N/A: Aquí les dejo mi historia. Espero que les guste tanto como a mi me agrada escribirla! Saludos a todos y gracias por leer!.

Título: Bad Brother Glory

Sinopsis: Él era la personificación de lo incorrecto... Arrogante, engreído, mujeriego, cínico, malévolo. Pero lo peor de todo... Era su cuñado.

Rated: T

Pairings: Delena - (UA universo alterno)

Disclaimer: Los personajes aquí narrados no me pertenecen. Son propiedad de la escritora L.J Smith y el canal CW

Aviso: Este fic participa del Reto "Juguemos al Universo Alterno" del foro "The Vampire Diaries: Dangerous Liaisons".

El capítulo contiene 1000 palabras exactas.


Sentada en el cómodo sofá de la casa de huéspedes de la familia Salvatore, podía oír claramente como en la biblioteca, los tres hombres que vivían en aquella casa se enfrentaban en una acalorada pelea.

Sus padres habían salido de viaje para acompañar a su hermano Jeremy a una audición en una prestigiosa escuela de música y es por eso que Giussepe, el padre de su novio, se había ofrecido a cuidarla en lo que durara su ausencia.

Así fue como acabó viviendo en aquella enorme casa, junto a su tierno y dulce novio, su estricto padre y su inquietante hermano.

Damon. Su nombre era sinónimo de problemas, como los que ahora mismo estaba ocasionando. Tal parecía que alguien había roto varios vidrios de la casa, como venganza por alguna mala acción del muchacho. Como siempre, Giussepe le gritaba y su novio, Stefan, solo contribuía diciendo que debería ser castigado.

Así eran las cosas allí, Damon la cagaba, Stefan lo culpaba, Giussepe explotaba.

¿Qué opinaba ella? Simplemente que Damon era un incomprendido y Stefan necesitaba aprender a cerrar la boca de vez en cuando.

Stefan y Elena cursaban su último año de instituto y Damon estaba en su segundo año de Universidad, estudiando ingeniería. El chico era brillante, pero tenía problemas de comportamiento. Se la pasaba de fiesta en fiesta, con un sinfín de mujeres rodeándolo. Sabía que era guapo, y eso le encantaba. Era altanero, cínico, engreído y terriblemente malévolo.

Aún así ella sentía pena por él. Por lo poco que le había contado Stefan, Damon era fruto de una aventura de su padre con una mujer que sólo se embarazó para obtener algo de la fortuna de Giussepe. Cuando Damon tenía solo un año, la mujer tomó todo el dinero que Salvatore le había dado y abandonó al niño en la puerta de un orfanato. Giussepe lo encontró dos años después y se hizo cargo de él. Años más tarde se casó con la mamá de Stefan.

No había que ser un genio para adivinar lo que pasó después. La mujer despreciaba al niño no deseado de su esposo, y éste sólo veía en él un error que le había costado caro. Criaron a su hijo con devoción y mucho amor, y a Damon sólo le quedó el desprecio y las sobras. Indudablemente jamás pudo crear un buen vínculo con su hermano. Sólo desarrollo el penoso pasatiempo de disfrutar molestándolo.

Aunque nunca le faltó nada material, jamás tuvo lo que de verdad importaba, nadie se había preocupado por él o lo había querido, y eso había provocado que ni el mismo se quisiera.

-¡Eres una desgracia para esta familia!- el grito de Giussepe resonó desde la biblioteca, mientras Damon pasaba por la sala en dirección a las escaleras- ¡Si fueras la mitad de hijo de lo que es Stefan!- El grito se apagó y se escuchó un golpe al final.

Elena pudo ver a Damon pasando frente a ella apretando los puños. Sus ojos se cruzaron por un momento, y creyó ver algo parecido a la vergüenza en ellos, pero enseguida su máscara helada de siempre apareció y el siguió su camino sin hablarle. Él jamás le hablaba. Podía molestar a todo el mundo y hacer el tonto aquí y allá, pero a ella simplemente no le dirigía la palabra.

Cuando estuvo más cerca, vio las gotas de sangre caer por sus manos. Alarmada intentó asistirlo pero antes de que pudiera pararse él había desaparecido escaleras arriba.

-Lamento que hayas oído eso- Stefan entró entonces en la sala, lucía apenado.- Ya lo conoces- murmuró con rencor. Agitó su mano y ella vio que esta también sangraba.

-¿Qué paso allí? ¿Por qué ambos sangran?- se alarmó la chica.

-Papá hizo que Damon recogiera los vidrios rotos de una de las ventanas-le contó-Estaba agachado en el suelo, noté que se estaba lastimando, intente tenderle un trapo, pero cuando me acerque se levantó de golpe y me hizo perder el equilibrio y caer sobre un montón de vidrio.- su tono era enojado.- Voy a pedirle el botiquín de primeros auxilios a Liz, papá me curará, ¿Me esperas en mi habitación?- sonrió y la besó rápidamente- Pero que no te vea papá- Le giñó él. Se suponía que no podían compartir habitación.

Ella asintió y lo vio alejarse. Automáticamente subió a la habitación que le habían designado y entró al cuarto de baño. Revisó alguno de los estantes segura de que lo había visto por allí. Luego de unos minutos encontró el pequeño botiquín y sin pensarlo dos veces se dirigió hacia su destino.

Una vez frente a la puerta dudó en tocar. Pero al fin no lo hizo y entro sin llamar.

-¿¡Qué demonios!?-Protestó sorprendido el chico, sentado al borde de su cama con un trapo entre sus lastimadas manos.

-Si llamaba no ibas a dejarme entrar- dijo encogiéndose de hombros. Y sin pedir siquiera permiso se sentó a su lado y le arrebató el trapo-Eso está sucio, si no te limpias debidamente se infectará- lo regañó. El movió la boca varias veces como pez fuera del agua y Elena rió. Sin más abrió la pequeña cajita y comenzó a curarlo. Damon brincó imperceptiblemente varias veces, pero no alejó las manos y tampoco emitió sonido. Sólo se limitó a tensar firmemente su mandíbula.

-¿No deberías estar asistiendo a tu novio?-la picó con una ceja alzada.

-El tiene quien lo ayude, y tú por lo que veo no-remarcó lo obvio.

-No quiero tu ayuda-Dijo entre dientes.

-Lo sé, pero la necesitas, Y no te preocupes, no le diré a nadie- luego sonrió aún con su concentración fija en sus manos- No me atrevería a dañar tu inmaculada reputación de chico malo- De reojo vio el atisbo de lo que pareció una sonrisa. Acabó de curarlo lo vendó y se levantó en silencio dirigiéndose a la puerta. Antes de salir se volteó hacia él- De nada- le dijo rodando sus ojos. Y ahora si vio una genuina aunque pequeña sonrisa en su rostro.