Lovina suspiró aburrida y apoyo su mentón en su mano, observando como los demás bailaban frente de ella.

Observando como su sorella Felicia bailaba con Ludwig, ¿Cómo esto era posible? ¡Hasta podía ver perfectamente a su amiga Marguerite bailando con el idiota de Gilbert!

Maledizione… Pensó la chica, suspirando irritadamente, su visión volvió a la pista de baile hasta que logro ver a Antonio, quien bailaba al parecer muy alegremente con Emma, la hermana menor del holandés.

Respirando hondo, tratando de que las lágrimas no recorrieran por sus mejillas, miro hacia otra dirección algo triste.

Stupido Antonio.

Quería irse, pero había prometido que se quedaría solo dos horas, apenas habían transcurrido treinta minutos y quería escapar de ahí.

"Lovina" Escuchó una voz masculina sacándola de sus pensamientos.

La italiana se giro hacia la voz, encontrando unos ojos verde esmeralda posándose en los suyos.

"Bastardo"

El español ignoró su comentario y se sentó a lado de la chica. "¿Estas bien? Parece que vas a llorar" Le tomó del mentón para que la mirara a los ojos.

", solo que el chico que me gusta, lo vi bailando con otra chica…"

¡Maledizione!

Bueno, eso no era completamente falso, Antonio estaba bailando con Emma.

"¡Oh! Nunca me dijiste que te gustaba alguien"

Merda.

"Porque nunca se va a fijar en mi…" Suspiró triste la chica y observó al suelo, jugando con sus manos nerviosamente.

Se sobresalto al sentir las manos del español sobre las suyas. "Lovina, cualquiera que no se fije en ti es un idiota"

"Supongo que tienes razón, tu lo eres" Contesto la chica, sonrojándose como un tomate.

¡Que idiota soy! Pensó la chica. Antonio jamás podría… Oh mio Dio.

Lo último que supo era que Antonio se estaba inclinado para besar su frente. "Te quiero"

¡Merda, merda, merda, es ahora o nunca! "A-Antonio… Yo…"

"¡Vamos a bailar!" Se levanto rápidamente del asiento y tomó a Lovina de la mano, llevándola a la pista de baile.

La cara de Lovina comenzó a enrojecer ante la vergüenza. "¡Bastardo! Yo no se bailar" Confesó la chica.

Antonio soltó una carcajeada. "¡Yo tampoco!" Admitió el ojiverde, rodeando la cintura de la chica y acercándola más a él.

"¡Eso no es cierto! Yo te observé…" Su cara enrojeció antes de que pudiera terminar esa oración. "¡Olvídalo!" Dijo rápidamente la chica y escondió su cara en el pecho del español.

Sintió el pecho del ojiverde elevándose y encogiéndose por la risa de este. "Estaba intentando improvisar con Emma, pero soy un asco, logre pisarla dos veces" Admitió. "Lo único que puedo hacer es flamenco, ¿lo harías conmigo?" Pregunto el español, mientras se alejaba un par de pasos de la italiana.

Lovina frunció el ceño levemente y se volvió a acercar hacia Antonio, haciendo que este sonriera. "N-No creo ser buena en eso"

"Creo que solíamos practicar hace mucho, ¿no?" Dijo ahora el ojiverde, caminando alrededor de Lovina.

Lovina parpadeo un par de veces. "Se lo que intentas hacer" Contesto la chica.

Haciendo que Antonio rompiera el espacio que los separaba e inclino su cabeza hasta su oído. "Entonces baila conmigo" Susurro y le dedico un par de besos en el cuello.

Lovina moviendo su cabeza hacia un lado para darle mejor acceso y al final volvió mirar a Antonio, sus labios casi rozándose, Antonio deposito un suave beso en sus labios haciendo que la chica sintiera su corazón latir como loco.

La italiana rompió el beso y retrocedió un par de pasos. "Bene" Extendió su brazo hacia Antonio. "Bailemos"