Hay voces, risas y músicas. Harry puede sentir el eco de la fiesta desde la alacena Es oscuro y hace frío, no es que Harry no este acostumbrado pero hoy,bueno hoy es navidad.

Normalmente le es permitido pasar las navidades con ellos siempre y cuando no moleste, ni hable, ni se mueva. Pero este año alguien importante pasa la nochebuena con los Dursleys y no se pueden permitir que él estropee nada. Ignora el dolor del estomago vació e intenta conseguir calor haciéndose un ovillo debajo de la delgada manta. Se sopla las manos seguro que podría verse el aliento si hubiera suficiente luz. Contar ovejas no sirve así que procura imaginar la navidad si sus padres no hubiesen muerto en el accidente . Como sería pasar la navidad con sus seres queridos, comiendo pavo, escuchando historias junto el fuego, cantando villancicos y con regalos.

"¿Cómo el Papa Noel va a dar algo a un niño tan malo?"

No es que Harry tenga ninguna esperanza pero si el Papa Noel tuviera un poco de tiempo libre él solo le pediría: un poco de luz, calor y alguna foto o recuerdo de sus padres.

Cuando Petunia sube Dudley a su habitación una hora más tarde, tiene un extraño pensamiento al pasar por la puerta de la alacena, podría abrirla y dejar alguno de los restos de la cena para Harry. Al final, esta vez, el niño no ha hecho nada y es navidad.

Su ángel murmura algo entre sueños y se olvida.

Puede que sea mejor así, porque si abriera la puerta vería una pequeña y tibia luz entre los dedos entrelazados del pequeño que duerme placidamente soñando en seres sin rostro que lo abrazan y extrañas canciones de cuna