Re/conocimiento
Anya revisa las fotos de los días anteriores con la esperanza de recuperar los datos perdidos. Ha despertado una hora atrás con ropa de calle y los sirvientes juran que salió, estando afuera por jornadas suficientes como para que su madre notara la ausencia.
No recuerda un carajo, por supuesto, desde haber amanecido con esa fiebre púrpura que la empuja a las lagunas periódicas que ya conoce y acepta melancólicamente.
Aún se siente enferma, como si su cuerpo hubiera sido apaleado numerosas veces. Desea dormir de nuevo hasta recomponerse lo suficiente como para restarle importancia a las malignas memorias desvanecidas. Son algo natural para ella, después de todo.
Con extrañeza, como si las figuras que encuentra no le pertenecieran (y no lo hacen) se ve con Lord Waldstein, sonriendo tanto que sin duda no parece ella.
(al menos Marianne no tomó fotos en la habitación del hotel)
