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INTRODUCCIÓN.

"¡Termínalo!"…

"¿Qué quieres de mí?"

"¡Termínalo!"

Despertó sobresaltado. Otra vez había tenido el mismo sueño. Una vez más esa voz no dejaba de decirle que "lo terminara" pero ¿Terminar qué cosa?...

No tenía tiempo de pensar en eso. Talló su cara buscando espantar un poco el sueño. Su rostro mostraba la fatiga de la que era preso desde hacía unos meses atrás: ojeras pronunciadas, cabello más largo de lo usual y sorprendentemente llevaba días sin tomar un baño. Ni siquiera se había cambiado de ropa, aún llevaba el pantalón vaquero azul, la playera negra y los zapatos de hospital desde hacía dos días. Una voz que venía desde la puerta lo sacó de sus pensamientos.

-¡Levi!

Fijó su cansada mirada hacia la entrada. Ahí estaba su esposa, mirándole sonriente. La luz de la ventana le iluminaba el rostro embellecido por unos labios maquillados de rojo pasión. Su cabello era muy corto y lo cubría con un gorro de estambre a juego con su gabardina y botas blancas. Relucía como un ángel.

-¡Vamos Levi! ¡Salgamos a dar un paseo!

-No, aún tengo que… -fue interrumpido.

-¡Pero Levi! ¡Es la primera nevada del año!

Su esposa le miró. Él se puso en pie; le había convencido con su simple sonrisa angelical. Pero si apenas se puso frente a su esposa para darle un beso, uno de sus colegas médicos corriendo por el pasillo gritó su nombre.

-¡Levi! ¡Levi!

-¿Qué pasa?

-¡Es Isabel!

Su semblante palideció: por seguro algo malo había ocurrido. Regresó la mirada hacia su esposa para pedirle lo disculpara, pero la mujer ya se encontraba atravesando la puerta de salida. Y él estaba en el pasillo con dos opciones: hacia la derecha ir tras su esposa, hacia la izquierda ir al quirófano. Miró a ambas partes y en un pestañeo se decidió por la izquierda. Mientras corría hacia el lugar de su decisión, volvió a escuchar esa voz:

"¡Termínalo!"…