Disclaimer: Ouran Koukou Host Club no es mío (ya me gustaría...). Todo pertenece a una señorita muy mona llamada Bisco Hatori y al estudio BONES. Hala, ahí queda eso.
Tras la puerta... el nuevo Host Club
by
Hikaru Kusanagi
Primer capítulo: Juntos de nuevo.
Ya hacía tanto tiempo que Haruhi estaba en la academia Ouran que se la conocía de memoria. Era un lugar enorme, sin lugar a dudas, pero en los tres años que pasó la Secundaria Alta, casi todas sus vivencias allí se habían reducido a un solo lugar.
La Tercera Sala de Música.
La muchacha subía las escaleras y caminaba por el pasillo que llevaba al aula, completamente sola. No había ni un alma ni allí ni en el resto del recinto, lo cual era extraño a su forma de ver. Aquél pasillo no era demasiado transitado, pero los demás estaban casi abarrotados de los impecablemente vestidos estudiantes normalmente. Pero no le dio importancia. Tenía que llegar allí. Se paró ante las puertas de la Sala de Música. Lo más seguro es que sus compañeros ya estarían esperándola. Pues, aunque aquella sala pareciese en desuso, en realidad era el punto de reunión del Host Club. Y ella era miembro de él desde el mismo día que entró nueva al prestigioso instituto.
Giró el pomo y abrió.
Y tras la puerta...
...No había nada.
Tan sólo oscuridad y silencio. Ni rastro de los otros host o de alguna actividad que hubiesen podido estar haciendo.
¿Qué está pasando aquí?
Y entonces recordó... y la oscuridad pareció tragarla mientras llegaba a la conclusión...
Ya no existía el Host Club.
De repente se emborronó todo, y Haruhi despertó sobresaltada, sentándose en la cama y empapada de sudor. El ambiente no había cambiado demasiado. Tan sólo se encontraba en la cama y el cuarto estaba a oscuras. Tan pronto como su ojo pudo adaptarse a la oscuridad (que fue bastante rápido), pudo darse cuenta de más cosas. Y reparó en que aquella no era su habitación de siempre. Esta era más lujosa y amplia. Pudo distinguir las pesadas cortinas que cubrían una ventana, y la cama en la que estaba era más grande...
De hecho, era una cama... ¿de matrimonio?
-¿Mhhh?- se sobresaltó al oír que no estaba sola. Una cabeza tapada hasta arriba con las sábanas se movió a su lado; acababa de despertar también. La cabeza emergió de entre las sábanas, despeinada, y pudo ver quién era, pese a la poca luz. Tenía el pelo claro, y aunque estaba somnoliento, era bastante atractivo. Se parecía a Tamaki Suoh, quien fuera el principal promotor del Host Club y quien había estado también en un curso superior que ella...
-¿Haruhi-chan¿Pasa algo?-el apuesto chico se restregó los ojos, volviéndose hacia ella, y entonces Haruhi se dio cuenta... no es que se pareciese a Tamaki. ERA Tamaki. Tamaki y ella estaban compartiendo la misma cama... Dejó escapar una exclamación.
-¿T-Tamaki-senpai?-balbució, sin podérselo creer y encogiéndose en su lado de la cama, tapándose bien con las sábanas-. ¿Qué estás haciendo aquí?
-¿Bromeas, no?- aún con sueño, Tamaki alzó una ceja, y se incorporó bien en la cama. Entonces Haruhi vio que estaba desnudo de cintura para arriba-. Y ya te he dicho que no me sigas tratando de senpai... estamos casados...
-¿QUEEEEEEEEEEEÉ?
Vale, aquello ya era el colmo... ¿desde cuándo ella estaba casada con Tamaki¿Habría sido alguna malvada treta de alguien, una broma pesada¿Los gemelos Hitachiin quizás¿O Kyouya? O los tres a la vez...
Antes de que pudiese reaccionar, el rubio se acercó a ella y la abrazó de improviso, apoyando una mejilla en su cabeza.
-Venga, ven aquí... -susurró dulcemente-. ¿Has tenido una pesadilla, verdad? Y ahora estás asustada y confundida... No te preocupes cariño... yo ya estoy aquí para protegerte...
Esto... esto no me puede estar pasando... Haruhi dio gracias a que la habitación estaba a oscuras, ya que el nerviosismo y el desconcierto estaban creciendo a pares por momentos. Después de unos momentos, intentó librarse del abrazo de Tamaki, y se volvió hacia él.
-O-oye... si estamos casados... ¿tenemos hijos también?-con la voz temblorosa. De todas las cosas que había podido decir, no se le ocurrió otra cosa mejor que preguntar que eso... el chico le miró extrañado unos instantes, y soltó una carcajada.
-¡Pues claro que tenemos¡Tenemos cinco!-exclamó, para el horror de ella-. ¿Estás bien de verdad? Me estás haciendo unas preguntas muy raras...
Cinco... ¿CINCO HIJOS?
¡Soy muy joven para tener hijos!, pensó con desesperación. ¡Tamakiiiii!
-Haruhi...
-Soy... muy joven para tener hijos, Tamaki...-balbució Haruhi, adormilada en su verdadera cama, una sencilla litera en la parte de abajo. Una chica de su edad estaba sentada al borde de la cama, zarandeándola para despertarla.
-¡Haruhi¡Despierta!-exclamó, conteniendo la risa-. ¡Vamos a llegar tarde!
La aludida por fin abrió un ojo, y suspiró fuertemente. Por fin reconocía aquello... aquella era su nueva habitación, y quien estaba frente a ella era su compañera de piso, una chica de pelo negro muy largo y gafas cuyo nombre era Takako Inoue.
-Ah, Takako...-se enderezó en la cama, frotándose los ojos-. Era un sueño... menos mal...
-Sí, ya me he dado cuenta-dijo ella, divertida, levantándose de la cama-. Algo de que tenías hijos con un tal Tamaki o algo así...
-Co...¿cómo lo sabes?- Haruhi abrió los ojos de par en par, alarmada y levantándose también bruscamente, dándose un coscorrón contra la parte de arriba de la litera al no calcular bien el poco espacio que había.
Takako se echó a reír.
-No es mi culpa si hablas entre sueños, Haruhi-chan-le dijo sonriente, ayudándola a levantarse y acariciando la parte dolorida de la cabeza de su compañera-. Y ten más cuidado con eso, que te puedes hacer daño...
-Ya me he hecho daño...-se quejó Haruhi, aún algo avergonzada. La verdad era que, si lo pensaba más detenidamente, eran unos sueños bastante extraños. Hacía mucho tiempo que no había soñado con su antiguo instituto, Ouran... y con Tamaki. Más bien, nunca había soñado con él, no al menos de aquella forma tan...bochornosa. Se sonrojó.
-Venga, anda, vístete-Takako le pasó la ropa, ya preparada, que tenía que ponerse-. Date prisa, que a éste paso no llegaremos a la primera clase.
Hacía tres años desde la vez en que Haruhi había entrado nueva a aquella exclusiva academia para niños ricos llamada Ouran, que le había cambiado la vida. Ahora, en aquél mismo año se había graduado de allí, y se había matriculado en la facultad de Derecho de una universidad pública(no podía permitirse otra cosa, de todas maneras. Seguía siendo una chica normal y corriente con unos ingresos normales y corrientes). Quedaba muy lejos de su anterior casa, así que decidió alquilar un piso cerca de allí y compartirlo con otra estudiante. De todas maneras, seguía viendo a su padre a menudo, ya que a él 'se le partía el alma de no ver a su princesita con él nunca más'. Sólo recordar la frase hacía que Haruhi pusiera los ojos en blanco, pero la verdad era que ella le echaba de menos también.
Haruhi había crecido desde entonces, y aunque aún seguía siendo de baja estatura, se había desarrollado un poco más y tenía los rasgos un poco más femeninos, a lo cual contribuía el hecho de que su pelo le había crecido y lo llevaba en media melena sobre los hombros. En algo se tenía que notar que ya tenía 19 años. Aún así, no le emocionaba demasiado vestirse con ropa de chica, aunque de momento no tenía otro remedio. Su padre, como de costumbre, le había empacado en la maleta únicamente vestidos. Tendría que volver algún día por el resto de sus cosas. En aquella ocasión, llevaba un vestido corto color blanco con estampado de florecitas en marrón, combinado con los vaqueros que se había traído al mudarse.
La universidad quedaba a poca distancia del bloque de apartamentos donde ella y Takako vivían. Era un lugar bastante grande. El campus verde se extendía ante ellas, adornado con bancos y alguna que otra estatua moderna. A pocos metros de la entrada, se erigía el edificio de la facultad de Derecho, grande y blanco, aunque algo envejecido. Más allá y dispersos por el terreno había otros diversos edificios. Haruhi y Takako se apresuraron hacia la entrada, pasando primero por un extenso parque que había al lado.
-¿Nos dejarán entrar si llegamos tarde?-se preguntó Haruhi, dubitativa. No conocía el sistema de la universidad aún.
-Tranquila, que podremos entrar-le tranquilizó Takako. Ella estaba en la misma clase que Haruhi, aunque ya estaba familiarizada con todo aquello-. En la universidad sales y entras como y cuando te de la gana, así que no hay por qué preocuparse. Eso sí, vamos a tener que esforzarnos para ponernos al día...
-Eso es lo que me temo...-suspiró ella,mirando hacia el frente.
Aún tenía aquellos extraños sueños en la mente, y se estaba preguntando cómo les estaría yendo a los antiguos miembros del Host Club. Haruhi ya tenía cubierta su deuda que había tenido cuando había entrado al club, pero aun así se había quedado allí por gusto, y es que tenía que reconocer que nunca se había divertido tanto con nadie. Takashi Morinozuka y Mitsukuni Haninozuka, los miembros más antiguos del club, se habían graduado los primeros y se habían marchado de Ouran, pero de vez en cuando iban a hacerles una visita. Después, fueron Tamaki Suoh y Kyouya Ohtori quienes se graduaron, por lo que el Host Club se disolvió tras su marcha, puesto que eran los principales dirigentes del club. Finalmente, ella, Hikaru y Kaoru Hitachiin fueron los últimos en graduarse. Luego de la disolución del Host Club, apenas se veían, aunque tenía entendido que Tamaki había puesto a alguien a hacer de espía y de guardaespaldas de Haruhi por si los gemelos Hitachiin hacían algo "indebido" con ella en su ausencia. En definitiva, hacía mucho tiempo que no les veía a todos, incluido a los revoltosos gemelos, a los que había perdido de vista tras graduarse.
¿Dónde estarán ahora...?
-¡Haru-chan¡Haru-chaaan!- una vocecita aguda llamaba a sus espaldas, interrumpiendo sus pensamientos. Se giró sorprendida. Sólo una persona le llamaba así... y esa persona era...
Un chico rubio, de grandes ojos marrones y baja estatura iba corriendo a su encuentro, con una sonrisa de oreja a oreja. En efecto, era Mitsukuni Haninozuka, alias Honey. Había dado el estirón desde la última vez que lo había visto, pero aún así seguía teniendo el mismo aspecto aniñado de siempre.
-¡Qué niño más mono!-Takako sonrió enternecida-. ¿Le conoces?
-¡Honey-senpai!-alcanzó a decir Haruhi, cogida por sorpresa, mientras el aludido saltaba a sus brazos y la estrujaba en un abrazo.
-¡Haru-chan¡Hacía mucho tiempo que no te veía!-exclamó feliz, aún colgado de ella. Takako no pudo por menos que quedarse helada de la impresión. Ese... ese niño... ¿es el senpai de Haruhi! Y aun así tienen mucha confianza...
-Sí, es verdad-admitió Haruhi, ya repuesta, separándose de él y sonriendo-. Has crecido mucho, Honey-senpai...
-¿Verdad?- Honey se puso erguido, y sonrió dulcemente. Las características florecillas de él volvieron a hacer aparición-. ¡Tú también¡Me alegra mucho verte!
Oh, dios mío... qué mono es...Takako sonrió,volviendo a quedar encandilada con la visión del chico. Parece mentira que sea un senpai...
-No has cambiado nada...-Haruhi rió suavemente. Ni ella ni Takako se dieron cuenta de que dos figuras más se acercaron a su espalda.
-¡Ha-ru-hi!-exclamaron dos voces al unísono, y dos brazos tomaron cada uno un brazo de la desprevenida Haruhi. También reconocía aquellas voces... miró a un lado y a otro, y tal como esperaba, vio a dos chicos altos, pelirrojos e idénticos, si no fuera porque cada uno iba peinado de una forma distinta aunque parecida y con diferentes ropas cada uno. Ambos exhibían la misma sonrisa maliciosa que tanto les caracterizaba. Sin duda alguna, eran Hikaru y Kaoru Hitachiin.
-¿Vosotros también?-Miró a uno y luego a otro, alzando las cejas.
-¡Claro que sí! No podíamos faltar-dijo uno, con una voz algo más aguda, guiñándole un ojo. Haruhi enseguida pudo reconocer que se trataba de Kaoru.
-¿Nos has echado de menos, Haruhi?-dijo el otro, con la voz un poco más grave, guiñando el ojo también. Aquél era Hikaru.
-Por lo que se ve, vosotros a mí sí...-no pudo evitar esbozar una sonrisa divertida.
-Claro que te hemos echado de menos.-dijo otra voz, al lado de Takako. Ésta se giró para ver a un joven alto y atractivo, moreno y con gafas, que revisaba distraidamente un cuadernillo de cuentas-. Desde que ya no estás con nosotros, nuestros ingresos se han visto reducidos considerablemente.
-¡Kyouya!-exclamó Haruhi. Desde luego, no podía ser otra persona...Qué morro tiene, ellos disolvieron el Host Club y me sigue achacando a mí la falta de ingresos...-Tú también estás aquí...
-Sí, eso parece-contestó él impertérrito, subiéndose las gafas como si nada. Takako observaba a los cuatro chicos que habían aparecido allí de repente con la misma expresión de sorpresa y desconcierto que tenía Haruhi en el rostro, sin entender nada. Sin embargo, Haruhi empezaba a intuir algo de su visita... algo que no podía ser casual.
-Qué casualidad¿no, Haru-chan?-Honey seguía sonriendo inocentemente, algo que a Haruhi le confirmó sus presentimientos-. Que después de tanto tiempo nos hayamos encontrado todos...
-Sí.-una voz muy grave y seca se dejó oír, al lado de Honey. Haruhi vio, como se temía, que había aparecido otro miembro del Host Club, Takashi Morinozuka, muy alto, de rostro casi siempre inexpresivo y cabello oscuro y muy corto. Honey le ofreció una enorme sonrisa en cuanto llegó.
-Mori-senpai...-balbució-. Un momento... ésto no será...
-¡Hay que celebrar ésto!-exclamó Hikaru,interrumpiendo a Haruhi. Al igual que su hermano, no había soltado todavía a la pobre chica.
-¡Sí, una cosa como ésta no ocurre todos los días!-corroboró Kaoru, con una identica expresión a la de su hermano.
-¡Vamos, Haruhi!-exclamaron por fin a la vez, haciendo amago de arrastrarla con ellos. Ninguno de los otros tres pareció poner alguna objeción. Takako había quedado fuera del grupo que se había hecho, y no perdía detalle de lo que ocurría, pasmada.
-¡E-esperad un momento!-exclamó ella, airada-. ¡No puedo irme con vosotros¡Llego tarde a clase, y es mi primer día!
Y entonces...
Una última voz masculina se pudo oír en el lugar, tras de ellos. También demasiado conocida.
-¡Vosotros dos¡Dejad en paz a Haruhi¡La vais a marear!
Un joven rubio, alto y tan bien vestido como los demás llegó corriendo hacia ellos, arrancando a Haruhi de las manos de los gemelos Hitachiin y tomándola gentilmente de los hombros, de forma protectora. Haruhi, sabiendo muy bien quién era el que había llegado, se volvió para encontrarse con los ojos azules de Tamaki Suou.
-¡Haruhi!- el chico le dedicó una amplia sonrisa, complacido, y la abrazó-. ¡Mi pequeña! Ha pasado mucho tiempo...
-Me lo temía...-Haruhi tenía cara de circunstancias, lo cual era previsible a aquellas alturas. Allí estaban todos, observándola. El Host Club al completo.
-No parece que te alegres mucho de vernos, Haruhi...-Kyouya apartó la vista un momento de su cuadernillo y le dirigió una sonrisita a ella también-. Podrías mostrar quizás un poco más de entusiasmo, ya que a algunos no nos has visto desde hace años...
-¿Cómo queréis que esté cuando os presentais todos de golpe así de repente?-replicó ella-. ¿Se puede saber qué hacéis todos aquí? Esta es una universidad para gente corriente, sabeis...
-¡Lo sabemos!-exclamaron a la vez Hikaru y Kaoru-. Pero no estudiamos aquí... estudiamos ahí.-ambos señalaron hacia la dirección opuesta del parque. Allí se podía ver un edificio mucho más grande y elegante.
-No puede ser...-balbució Takako por lo bajo, que había permanecido callada y apartada de lo que ocurría hasta entonces-. ¿Aquella universidad privada¿La universidad Ouran?
-¡En efecto!-exclamó Tamaki, soltando a Haruhi y señalando también hacia allí, con los aspavientos teatrales tan característicos de él. Si bien aún no se había dado cuenta de la presencia de Takako y seguia dirigiéndose hacia Haruhi-. Mi padre arregló todo para que pudiésemos matricularnos todos allí- explicó, orgulloso. A Haruhi no le extrañaba; el padre de Tamaki era el superintendente del instituto y, por extensión, debía controlar también la gestión de aquella universidad, ya que llevaba el mismo nombre que el instituto-. Y además¡la felicidad fue aún mayor cuando supimos que ingresarías en la universidad de al lado! Por supuesto, hubiese sido mejor que te hubieses matriculado en la nuestra también, pero...
-¿Y cómo lo supisteis?-interrumpió Haruhi, alzando una ceja con suspicacia.
-Olvidas que sigo manteniendome en contacto con tu padre-dijo Kyouya. Un brillito se reflejó en sus gafas.- Me lo contó todo.
Maldición... Una gota de sudor enorme se formó en la sien de Haruhi. Era de esperarse. El padre de Haruhi y Kyouya siempre habían mantenido muy buena relación desde que había ingresado en el instituto.
-Y además, sabíamos que era tu primer día-añadió Honey, aun sonriendo ampliamente-¡así que decidimos venir todos a saludarte!-Mori asintió con la cabeza, subrayando las palabras de su primo.
-Pero no hacía falta que vinieseis a esperarme a primera hora...-dijo Haruhi, aún entre incómoda y avergonzada.
-¡Hay mucho que contarnos!-dijo Tamaki, tomandola de las manos. Se le veía especialmente entusiasta aquél dia, o quizás era la impresión de ella por no haberle visto en un año-. Has crecido... ¡y te has dejado largo el pelo!-los ojos le brillaban de felicidad, y le asomaban unas lagrimitas además-. ¡Y te vistes de forma más femenina¡Por fiiiiin¡Papá es feliz!-le soltó de una mano y alzó un puño al cielo, mientras lloraba de felicidad.
-Tú sin embargo no has cambiado nada, senpai...-observó Haruhi, alzando una ceja-. Sigues aún con eso...-le costaba creer todavía que hubiese tenido aquél sueño con él... al acordarse, no pudo evitar sonrojarse un poco.
-El señor es así-dijo Kaoru, con media sonrisa, encogiéndose de hombros-. No puede evitarlo.
-Pero los demás tampoco es que hayais cambiado demasiado...-dijo ella, observando al resto.
-Todo sigue igual que siempre, según parece...-corroboró Kyouya. A pesar de que mantenía la actitud impasible de siempre, tenía una pequeña sonrisa en el rostro aún.
-Esto...-Takako intervino nuevamente, con una gota de sudor-. Siento interrumpir, pero Haruhi y yo ibamos a ir a clase...
Los seis chicos se giraron hacia ella, por fin, para prestarle atención.
-¿Y esta bella damisela quién es?- Tamaki soltó a Haruhi y se acercó a ella, esbozando una sonrisa seductora. Haruhi hacía mucho tiempo que no veía aquella sonrisa-. ¿Alguna amiga de Haruhi, quizás?
-So-soy su compañera de piso... y también compañera de clase...-balbució Takako, enrojeciendo notoriamente. El chico era muy guapo, para qué negarlo-. Me llamo Takako Inoue...
-¡Estupendo! Los amigos de Haruhi son amigos nuestros, y más aún si son lindas doncellas como tú-el rubio tomó la mano de ella elegantemente como para besarla, lo que provocó que Takako enrojeciese aún más. Detrás de él, Haruhi ponía los ojos en blanco. El Príncipe Azul volvía a la carga, después de todo-. Espero que sepas perdonarnos la grosería de no habernos presentado...
-Claro... cómo no...-la aludida esbozó una sonrisita tonta. Detrás de él, los gemelos se acercaron.
-¡Somos Hikaru y Kaoru Hitachiin!-exclamaron al unísono-. ¡Mucho gusto, amiga de Haruhi!
-Me llamo Takako Inoue...-repitió Takako, algo incomoda, pero esbozando una sonrisa amable-. Encantada...
-Yo soy Kyouya Ohtori-Kyouya se acercó también a ella, si bien aún mantenía abierto el cuadernillo, la observaba de reojo,e hizo una pequeña inclinación de cabeza hacia ella como saludo-. Es un placer.
-¡Yo soy Mitsukuni Haninozuka!-exclamó Honey, a otro lado de ella, esbozando su sonrisa de 'soy mono, abrazame'-. Pero puedes llamarme Honey. ¡Y aquél es Takashi Morinozuka!-señaló a Mori, que se mantenía a un lado de ella. Éste se limitó a saludarla con un breve 'Hola' y otra inclinación de cabeza.
-Y yo-dijo Tamaki, llevándose una mano al pecho-, soy Tamaki Suoh.-Sacó una rosa roja de no se sabía donde y se la tendió a Takako-. Encantado de conocerte, Inoue-san.
-Encantada de conoceros a todos-dijo Takako sonriente, aceptando la rosa de Tamaki y oliéndola-.Haruhi tiene mucha suerte...
-¿Estás segura de lo que dices, Takako-chan?-la aludida también se acercó, esbozando una ligera mueca. Takako la miró... y de repente cayó en la cuenta.
-Un momento...-se giró hacia Tamaki-. ¿Has dicho que te llamas Tamaki Suoh?
-Así me llamo, en efecto...-éste sonreía resplandeciente.
-Entonces... Haruhi...-Takako se giró hacia ella, con una sonrisa pícara.-Este Tamaki no será el de tu sueño...
-¡SHH!-Haruhi se apresuró a taparle la boca a la chica, muy avergonzada-. ¡Calla!
-Oh... Haruhi... ¿ha soñado conmigo?-el rubio parpadeó, sorprendido, enrojeciendo un poco. Mentalmente, el chico estaba saltando de felicidad al imaginarse qué clase de sueño podía haber tenido ella con él. Se acercó rapidamente a Haruhi y la tomó por la cintura, acercándola hacia él-. Y dime, Haruhi¿qué clase de sueño fue?
-¿Y yo por qué tengo que decirte qué clase de sueño fue?-ésta enrojeció en respuesta, abochornada.
-Uh-uh...-corearon los gemelos al unísono.
-No me digas que Haruhi ha tenido un sueño indecente...-susurró Kyouya, mientras hacía algunas anotaciones en el cuadernillo. Tanto Tamaki como Haruhi enrojecieron aún más.
-¡N-No es eso!-exclamó Haruhi, que ya no sabía donde meterse-. ¡Os equivocáis¡No es eso en absoluto!
-Haruhi...-Tamaki carraspeó y volvió a mirarla. Aún seguía enrojecido, pero trataba de guardar la compostura-. Bueno... no pasa nada si es que has tenido un sueño así... quiero decir... es un... sueño solo, y... -Y si ha soñado conmigo es... es... ¡simplemente maravilloso! El chico lloraba mentalmente de felicidad...¡Si ha soñado conmigo, es que aun piensa en mi! Después de tanto tiempo sin vernos...¡oh, Haruhiiii!
-No es lo que tú te crees, senpai...-Haruhi desvió la vista incómoda unos instantes.
-Uuuuh... Nuestro señor quiere tener sueños indecentes con Haruhi...-musitaron Hikaru y Kaoru a la vez, a ambos lados de la pareja-. Qué pervertido...- Tamaki se puso rojo completamente en respuesta y se giró hacia ellos.
-¡Os equivocáis¡Claro que no!-exclamó. Ahora el que estaba abochornado era él.-¿Cómo os atrevéis a insinuar tal cosa?
Takako observaba la situación de lejos, aguantándose la risa.
-Bueno, suficiente por hoy-Haruhi se soltó de Tamaki y tomó a Takako del brazo, cortante-. Nosotras nos tenemos que ir; al menos, tendremos que llegar a la siguiente clase... Nos vemos luego, chicos...-Y sin más preámbulos la arrastró consigo, despidiéndose rapidamente de ellos y yendo hacia la universidad.
-¡Haruhi!-exclamó Tamaki, viendo impotente cómo su niña se alejaba de él. Takako se despidió de ellos también en la lejanía, riendo, hasta que tan sólo fueron siluetas lejanas-. Y ahora que hago... un año sin vernos y ahora seguro que ha pensado mal de mí... -se giró a los gemelos, que estaban sonrientes, y a Kyouya-. ¡Por vuestra culpa!
-Siento llevarte la contraria, mi señor-intervino Hikaru, burlón-, pero quizás tu también hayas contribuido mucho al malentendido...
-Cierto... quizás también tienes tú culpa de que Haruhi haya huido...-agregó Kaoru, cruzándose de brazos.
-Mirad lo que habéis hecho...-Kyouya miró hacia Tamaki, que se había alejado hacia un rincón del parque, de cara a un arbol y rodeado de un aura negativa-. Ha vuelto a aislarse otra vez.
-Y a nosotros qué...-los gemelos se encogieron de hombros, mientras Honey, ajeno al tema, jugaba con el impasible Mori, risueño.
-Será posible...-Haruhi le echó a Takako una mirada de reproche, al tiempo que entraban en la facultad. Takako reía tanto que se le saltaban las lágrimas-. Podías haberte callado eso, mujer... ha sido muy embarazoso...
-¿Qué dices¡Ha sido muy divertido!-Takako se quitó las lágrimas de los ojos, calmándose al fin-. Tu reacción y la de ese chico... ¡qué monos estábais los dos! Ay, que bueno...
-Oye, que es mi senpai...-Haruhi frunció el ceño.
-Pues para ser tu senpai, teneis mucha confianza entre vosotros...-Takako le dirigió una sonrisa pícara-. La verdad, es que todos se toman muchas confianzas contigo para ser de clases superiores... pero, tienes mucha suerte, Haruhi. Todos parecen muy simpaticos... ¡aún e incluso siendo de clase alta! Y yo que pensaba que los ricachones sólo se limitaban a mirar por encima del hombro...
-¿Cómo sabías que son ricos?-quiso saber ella.
-Es muy sencillo. Nadie que fuera a la universidad Ouran podría ser de economía normal... allí va la creme de la creme de la alta sociedad. Al igual que al Instituto del mismo nombre... es muy difícil para un ciudadano de a pie acceder ahí.
-Pues yo estuve estudiando ahí... me dieron una beca para ir a estudiar allí por mis notas.
-Claro, es obvio, por la familiaridad con la que te tratan-dijo Takako, sonriendo-. Por eso digo que tienes mucha suerte. ¡Además, son todos muy guapos!-añadió, con los ojos brillantes-. Y a ése Tamaki creo que le gustas..
-No digas tonterías... a Tamaki le gustan todas.-Haruhi hizo un ademán con la mano, quitándole importancia-. Con todas es igual de galante y de pesado...y además, sigue siendo un crío, aunque tenga ya 20 años.. hazme caso, que yo le conozco mejor que tú.
-Les tratará a todas igual, pero estoy segura de que tú eres especial para él...-Takako amplió su sonrisa, tendiéndole a ella la rosa que Tamaki le había dado-. ¿Has visto cómo te mira? Y cómo actuó cuando supo lo de tu sueño...
-Cualquiera hubiese reaccionado igual...-Haruhi se sonrojó de verguenza-. Bueno, vale. Quizás igual no, pero...
-Insisto, tú le gustas...
-Déjalo, anda... es aquí la clase¿no?-cambiando bruscamente de tema, Haruhi se metió por fin en el aula, buscando un asiento libre entre los alumnos bulliciosos. Takako la siguió con una sonrisa, viendo como su compañera veía la rosa y se la prendía en el bolsillo del vestido antes de sentarse en un sitio vacío. Quizás no fuese tan desencaminada respecto al sentimiento que intuía en aquellos dos, pero... tendría que averiguarlo por sí misma.
Mientras, Haruhi, ajena a los pensamientos de Takako, echó un vistazo por la ventana al cielo azul sin nubes, y sonrió. Mamá... estés donde estés, espero que me estes mirando... Por fin voy a cumplir lo prometido.
Espero que os guste un poco, al menos... he metido un personaje original, pero será como medida de soporte para los que ya están preestablecidos. A propósito, no sé cómo será el sistema de las universidades en Japón, al menos las públicas, así que me he basado en mi experiencia personal. Siento si no es así. Es ficción, de todas maneras...
Y bueno... acepto críticas constructivas, así que sentíos libres de corregir algun aspecto que os parezca raro o algo que vosotros pondríais pero yo no he puesto, etc.
Mata ne!
