Hola a todos y todas, aquí MichBelen reportándose, ¡na!, es no es mi estilo, quería decirles que estoy creando una nueva historia, si, otra historia, pero que le vamos a hacer, cuando la imaginación llega, no hay nada que hacer, espero que les guste.
Prólogo
El frío de la noche se hacía presente una vez más, el viento soplaba meciendo las hojas de los árboles, la luna brillaba como nunca antes, siendo opacada brevemente por las grises nubes que surcaban el cielo estrellado, pronto llovería. Las personas que paseaban por la ciudad comenzaron a buscar refugio, la lluvia comenzó a caer lentamente sobre las calles de Tokio. En un parque se podía observar a dos pequeños niños bajo un paraguas.
—Dime, ¿Por qué me has citado en este lugar? —El pequeño niño le pregunto a su acompañante, quien solo se limitó a observarlo; la vista de su acompañante reflejaba inseguridad y temor. Inseguridad por lo que debía decirle; temor por su reacción.
—Te-tengo ma-malas noticias. —La voz de la chica era muy temblorosa, ella nunca era así, le costaba hablar, lo que le debía decir era importante, no lo podía aplazar.
—¿Qué sucede Haibara? Te noto nerviosa, ¿Te molesta algo? —Era increíble verla de esa manera, insegura, preocupada, temerosa; sí, ella, la chica con mal carácter y que no demostraba sus emociones, estaba nerviosa, algo debió suceder para que reaccionara de esa manera.
—Lo lamento mucho, Kudo-kun. —Estaba decidida, era ahora o nunca. —No hay antídoto. —Se lo dijo lo más seguro que pudo, ella intento todo para poder ayudarlo a volver a su antigua vida, había fracasado. Miró al chico que la acompañaba, sus ojos demostraban incredulidad, decepción, enfado.
—¿Es una broma, verdad? —No lo podía creer, ¿No había antídoto?, ¿No volvería a ser Shinichi Kudo? —Haibara, responde
—No lo es, lo lamento; lo intente todo, pero no hay antídoto. —El chico la miró directamente a los ojos, tratando de averiguar lo que pasaba por la mente de la chica; ella desvió la mirada, se sentía culpable, ella fue la que creo el veneno, ella fue la que arruino su vida, su enemiga. —Lo único que puedo hacer por ti es darte este antídoto temporal para que puedas despedirte de tu chica. —Le entrego un paño y se marchó, no podía mirarlo, estaba decidida, esa vez sería la última vez que lo vería, se alejaría de él, como tantas veces lo intentó, se iría tal y como llegó a sus vidas, en una noche de lluvia.
Bien eso fue todo, eso es lo que se me ocurrió, estaba en clases así que, no se me ocurría nada más, espero que les haya gustado, hasta la próxima.
