mi libro y haber escuchado la colección de clásicos de Mozart. Escuché a alguien llamar a la puerta

- Isabella, ¿puedo pasar? – se trataba de mi padre, suspiré y deje mi libro a un lado

- Claro padre, pasa

Me acomode en la cama y mire a mi padre quien, como siempre estaba sonriente. Iba a reprenderme, lo sabía. Siempre pasaba, papá nunca se enojaba de verdad conmigo, pero me mortificaba más que permaneciera tan apacible cada vez que me reclamaba por algo.

Suspire profundo antes de mirarlo a los ojos. Siempre usaba el método de la culpa para que yo reconociera "mis errores" y le pidiera disculpas por no comportarme como una princesa.

- Querida… - comenzó mi padre, oh por dios, aquí vamos - ¿me dirás por que insistes en desobedecerme?

- Padre, no se que quieres que diga… no estaba haciendo nada malo… Cullen exageró… de nuevo… solo estaba en la playa con Tanya y James… no fue nada…

Traté de seguirme explicando, pero mi padre con un gesto me indicó que guardara silencio. Suspiré de nuevo, aún no comprendía como es que, a pesar de todo, el seguía conservando la calma.

- ¿Tanto te aburre la vida aquí? – mi padre me miro, siempre sonriente, demonios, ahora me sentía culpable. La realidad era que no me aburría en si mi vida como princesa, simplemente quería probar cosas nuevas, quería saber que mas había allá afuera siendo yo, Bella y no Isabella Vulturi: princesa de Volterra

- Padre… no es eso… - agregue un poco incomoda ante la mirada de mi padre – es solo que…

- ¿quieres unas vacaciones? – preguntó mi padre y yo podría jurar que me estaba tomando el pelo. Lo miré incrédula por un momento antes de contestar. Ok. Esto podría ser una trampa. Así que preferí contestar con otra pregunta.

- ¿Vacaciones? ¿A que te refieres con vacaciones?

- Hija te tengo un trato, o mas bien un regalo de cumpleaños, pero solamente si prometes cumplir con todas las reglas, después de todo en unos días serás una adulta y pronto comenzara tu vida universitaria – mi padre seguía explicando su punto, y no tengo idea de cómo era mi cara en ese momento por el rió antes de hablar - ¡Vamos hija! Pareciera que te estoy enviando a un convento o algo así

¿Convento?, bueno no sería extraño, convento, internado, institución mental, colegio militar, todo eso era fuera del castillo, bien podrían ser tomados como un descanso o vacaciones a los ojos de muchas personas. No dije nada, el siguió hablando cuando dejó de reír.

- He hablado organizado todo para que pases tus vacaciones en Estados Unidos, no será en una gran ciudad como quisieras, pero será lejos de aquí, te aseguro que te gustará… claro eso si es que es aceptas

Lo miré incrédula. Sonaba grandioso, el hecho de que no fuera una gran ciudad no me preocupaba en absoluto. Debía haber una trampa. Algo que el no me estaba diciendo.

- Está bien Papá, ¿Cuáles son las reglas? Deben ser muchas… nunca me darías nada así si no hubieran reglas rígidas… o tratos detrás de esto… ¿Qué será? ¿Cinturón de castidad? ¿Regla de no hablar?

Mi padre suspiro y revolvió mi cabello antes de continuar.

- No hay muchas reglas Bella, solo te pido que trates de comportarte, no quiero escándalos, no quiero relaciones amorosas en estas vacaciones… solo quiero que tenga unas vacaciones tranquilas ¿Esta claro?

Asentí, no habló mucho más sobre el motivo de dicho ofresimiento, solo me había informado sobre mi destino, mis vacaciones serían en un lugar llamado Forks, en el estado de Washington en los Estados Unidos de América, me quedaría con unos "contactos" de mi padre. Pase la noche en internet investigando sobre aquel lugar. Era un pueblo pequeño, con gran vegetación y clima muy frio, llovía casi todo el año, lo cual me molestaba un poco, en realidad prefería los climas calurosos o templados como en Italia, pero no podía quejarme, era más de lo que había logrado en toda mi vida.

La noticia me había caído de sorpresa, solamente tuve un día más en Italia para preparar mi equipaje, era la primera vez que viajaba con únicamente dos maletas y nada de joyas de la corona o trajes de gala. Solo ropa normal, pantalones de mezclilla, camisetas, y abrigos, nada muy pomposo, nada muy elegante, simplemente ropa normal.

-Isabella debes escribirme a diario – exigió Tanya por el teléfono, no me habían permitido verla antes de mi partida, ni siquiera decirle a donde iría, solo podía decirle que iría de vacaciones

- Claro Tanya, te escribiré cada vez que pueda – dije mientras empacaba unos cuantos libros en mi maletín de mano – aunque no creo que pase mucho, es un lugar muy tranquilo a decir verdad

- Oh vamos, tienes que aprovechar lo que sea – dijo ella emocionada antes de despedirse – Tengo que dejarte, ten mucho cuidado y divierte ¿si? ¡No reprimas en nada! Besos

- Princesa, su transporte la espera – Uno de los guardaespaldas de mi padre me guió hasta el auto que me llevaría al aeropuerto.

Me hicieron cambiar de automóvil cuatro veces para llegar al aeropuerto sin ser reconocida por nadie. Pero ¿Quién podría reconocerme? Sin mis vestidos de gala o de princesa era una chica cualquiera. Después de las puertas de abordaje la libertad era muy cercana y podía saborearla, era lo mejor que había vivido.

Mire a mi lado cuando ya me encontraba en mi asiento en el avión. Mi compañero o compañera de vuelo aún no había arribado. Miré en todas direcciones, no había ningún guardaespaldas o agente en traje negro cerca. Tal vez mi padre no había mentido después de todo "nadie, ni siquiera tú notaran que estás siendo custodiada" dijo él.

Me acomode en mi asiento, y completamente tranquila abrí mi nuevo libro, Cumbre borrascosas y me relajé esperando que el vuelo despegara.

- ¿Cumbre borrascosas? ¿De nuevo? – la voz me parecía conocida, pero no lo suficiente para identificar a su dueño, levanté la mirada y me tomó unos minutos reconocer a el tipo, oh dios… era una trampa, lo sabía… era demasiado bueno para ser cierto

- ¿Cullen? – pregunté con un hilo de vos mientras el se sentaba a mi lado. No se miraba como siempre, vestía simplemente unos pantalones de mezclilla y un suéter negro. No lleva aquellos ridículos lentes ni el cabello impecablemente peinado, lo llevaba bastante alborotado a decir verdad, me quede atónita por un momento. Vaya, Cullen tenia ojos… unos hermosos ojos verdes debía agregar… los robots podían tener ojos lindos, buen dato.

- Isabella… - casi salto de mi asiento cuando dijo mi nombre, ¿Alguna vez Cullen había dicho mi nombre? No, no que yo recordara al menos

- ¿Qué demonios haces aquí? – pregunté en voz baja dejando mi libro a un lado, el mi miró un poco molesto quizás, no sabría decirlo, nunca había visto expresiones en su rostro.

- ¿Su padre no se lo dijo? Yo la acompañare este viaje…me han dado de baja… por decirlo de alguna manera… son mis vacaciones también – dijo con vos tranquila mientras se acomodaba en el asiento y quitaba a vista de mi

- Pero… pero ¿tu? ¿Por qué tú? – perfecto, mi padre me había enviado de vacaciones con mi estúpido guardaespaldas robótico y rígido de siempre - ¿En serio tenias que ser tu?

- Bueno Isabella, a pesar de todo mi trabajo es protegerla, para eso me han contratado… en segundo lugar parecería mas normal si la ven acompañada de mi que de Watts ¿no es así? – explicó el sin mirarme de nuevo, bueno en eso tenía razón, era mas creíble verme acompañada de un hombre joven como él que de el corpulento y canoso Watts, - y tercero, nos quedaremos con mi familia, era la única opción, después de todo, quedarte con el embajador o con el presidente no hubiera sido muy "normal" para ti…

- ¿Con tu familia? – Pregunté atónita, yo no sabía nada de su familia, ni siquiera sabía que tuviera familia en América, ni siquiera sabía que era americano, oh por dios los robots eran americanos y podían tener familia - ¿y quien se supone que soy? ¿Quiénes son tu familia?

- Isabella Swan, mi prima, su madre es prima de mi madre, Esme, y ha venido de vacaciones a Estados Unidos – dijo mecánicamente mientras cerraba los ojos - Se quedará con mis padres, Esme y Carlisle Cullen, y mis hermanos Emmet, Alice y yo.

- ¿Tu prima?... bueno… eso es bueno… ni siquiera tengo que llevarme bien contigo de cualquier manera… – Dije un tanto molesta , eso será bueno, podría haber sido peor, mi padre le hubiera podido pedir que fuera algo asi como mi prometido para que no se me acercase nadie, Cullen parecía no querer hablar más - ¿Cullen? ¡Cullen no te duermas!

- Será mejor que deje de llamarme Cullen… somos primos después de todo... llámeme por mi nombre… ahora, duerma Isabella, es un viaje largo y sufrirá Jet Lag** si no se duerme antes de llegar a América…

- Entonces no me hables de usted… compórtate como una persona normal "Edward" – dije recalcando su nombre – háblame de tu… y dime Bella…

- Como digas Bella… ahora duerme…

Resoplé, de nuevo... decir que estaba molesta era poco, vaya lindas vacaciones las que me había regalado mi padre. Ahora si me molestaba no ir a una ciudad grande o al menos un lugar mas caluroso, hubiera sido lo mínimo que mi padre debería hacer hecho por mi ante semejante engaño. ¿No portarme mal? ¿No relaciones amorosas? ¿Cómo podría mi padre siquiera pensar que yo podría hacer esas cosas estando a lado de Cullen? Oh perdón… Edward… mi nuevo aburrido primo de América… Estas vacaciones serían un verdadero fiasco…

oOoOoOo

Bien aquí esta, mi primer fanfic de Twilight, en realidad fue una idea que surgio en mis días de incapacidad por esta tonta enfermedad (tengo Dengue, ya saben, esa fiebre que produce la picada de un mosquito sin oficio) y la emoción de que prono se estrena New moon.

Ahora explicare las cosas con asteriscos:

Oxford: es una ciudad universitaria británica ubicada en el condado de Oxfordshire, en Inglaterra, y es el hogar de la Universidad de Oxford, la universidad más antigua en el mundo anglófono.

Jet Lag: es un desequilibrio producido entre el reloj interno de una persona (que marca los períodos de sueño y vigilia) y el nuevo horario que se establece al viajar en avión largas distancias, a través de varias regiones horarias.

Bueno eso es todo por ahora, espero de todo corazón sus reviews y comentarios o lo que sea. Recuerden que esto a penas va comenzando.

Bye bye xoxo