Capitulo I

Decisiones

Tomo su capa negra del perchero colocado cerca de la puerta y se giró sobre sus talones para ver a los demás titanes; los cuales estaban sentados en la sala viendo la televisión.

-Voy a salir, regreso en más tarde- expresó Raven en voz alta para después ser tumbada por una Starfire muy emocionada.

-¿Vas a salir con Aqualad verdad?- preguntó con cierta curiosidad para después poner una sonrisa de oreja a oreja – Hacen tan linda pareja, es como una historia de hadas- expresó Starfire y su sonrisa se ensancho más – Mándale saludos al amigo Aqualad de mi parte

- Yo se los daré- dijo Raven con cierto sonrojo, se dirigió al centro de la sala y volteo a ver a Robin- Traeré mi celular y comunicador encendido por si se presenta una emergencia, solo en casos extremos llámame- finalizó acentuando la ultima parte

Robin solamente asintió, y después evadió la mirada de la chica. Se levanto del sofá y caminó hasta la cocina para tomar una rebanada de pizza donde permaneció hasta que Raven termino de colocarse la capucha de su capa sobre su cabello, se despidiera de todos y atravesará la puerta.

Raven estaba simplemente más que feliz, su vida era perfecta; combatían a los villanos que de pronto surgían, pasaba buenos ratos con sus amigos y de vez en cuando se iba de viaje a visitar a otros titanes.

Y era así como Raven había empezado a salir con Aqualad. Nueve meses atrás ella había pasado unas semanas con los titanes del este para despejar su mente, y Aqualad había sido muy simpático con ella, siempre muy atento y haciendo que olvidará sus problemas. Después ella había regresado a la torre T debido a que había surgido una emergencia pero las salidas con Aqualad fueron más repetitivas y frecuentes, después de 2 meses de salir con él, se le había declarado y ella había dicho que sí; después de eso todo fue miel sobre hojuelas. Pero aun no podía olvidar la razón por la cual había ido con los titanes del este para despejar su mente y todo se podía resumir en una sola palabra…Robin

Era verdad, se había enamorado de su líder, después de todo el la había salvado cuando se había enfrentado a su padre y cierto cariño diferente al de amistad había empezado a crecer en su interior. Los encuentros ocasionales no ayudaban mucho, ni tampoco las indirectas que Robin a veces le mandaba y hacía que ella se sintiera en el cielo.

Pero la verdad era que el no sentía lo mismo que ella y eso la había deprimido tanto al grado que había dejado de comer, solo se quedaba tirada en la cama viendo al techo y cuando alguna emergencia se presentaba se esforzaba más que los demás, descargando todo su ira y tristeza con el villano. Y ahí era donde Aqualad había entrado en su vida. Le había dado el cariño que Robin no le quiso dar y ella estaba feliz, había encontrado a un chico que la quería.

Llego a la parada de autobús donde había quedado de verse con Aqualad y miró su reloj; las 9:00 de la noche, se extraño un poco al darse cuenta que él todavía no llegaba pues nunca se retrazaba. Se acerco a la banca de la parada de autobús y descubrió una pequeña conchita de mar junto con una breve nota que decía: "¿Recuerdas donde nos dimos nuestro primer beso?"

Raven se sonrojó ante el recuerdo y voló rápidamente hacia una cafetería que estaba del otro lado de la ciudad. Corrió rápidamente hacia una palmera ubicada en la entrada de esta y descubrió una estrella de mar junto con otra nota "Sigue el camino del corazón"; el desconcierto de Raven se hizo inminente en su rostro, pero después una pequeña sonrisa se dibujo en sus labios y recordó la primera cita en la cual habían ido al cine y después a caminar en una playa muy hermosa llamada Heart

La playa no estaba muy lejos de ahí, era muy poco visitada por lo que mayoritariamente seguía siendo virgen, pues solo constaba de un pequeño camino de cemento por todo lo largo de la playa. Corrió hacia ese camino y cuando llego al principio se dio cuenta que estaba tapizado de jacarandas junto con velas blancas ubicadas estratégicamente para que iluminaran el camino. Con mucho cuidado siguió aquel alfombrado que lentamente se iba despegando del camino de cemento y se adentraba más hacia la arena. Muy emocionada sigo recorriéndolo hasta que la llevo a una parte muy alejada de la playa. Se acerco con sumo desconcierto y lo que vio la dejo desconcertada.

El cielo teñido de tonos rosas adornaba perfectamente el ocaso que mostraba un sol redondo de color naranja; la pequeñas olas rompían en perfecta armonía en la playa y sintió como poco a poco sus pies se iban humedeciendo; se recargo en una roca y se quitó las botas para poder sentir la arena entre sus dedos junto con la espuma del agua. Frente a sus ojos había una mesa para dos personas con un hermoso mantel color aguamarina, la vajilla en tonos blancos y azules relucía ante las pequeñas velas azules, dos copas se hallaban listas para ser servidas del espumeante champaña colocada en hielo.

Sonrió mucho más de lo que habitualmente, pues había que recalcar que desde que había empezado a salir con Aqualad era menos agresiva y fría con las demás personas, pero eso no le quitaba lo fuerte que podía llegar a ser con sus poderes. Busco con la mirada al pelinegro más no lo encontró, quiso dar un segundo vistazo cuando sus ojos fueron bloqueados por una docena de rosas blancas. Tomo con delicadeza las rosas y las aparto de su vista para toparse con los ojos negros de Aqualad.

Abrazó a su novio, le dio un breve beso en los labios y murmuró un gracias para después sonrojarse ferozmente. La sonrisa de Aqualad apareció súbitamente, la volvió a abrazar y le susurró que ella merecía más. Cenaron con tranquilidad hablando de todo y nada a la vez; en el postre, pastel de chocolate el favorito de Raven, Aqualad saco de debajo de la mesa una caja de terciopelo color azul y le sonrió a Raven. Ella sin entender, lo miro fijamente y le pidió que se explicará.

-Verás Raven, no he sido del todo sincero contigo -empezó Aqualad bajando la mirada- Los últimos días llego el mensajero real del reino de Atlantis informándome que el rey Heros esta enfermo y que es urgente que el heredero al trono le entregue a la dueña de su corazón la estrella de Atlantis para que pueda ocupar el trono por si el rey llegase a morir; sino el trono pasara a manos de la familia indirecta del rey

-No es que no me importe, pero ¿qué tiene que ver todo esto contigo?- pregunto dulcemente Raven mirando impacientemente a Aqualad

-El heredero al trono soy yo y quisiera darte esto- dijo y abrió lentamente la caja de terciopelo azul revelando una estrella de mar de cristal con arena blanca y agua azul en el interior – Es la joya más preciada de Atlantis, se les da a todas las mujeres dueñas del corazón del heredero al trono, mi madre lo recibió de mi padre, y yo te lo doy a ti Raven, porque te amo más que a otra cosa en este mundo

-Yo no se que decir…-Raven bajo la mirada y paso sus dedos sobre la estrella de mar la cual resplandeció un poco al contacto con su mano

-No quiero presionarte a nada Raven, si no quieres ir conmigo a Atlantis lo entenderé, solo quiero decirte que eres todo para mi y por eso te doy este presente. Tengo que irme inmediatamente, mañana en la madrugada partiré, si quieres seguirme te esperaré en el muelle de esta bahía hasta las 5 en punto; si no decides acompañarme por lo menos me gustaría que te quedaras con la joya, significaría mucho para mi- finalizó mientras cerraba la caja de color azul marino y se la entregaba a Raven

Los dos recogieron todo lo de la cena sin dirigirse palabra alguna, la mente de Raven en sí estaba echado todo un lío; quería a Aqualad tanto como el quería a ella pero Robin…no había pensado mucho en su líder sin embargo seguía sintiendo un vacío en el estomago cuando tocaba el tema. Aqualad la llevo hasta la torre T y le dio un beso fugaz en los labios antes de marcharse.

Raven entró con delicadeza a la torre y tomo el ascensor, la puerta se abrió delante de ella, sólo se limito a entrar, apretar el botón del piso al que quería ir y sintió como lentamente iba subiendo. Su cabeza no dejaba de dar vueltas al asunto, en realidad nada la detenía para acompañar a Aqualad a excepción de su aun amor por Robin. Las puertas se abrieron lentamente y observó la sala inhabitada de la torre T, supuso que por la hora todos los titanes deberían estar durmiendo. Con la mente bastante llena de complicaciones se dirigió a la azotea para poder meditar un poco y así poder tomar una buena y razonable decisión.

Subió hasta la azotea mientras pensaba y recordaba todo lo que había sucedido hoy. Antes de poder terminar de subir los últimos escalones de la escalera que llevaba hasta arriba vio algo que le paralizo el corazón

Robin estaba ahí, pero no estaba solo, Star se encontraba con él. El la abrazaba fuertemente, le susurró un "No se que haría sin ti" que Raven alcanzó a escuchar perfectamente, Robin le dio un beso en la frente y le tomo la manto. Raven sintió como su corazón dejaba de latir, se nublaba su vista y un vació se empezaba a apoderar de su estómago.

Corrió lo más rápido que pudo y se encerró en su habitación antes de que se dieran cuenta de que ella los había visto. Sintió una gran oleada de tristeza a sí misma al pensar que ellos tenían una relación secreta. Tomo una gran maleta negra y metió rápidamente todas sus cosas; saco un hoja de papel pergamino y escribió una carta un tanto impersonal dirigida a todos los titanes, donde explicaba que Aqualad le había propuesto que se fuera con el a Atlantis y ella había aceptado; que no la buscaran porque no la encontrarían.

Miró el reloj de su escritorio el cual marcaba la 1:30 de la mañana, se acostó en su cama y lentamente cayó en los brazos de Morfeo. Despertó sobre saltada y miró el reloj, las 4:00 en punto, se apresuró a tomar su maleta y abrió la caja de terciopelo, se coloco la joya sobre el cuello la cual resplandeció y cegó por un momento a Raven.

Confundida salió por la ventana y voló hasta el puerto de la playa Heart y ahí sentado estaba Aqualad mojándose solamente los pies. Raven sonrió mas y se acerco con cautela hacia él. Lo abrazó del cuello y le dio un beso en los labios.

- Veo que te pusiste el collar – dijo Aqualad sonriendo enormemente al ver que Raven lo portaba

- Sí, pero paso algo muy raro, me lo puse y el collar brillo intensamente y emitió una luz ¿Qué quiere decir eso?- pregunto Raven mientras se sentaba a lado de el y miraba intensamente el collar

-Que soy correspondido y que he elegido a la futura reina de Atlantis- expreso Aqualad mientras le daba otro beso en los labios

Raven sonrió más, abrazo a Aqualad y miro hacia el horizonte- ¿Puedo preguntarte algunas cosas?- preguntó con cautela

-Claro que sí-

-¿Como se supone que voy a respirar bajo el agua? Y ¿Cómo vamos a ir hasta Atlantis?-

-Haremos uso de un hechizo para que puedas respirar bajo el agua y llegaremos hasta allá gracias a unos amigos- finalizó y se introdujo dentro del agua, hizo unos sonidos raros y dos hermosos delfines llegaron a la bahía –Ellos nos llevaran hasta allá, dudo que se quejen al transportar a tan bella dama-

Raven rió y se introdujo en el agua. Había olvidado a Robin y ahora empezaría una nueva vida a lado del hombre que amaba. Se dio cuenta que acompañarlo había sido una buena decisión y que a partir de ahora todo cambiaria.

OoOoOoOoO

Cuatro horas después de la huida de Raven, los titanes estaban levantados para iniciar un nuevo día. Apenas se habían levantado hacía media hora; el plan para ese día era que desayunarían y después entrenarían un poco para que así todos tuvieran la tarde libre para hacer lo que quisieran.

-¿Dónde está nuestra amiga Raven?- preguntó Star mientras dejaba su vaso de mostaza en la mesa y la buscaba en la mesa

-A lo mejor sigue dormida Star, ayer llego muy tarde de su cita con Aqualad, ve y despiértala para que baje a desayunar- gritó desde la cocina Cyborg, elevo un hot cake en el aire y le dio vuelta

Star asintió y desapareció por el corredor. Robin siguió tirado en el sofá mientras seguía viendo atentamente las noticias, sin embargo un mal presentimiento hizo que bajara todo el volumen de la televisión y viera como Star aparecía con una nota en sus manos y lagrimas amenazando con caer de sus ojos.

-¡¡Nuestra amiga Raven nos ha dejado! ¡¡Escribió esta carta para nosotros!- gritó mientras corría a dársela a Robin

Todos los titanes se reunieron alrededor de su líder para leer atentamente la carta. Una vez finalizada la lectura, las reacciones fueron varias. Starfire empezó a llorar desconsoladamente, Cyborg se sentó a analizar las cosas, pero un olor a quemado hizo que echara a correr hacia la estufa, Robin no mostraba ningún sentimiento, sin embargo era visto cuidadosamente bajo la atenta mirada de Star; Chico bestia sin embrago empezó a reír.

-¿No ven que es lo que pasa? ¡Nos esta jugando una broma!-

­-No lo creo Chico Bestia, pues a lado de la carta esta su transmisor, ella nunca lo olvidaría- Star abrió la palma de su mano revelando el transmisor de Raven

-¡Es una broma Star! Seguro volverá mañana- expreso Chico Bestia y se levanto a tomar una salchicha de tofu

Sin embargo no apareció el siguiente día, ni el siguiente, ni el siguiente a ese. Se comunicaron con los titanes del este, pero lo único que supieron fue que Aqualad especificaba lo que había pasado. Unos días antes había llegado lo que parecía ser un tritón, el cual le había dado el mensaje de que el rey Heros estaba muy enfermo y podía morir en cualquier momento, le dijo que tenía que llevarse pronto a su prometida o el trono pasaría a manos de alguien más; pues recientemente sus compañeros habían descubierto que el era príncipe de Atlantis; el tritón le había dado una caja de terciopelo color azul marino y se había marchado.

Era todo lo que sabían y eso deprimió más a los titanes. Sin embargo, después de la huída de Raven, Robin jamás volvió a ser el mismo