¡Hola a todos! Hay una situación muy recurrente con los fanfickers: y es que tenemos uno o varios fics en progreso y escribimos historias nuevas en vez de continuar con aquel que hemos dejado en hiatus. Hace poco menos de un mes, digamos que tuve una fuerte crisis de despecho, entre trago y trago decidí exorcizar mis sentimientos, fuertemente ligados a la canción "Rosas" del álbum "Lo que te conté mientras te hacías la dormida" de la banda española La Oreja de Van Gogh, en un song-fic sin editar ni revisar, y no es que ahorita lo haya hecho mejor o lo haya corregido, pero una vez que aquel estado etílico pasó, lo borré y dejé en una nota que pronto lo mejoraría, así que he decidido re-estructurarlo.
He decidido publicarla hoy para dar inicio al mes del IchiRuki, tal como en algunas páginas se nos ha invitado. No tengo claro cuando publicaré el siguiente capítulo.
Y he aquí el primer capítulo.
Advertencia: Cada uno de los capítulos tendrá el nombre de una canción perteneciente a ese álbum, estará ubicado en un UA por lo tanto puede ser que me quede OoC, demasiado diría yo. Se supone que ellos hablan japonés, por lo cual no es raro que Rukia esté en un curso de español (fuera de sus estudios universitarios, algo así como créditos extras), y ha estudiado poemas en español. Este fanfic es un crackpairing
Disclaimer: Los personajes de Bleach son propiedad de Kubo Tite.
Fecha: 01 de agosto del 2017
Un mundo mejor
Ichigo
El tiempo ha pintado las calles del mismo color
Y tú te defiendes del hambre con una sonrisa y amor.
No era como otros días. El primer día de escuela, en su viaje de regreso a casa Ichigo trataba de no seguir pensando en cuánto extrañaba a su madre. Había pasado un año desde que ella había muerto, un año que había sido muy difícil para toda la familia.
Su padre buscaba siempre sonreír mientras intentaba que su amor fuera suficiente para sus tres hijos. Un año desde que el sol se había oscurecido en el hogar de los Kurosaki.
Quiero escuchar tu voz cantando en un mundo mejor.
Quiero encontrarte a ti sonriendo a la vida si no te sonríe ella a ti.
Aquella tarde decidió desviarse y pasar por el viejo embarcadero en el río Onose, un cementerio para barcos viejos. Allí estaba su refugio, y su paz. Desde el primer momento que puso un pie a bordo de Nejibana se dio cuenta que había algo extraño en la embarcación. Aquel era el barco de su primo Kaien, y desde su muerte nadie lo visitaba excepto el pequeño Ichigo.
Desde el interior del barco se escuchaban ruidos. Estaba seguro que no eran los hermanos de Kaien, ya que a ellos les causaba dolor visitar aquella nave. La idea que un intruso profanara su refugio seguro, su sitio sagrado, le dio el valor a Ichigo para, tontamente, buscar confrontar al fisgón y echarlo del sitio.
A tientas, y con poco de cuatela, buscó algo que pudiera usar como arma. Un viejo y oxidado arpón debía servir. Claro que el arma era pesada pero eso no amilanó a Ichigo, quien consideraba que ya era hora para dejar de ser un niño cobarde y llorón. Aquel ladrón saldría huyendo porque si.
Con cada paso que daba Ichigo se repetía a sí mismo que debía ser valiente a pesar que las piernas le temblaban. Pronto estuvo más cerca de la escotilla que lo llevaría al camarote, cuando escuchó un fuerte sollozo.
No fue un ladrón, técnicamente hablando, lo que Ichigo encontró aquella tarde pero positivamente aquella criatura sí que le robó el aliento, y más tarde un pedazo de su corazón.
Dime niña de ojos tristes,
Recuerdas aquel viejo barco que tanto quisiste,
Abrazándose a sí misma, una pequeña niña de cabellos negros lloraba amargamente, y con ello Ichigo sentía que su corazón también se partía en pedazos. Le recordaba a Yuzu luego de la muerte de su madre, y una oleada de sensaciones pronto lo embargaron. ¿Qué podía hacer para que la niña se calmara?
Dejó caer el pesado arpón, el sonido fue suficiente para que la chiquilla le mirara, con asombro, a través de las gruesas lágrimas que seguían surcando su rostro.
En sus ojos tristes reconoció un dolor tan profundo como el suyo. Algo en aquella pequeña vestida de azul, hizo conexión directamente en el alma de Ichigo. Sin que dijeran una palabra, la espada del destino ya había caído.
Donde tú y el mar hablabais de libertad,
De una escalera a la luna quizá,
De un mundo que no deje nunca de hacernos soñar.
Rukia
Ese verano de 1994, Rukia comenzó a asistir a la escuela primaria privada del Gotei 13. Su hermana Hisana había muerto pocas semanas antes del comienzo de las vacaciones, lo cual les permitía a su cuñado y a ella pasar el duelo en la intimidad de su hogar. "Un Kuchiki nunca debe ceder ante los sentimientos" se repetía constantemente como un mantra.
Los coches se arrastran dejando detrás un olor
Que ahoga a turistas sin alma bebiendo en sus vasos de ron.
Por más que se repitió muchas veces aquellas palabras, no pudo ingresar a la escuela en su primer día de clases. Tendría problemas con Byakuya, eso era seguro, pero no importaba. Necesitaba llorar, escapar a un lugar o a un tiempo donde pudiera compartir de nuevo con su hermana.
No conocía la ciudad, pero si caminaba siguiendo el cauce del río estaba segura que no se perdería y podría regresar a su casa antes que los adultos notaran su ausencia.
Un niño pregunta si la libertad es así
Y suena una vieja habanera que le cuenta un cuento sin fin.
El cómo decidió entrar en Nejibana fue algo casual, de todos los barcos que estaban encallados o varados en el puerto, aquel era el que tenía el aspecto menos aterrador. No era que Rukia se considerara una miedosa, sino que esa embarcación se sentía más cálida que las demás. Le recordaba la sensación de estar entre los brazos de su hermana mayor.
Quiero escuchar tu voz cantando en un mundo mejor.
Quiero encontrarte a ti sonriendo a la vida si no te sonríe ella a ti.
En pocos años había perdido, primero a sus padres, y ahora a su adorada hermana mayor. Se sentía sola en el mundo, Byakuya jamás podría ser para ella una verdadera familia, ni siquiera por haberle dado su apellido. Siempre sería su tutor legal. Aquellas fueron las palabras que había escuchado del señor Koga al anciano Ginrei esa mañana antes que el chofer la llevara a la escuela. Era una sucia recogida, una huerfana.
Una vez que se decidió, bajó sin temor al camarote del barco y se dejó caer en el suelo. Pasó todo el día alojada allí, conversando con la nave como si se tratara de una persona, uno de esos amigos inexistentes o imaginarios que los niños siempre suelen crear en sus mentes.
No digas nada, sólo es un ángel jugando a vivir.
Vuelve a sonreír por mí.
Cuando se estaba terminando el día, Nejibana ya había escuchado su historia, los momentos con su hermana y como poco a poco se había desvanecido en la cama de un se dio cuenta en qué momento comenzaron los sollozos, tampoco le importaba, en aquella soledad se podía permitir llorar cuanto quisiera sin que nadie la censurara con estúpidas reglas de comportamiento.
De pronto un fuerte sonido llamó su atención, bañado por rayos del sol al caer la tarde apareció su ángel de la guarda, llevando la apariencia de un chiquillo de cabellos naranjas y uniforme de primaria.
No sólo secó sus lágrimas con su pañuelo y la llevó a su casa, sino que más importante le dio tranquilidad y la envolvió en paz. Ese niño comprendía su dolor.
El llanto cesó, y con el paso de los años la lluvia en su interior también paró. Ambos encontraron consuelo en el otro, las visitas al barco cada tarde se hicieron costumbre, o por lo menos hasta que los adultos intervinieron. Aún así, siguieron por muchos años encontrándose secretamente en aquel barco.
Nota de la Autora: En un primer momento este fanfic iba a ser una especie de mini-biografía al estilo IR, pero luego cambié de opdinión. Aún traeré a colación algunos momentos que pasé con mi propio "Freso-kun", pero serán muy pocos. Nada más para dar algo de drama real a la historia.
Esta apenas es la primera canción, este album trae 15 pistas, no tendrán un orden en específico pero si buscaré que la historia tenga una secuencia lineal en el tiempo. He comenzado con el año de 1994 para marcar el primer contacto de Rukia e Ichigo.
Espero que les haya gustado.
