Creo que una vez que ha terminado, todo vuelve en flashes, ¿Sabes? Como un caleidoscopio de recuerdos... donde simplemente todo vuelve…
Excepto él.
Nunca me había detenido a pensar en cómo iba a morir, y aunque me habían sobrado los motivos en los últimos meses, no hubiera imaginado algo parecido a esta situación incluso de haberlo intentado. Pero morir en lugar de otra persona, alguien a quien amo, me parece una buena forma de acabar. Incluso noble. Eso debería contar algo.
Creo que una parte de mí supo en el segundo en el que lo vi que esto iba a pasar. En realidad no es por nada que él haya dicho, o algo que él haya hecho, fue solo… la sensación que llegó con él.
Con la respiración contenida, contemplé fijamente los ojos oscuros del cazador al otro lado de la gran habitación. Éste me devolvió la mirada complacido.
Sabía que su mundo se movía demasiado rápido y que quemaba con un fuego demasiado ardiente para mí, pero... ¿Cómo puede el diablo atraerte hacia alguien que se asemeja tanto a un ángel cuando te sonríe?
Tal vez él lo supo justo en el instante en que me vio.
Se que no afrontaría la muerte ahora de no haber ido a Forks, pero, aterrada como estaba, no me arrepentía de esta decisión.
Pienso, sin embargo, que cuando la vida te ofrece un sueño que supera con creces cualquiera de tus expectativas, no es razonable lamentarse de su conclusión.
El cazador sonrió de forma amistosa cuando avanzó con aire despreocupado para matarme.
Supongo que perdí el equilibrio. Después de todo, te quedas sin opciones cuando amas a tu potencial asesino.
Aunque mirando hacia atrás, creo que la peor parte de todo esto no fue perderlo a él.
Fue perderme a mí.
