Hola!. Antes de empezar el fic tengo que aclarar que hay algunos cambios a la historia original de los Teen Titans, así que ya están advertidos, no me aleguen después si es que no les gusta :P (bueno, sí pueden, mientras sean críticas constructivas)
Capítulo I: Alianzas.
El hombre, sentado cómodamente en el sofá, levantó una ceja al escuchar el nombre de la chica que tenía en frente de él y luego, sentándose bien, la miró atentamente.
Tenía que admitir que ambos tenían un cierto parecido... ¿cierto, sus ojos eran iguales a los de él, de un color azul poco frecuente y bonito... sonrió a medias. La verdad era que no sabía si ella estaba contándole la verdad, pero eso no le tocaba averiguarlo a él.
-... así que cuando volví del extranjero, me dijeron que usted lo había adoptado- terminó de decir la chica, notándose algo intimidada ante la presencia de ese hombre –le mentiría si le dijera que no lo he buscado este tiempo, porque supe que se fue de su casa...
-Las noticias vuelan rápido- comentó él, sintiéndose algo incómodo por el sorpresivo giro que dio la conversación que ambos estaban teniendo –y sí, es verdad... él se fue hace un tiempo debido a un... "problema" que hubo entre los dos.
A pesar que la chica quiso preguntar sobre el asunto, decidió ir son prudencia y aguantarse la curiosidad que le daba el tema.
-¿Sabe dónde está?
Bruce Wayne, en lo que iba de la tarde, por primera vez dudó sobre lo que respondería. La respuesta de la pregunta que ella le hizo era afirmativa, pero no estaba seguro si debía decírselo o no... conociendo al muchacho, quizás la idea no le iba a gustar mucho... y lo conocía bastante.
-Por favor, si sabe algo, dígamelo- le pidió ella, aunque más parecía una súplica –es mi única familia viva que tengo...
-Sí lo sé- suspiró Bruce, sin mirarla –él vive en Jump City... y es la única pista al respecto que te puedo dar, lo siento.
-No se preocupe- replicó ella, sonriente –ya me ha ayudado mucho, primero cuidándolo a él y ahora ayudándome a encontrarlo...
-¿Y ya tienes pensado qué le vas a decir cuando lo veas?
-Le quiero pedir que vuelva al circo- sonrió Maya –Dick siempre fue un excelente acróbata, no creo que haya olvidado cómo se salta ni nada de eso...
-Yo tampoco lo creo- sonrió un poco Bruce, recordando sin querer que como Robin, el joven lo que mejor sabía hacer eran extrañas piruetas por el aire –quizás es como andar en bicicleta, nunca te olvidas de eso, por mucho tiempo que dejes de andar...
-Ojalá, me gustaría mucho hacer una función con él, sería como si papá y mamá volvieran a las pistas.
Bruce pensó que quizás Dick no estaría tan contento con la idea. Lo conocía, y en parte sabía que el chico lo único que quería era enterrar su pasado... lamentablemente, él también estaba metido en medio, por eso se había ido, y también estaba Bárbara, que había sufrido bastante con su partida (y más, porque ni siquiera tuvo la decencia de contárselos)
En esos momentos Alfred llegó con ellos.
-Señor Bruce- dijo con tono serio –tiene teléfono, es Clark Kent...
-Voy en un momento- contestó Bruce, él y la chica se habían puesto de pie –Espero que tengas suerte, Maya, te deseo lo mejor en tu búsqueda.
-Muchas gracias por todo- contestó ella, sonriente y dándole la mano –espero que nos volvamos a ver...
-No lo pondría en duda- sonrió Bruce.
Ella inclinó levemente la cabeza y siguió a Alfred, que la llevaría afuera. Algo contrariado, Bruce se dirigió al teléfono y contestó.
-¿Si?
-¿Estás muy ocupado?- escuchó la voz de Superman del otro lado. Suspiró.
-Ya no lo estoy¿qué hay?
-El Guasón- contestó el otro.
-Voy para allá- suspiró Bruce, colgando el teléfono. En ocasiones se cansaba de ser Batman, pero ya no había marcha atrás.
-Dele mis saludos al señor Richard cuando lo vea- le dijo Alfred, sonriendo.
-De su parte, que esté bien.
-Adiós.
Maya se fue caminando feliz. Siendo sólo una adolescente, tuvo la suerte de hacer un tipo de intercambio con un circo bien famoso de Sudamérica, y a pesar que su familia no deseaba alejarse de ella, no pudo rechazar la oferta. Tiempo después sus padres murieron y su hermano menor, Richard, había quedado al cuidado de un... millonario que quizás había tenido lástima de él.
Hablaron un par de ocasiones, pero él había cambiado mucho y las conversaciones cada vez eran más difícil de mantener. Con el único deseo de volver a verlo, había vuelto al circo, en donde se enteró que se había ido de ciudad Gótica, y ella lo buscó durante un tiempo.
Por cosas del destino, el circo había vuelto a la ciudad donde habían muerto sus padres, y ella había tenido la oportunidad de ir a hablar con Bruce Wayne, que la había recibido amablemente en su casa, y la ayudó a saber la ubicación de su hermano.
La chica consideraba que ya había dado un gran paso...
En la mansión de los Wayne, cuando Alfred estaba entrando se encontró con cierta pelirroja, que lo miraba con seriedad.
-¿Por qué Bruce le dijo a ella dónde está Dick, y a mí no me quiere decir?- le preguntó.
-Porque lo más seguro es que lo vayas a golpear- contestó Alfred, riendo un poco. Ella lo miró ofendida –ya, niña, no se te puede hacer ni una broma.
-Estoy hablando en serio, Alfred.
-Lo sé, y la verdad no se qué responderte. Quizás quiere que Dick piense bien las cosas un tiempo, ya sabes que es algo complicado el muchacho... vamos, Bárbara, no te angusties. Ven, te prepararé algo que te tranquilizará.
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No era que le pasara siempre, pero de vez en cuando caía en una melancolía poco habitual, que extrañamente le hacía olvidar hasta al mismísimo Slade (cosa casi imposible en él), para llenar su corazón de una tristeza muy profunda.
Siempre le pasaba en las mismas fechas, y él sabía por qué.
Era muy simple, porque no estaban con él. Porque se habían ido hace años, dejándolo relativamente solo y con un trauma y rechazo a lo que alguna vez amó, con un deseo de venganza poco sano para un joven de su edad... con un vacío que cada cierto tiempo volvía a él para hacerle recordar con nostalgia tiempos pasados, en los que era feliz.
Debía reconocerlo, tenía a sus amigos a quienes quería mucho y que en esos momentos eran muy importante para él. Pero los amigos no eran lo mismo que los padres, o al menos así lo sentía él en esos momentos.
Robin se encontraba en su cuarto, sentado en el suelo y apoyado en la cama. En frente de él había una serie de fotografías que mostraban a cuatro individuos, dos adultos y dos niños, en diferentes actividades. Una pequeña sonrisa se formó en su rostro.
En más de una ocasión se había preguntado qué habría sido de él si sus padres no hubieran muerto... ¿habría conocido a sus amigos?. Lo más seguro es que no, quizás ni siquiera de nombre...
Unos suaves golpes en la puerta de su habitación lo hicieron pararse. Prefería que sus amigos no vieran las fotografías que tenía regadas por el piso de su cuarto, así que abrió muy poquito la puerta, sólo lo necesario para que sus ojos vieran a Starfire del otro lado, con rostro algo preocupado.
-¿Dime?- apuró él, sintiéndose algo culpable por hacer que su amiga se preocupara por él.
-Robin... ¿te sientes bien?- le preguntó ella –bueno... no has salido mucho de tu cuarto... salvo para las misiones y...
-Estoy bien, Star- sonrió a medias él –no tienes que preocuparte.
-Pero Robin, ni siquiera estás compartiendo con nosotros...- murmuró ella con notable tristeza y bajando sus verdes ojos –quizás si nos dijeras qué es lo que te pasa, podremos ayudarte, de verdad...
-Star... sólo... necesito estar solo un rato- le dijo el muchacho, tratando de sonar tranquilo –no te preocupes.
-Cyborg y Chico Bestia alquilaron una película- le dijo ella –nos están esperando para verla, Raven también está y...
-Está bien, Starfire, iré con ustedes... sólo espérame unos minutos.
-Te esperamos allá.
La extraterrestre dejó solo al Chico Maravilla, quien la vio alejarse con cara de cansancio. Era mejor ir con ellos, quizás podía olvidarse unos momentos de lo que estaba sintiendo en esos momentos. Volvió a entrar y comenzó a juntar las fotografías con lentitud. No eran muchas las que tenía, la mayoría debían seguir en la casa (o mansión) de Bruce Wayne, en donde vivía antes de que se formaran los Teen Titans.
Pero, al llegar a una hoja especial, la quedó mirando con cierto resentimiento. Era un afiche que había llevado el Chico Bestia a la torre después de una misión, decía que un circo llegaría a la ciudad a hacer unas cuantas funciones. Se quedarían cerca de tres semanas o un mes en el lugar. Robin tomó en sus manos el afiche y lo arrugó, tirándolo al papelero.
Por coincidencia de la vida, era justamente el circo en donde él y sus padres trabajaban.
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Slade tenía en frente de él a cierto personaje que le desagradaba bastante, al menos la primera impresión. Su gran sonrisa burlona le producía rechazo. Lo peor de todo, es que se había invitado solito a su guarida.
-¿Cómo era que te llamabas?- le preguntó el hombre, fríamente.
-Guasón- contestó el otro, sin quitar su sonrisa.
-¿Y qué haces aquí?
-Escucha, Slade- dijo el otro –no es que a mí me guste trabajar con desconocidos, y mucho menos si tienen el mismo objetivo que yo, pero esta vez haré una excepción... te vengo a proponer un trato que te va a gustar.
-¿Y qué te hace pensar que aceptaré?- le preguntó Slade.
-Fácil, amigo, el hecho de que nos conviene a los dos por igual... es respecto al petirrojo.
-... ¿Petirrojo?- preguntó Slade, confundido.
-Sí... al Chico Maravilla- el otro no tuvo ningún tipo de reacción, lo que enojó al Guasón -¡ah, Petirrojo, Murciélago junior... ¡a Robin!
-Ahh... con que Petirrojo...- Slade rió un poco suavemente.
-He escuchado por ahí que a ti te interesa que sea tu aprendiz, o algo así.
-Eso ya es tiempo pasado- dijo Slade –así que si no tienes nada más que hacer, te doy cinco minutos para que te vayas.
Slade estaba dando media vuelta, cuando delante de él se pusieron tres tipos grandes. Obviamente que el otro no se sintió para nada intimidado.
-Insisto que me escuches- dijo el Guasón –de verdad que te conviene más de lo que crees... te puedo asegurar que los dos saldremos ganando.
Lo miró. Slade no podía confiar del todo en ese tipo, pero no perdía nada con escucharlo, al menos lo dejaría de una buena vez tranquilo.
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Acá el final del capítulo. Espero que les esté gustando y que me dejen algún comentario. Es mi primer fic de los Teen Titans, ojalá no sean tan malitos :P.
Otra cosa, es un crossover con La Liga de la Justicia, aunque de momento más que nada saldrá Flash (mi personaje favorito xD).
Eso sería, que estén bien.
