Disclaimer: Los personajes que aparecen en este fic no son de mi propiedad si no de Masashi Kishimoto, la historia sí es de mi pertenencia y esta escrita sin ánimos de lucro.
Hijos del miedo by Jurie
Capítulo 1:
Va de morsas y asesinos:
Ellos vienen por ti esperando a que estés solo
descuídate y te matan en un abrir y cerrar de ojos.
Iba por una calle tranquila, a la luz del sol resplandecían mis extraños ojos color verde jade. Miraba al rededor asombrada por los bellos colores de los árboles de cerezo en flor. El viento fresco revolvió mis cabellos rosados del mismo color que las flores haciéndome cosquillas y por inercia reí mostrando una fila de blancos dientes. Un ladrido a mis espaldas me hizo voltear sin embargo no había ningún perro allí. Por el contrario solo encontré una horrible bestia arrugada de tres metros con dos grandes colmillos a cada lado de su gorda cabeza los cuales movió de un lado al otro como pavoneándose...Sentí como se me desencajó la mandíbula ¿acaso una morsa me había ladrado?...
Un golpe repentino en la espalda me hizo expulsar todo el aire de ambos pulmones forzándome a hiperventilar.
-¡Sakura despierta ya!-
-Mmhph-
Fue todo lo que pude decir. Por suerte el retrasado de mi hermano entendió la indirecta y se levantó para darme aire, luego de un par de respiraciones exageradamente forzadas me digne a contestarle.
- Sasori podrías despertarme como una persona normal al menos una vez en tu vida- mi tono de reclamo lo hizo reír hasta que un almohadón aterrizo en su frente borrándole la sonrisa.
Se quito la almohada de la cara arrojándola al piso -Deberías vestirte ya es tarde- dijo y salió de mi habitación murmurando algo que sonaba como pequeña, desagradecida y duerme como morsa. El recuerdo de la morsa de mi sueño me dio un pequeño escalofrío.
Dispuesta a no llegar tarde por tercera vez en la semana me levanté y pasé corriendo al baño donde luego de una ducha rápida me vestí con el uniforme de verano de mi academia. Me miré al espejo satisfecha con lo que veía, sin embargo había algo que todavía me molestaba. En mi pecho justo por encima del corazón una cicatriz de 6 centímetros asomaba por los pliegues de la ropa. Con destreza acomodé las telas hasta cubrirla en su totalidad.
-Mucho mejor-Con todo en perfecto estado bajé las escaleras con el estomago gruñendo-¡Papá Sasori lo hizo de nuevo!-
Corrí hacia el pecho del hombre de cabellos plata que me devolvió el abrazo suspirando. El aludido me lanzó una mirada asesina por sobre el hombro.
-Creí haberles dicho que se comporten como de su edad y no como críos malcriados todas las mañanas, y tu Sasori deberías dar el ejemplo ya lo sabes-
Su expresión variaba entre cansado y ligeramente divertido, hice un puchero aceptando el regaño pero no pude evitar que una sonrisa maligna se asomara por la comisura de mi labio. Solté a mi padre dándole un beso en la mejilla y me dirigí a la barra de la cocina donde me esperaba un rico desayuno.
El pelirrojo asintió conformándose pero al pasar por mi lado me dio un coscorrón en la cabeza- Niñata- dijo para que solo yo lo escuche. No me moleste en contestar aunque sabía que podía salir ganando, y me limite a terminar la comida antes de que se haga más tarde. Luego de fregar los platos salí a la calle.
-¿Me llevas?-
-Y ahora me necesitas- siguió acomodando sus cosas en la moto recientemente adquirida esperando por lo menos una disculpa por mi parte.
-Si me violan en el tren va a ser culpa tuya- negándome a retractarme de lo anterior tomé mi bolso dispuesta a ir caminando.
-¿Ya se van?- asomó a la salida mi padre con su café a medio terminar listo para salir al trabajo.
Sasori suspiró resignado y palmeó el asiento de atrás de su moto. Subí risueña y me abracé a su espalda. Sabía que no me dejaría ir sola, su complejo sobreprotector al fin me servía para algo
- Si, hasta la noche Kakashi- contestó por último mi hermano, padre asintió, el vehículo arrancó y partimos camino al instituto.
Una vez allá le agradecí con un beso en la mejilla el aventón y me dispuse a entrar en las instalaciones para comenzar el día.
Iba caminando por el pasillo intentando ignorar los grititos de las niñas de primer año, levanté la vista en dirección a un rubio sonriente que se encontraba hablando a los gritos con un chico albino sobre vaya a saber que idiotez. Al llegar a su lado choqué los puños con ambos y me recosté sobre la pared.
-¡Teme porque no me dijiste que tenías poderes psíquicos!- una venita empezó a latirme en la cien por la acusación. Apreté el puente de la nariz tomando coraje para soportar el resto del día.
- ¿De que mierda estas hablando Naruto?-
-¡El idiota de Suigetsu dijo que adivinas la personalidad de la gente!-
-Ah, eso. No son poderes se llama sentido común- intenté no sonar tan fastidiado como realmente estaba.
Hace un par de semanas había cogido la peor borrachera de mi vida y según lo que me habían contado había estado rotulando gente al azar, lo sorprendente del asunto es que al parecer había acertado en el nueve de cada diez casos.
-Oe Sasuke haz una demostración de tus increíbles poderes- se carcajeó el peli blanco.
Busqué a mi alrededor gente fácil de catalogar para que me dejen tranquilo- Engreída- señalé a una rubia de coleta- retraída- una chica de ojos perla que estaba junto a la anterior chica- frikis - un tipo de lentes con la mitad de su cara cubierta por su polera y un extraño chico de cejas gigantes- débil- un chiquilla de cabello rosa que lo miró mal.
Mierda, había escuchado.
Aquella extraña chica se paró frente a mi con los brazos en jarra, una ceja levantada y la expresión más indignada que había visto en toda mi vida. corrí la mirada y volviendo lentamente hacia mi posición en la pared de la cual no debería haber salido para empezar.
-Hpm-
Debí saberlo, las ideas de esos dos idiotas siempre metían a alguien en problemas, ahora que el mal estaba hecho solo debía ignorar a la chica hasta que se aburra y deje de molestarle.
-Retráctate- señaló poniendo su dedo índice muy cerca de mi nariz obligándome a fruncir el ceño -Oye imbécil te estoy hablando-
La fulminé con la mirada pero ella no se dio por intimidada en lo absoluto, un calor rabioso me atravesó el pecho en un abrir y cerrar de ojos.
-Me debes una disculpa aquí y ahora-
Quedé de piedra ¿acaso estaba ciega? le sacaba más de una cabeza y por lo menos veinte kilos de diferencia. A mi lado Suigetsu estaba rojo con una mano cubriendo su boca para no reír como histérico y Naruto mirando a la atrevida muchacha con la boca abierta y los ojos desorbitados. El resto del pasillo los miraba y murmuraban por lo bajo, debía solucionar esto rápido antes de que a alguien se le ocurra decir que una niña lo había enfrentado. Me acerqué hasta quedar a pulgadas de su cara con una mirada desafiante.
- No voy a retractarme por decir lo que pienso, además lo que dije no es ninguna mentira-
La pelirrosa escondió su mirada bajo su flequillo. Sonreí con autosuficiencia, por un momento volví a sentirme digno de mi persona. Sin embargo fue solo un segundo ya que un parpadeo después me encontraba sujetándome mi entrepierna lo más disimuladamente que podía mientras sudaba frío. Intenté decir algo pero la garganta se me secó y solo pude gruñir adolorido.
Una carcajada a mi lado me hizo voltear, el idiota de Suigetsu se partía el culo por la escenita que se habían montado y Naruto cada vez tenía la boca más abierta. Por suerte parecía que el resto del mundo no había notado lo ocurrido. Un poco recuperado me enderecé lo más que pude antes de volver la bronca hacia mi objetivo cual cazador a su presa.
- Tú- mi voz salió más ronca de lo que esperaba. Ella me devolvió la mirada totalmente enojada.
- No me llamo tú, mi nombre es Sakura, y TÚ- me pico en el pecho- no vuelvas a hablar de mi sin conocerme o volverás a sufrir las consecuencias-.
Sin más se alejó por el pasillo dejándome dolorido, con cara de pocos amigos, y un enorme deseo de venganza. Me relamí los labios deseoso - Con que Sakura eh...-
-Oh no teme, dime que no vas a vengarte- Naruto tragó duro - aquí vamos de nuevo-
-Que empiece el juego-
Quién se creía ese idiota para llamarme débil, nunca en su vida le había dirigido la palabra. Suspiré sonoramente y fui camino a mi salón, seguía somnolienta pero no lo suficiente para no notar los cuchicheos y las miradas sobre mi nuca.
Y es que por más dormida que este soy totalmente consiente de quien era el tipo de hace un rato. Aquel del que hablan todas en el baño, alto, cuerpo de un dios, actitud de mierda (misteriosa según ellas), hijo de un empresario multimillonario, todas sospechaban que era modelo de ropa interior y por sobre todas las cosas el mujeriego más grande de toda la ciudad. El increíblemente popular Sasuke Uchiha.
Al parecer tenía una gran influencia sobre todos y todas en la academia, influencia que me importaba muy poco.
Literalmente me desparramé en mi banco deseando que la madera me tragase y permanecí así un buen rato hasta que escuché un carraspeo a mi lado.
-¡Frentona como se te ocurre!-
Oh... Ino. Mejores amigas desde el primer día que me traslade, Barbie modelo, sus hobbies son verse sexy, salir con chicos lindos y obsesionarse con otros chicos aún más lindos como por ejemplo el imbécil que pateé hace diez minutos.
-Deja el escándalo cerda, vas a dejarme sorda- me recosté perezosamente sobre el banco mirándola con desgano.
-¡Yo seré escandalosa pero tú estás loca!- se sentó a mi lado fulminándome con sus ojos azules- ¿Cómo se te ocurre?- volvió a repetir en voz mas baja.
-¿Tengo derecho a un abogado?- intenté hacerla reír.
- ¡Claro que no lo tienes! Acabas de meterte con Sasuke-kun el tío con el culo más lindo que he visto nunca y todavía tienes cara para pedir asistencia legal- devolvió la sonrisa mostrando sus blancos dientes y me golpeó el hombro con su puño riendo. Me sobé el hombro simulando estar dolorida y me reí con ella.
- Y después dices que no eres cerda, si tienes un catalogo de culos más grande que un cirujano plástico-
-Como sea- cambió de tema al notar el rumbo que iba a tomar la conversación- los padres de Karin estarán fuera de la ciudad un par de días y ha dicho que hoy hará una fiesta y tú vas a acompañarme-
-Déjame adivinar, Neji estará allí y quieres pasar casualmente a saludar-
Neji era otro de los chicos en el catálogo de Ino, bastante atractivo, cabello largo, al parecer a ella le encantaba y él no se hacía rogar.
-¡Que lista! Paso por ti a las nueve, Hinata también vendrá tengo que hacer amistad con la prima de mi futuro esposo- aplaudió como quien festeja un trabajo bien hecho.
-Buenos días alumnos, el tema de hoy será el tratado de...-
Todos nos callamos, Ino se fue a su lugar guiñándome un ojo y yo saqué mis libros para disimular un poco, este va a ser un día muy largo.
Entre risas y tonterías la mañana ya se había terminado y era hora del almuerzo.
Había tenido una atareada mañana llena de las clases más aburridas del universo y solo me apetecía dedicarme a beber mi jugo de naranja en la azotea del colegio, probablemente este era el lugar más desértico de toda la academia y por lo tanto perfecto para tomar una siesta.
Y es que por algún motivo ya hacía varios días que no podía concebir el sueño, había intentado beber leche caliente, música relajante e incluso intente con somníferos pero nada dio resultado. Apenas cerraba los ojos los músculos se me tensaban y quedaban así hasta la mañana siguiente.
Me puse el mp3 dispuesta a dejar de darle vueltas a tonterías y recuperar un poco de mi preciado sueño y me quedé así hasta que todo se volvió negro...
Un largo pasillo cubierto de alfombra y apenas iluminado se alzó delante de mi, seguramente estaba agachada ya que todo parecía demasiado alto desde mi punto de vista.
De la única puerta al final del corredor se asomaba una mancha roja y espesa que se expandía por debajo de la rendija revolviéndome el estómago, sabía que algo andaba mal pero no podía parar de acercarme.
Mi instinto me obligó a detenerme unos metros antes de pisar aquel líquido carmesí, sin embargo fue demasiado tarde. La puerta se abrió violentamente haciéndome respingar, en el piso había un rastro de sangre que terminaba en el cuerpo de una mujer de cabellos rosa que a penas si pudo enfocar su vista color miel en mi con expresión angustiada- No- su voz ahogada me caló los huesos.
Un golpe sordo la hizo mirar hacia un rincón con horror- Sakura huye- tragué duro cuando una sombra se acercó a la mujer por detrás y clavó sus ojos verdes inyectados en sangre en mi - ¡NO!- gritó la mujer y todo comenzó a dar vueltas hasta volverse de un negro más profundo que el petróleo- Débil- un par de ojos negros me miraron y caí en la inconsciencia.
Desperté como si una descarga eléctrica me recorriera la espina dorsal, de inmediato me arranqué los auriculares y salí corriendo en dirección al lavabo. Me sorprendí al verme temblar como una hoja pero aún así de alguna manera me mantuve de pie.
Agradecía mentalmente que los pasillos estaban vacíos y que todo el mundo ya había vuelto a sus clases. Una vez en el baño me sujeté del lavamanos hasta que mis nudillos quedaron blancos, mi cara en el reflejo estaba pálida como la de un muerto con leves tonos verdes resultado de las nauseas que sentía.
Me senté en el piso mordiéndome la boca lo mas fuerte que pude obligándome a no llorar. Había pasado tanto tiempo desde que había tenido una pesadilla que casi no podía recordar sus caras.
No... todo eso era pasado no puede lastimarme. Inspiré y exhalé varias veces hasta calmarme, ya esta ya pasó.
Luego de lavarme el rostro por un buen rato salí al pasillo dispuesta a tomarme el resto del día libre pero una mano me detuvo en el medio del camino.
Había estado con el ceño fruncido durante toda la mañana, y dudaba mucho que esto fuese a cambiar durante las próximas horas. Y por si fuese poco las amiguitas de Suigetsu me habían estado molestando para que les cuente qué había hablado con la chica pelirrosa.
Tenía la mano fría puesta en mi frente intentando que desaparezca el dolor de cabeza mientras caminaba a la enfermería en busca de algunos analgésicos cuando vi una mata rosada que entró a toda prisa en el baño de mujeres.
Sonreí con maldad esa chica tenía algo pendiente conmigo, tenía el orgullo herido y alguien necesitaba responder por eso.
Para cuando salió ya me estaba impacientando y para colmo de males la muy insensata ni siquiera notó mi presencia, otro golpe bajo al orgullo, era hora de hacerme ver. Frené en seco su trayectoria con mi brazo acorralándola contra la pared.
- Nos encontramos de nuevo- dije con la voz más provocativa que encontré.
-¿Tanto me extrañabas?- su tono de voz pedante no coincidía con su mirada ausente pero aun así su carácter no dejaba de sorprenderme, esta chica tenía sus dos cojones bien puestos y eso me ponía a mil.
-Tienes un asunto pendiente conmigo-
Acerqué mi cara a la suya para intimidarla, pero una vez mas no dio resultado. Pude sentirla temblar levemente aunque dudo que sea por mi causa ya que anteriormente no había reaccionado así. Retrocedí en el tiempo pensando en como la había encontrado ¿acaso le había pasado algo?
Un tirón en mi manga me sacó de mis pensamientos y de repente me vi sentado en el escritorio del profesor de un salón vacío. Ella se sentó arriba de uno de los bancos de los alumnos dejándome un tanto descolocado.
- Pensé que sería mejor un lugar más privado ¿Qué se te ofrece?- hizo un ademán quitándole importancia el asunto y se cruzó de piernas. Me enderecé para recuperar la compostura y hablar firme.
-Te atreviste a hacerme quedar como un idiota en frente de todos-
-Tú empezaste-
-No es excusa, tengo una reputación que mantener-
-Por suerte para ti nadie se dio cuenta, tu reputación esta intacta si es por eso no puedes reclamarme nada- dijo impacientándose.
-Heriste una zona muy delicada de mí- me acerqué hasta que su cara quedó a unas pulgadas de mi pecho.
-Ah, te refieres a eso- para mi sorpresa puso su dedo índice peligrosamente cerca de mis bolas, casi rozando- ¿es dinero lo que estas buscando?-
Retrocedí un par de zancadas aguantando la respiración, tenía la firme impresión de que si seguía así tendría una erección dentro de nada
-¿Por qué querría tu dinero?- contesté sobrado. Todos en ese lugar sabían de sobra que el dinero no era un problema para mi familia.
-No lo sé tal vez drogas o esas cosas que un niño rico no puede pagar con la tarjeta de su papi, realmente no me interesa- encogió de hombros. Se puso de pie y caminó hasta la puerta tomando la manija.
-Me encantaría quedarme pero tengo cosas que hacer... sin embargo supongo que tengo que admitir que no debí golpearte tan fuerte- su mirada me barrió de arriba a abajo- puedes asumir que te debo un favor- concluyó como si fuese lo más normal del mundo.
Si ella creía que él iba a caer en su juego estaba muy equivocada, sin embargo podía dejarme llevar durante un rato. Sonreí de costado, este era mi momento.
- ¿Cualquier cosa?-
-Sí- contestó luego de meditarlo un segundo- sin condiciones-
- No te arrepientas niña-
Hizo un gesto grosero con su dedo corazón y se fue sin siquiera despedirse. Sonreí por dentro, ese iba a ser mi pase de venganza asegurado.
Me decidí por una minifalda negra ajustada y un top de un solo hombro, mi maquillaje estaba cargado pero no demasiado y mi cabello suelto rozaba apenas la curva de la cadera.
Convencida con mi atuendo fui a ver un poco de tele a la sala mientras esperaba a Ino.
-Saku llamó Kakashi, vuelve tarde quiere que tengamos cuidado- Sasori apareció tonteando con su celular, estaba arreglado seguro que iba a la casa de Karin también.
-Vale- cambié el canal mirar programas de cocina me estaba dando hambre, mi hermano se paró frente a mi tapándome televisión. Me miraba con el ceño fruncido y una mueca rara, moví la cabeza buscando un mejor ángulo pero no me dejó ver- ¿Te debo algo?- pregunté mordaz.
-Deberías cambiarte por algo... no se quizás más... largo- se pasó una mano por el pelo. Reconozco ese gesto, lo hace cuando esta incómodo.
-Me gusta lo que tengo puesto Sasori- crucé de brazos sin retroceder.
-Mis amigos irán a esa fiesta no quiero que me molesten porque mi hermanita anda con poca ropa-
-Mis amigas también irán y no quiero ser la mojigata del grupo, además no tiene nada de malo- me repasé con la mirada. Él detectó la indignación en mi voz y frunció aun más el ceño, si es que eso era posible.
-Podrías cubrirte el trasero- contestó alzando la voz.
-Y tu podrías cubrirte la cara- imité su tono.
Nos matamos con la mirada por un par de segundos luego de los cuales estallamos en risas.
-Me llamaste feo tu pequeña...- una bocina en el exterior interrumpió nuestra pequeña discusión.
-Es para mí- me levanté de un salto y salí corriendo hacia la puerta tomando mi bolso a la pasada- te veo allá- salí sin esperar su respuesta.
Me monté en el asiento del copiloto del auto que esperaba en la puerta- Frentona te ves infernal-
-Gracias cerda, tu también-
-Lo sé- sacudió su rubia melena que llevaba suelta por encima de su hombro, su pequeño vestido ajustado de lentejuelas brillo mil veces por el movimiento.
-Tenten, Hinata- sonreí a las chicas de atrás- que gusto me da verlas-
-Que están esperando chicas vamos a la fiesta- el entusiasmo de la castaña me hizo reír automáticamente.
La pequeña Hinata solo asintió con una sonrisita tímida. Ambas estaban muy bonitas cada una a su estilo, Tenten con un minishort y un top y Hinata con un vestido blanco inmaculado.
-Allá vamos- dijo Ino y arrancó a toda marcha hacia el destino.
Empiné el quinto vaso de la noche, para esta altura mis amigas ya me habían abandonado y se empezaban a ver borrachos dormidos en los rincones.
El alcohol y el ambiente sobrecargado estaban causando estragos sobre mi, y eso si no hablamos del daño que los tacones les hacían a mis pies. De repente las cosas daban un giro brusco y volvían a su lugar dándome náuseas.
Una arcada súbita me hizo darme cuenta de que era suficiente fiesta por una noche. Necesitaba aire fresco urgente.
Caminé en dirección al jardín esquivando codazos y empujando a un par de chicas en el intento- Perdón- dije sin voltear, estaba a punto de llegar cuando alguien me tocó el hombro.
-Saaakura- una pelinegra tambaleante se agarraba de mí como si se le fuese la vida en ello.
-¿Hinata bebiste?- su aliento contestó por ella, fruncí el ceño ante el fuerte olor. Esto era raro esta era su primera vez bebiendo y no había nadie acompañándola- ¿Y las demás?-
Tenía el escote empapado y se le translucía la ropa interior, seguramente se había volcado algo encima. Apoyó su cabeza en mi hombro e hizo un gesto que me pareció interpretar como un "mira detrás". Efectivamente allí estaba Tenten bailando de manera exageradamente efusiva con un vaso de vaya a saber que en la mano- Ino con Neji- murmuró como pudo.
-Venga, vamos- la llevé afuera intentando no tropezar con nada. Recosté a Hinata en un banco vacío y se quedó dormida en un instante.
Me senté al lado de ella y suspiré inhalando el aire que tanto me hacía falta -Que delicia- dije para mi misma.
-Lo mismo digo- una voz gruesa a mis espaldas me dio escalofríos.
Volteé a ver por encima de mi hombro- Uchiha-
Solo había salido afuera para intentar despejarme del calor de esa casa, pero en cambio había encontrado algo aún mejor.
Sentada en un banco al lado de otra chica estaba aquella pelirrosa tan atrevida.
Me acerqué por detrás cuidando que no me vea, contuve la respiración al escucharla hablar- Que delicia- quedé de piedra un segundo hasta que me di cuenta que estaba hablando sola, me acerqué un poco más y le hablé.
-Lo mismo digo- ella pegó un brinco por el susto. Se volteó con el ceño fruncido.
-Uchiha-
La miré con mala cara- Sasuke- miré a la chica que babeaba a su lado, la reconocí como la prima de Neji un tío del equipo de futbol americano- ¿una mala noche?-
Por un segundo pareció no entender hasta que un brillo de comprensión paso por su cara.
-Lo mismo digo- apuntó directo a mi entrepierna.
Bajé la mirada solo para cruzarme con mi amigo duro como una roca. Me pasé la mano por el pelo frustrado, así que el calor era por eso. Había tenido a la zorra de Karin restregando su culo en mi pierna toda la noche. Y es que maldición esa tipa podría ser una perra en celo, pero ante todo soy un hombre ese tipo de cosas eran inevitables. En otra situación me hubiese acostado con ella sin embargo hoy no me apetecía, además estaba tan borracha que si la dejaba terminaría vomitando encima mío.
-Hmp, si no vas a hacer nada al respecto no deberías mencionarlo-
Me acerqué caminando hasta quedar de frente. Ella se puso de pie para no quedar tan sometida ante mi altura haciendo que nuestras caras quedaran muy juntas.
Escondí mi nariz en su cuello y ella puso una mano sobre mi pecho para intentar alejarme, la apreté a mi tomándola de la cintura para que no se escape.
- Sasuke basta- su voz no sonó para nada convincente. Esta chica era un incordio pero tenía que admitir que era todo un reto, nada excita más a un Uchiha que un buen desafío.
Respiré en su aliento casi hablando sobre sus labios y le dije- sal conmigo-
Y hasta aquí este capítulo, tengo que decirles a aquellos que sigan Blanca Nieves y el cazador que básicamente mi computadora anterior murió hace más de medio año y es el día de hoy en el que todavía sigo intentando recuperar los archivos (por cierto ya estaba terminado) y es por eso que hace tanto no actualizo. Este fic no tengo idea cuantos capítulos va a tener pero por lo pronto ya tengo escritos cinco que los voy a ir subiendo a medida que más gente se interese, cuantos más seamos más rápido la termine seguramente. Criticas, ayuda, regalos y tomatazos son bienvenidos en los review y se agradecen mucho. Hasta el próximo capítulo los saluda Julie.
