Primero que todo los personajes de no me pertenecen y son prioridad de RIOT (League of legends)

Hola a todos! bueno la verdad nunca pensé en la vida que iba a escribir un fick yuri XD pero la verdad es que este par no se da para otra cosa, no pueden no estar juntas o con un hombre, simplemente eso, bueno, ya saben que no sé nada del mundo yuri y espero hacerlo bien XD si no les gusta no lean etc etc.

En segundo lugar también es mi primer fanfick que no es de the legend of Zelda, la verdad como me ocurre a veces me dio un poco de miedo innovar demasiado con la historia por ser primera vez que la toco así que hay varias cosas que aparecen en las historias de los personajes en el juego y otras que no, ya voy adelantada en la historia y trataré de que no lean lo mismo... ya saben, si leyeron mis ficks de zelda me agrada escribir cosas diferentes XDXDXDXDX ojalá resulte aquí.

Bueno, estoy nerviosa -JajajAJajajaj- espero que les guste.

El primer cap es a modo de prólogo-introducción al resto, ya saben, para situarse un poco.

No olviden dejar comments si les gustó o si no, cuando escriban notarán que son fundamentales para los que escribimos y cuando no lo hacen nos rompen el corazón y no queremos seguir escribiendo porque pensamos que nadie nos lee y que somo un asco... recuérdenlo!

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Capítulo uno: En un pasado distante.

La lluvia comenzó su obra maestra justo en ese momento, no era para decir menos, las gotas suicidas salpicaban el concreto con fuerza implacable en forma de un ejército… como resultado no llevaba ni quince minutos lloviendo, y por tanto yo quince minutos corriendo, y se notaba que la tormenta iba a causar estragos, las alcantarillas estaban inundadas por la tormenta de hace tres días y el agua no tendría por donde escapar hacia las entrañas de la gran ciudad… y como consecuencia yo tampoco. No tenía escapatoria por la vía que mejor conocía, pero no me iba a entregar en bandeja de plata, tampoco.

Los altos, derruidos y grises edificios me miraban con parsimonia mientras me movía entre las sombras de las farolas rotas que parpadeaban con insistencia.

Mi ropa empapada y llena de manchones me hacía pesar el cuerpo y la niebla tóxica que había descendido me hacía toser con fuerza, restandome velocidad… a lo lejos vi el resplandor de un faro, sí, quizás eso serviría.

Tomé con más fuerza el saco que contenía lo que me había robado y me escabullí por un pequeñísimo callejón entre dos edificios, mis perseguidores perdieron valiosos segundos allí porque no cabían, me reí un poco mientras entraba al puerto, las olas negras estaban embravecidas y espumosas, jadeando me corrí el mechón empapado de cabello rosa de la cara y tomé una decisión.

Subí a una de las grúas con cuidado, desde allí me abrí paso hasta quedar sobre el agua poniendo a prueba mi equilibrio contra viento y lluvia, y, tomándome de las cuerdas que se bamboleaban con ira por el viento aterricé en una pieza sobre la cubierta, miré por la baranda… la banda a la que le había robado había seguido de largo.

-Ja, cabezas de chorlito. Les ganó una niña.-en un gesto infantil les saqué la lengua.

Me escabullí como una rata hasta llegar al piso más bajo, la bodega, y con alegría vi que estaba llena de cosas, perfecto para esconderme; me preparé un escondrijo entre el cargamento que obviamente no iban a usar en un viaje en barco y miré ansiosa a todas partes, al fin estaba sola.

Suspiré cansada y dejé que mi espalda resbalara contra la pared, había sido una noche terrible… aunque… toda mi vida había sido un asco, la verdad, con solo diez años y ya quería que la cosa terminase, era como si el cielo se riese de mí en mi cara. Algún día iría hasta allí y los molería a golpes.

Aunque fuera a donde fuera a parar de allí en más, definitivamente no iba a echar de menos a la ciudad de Zaunt, hogar de las mentes más depravadas compitiendo con Noxus. No había que tener más edad para darse cuenta de eso.

Desamarré el saco una vez seca y saqué las cosas, mis pocas pertenencias: un cambio de ropa, un saquito de monedas, algo de comida y un montón de baratijas, me encantaba la mecánica y construir o reparar cosas, así que tomé mi destornillador y otro montón de cosas y me puse a trabajar un rato en el arma que les había robado, esos tipos no cuidaban nada y no quería que el artefacto me explotase en la cara por un tornillo flojo o así; no era la primera vez que tenía una en las manos… estaba en la calle desde que la memoria me alcanzaba y para sobrevivir en el lugar que estaba necesitaba actuar con inteligencia y no como una niñita llorona y desamparada del mundo o no habría tenido ninguna posibilidad de lograrlo, probablemente ya habría muerto en el experimento de algún loco o me habrían vendido, pensé en eso antes de quedarme dormida. Tenía algo de suerte.

El barco tardó hasta la siguiente mañana en zarpar, la tormenta no había dejado rastro y yo no me quedaría para verlo, el mar debía de estar calmo y me imaginé el cielo de un tono azul, claro, lo más azul que podía verse bajo la bruma toxica de esa ciudad en decadencia.

Durante los siguientes días me aburrí como ostra, nadie pasaba a revisar la bodega y menos en aquel rincón, había descubierto el cargamento poco a poco y cuidaba mis pasos sobre el almacén de comida, solo sacaría pequeñas raciones para mantenerme a flote o lo notarían, aparte ya estaba acostumbrada a pasar hambre, no necesitaba mucho… por otro lado el barco cargaba un montón de cosas, piezas, refacciones, cajas misteriosas, unos barriles de aspecto sospechoso a los que no me acerqué ni un metro… viniendo de Zaun quién sabía si no era veneno…

La verdad me estaba preguntando cómo diantres iba a salir de allí. Yo era de la clase de personas que actúa primero y piensa después.

La solución llegó justo a tiempo para darle un punto a mi método, y si no funcionaba probablemente moriría; abrí una de las cajas y me metí dentro junto a las refacciones, metí un buen puñado de ellas a mi bolsa… en serio, me encantaban.

La compuerta del techo para descargas se abrió poco a poco y yo casi no respiré mientras movían todo, cuando llegó mi turno me comieron los nervios, y así fue durante las siguientes horas hasta que sentí que me quedé sola de nuevo.

Nunca había visto uno de cerca y menos estado dentro, pero sabía por algunas historias y las vistas de las partes acomodadas de la ciudad que estaba en un tren, y en ese momento no parecía haber nadie así que salí fuera de la caja para por fin estirar mis adoloridos músculos, me busqué otro escondite mientras planeaba mi siguiente paso… sabía que tenía que salir del tren, el barco había salido de mi ex ciudad y probablemente se dirigía a una peor. Ninguna ciudad que se considerase justa la tendría como aliados.

Fue difícil robar comida entre los vagones, tenía que moverme por el techo y estar muy atenta, por suerte no había mucha gente dentro, era más como un tren de carga que de pasajeros.

Durante ese tiempo nos deteníamos de vez en cuando, no sabía para qué, quizás para que descansara la gran máquina, y luego seguíamos, yo tenía que bajar en una de esas ocasiones… pero quedar parada en medio de la nada no era una buena idea.

Así que esperé, esperé cada vez más ansiosa a ver algo en el horizonte que me permitiera largarme de allí, estaba en peligro. Bueno, a decir verdad eso no era novedad alguna.

La noche indicada llegó, de día no había avistado nada que pareciese un lugar al que llegar, pero de noche avisté luz en el cielo nocturno y el corazón me dio un vuelco con una extraña sensación, no sabía qué lugar era, solo sabía que debía ir; me senté en el techo a escuchar a los hombres que cenaban, mencionaron que era una ciudad, Piltóver, yo no había escuchado nada de ella, pero me valía, era mejor que Noxus o que cualquier lugar al que fuese el tren. Así que mientras estábamos parados junté la ración de comida que había estado reservando, tomé mis cosas y partí furtivamente entre las sombras, yendo hacia las luces con una mirada retadora en el rostro, me prometí que iba a ser más que una simple huérfana.

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Cinco años después….

El cuerpo cayó a mis pies sin vida, soplé el humo de mi pistola tras darle unas palmaditas, esa vieja cosa no me había fallado en cinco años, y tras guardarla yo fui quien recibió unas cuantas palmadas en el hombro.

-¿Ves? El tipo ya pagó lo que te hizo, quédate con nosotros y estarás a salvo, enana.

No era como que no estuviese aturdida por haberle disparado en plena frente, pero él se las había buscado, había pertenecido a su banda durante dos años y el cabrón había dañado toda mi intimidad física en una borrachera, a una niña que no tenía otra opción que estar allí… miré a los otros, también muertos… ellos no habían hecho nada ante mis súplicas de ayuda esa noche. Aparte no era la primera vez que disparaba a matar aunque lo hubiese echo antes para defender mi vida.

-Me quedo con ustedes, pero a la hora de que me traicionen les vuelo los sesos también.

Él se rióa carcajadas y el resto de la banda también.

-Me gusta esta chica, tiene mucha personalidad.-dijo uno.

-Y no la has visto en acción.-dijo el jefe, a mi lado-¡la vi asaltar una tienda de electrónica con una simple pistola y escabullirse luego de la poli como si nada!

Yo no dije nada, simplemente comencé a caminar con ellos. Me los había topado por casualidad, bueno, en realidad había ocurrido horas después de que me… hiciesen eso, en un encontronazo de pandilleros, y yo, que no me habían dejado escapar hasta el momento porque de seguro planeaban seguir usándome como juguete, me había unido a la banda contraria disparando a mis supuestos camaradas… tras explicarles brevemente lo que había pasado aquí estaba ahora.

Ya en su refugio me apropié de un espacio, era una fábrica abandonada de productos enlatados y había mucho espacio libre. Por la noche encendieron un barril con la idea de que me presentara. Ahí estábamos los diez. Siete hombres de diferentes edades, y conmigo tres chicas. Ellos se presentaron primero.

-Ya sabes, dinos cómo te llamas, tu especialidad, no sé, esas cosas.

Pensé un momento mientras bebía la soda que tenía entre manos ¿cómo decirles mi nombre? No tenía ninguno, aunque me habían apodado uno que realmente me gustaba, no los patanes ahora muertos, ni siquiera la policía, nada de eso, había aparecido en un periódico que nadie leía y venía de diferentes calificativos ''esta es la sexta vez que un menor de edad tiene preocupados a los vecinos, la pequeña escurridiza es extremadamente violenta y suele salir con aires victoriosos de todos sus encontrones, se la ha vinculado a una serie de viles crímenes a su corta edad y de andar con bandas que destruyen lo poco que está en pie de la parte baja de Piltóver; esta viciosa criminal es ampliamente buscada'' Y bueno, algo como eso ¿conclusión? Habían usado un montón de palabras con las dos primeras sílabas iguales que significaban que era buena en lo que hacía y coincidía con lo que había dicho al inicio, además, me había escapado del orfanato a los seis años para unirme a mi primera banda… sí, me agradaba el peso de esas letras.

-Vi, me llamo Vi. Soy mecánica, reparo y construyo cosas… aprovecho mi altura para dar buenos puñetazos en la nariz y me considero difícil de atrapar.

Vi, igual que un seis en romano, sí, me gustaba mucho como sonaba.

Todo fue como la seda, robábamos lo suficiente para mantenernos bien alimentados y a mi taller lleno de cosas, al grupo le gustaban mis inventos y yo secretamente me emocionaba con ello… les había mejorado pistolas de láser y ya podía reparar sola el vehículo del que disponíamos, agregándole con el tiempo armas y blindaje que lo harían imparable, era tal mi amor por esas cosas que me tatué un gran engranaje del lado izquierdo del cuello que estaba ensamblado con otros tres más pequeños yendo hacia mi clavícula, no era precisamente negro, sino algo gris, y me perforé esa misma oreja en el lóbulo y más arriba para ponerme un par de tuercas de diferente color.

Aunque debía reconocer que le debía crédito a un científico de la ciudad que estaba chiflado, no había visto las noticias o me había agarrado cariño, llamado Heimendinger, un yordle que tenía todo el respeto de la comunidad científica y que curiosamente me había comenzado a enseñar a pesar de haberme pillado robándole, según él lo que importaba era que tenía un don para crear cosas y hasta ahora no me había acusado con la poli.

Acomodé las gafas tipo googles que me había regalado mientras soldaba unos componentes hextech al arsenal de la camioneta… la verdad esas piezas me hacían agua la boca y de tanto armarlas y desarmarlas ya era una experta, eran difíciles de conseguir y solo se encontraban en esa ciudad, había una gran mina donde los extraían y otras fábricas que los refinaban, eran una especie de tecnología inigualable y a veces algo impredecible.

Cuando terminé suspiré y pasé una mano por mi cabello desordenado, llevaba el área cercana a mi oído izquierdo semi rapado con el resto desordenado y de diferentes largos, y a mi me encantaba así.

-¡Vi vamos a asaltar el camión blindado del banco! ¿vienes?

-¿Cuándo me he perdió algo como eso?-sonreí.

Partimos hacia la ruta del camión que habían asegurado nuestras fuentes y lo esperamos para la emboscada, era fácil, nuestra camioneta, gracias a mí, tenía un blindaje inigualable y el capó ni se rayó cuando impactó contra el acorazado, mis compañeros amarraron a los guardias y yo usé una de mis herramientas creadas, un mini laser, para abrir la compuerta. Mis compañeros distraían a la patrulla que acompañaba al camión, cargamos con todo rápidamente y en ese justo momento tuve un presentimiento, una alarma se activó en mi cabeza y sin saber por qué retrocedí, cual no fue mi sorpresa al sentir un ligero dolor en la mejilla izquierda y ver un agujero en el piso.

-¡Corran, francotirador, ya, vámonos!

El sonido era inconfundible y dediqué una pequeña mirada a la azotea del edificio más cercano para ver un destello de la mira telescópica, en un suspiro estábamos arrancando del lugar a toda pastilla, haciendo cabriolas con el vehículo para que no nos reventaran los neumáticos, cubrí la retirada disparando un par de veces hasta que logramos escaparnos de las patrullas, no fui la única en soltar la tensión con un suspiro.

-¿Todo bien? Vi estás sangrando un montón.-el líder se acercó para revisar mi cara, yo toqué mi mejilla y miré mis dedos enrojecidos

-Es superficial, solo dame un trapo o algo para hacer presión.

Cuando la herida dejó de sangrar miré mi cara en el espejo, mis ojos eran de un celeste brillante que combinaba genial con mi pelo rosado… pero ahora tenía un tajo doble, la bala había rozado mi ceja izquierda y la mejilla en una línea recta y vertical, no tenía idea de cómo me había salvado de esa, debería haberme perforado el pecho. Quien hubiese disparado se las iba a ver conmigo.

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A los dieciocho la cosa seguía yendo como la seda, tenía unas cuantas cicatrices de batalla que me enorgullecían y ningún robo en el que participaba terminaba mal, mi reputación creció bastante en el barrio bajo, habían muchos que querían matarme, otros tantos que me querían en su equipo, pero la banda en la que estaba no había roto su palabra y los consideraba camaradas.

Estaba recostada sobre un auto que había terminado de reparar… no todo era robar en la vida, tenía un trabajo como mecánica que me ayudaba a aprender más sobre piezas y a armar nuevos mapas tecnológicos en mi cabeza, y jugaba con un caramelo tipo paleta, de fresa, mi favorito.

-Así que tú eres Vi.

No me digné a voltear la cabeza, era solo otro matón.

-Que listo ¿te lo dijo alguien o sabes leer?

Mencioné en tono lascivo, se me pasó por la mente el tatuaje de mi mejilla, técnicamente era un seis romano, pero también mi nombre… lo había hecho sobre la cicatriz de la bala, para que la próxima vez que el francotirador me viera reconociera quién iba a aplastarlo… o aplastarla, estaba bastante segura de que la causante había sido la aprendiz policíacamás joven y prometedora de Piltóver, que en teoría libraría las calles de gente como yo… pero eso era otra historia.

Escuché el típico ruido de una pistola a la que le quitas el seguro, antes de que él pudiese reaccionar me senté llevando una mano a mi cinto y jalando el gatillo mientras rodaba por el capo; le escuché gemir mientras me levantaba y le disparaba de nuevo en la pierna.

-Yo no habría echo eso si fuera tú, idiota.

Le pateé el arma y choqué los puños, era una maestra en combate cuerpo a cuerpo…. Bueno, eso era una exageración, simplemente tenía un poder rompe huesos en los brazos, debía mantener mi metro ochenta y cinco de cuerpo bien entrenado y además… me encantaba partir narices, este no fue la excepción.

-Dile a quien te contrató que el próximo sicario tiene que ser un poquito más hábil.-escupí-es una pena que solo tengas una cara.

Me metí al coche y fui a dejarlo con su dueño.

Honestamente esto me estaba aburriendo.

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Primer cap terminado :D

Solo quiero decir en mi defensa a los otros pocos fanfics de este rubro que si hay similitudes no fueron intencionales, muchos de esos ficks los adoré y quizás se me quedaron algunas cosas que me gustaron demasiado dando vueltas en la cabeza... no me maten T.T

Bueno, nada más que decir, tengo varios capítulos listos, si noto que hay audiencia los subiré más rápido que si no, ya saben, cuando actualizas la historia sale de número uno en la lista de categorías y todo eso... para tener más opciones de que alguien se la tope... ya saben, comenten XD

Bye bye invocadores, nos vemos en la grieta.