Rise of the guardians: Jacqueline Frost
Nueva Vida
Habian pasado meses desde que los Guardianes habian derrotado a Pitch y desde que Jacqueline Frost se uniera a ellos, siendo reconocida como la Guardiana de la Diversión. Desde entonces, Jacky se la ha pasado de maravilla con Jamie, su primer creyente, y sus amigos, en especial con Los Guardianes que últimamente se han portado bien con ella, almenos la mayoría de ellos.
Para Jacky, ese extraño sentimiento de ser una simple espíritu de invierno a una Guardián, se le hacía incomodo. Estuvo sola por trescientos años y de un momento a otro ya tenía familia. Bueno, familia seria un poco fuerte, tal vez conocidos o ¿amigos? No lo sabía, pero los apreciaba mucho a cada uno de ellos. A Norte lo apreciaba como una figura paternal, después de todo son casi idénticos; ambos tenían los ojos azules, el cabello blanco y un gran sentido de humor. Su misma presencia le hacía sentirse realmente cómoda y segura, de vez en cuando Norte la invitaba a ir al taller a mostrarle los nuevos juguetes que él hacía y ella se divertía probándolos y haciéndole bromas a los yetis y a los elfos cada vez que podía. Tooth era como su madre y su hermana mayor al mismo tiempo, cuando iba al Palacio a visitarla era bien recibida por Babytooth y las demás hadas, era una gran sesión de platicas, juegos y uno que otro intento de Tooth hacer que Jacky cambie de estilo o de peinado al menos. Para el hada, Jacky era mejor compañera que pudo tener y no es que no apreciara a sus demás compañeros pero otra presencia femenina era lo que necesitaba para sentirse realmente bien. Sandy era de sus favoritos, aunque realmente no decía nada, la chica sentía que podría confiarle completamente ya que él fue el primero en recibirle un par de años después de haber sido convertida en espíritu por El Hombre de la Luna. Aunque no siempre tienen oportunidad de hablar porque Sandy trabaja todas las noches haciendo que todos los niños del mundo tengan dulces sueños ellos mantenían un fuerte lazo que los unía, como el tío favorito que la consentía y mucho. Y al último, pero no por eso menos importante, esta Bunnymund, ese conejo gigante de dos metros, experto en artes marciales y fabricación de chocolates con quien sabe que mas incluido, presa perfecta para sus bromas que hacían que el enorme conejo se pudiera a perseguirla por toda la madriguera hasta que se cansara y a final de cuentas, mejor amigo desde que Jacky había hecho que Jamie recuperara su fe en todos ellos. Se volvieron los mejores amigos desde entonces, casi hermanos, los insultos no pararon pero solo se limitaban en inofensivos apodos, chistes y más bromas de parte de Jacky que después son devolvidas por Bunny.
No supo cómo había logrado conseguir tan buenos compañeros pero sabía que era un regalo y no lo quería perder por nada del mundo.
