Durante las tardes de los martes, se siente una brisa especial en Central. Una brisa suave y fresca. Una brisa tenue, que casi parece no existir, a menos que uno realmente esté prestándole atención.
A Riza le gusta salir de la oficina durante una hora o dos, esos días. Algo en ése viento tranquilo la hace sentirse bien. Como si por unos instantes no existieran guerras, asesinatos, crímenes.
Como si por ése tiempo no hubiesen preocupaciones.
Durante las tardes de los martes, Riza se sienta contra un árbol aledaño al edificio militar, con su can junto a ella. Y le habla, en una voz muy baja, de cosas que jamás le diría a nadie. Su perro mueve la cola, y reparte besos húmedos sobre la suave mano de su dueña, y hasta parece escucharla con atención.
Durante las tardes de los martes Riza es la mujer que no puede ser los demás días
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Durante las tardes de los martes, él se asoma a la ventana a ver a la mujer que ama sonreír sin recaudos –algo que pocas veces puede hacer, en otras circunstancias-, y se queda apoyado sobre el marco durante varios minutos, sonriendo él también, como un niño pequeño.
O como un idiota. (O ambos.)
Durante las tardes de los martes Roy Mustang deja libre su imaginación, pensándose sentado junto a Riza, tomándola de la mano, y escuchándola mientras ella suelta confesión tras confesión.
Durante las tardes de los martes Roy es el hombre que quisiera ser todo el tiempo.
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NA: Estoy viva y, sorprendentemente, escribiendo cosas heterosexuales. Shocking, I know.
Pero bueno, son Roy y Riza. Ni yo puedo resistirme a lo extremadamente bonitos que son.
Tal vez en uno o dos días suba el próximo drabble.
