Notas del autor:
Antes que nada debo decir que esto de tener muchas ideas fue lo que dio origen a este compendio de historias que iré sacando, usando diversas franquicias aparte de Love Live y BanG Dream. En fin espero sea de su agrado está primer historia.
Titulo: She will be Loved
Franquicia: BanG Dream
Pareja: TomoHima (TomoeXHimari)
Tomoe Pov.
La lluvia es generalmente asociada con los sentimientos negativos, aunque para mi caso esto no es así, para mi la lluvia es una parte del clima que me da la oportunidad de sentarme en casa y observarla al lado de una ventana acompañando mi tiempo de observación con música y un delicioso café o té.
Desde que tengo buena memoria siempre he amado cuando llueve, sobre todo por esos días en los que jugaba con mis mejores amigas o con mi hermana pequeña…
Aunque en este día la lluvia me traería algo más que solo un gran día, cambiaría algo en mi.
Todo sucedió un Lunes en la tarde…
Había salido de clases y me dirigía a mi trabajo de medio tiempo, un café cerca de la estación de trenes. El día había sido en su totalidad nublado y con una alta probabilidad de lluvia, eso no fue un problema para mi pues lleve mi paraguas por si está situación sucedía.
Aunque casi tan rápido como cargue con dicho paraguas fue como lo entregue…
Hacia un tiempo que comencé a observar a mi compañera y amiga de trabajo, Hikawa Sayo, ella es una chica muy seria y siempre apasionada con lo que hace. Como dije siempre he observado sus acciones, por lo que un día me di cuenta que ella nunca dejaba de mirar a una chica en especial, una chica de cabello corto, color chocolate, Sayo-san parecía muy perdida mirándola. En ese momento lo comprendí, ella se había enamorado, solo que siendo ella muy densa no lo notaba. Como buena amiga que soy decidí ayudarla, este día la lluvia se intensificó mucho haciendo que esa chica quedará atrapada aquí en el local.
—¿Ahora que haré?— pregunto ella.
Sayo se quedó estática un momento, ella también estaba por acabar su turno y retirarse por lo que pensaba en una manera de ayudarla.
Fue ahí cuando me acerque a Sayo y le di mi paraguas.
—¿No lo necesitarás Udagawa-san?— pregunto ella, algo insegura mientras miraba mi paraguas.
—Nah, ya llamé a Ako, ella vendrá con su amiga por mí— dije muy segura mientras extendía aquel paraguas.
Obviamente menti, no quería preocupar a mi compañera/amiga Sayo pues no quería arruinar su potencial cita con aquella chica.
Con algo de entusiasmo saque mi celular y llame a mis padres.
—Si, lo sé mamá tardaré un poco en llegar, saluda Ako de mi parte.
Y con eso dicho colgue el teléfono, para mi suerte no estaba tan sola pues mi jefa estaba aqui conmigo.
—¿Sucede algo Tomo-chan?— dijo la chica de cabello oscuro y liso.
—¡Ah! No, no es nada Lay-san es solo que tardaré un poco en regresar a casa por la lluvia.
—Ah, ya veo, si quieres te puedo llevar en mi auto.
Acepte la invitación de mi jefa, aunque la única condición que me puso fue que la esperara mientras ella hacia el inventario del día para que ambas nos fueramos juntas. Acepte dicha condición y observe la lluvia, nada fuera de lo común al menos hasta que mire la estación frente a mi, ahí estaba, una chica de cabello rosado mirando con los ojos vacíos hacia el cielo empapándose en el proceso.
«Tal vez no es mi asunto» pense para luego ir a lavar los trastes del día.
A mi regreso de dicha tarea volví a mirar la lluvia a través de la ventana y ahí estaba nuevamente, aquella chica seguía observando la lluvia con esos ojos vacíos de emoción.
«¡Dije que no era mi asunto!» pense al salir de la tienda con la lluvia empapándome.
Después de un largo tiempo en el que intente hablar con la chica y ser ignorada decidí llevarla a la fuerza.
Aquella chica no opuso resistencia, cosa que me asusto un poco.
—¿Qué hacías en la lluvia?— pregunte a aquella chica.
Silencio, esa fue la única respuesta que recibí ante aquella pregunta.
—Bueno, no necesitas explicármelo ahorita puedes tomarte tu…
Aquella chica me había abrazado mientras rompía en llanto.
—¿Tiempo?— finalize mi oración.
No dije nada más, tal vez no necesite palabras para entender que estaba sucediendo con aquella chica. Por ese día solo fui el hombro que sirvió para que aquella chica se desahogará.
Tras un largo tiempo de llanto aquella chica termino, fue ahí cuando volví a hablar con ella.
—¿Estas bien?— pregunte.
—S-si— por fin había recibido una contestación por parte de aquella chica.
—¿Cómo te llamas?
—¿Para que quieres saber eso?— pregunto aquella chica.
—No puedo ayudarte si no se tú nombre.
Aquella contestación hizo que la chica desconocida comenzará a reír.
—¿Dije algo gracioso?— pregunte algo insegura.
—No, es solo que…— fue ahí cuando nuevamente las lágrimas comenzaron a fluir para esa chica.
—Esta bien, no necesitas decirme aún, no tengo prisa— conteste mientras le regalaba una sonrisa a aquella chica.
—¡Tomoe ya terminé el inventario!— exclamó Lay.
Me acerque a mi jefa y hablo conmigo.
—¿Qué sucede con esa chica?— pregunto Lay.
—Ella estaba en medio de la lluvia y decidí ayudarla.
—¿Otra vez ayudando a los demás?—pregunto Lay.
—¿Estuvo mal?
—No, es solo que siempre eres así— dijo Lay mientras recordaba las contadas ocasiones en las que Tomoe siempre se metía en cosas que no eran de su incumbencia solo para ayudar.
—Es una mala costumbre que tengo desde que era niña.
—Yo no creo que sea mala, digo sacrificaste tu paraguas con el fin de que Sayo consiguiera hablar con aquella chica ¿no?
—Así que… lo viste.
—Soy la jefa, no se me puede ni debe escapar nada— contesto Lay mientras hacia el signo de la paz.
Lay suspiro y saco su celular.
—¿Qué haces?— pregunte.
—Estaré atendiendo algunas llamadas que deje pendientes, aprovecha y atiende a nuestra clienta— dijo Lay señalando a la chica sentada.
—¡Entendido!
Me acerque a la chica y note que ella ya había dejado de llorar, aunque su rostro se veía mal.
—Si quieres puedo tráerte café— dije para aligerar el ambiente.
—Esta bien— dijo aquella chica mientras sacaba un pañuelo y se limpiaba el maquillaje que la lluvia había arruinado.
Fui a preparar dicho café, mientras eso sucedía aproveche y hable con aquella chica.
—Mi nombre es Himari Uehara— contesto Himari.
—¡Wow! Es un bonito nombre.
—Gracias, es la primera vez que alguien me dice algo así— contesto algo apagada.
—¡Ah, lo siento!— exclame.
—No tienes que disculparte, no es tu culpa— Himari intento calmar a Tomoe.
—Oye se que apenas te conozco pero ¿Por qué estabas bajo la lluvia?— pregunte.
—Mi novio…
—¿Tu novio?— pregunto Tomoe.
—Mi novio me dejó— dijo ella aguantándose las ganas de llorar.
Me levante algo exaltada de la silla.
—¿¡Que!? ¿¡Por que le haría eso a alguien tan agradable como tú!? ¿¡Acaso es imbécil!?— exclame con suma molestia.
Al darme cuenta de lo que dije me tranquilice.
—Lo siento, no fue mi intensión.
Una risa inundó el lugar, aquella risa provenía de mi acompañante.
—Ya te dije que no te preocupes, además…— Himari se quedó en silencio. —Fue lo mejor.
Ese día tarde en regresar a casa pues cuando la lluvia se calmó decidí acompañar a Himari hacia una parada para esperar un taxi.
—Realmente no tenías que— Himari regañaba a Tomoe por su insistencia en acompañarla a tomar un taxi.
—Claro que debo, después de todo fui yo la que te obligo a entrar a nuestro local— conteste.
—Eres muy extraña.
Después de un rato un taxi recogió a Himari, había decidido regresar a casa pues mi jornada se había extendido por mi decisión.
«Al menos pude hacer que sonriera» con ese pensamiento regrese al local en donde Lay me esperaba.
—Parece que te divertiste.
—Jaja, como crees, vámonos.
Con eso dicho Lay y yo fuimos al auto de Lay, durante el trayecto Lay me molesto.
—Parece que alguien está feliz— hablo Lay tratando de molestarme.
—Ya te dije que solo hice mi buena acción del día ¿Qué hubieras hecho tú?— pregunte.
—Tienes razón.
Regrese a mi hogar en donde fui recibida por mi madre y por mi hermana menor.
Al día siguiente…
—Aquí tienes— Sayo me extendió su mano dándome mi paraguas.
—Y bien ¿Qué tal tu cita?— pregunte con un tono pícaro.
—¡No fue una cita!— exclamó Sayo mientras un sonrojo se hacía notorio en su rostro.
—Lo que tú digas.
—¿Y que me dices tú?— pregunto Sayo.
—¿A que te refieres?
—Lay-san me lo contó, la chica a la que ayudaste y atendiste.
Mi rostro se tiño del mismo color que mi cabello.
—Bu-bueno esa fue mi buena acción del día— conteste con algo de nerviosismo en mi voz.
—Lo que tú digas…
Después de ese día lluvioso sucedieron varias cosas: Sayo logro conseguir una cita con aquella chica cuyo nombre es Tsugumi, Lay había terminado de atender todas sus llamadas pendientes por lo cual dejo el local a cargo mío y de Sayo, y finalmente Himari comenzó a venir seguido al local, en especial en los días lluviosos.
—¡Bienvenida!— exclame.
—¡Hola!
—¡Oh! Himari ¿Qué te trae aquí hoy?— pregunte.
—Hoy quería un café y hablar contigo.
—¿Del de siempre?
—Por favor.
—¡En seguida sale!
Prepare el café y lo deje un rato para ir con Himari.
—Dos semanas— comento Himari.
—Si, quien lo diría.
—Pensar que nuestra amistad surgió porque me invitaste a entrar al local y un café.
—Bueno técnicamente intente invitarte pero nunca recibí una respuesta así que te arrastre al local— conteste rascándome la nuca.
—Pero fue lo mejor.
—¿Hmm?
—De no haber sido así nunca te hubiera conocido.
—Creo que fue el destino— comente.
—Creo que fue el destino el que me puso ese día ahí y fue el mismo el que te acerco a mi.
Después de decir eso ambas comenzamos a reír. Regrese a la cocina por el café.
—Aquí tienes— entregue el café a Himari.
—Gracias.
Estaba nerviosa desde ese momento en el que conocí a Himari comenzó a florecer algo en mi interior. Al principio pense que quería ser su amiga (y al principio fue así) pero luego de escucharla y estar a su lado como su hombro para llorar fue que lo comprendí, yo quería protegerla, amarla y mimarla.
—To~mo~e— Himari llamo mi atencion.
—¿¡Si-si!?
—¿Qué sucede te veo nerviosa?— pregunto Himari.
—Na-nada es solo que…
—¿Es solo que?
—¡Ahhh! Está bien, te lo diré— exclame.
—¿Si?— pregunto Himari.
—Himari estas dos últimas semanas que te he estado conociendo yo… yo me enamoré de ti.
Himari se quedó en silencio, cosa que me asusto.
—¿Era eso? Yo pensé que te habías enfermado— contesto con naturalidad.
—¿Eh?
—Yo también me enamoré de ti, de hecho hoy también me iba a confesar a ti, pero parece que te me adelantaste.
—¿Espera tu que?— y sin ningún aviso Himari acercó sus labios a los mios.
Fue un beso tierno pero lleno de sinceridad.
—Me alegra haberte conocido ese día, ¿Quién diría que por culpa de la lluvia conocería a la mejor chica del mundo?— pregunto Himari.
—Lo mismo digo, el mundo trabaja de maneras misteriosas.
—Ni que lo digas.
—¿Entonces?— pregunte.
—¿Hmm?
—¿Quieres ser mi novia?— pregunte mientras jugaba con mis dedos.
—¿Acaso el beso no respondió esa pregunta?— pregunto Himari.
—¡Ah! Cierto.
Himari comenzó a reír, posteriormente también comence a reír, ambas reíamos amenamente en ese local aún en esa lluvia tan fuerte un sentimiento había nacido. Un nuevo romance había florecido.
Fin.
