Ya era el termino de las clases para algunos alumnos de esa Universidad, se podía notar como todos los chicos se dirigían ansiosamente a la salida, algunos caminando solos y otros en grupos, por general no era de sorprenderse que hasta algunos salieran corriendo de ese instituto, pues a quien no le urgía ya salir.
Pero habían un joven moreno que no había parado de correr con suma rapidez desde que salió de su aula, por la forma que iba corriendo parecía que estaba huyendo de alguien o que simplemente quería dejar atrás un mal momento que tuvo, pues se le notaba en el rostro algo dolor con una mezcla de mucha desesperación, tenía la cabeza agachada, tropezaba con cuanta persona que tenía enfrente, pero la verdad es que a ese chico…
No le importaba empujar a cada persona que estaba en su camino…
No le importaba las personas que tenía a su alrededor…
No le importaba haber dejado a esa chica…
No le importaba ella… ella quien le rompió el corazón brutalmente, a quien le dio todo de sí, a quien amo con locura y con quien sintió por primera vez ese sentimiento tan antiguo del mundo llamado amor.
Ya no le importaba…
Lo que sí le interesaba era… olvidarla y borrarla de su corazón, eso era lo que tenía que hacer, y que haría a cualquier costo hasta el punto de que si era necesario arrancarse el corazón no dudaría en hacerlo…
Ese chico que estaba agotado de tanto correr se había detenido en un poster de luz en donde se recargo y como si alguien le ordenara que viera arriba, no dudo en hacerlo, a la hora de voltear hacia el cielo no pudo evitar sonreír con cierta ironía pues al parecer el clima sabia su estado de ánimo, ese nublado cielo era como si fuera un reflejo del estado en que se encontraba su corazón, ya un poco más tranquilo y con el aliento recuperado el chico decidió ir a ese billar que siempre frecuenta cada viernes junto con sus amigos, tenía que pensar y de una forma u otra desahogarse tal vez jugando o beber hasta no sentir ese nudo de la garganta o esa presión que sentía en su corazón.
Caminaba como zombi, pateaba uno que otra piedra, se paró enfrente de ese pequeño establecimiento y sin dudarlo se adentró; era un bueno sito para relajarse, para reuniones con cuates o en su caso aliviar las penas que cargaba, el moreno observo que no había mucha clientela así que sonrió levemente pues pensaba que así podría desahogarse con mucha soltura la agonía que lo tenía atrapado.
Camino entre las mesas de billar hasta la recepción para rentar la misma mesa de siempre, una vez hecho eso se fue directo al bar para pedir su orden - Hola Chocolove – lo saludaba un hombre de cabello verde y con peinando punk, él es el dueño del sitio no tenía más 28 años de edad, Choco sabia el buen tipo que era, pues cada vez que platicaban le daba buenos consejos.
- Dame cinco cerveza… - sin darse el tiempo de saludarlo comenzó su pedido, ese joven cantinero le parecido raro verlo actuar en forma seria porque en general este Chocolove era muy distinguido por ser muy jovial - Y cuatro shots de tequilas, - Chocolove de alguna forma tenía que aliviar el dolor y si en el alcohol lograba un poco desaparecer lo que sentía en ese mismo instante estaría por más que satisfecho pues sería una señal de avance para poder borrar lo que vivió- Sabes olvida lo último y mejor dame la botella de tequila – el cantinero sacudió la cabeza para poner atención al pedido que parecía que este chico deseaba tener cirrosis o un envenenamiento etílico
- Espera Choco…- el dueño decidió hablarle tranquilamente pues a la hora de nombrarlo este muchacho le lanzo una mirada de odio - Te tomaras todo esto, tú solo –
- ¿Algún problema con eso, Peyote? - de forma desafiante preguntaba Choco a la vez que sacaba su cartera - Te lo voy a pagar todo y lo que se me antoje más adelante -una vez que Peyote le dio la orden, el moreno le tendió un par billetes que cubría el pago de esa primera ronda.
El día estaba pasando rápidamente con cada trago que Chocolove daba y no paraba de embonar cada bola en la banda de esa mesa de billar, Peyote a lo lejos lo vigilaba mientras atendía a la poca clientela de ese día miércoles, noto como el moreno agarraba el celular con el objetivo de ver quien lo llamaba ahora, también se fijó como pulso un botón para silenciarlo y lo guardaba en el bolsillo del pantalón.
El reloj principal de ese salón daba más de las 2am, Chocolove que se servía otro shot de tequila, dicho liquido ya se le estaba acabando, el vibrar molesto de su celular lo interrumpió otra vez, precisamente cuando estaba por golpear una bola se fijó de quien se trataba pero no se sorprendió de quien era pues era la misma de hace 20 ocasiones ¿o 30? ya se le estaba yendo la cordura, ese moreno ignoro como las anteriores ocasiones el llamado de su madre que al parecer todavía pensaba que tenía 15 años para que le esté vigilando con cada llamada pero la realidad era que ya tenía 21 años, la edad suficiente como para no llegar a la casa hasta dentro de unas horas o tal vez días, al ver los otros registro reconoció uno que otra llamada de sus amigos, podía apostar que su madre los llamo para saber de él.
- No crees que ya deberías irte mientras tengas conciencia de cómo llegar a tu casa– Choco guardo su cel rápidamente y sin necesidad de ver de quien lo regañaba continuo su juego- Y no crees que es muy temprano para que te pongas una de tus largas borracheras en pleno miércoles – el chico aguanto en silencio los reproches e intento seguir jugando pero al sentir como le arrebato su taco, ese acto hizo que se enfureciera.
- ¡Eso a ti que te importa! – le grito sumamente enojado y descargando todo su dolor en esas palabras, Choco sabía perfectamente que él no era culpable de sus problemas. – Es más… estas ganando dinero con mi sufrir – el cantinero que ya se podía catalogar como un amigo por esas tantas platicas que ha tenido con ese moreno ya comenzaba a entender porque esa actitud, se quería dar un golpe al rostro por no deducirlo rápidamente pues tenía años de experiencia al atender a hombres que sufrían por distintas cosa como por soledad, tristeza y por amor que era lo más frecuente - Solamente déjame desahogarme hoy, Peyote – el moreno le dijo con una voz queda, el cantinero por su parte la experiencia le demandaba que le devolviera el taco y así lo hizo luego se fue al bar, se trajo dos cerveza, una se la dio a Choco, quien la recibió sin miramiento.
- ¡Salud! – Peyote choco su botella con la de él, el chico no paraba de verlo con algo de incertidumbre, una vez que se pasó el trago ese cantinero le dijo con suma tranquilidad– Sabes Choco, fui un imbécil al no descubrir que estabas… sufriendo – le explicaba ese mexicano – Te dejare por esta vez hacerlo pero escucha muy bien no es buena idea refugiarse siempre en el alcohol - se cruzaba de brazos el cantinero, Choco que le dio un trago a la cerveza - Te lo digo por lo que he visto en estos años - se retiraba lentamente hasta el bar pero antes – Así que desahógate como quieras… pero trata de no romper nada ¿entendido? – ese último comentario logro sacarle una leve sonrisa a ese moreno.
El sonido del timbre no lo dejaba continuar soñando, ese chico odiaba ser interrumpido y odiaba más tener el sueño ligero, tenía suerte que su padre se fue a un viaje de negocio y que lo dejo a cargo de la casa, y del cuidado de su hermana.
Con pesadez se levantó de la cama para ir a romperle la cara quien lo estaba molestado a las 4 am según decía su despertador que no tardaría en hacer su trabajo dentro de una hora más, bajo las escaleras hasta llegar a la puerta, con una mano en el picaporte y otra en el bate abrió la puerta.
- ¿No sabes qué hora es?, estas no son horas para molestar, dentro de una hora debo vestirme e ir a la escuela – exclamaba furiosamente ese chico al quien tenía al frente.
- Lo siento Horo – decía una voz masculina que él conocía – Es que te traigo a tu amigo –
- ¿Peyote?, ¿Qué demonios…? ¿qué? – Horo no se creía que fuera Peyote que curiosamente traía cargando a su amigo Chocolove – Pasa -Horo se hizo un lado para que entrara, cerró la puerta para ir con ellos a la sala, vio como dejaba al moreno en el sillón enorme - ¿Por qué lo trajiste a mi casa? –
- Shhh… está dormido… así que baja el volumen de tu voz – le sugería ese prototipo de punk.
- Ah… lo siento pero yo también estaba dormido hace unos minutos atrás – irritado habló el dueño del lugar - Mejor contesta mi pregunta –
- Pues como nada más tengo tu dirección por esa última borrachera que tuviste… por eso lo traje – Horo recordó ese sábado en que no paro de festejar por el motivo de su examen aprobado – Bueno me voy, mi esposa me espera – Horo lo acompaño a la entrada – Adiós – el peli celeste se limitó a despedirse con la mano, soltó un suspiro de resignación al oír la puerta cerrarse, fue por una manta para cubrir a su amigo y después se fue a su cálida cama para dormir un poco más.
Después de dormir tranquilamente y todo gracias por el alcohol, este Chocolove se levantó con algo de molestia todo producto por ese incomodo sillón, se estiro de brazos, la espalda e hizo movimientos con el cuello pues sentía nudos en todo el cuerpo, la luz que se colaba de esas cortinas le molesto, automáticamente cerro los ojos después unos minutos se comenzó a restregar con las manos sus parpados comenzó abrir lentamente los ojos hasta sentirse cómodo con la luz, observo la habitación en que estaba, esa la sala lo conocía perfectamente y sabía que le pertenecía a su mejor amigo Horokeu Usui.
- Buenos días – saluda con voz angelical esa peli celeste a su invitado, los ojos de él se posaron en esa bella mujer que trae entre sus manos una bandeja con alimento.
- Días, Pilika –se levantó de un tirón que lo hizo tambalearse y sentarse de nueva cuenta en ese mueble.
- La chica se acercó preocupada a él - ¿Cómo te sientes? – dejo la bandeja en esa pequeña mesita que estaba en medio de la sala y se sentó al lado de él.
- Mal – con una risita le contesto, busco con la mirada a su amigo pues ya estaba esperando su regaño.
Pilika noto eso así que le comento - Mi hermano se fue a sus clases, me pidió que te despertar y te cuidara – Chocolove no podía creer lo buen amigo que era Horo al pedir algo así a su hermana – También comento de que no quería tener un hombre muerto en nuestra casa –
Esas palabras burlonas si se lo creía ese moreno - Que ocurrencias tiene tu hermano –
- Me pidió que te recordara que le llamaras a tu madre – ella le tendió ese jugo de naranja y luego una pastilla, Chocolove se dio un golpe en la frente se había olvidado de su preocupada madre por esa depresión que se cargaba- Bueno ahí te dejo el desayuno – se levantó del sillón para irse.
- Gracias, pero mejor me voy –
- ¿Cómo crees?, quédate a descansar un rato – Pilika le agarro la mano para evitar que se levantara - Todavía no estás en condiciones para salir –
- Es que no quiero abusar de su hospitalidad -
- No lo estás haciendo, quédate – le ordenaba cariñosamente ella, el moreno se jalo la oreja como signo de estar pensando que no sería mala idea quedarse pues así podía pedirle disculpas a su amigo por lo ocurrido y darle una explicación que seguro él quería oír - No me hagas rogarte -
- Está bien, tu ganas, me quedo – susurro, no era la primera o última vez que se quedaba en la casa de los Usui.
- Bien, voy a estar en mi habitación -se comenzó a levantar del sillón - Si quieres otra cosa me avisas – ya comenzaba a irse de la sala hacia las escaleras.
- Gracias –él grito mientras escuchaba el sonido de como subía las escaleras, después que se terminó el desayuno que le ofreció Pilika y de llamar a su madre para que dejara de estar preocupada, esa mañana decidió continuar durmiendo tranquilamente, durante ese tiempo pudo logar estar en paz sin tener que atormentarse de lo sucedido del día anterior.
El tiempo paso volando ya eran las 7pm, el sonido de la puerta principal abriendo despertó a ese moreno que lo hizo sentarse y para después pararse, al girar vio a su amigo que recién llegaba de la Universidad.
- Hola, Choco – le hablaba duramente con el ceño fruncido – Me tienes que explicar ¿Por qué Peyote te trajo cargando y sobre todo apestando alcohol?-
- Bueno, veras no tuve un buen día ayer-
- Eso me di cuenta - con mucho sarcasmo decía Horo - ¿Cómo te sientes con la resaca? –
- Fatal – se llevó unos dedos a la frente para masajearse.
- Te lo mereces por preocupar a tu madre – dijo con rudeza, pues recordó como la madre de su amigo le hablo angustiada, así que decidió hacerlo sentirlo mal - Me llamo tu mamá muy alterada hasta el punto de las lágrimas porque no le contestaba el cel hasta pensaba en llamar a la policía, te llamamos varias veces, ¿Por qué diablos no contestabas? –
- Se me acabo la pila –
- Si échale la culpa a la maldita pila – Horo no se tragaba esa mentira - Por tu culpa no pude concentrarme en todas mis clase por estar preocupado hasta estuve pensando en quedarme y cuidarte – el peli celeste ya hablaba un poco más calmado – Lo bueno es que mi hermana no tuvo clases y me ayudo – su hermanita siempre era su salvadora cuando estaba en un aprieto, en la mañana se sintió aliviado de como Pilika acepto en cuidar a ese moreno, le sorprendía la madurez que tenía y eso que era dos años menor que él, Horo no se preocupó en dejar a solas a ese par pues conocía y confiaba en Chocolove, sabía que él no le haría algo malo a su hermana- Espero que me ayudes en mis exámenes como modo de disculpa y agradezcas a mi hermana por ser tan atenta contigo –
Chocolove aun sin que Horo le hubiera pedido eso todos modos lo haría sin pestañar - Tenlo por seguro –
- Supe lo que te sucedió ayer –
- De seguro soy el chisme de toda la facultad ¿cierto?– afirmo con un leve movimiento de cabeza ese Usui – En fin, soy soltero nuevamente – con una risa triste hablaba – Espero que sepas que no quiero tocar este tema ahora –
- Lo entiendo -
Chocolove camino a dirección hacia la puerta principal pues decidió que era hora de ir a casa. – Me voy -
- Ya era hora – con gesto juguetón decía - Vete, tu madre te espera –
- Está bien, gracias por aceptarme y soportarme - justo en ese momento bajaba esta Pilika con su singular sonrisa – Gracias por tus atenciones, Pilika –
- No me lo agradezcas, tu hubieras hecho lo mismo por mi hermano o conmigo –
- Eso no lo cuestiono – Chocolove abrió la puerta – Nos vemos y sé que es muy repetitivo pero gracias -
Una vez que la puerta cerro el par de hermanos se fueron a cenar, Pilika era la que se encargaba en realizar la comida, durante toda la cena noto que su hermano no dejaba de tener esa cara de aflicción– Que lastima por Chocolove –por fin dijo esas palabras después de una cena en silencio.
- ¿Por qué dices eso? –tenia curiosidad ella.
Horo dudaba en decirle pero al final decidió en contarle pues era su hermana y sobre todo también es amiga de ese moreno tenía derecho de saber el motivo atrás de esa borrachera - Su novia…mejor dicho ex,– contenía su rabia ese Usui - Lo dejo de la peor forma, ¡esa perra! – se dio un lujo en decir una grosería dirigida a esa malvada mujer que fue novia de su amigo - Me entere que Chocolove fue por ella hasta su aula, ahí la vio besándose tan descaradamente con este Redseb y en una posición muy comprometida, esta Matilda noto su presencia y sin tentarse el corazón… ella…- hizo una pausa – Ella le dijo "que ya no lo amaba, que jugo con él, que toda la relación fue un juego aburrido para ella y que llevaba un buen tiempo engañándolo" – el chico se llevó una mano a la barbilla - Tuvo el descaro de burlarse enfrente de su cara – Horo golpeo la mesa con sus puños, se sentía impotente - Yo sabía que lo estaba engañando hace tiempo, ¿Por qué no se lo dije? –
- No te culpes, hermano, esto iba a suceder tarde o temprano –llevo una mano a los puños de su hermano con el fin de tranquilizarlo.
Durante toda la noche esa Usui estuvo planeando una estratégica para ayudar a Chocolove con la intención de que lograra superar ese trago amargo, por eso después de ir a la preparatoria fue a la universidad en donde asistía su hermano, se alegró por tener la suerte de que ese viernes salía temprano.
Camino por el campus hasta una cafetería que una vez su hermano la llevo cuando le enseño las instalaciones de la Universidad, su hermano estudiaba ingeniería automotriz a igual que ese moreno, al llegar a esa cafetería tuvo la suerte de encontrar al moreno que estaba entretenido en leer ese gordo libro junto con una taza de café, se acero a él sigilosamente, se colocó atrás de él y le tapo los ojos - ¿Quién soy? –
Choco rio un poco porque ya sabía quién era pero decidió seguirle el juego -¿Una tierna ladrona? -
- Nop –
- Entonces me arriesgare en decir que eres la linda hermana de ese apestoso de Horokeu –
Pilika le destapo los ojos y luego se sentó en esa silla que quedaba enfrente de él- ¡Adivinaste! –
- ¿Qué haces en estos rumbos? -cerro su libro de cálculo integral para ponerle atención a su recién llegada.
- Quise visitar a Horo pero no lo encuentro – mintió ella.
- Si quieres te llevo con él – guardo su libro a la mochila con mucho apuro.
- ¡No! – se apresuró a decir, las demás personas los observaban - ¿Tienes clases? – él negó con la cabeza - ¡Qué bien!, ¿Me podrías dar un recorrido por la universidad? –le pregunto junto con unos ojos suplicante que podía derretir a cualquier chico.
- Por supuesto pero antes te invito un café – ella con mucho gusto acepto ese ofrecimiento, una vez que ella termino su capuchino sabor moka comenzó su recorrido en esa facultad.
Mientras caminaba por los pasillos de ese enorme edificio, esa gran universidad era reconocida en Tokio por tener varias carrera universitaria desde ingenieras y licenciaturas, el moreno la llevo a visitar la biblioteca hasta una pequeña área verde en donde la mayoría de estudiantes se sentaba en el pasto bajo de un árbol con la intención de leer con tranquilidad, ahí tomaron un poco de descanso esa pareja, en toda esa tarde se la paso genial ese moreno junto con su bella acompañante que no estaba nada mal según observo pues todos los alumnos masculinos no dejaron de verla - Choco, siento mucho sobre lo de tu novia -
Esas palabras le daban una sensación como si lo bañaran con un balde de agua fría - Lo sabes, No te preocupes por mí, me recupere… — suspiro sin mucho ánimo, repetía las mismas palabras que les había dirigido a su grupo de amigos que lo veían con mucha lastima, giro su rosto para verla, más bien para ver esa mirada que ya estaba acostumbrando que le dieran pero no la tenía más bien ella lo miraba con ternura- …Antes de morirme de tristeza –termino de decir lentamente sin despejar sus ojos sobre ella.
- Te propongo algo –dejo de verlo para poner atención a ese grupo de amigos que estaban jugando futbol.
- ¿De qué trata? –
- Te ayudare a que la superes –
Chocolove no se esperaba esa proposición - ¿Cómo piensas hacerlo? –
- Con mi compañía – con seguridad decía ella - Hay que salir juntos -
- Salir juntos ¿cómo especies de citas? – se atrevió a preguntar.
Pilika negaba frenéticamente con la cabeza a la vez que se sonrojaba antes esa palabras - No, no, no, hablo de salir como amigos – Chocolove ahora comprendía lo significaba ese trato - ¿Qué te parece? –
- Wow… es que… no sé qué decir -
- Te negaras a tener mi compañía – con fingida voz dolida hablaba ella que parecía que estaba a punto de llorar.
- ¡Claro que no! - contesto rápidamente él – Es más acepto gustosamente tu compañía – con eso dicho esa pareja de amigo empezarían con sus salidas.
Continuara...
Hola… lo sé, debería actualizar mis otros fics pero como este fic ya lo tenía desde el año pasado, ya está casi lo tengo terminado, en principio quería ser un one-shot pero al ver que se me ocurrían más ideas ya no se podría ser un one-shot, por esas circunstancias lo publicare por capítulos.
Para los que siguen mis fic ya se darán cuenta del porque he estado muy mal para mis actualizaciones… aquí el ¿porque?
Últimamente he estado muy romántica y sentimental ¡Malditas hormonas y amor!
Nos vemos… no olviden déjame un comentario.
