Todo pertenece a JK Rowling y su prodigiosa imaginación, todo esto es sin ánimo de lucro

Personajes Walburga y Tom Riddle


Selección

- Walburga Black!- llamó el profesor Dumbledore

Una niña de once años de cabello negro ondulado, ojos grises y tez pálida, se dirigió con decisión hacia el sombrero seleccionador, sabiendo perfectamente en cual de las cuatro Casas deseaba acabar y teniendo aun más claro que lo conseguiría ¿por que? Simple, porque ella era Walburga

Se sentó con elegancia en el banco, dispuesta a escuchar la voz en su cabeza que le recordaría todas las cualidades que tuviese para ir a una de las casas.

- Veo una mente astuta, y orgullo, también… hay poder y una gran decisión. Solo me queda decir… ¡SLYTHERIN!

Walburga sonrió emocionada, se quitó el sombrero y corrió hasta la mesa más alejada, la cual aplaudía al recibir a su primera nueva compañera del año.

Se sentó al lado de un joven rubio, alto y desgarbado de rasgos afiliados y profundos ojos azul hielo.

- Abraxas Malfoy- se presentó alzando la mano

- Walburga Black- respondió encantadoramente, con una sonrisa coqueta, tal y como le habías enseñado que correspondía a una dama

Varios nombres se dijeron y todos ellos fueran seleccionados a diversas Casas. Entre ellos estuvieron Minerva McGonagall, Pomona Sprout, su prima Lucretia. La última incorporación a la casa que se sentó al lado de la joven Walburga fue un joven alto de ojos verdes y cabello negro de mirada fría.

- Hola, soy Walburga Black- saludó la joven cortésmente.

No reconocía su apellido, aunque sería muy extraño que un mestizo o un hijo de muggles hubiesen entrado a Slytherin

- Yo soy Tom Riddle. – respondió el de igual manera

No supo por qué pero hubo algo en ese chico que no le gustó en absoluto, había sonreído pero era una sonrisa fría que no llegaba a los ojos, hasta cierto punto escalofriante. Todo en ella decía que se alejase lo más posible de ese chico. Traería problemas y a Walburga nadie podría reprocharle que fuese tonta. Por tanto desde ese mismo día se mantuvo alejada de él cuanto pudo, no importó que fuesen a la misma clase, no le importó las alabanzas de los profesores, mucho menos que fuese el príncipe de las Serpientes dentro de la Sala común. Walburga Black, jamás se acercó a Tom Riddle. Porque si, desprendía poder, pero también, si veías más haya de su sonrisa, había algo siniestro y oscuro tras él.


Hasta aquí la primera historia, intentaré actualizar cada semana, sin dejar de lado mis otras dos historias. pero es que tengo verdaderas ganas de escribir sobre Walburga Black

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