Buenas Tardes.

Hace mucho que queria iniciarme en el fandom de Sailor Moon y finalmente he obtenido el coraje para hacerlo. Estas es una historia post-Stars, osea dentro del mismo universo del ánime.

Espero sea de su agrado :)


Al otro lado de la Galaxia.

por MoonlightFairyPrincess

Introducción

Era una noche intranquila. La lluvia empapaba a la ciudad y mantenía a Haruka despierta mientras a su lado Michiru respiraba al compás del reloj. Le miró llena de preocupación pues su sentimiento de angustia no le dejaba en paz desde hacía un par de días y entonces la abrazó pues sentía la necesidad de protegerla. Michiru pronto empezó a revolverse entre sus brazos y cuando abrió sus pupilas pudo ver los brillantes orbes dorados de Haruka observándole. Nunca se cansaría de ellos.

—Haruka...

—Shhh—le puso un dedo sobre sus labios. —Lamento haberte despertado.

—De pronto sentí una gran calidez. Ya puedo ver porque—dijo con una sonrisa traviesa tratando de aliviar el ambiente tenso que sentía. Haruka no respondió con su habitual picardía y eso le preocupo. —¿Te sientes bien?

—Aunque quisiera ocultártelo debes ser la primera en saberlo— dijo incorporándose de la cama que compartían. —He estado sintiéndome... extraña.

Michiru se colocó de rodillas sobre la cama y gateó hasta alcanzar a Haruka por la espalda y abrazarla. Haruka coloco sus manos sobre las de ella.

—¿Un nuevo enemigo?

—Algo sin duda se acerca.

—Te has vuelto más perceptiva que yo.

De pronto, en el momento que la lluvia arreció, pudieron sentirlo ambas. Se levantaron y mientras Haruka se enfundaba en sus pantalones Michiru sacaba del cajón de su peinador un espejo. Pero no era un espejo cualquiera, con el podía ver los confines del sistema solar, el lugar donde el espacio y el tiempo se hacían uno mismo pero no pudo ver mas que destellos de lo que fuese que hubiese atravesado la frontera estelar.

Pronto Haruka conducía hacia el hogar de Setsuna y Hotaru a gran velocidad por las avenidas encharcadas de Tokyo.

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Capitulo 1 ~ El tiempo pasa.

La jornada escolar había marchado sin contratiempos. El tercer y último año de preparatoria de Serena y las chicas había empezado unos meses atrás y ahora se dedicaban a hacer los planes a futuro. Minako quería perseguir su sueño de convertirse en una famosa artista, Ami estaba yendo a unos cursos especiales para aspirantes a estudiar medicina, Lita deseaba escribir un libro de recetas de cocina para compartir con los demás sus secretos culinarios y Rei se dedicaba a poner en alto el nombre del templo Hikawa por lo que tenía muchos proyectos en puerta. Todas se encontraban muy ocupadas.

Serena se encontraba caminando junto con Luna hacia su casa, estaba pensativa sobre todos los cambios por los que todas estaban pasando,todas menos ella.

Suspiró y se detuvo justo frente a los video juegos que frecuentaba todos los días después de la secundaria. Hacia mucho tiempo que no visitaba aquel lugar y muchos recuerdos empezaron a alcanzarla de golpe y se preguntó: ¿Donde se encontraría Andrew? ¿Que había sido de Molly y Kelvin? ¿Aún estaría la consola de Sailor V? ¿Algún día podría superar el puntaje de Ami- Chan? ¿Por qué el tiempo había pasado tan rápido?

—¿Por qué te detuviste aquí Serena?

—De pronto me sentí muy melancólica— dijo con voz tenue pero luego sonrío. —No me hagas caso Luna.

—Desde hace un par de noches que te encuentras así. Sabes que puedes confiar en mi Serena.

—Lo sé. No tienes que preocuparte es solo que me he dado cuenta de pronto que el tiempo pasa.

Serena empezó a caminar de nuevo, Luna la siguió.

—¿Cómo que?

—No te preocupes por favor. Son solo cosas sin importancia.

Y aunque la vio sonreír despreocupada, Luna no le creyó ni por un segundo.

Cuando llegaron a casa la cena ya estaba servida así que cada quien tomó su lugar. Estaban en medio del postre cuando el teléfono sonó. Serena fue la que se levanto a contestar.

—¿Diga?

Solo el silencio le contesto pero ella podía oír la respiración en la bocina.

—¿Hay alguien allí?

—¡Si no contestan lo mejor será que cuelgues! — le dijeron desde la cocina.

—¿Hola?— insistió.

Pero esta vez obtuvo como respuesta un suspiro. Colgaron inmediatamente dejándola con la ceja levantada y bastante contrariada. Cuando regresó a la cocina encontró a todos mirándole.

—Supongo que fue un número equivocado.

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Para cuando llego a la escuela, a la mañana siguiente, sus amigas ya estaban allí. Estaban hablando sobre el festival Shichi Go San (1) que haría el templo Hikawa.

—Rei nos ha pedido que lleguemos temprano. Habrá mucho que hacer. —comentó Lita.

—Me encantaba ir a esos festivales cuando era niña. Siempre nos regalaban dulces y había muchísimos juegos.— recordó Ami.

—¿Entonces si hubo una época en que salías a divertirte, Ami-Chan?— preguntó Mina queriendo molestar.

—No iba todos los años. A veces la fecha coincidía cuando mi papa estaba en la ciudad y me llevaba.

Mina se apenó por traer un tema delicado a flote. Ami sonrío disimuladamente, había aprendido a tratar con sus amigas.

—¡Buenos días chicas! —saludo Serena.

Todas la saludaron amistosamente y le recordaron del festival también. Si había necesidad de recalcarle la palabra "temprano" a alguien era a Serena.

—¿Y que me dices de Rini, podrá venir a visitarnos?— preguntó Ami.

—Setsuna me dijo que mañana en la tarde llegaría.

—Hace mucho tiempo que la pequeña dama no viene a visitar. Me pregunto si habrá crecido un poco mas— comento Mina.

—¿No estás emocionada Serena? Por fin podrás tener a Rini y Darien juntos de nuevo.

Lita observaba a su amiga algo diferente, pensativa. Sabía que Serena estaba pasando por momentos difíciles en que no sabia que hacer de su vida y tenía la esperanza que ver a Rini le pusiera las cosas en perspectiva. Al fin y al cabo la pequeña dama era el recordatorio más sólido del que será el futuro de Serena.

—Sí —sonrío. —¡Estaba pensando en lo mucho que nos vamos a divertir cuando Rini llegue!

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Cuando salieron de la escuela el grupo se separó. Serena esperaba a Luna que siempre la acompañaba a casa cuando observo un automóvil conocido aparcado al otro lado de la calle. ¿Podría ser que venían a visitarla?

No. Estaba segura que las poderosas Neptune y Uranus no hacían visitas de cortesía de la nada. Cuando las vio acercarse su cuerpo se tensó. ¿Estaba preparada para una nueva batalla? No es que para las anteriores lo hubiese estado pero en ese momento se sentía tan débil.

—Hola cabeza de bombón.

—¿Como estas princesa?

Serena entendió el sentido de aquel, aparente, apodo cariñoso.

—Haruka, Michiru. Todo bien, gracias— exclamó con seguridad. —¿Alguna razón para que no lo este?

—Cada día se hace usted mas perspicaz Majestad. ¿No lo crees Haruka?

—Siento que estas en lo correcto.

Serena se quedó ahí observando como esas chicas que eran mayores se mofaban de ella. Cruzó los brazos enfadada, ambas sabían lo mucho que le molestaba ser tratada como la princesa Serenity.

—Tal vez deberían ser más atentas con su princesa— les siguió el juego y les sacó la lengua.

Haruka ahogo sus ganas de reír. Serena le parecía tan tierna, parecía una gatita sacando las garras de papel para defenderse de un león.

—Tienes razón. Perdónanos princesa— y Michiru hizo una leve reverencia. Haruka solo la miró divertida al contrario que Serena.

—Eh... No hagas eso Michiru. Todas somos amigas.

La aquamarina se enderezó y le dio un último vistazo a la figura de aquella niña rubia de ojos azules.

—Creo que se encuentra bien Haruka. Tal vez deberíamos irnos, seguro que tiene otras actividades.

—Sí —respondió Haruka aun aguantando la risa. —Cuídate mucho. Sabes que puedes llamarnos por cualquier cosa que suceda.

—E-esta bien.

Y así como llegaron se fueron. Esas chicas siempre estaban envueltas en el misterio, siempre manteniendo información para ellas mismas, siempre tan reservadas. Serena se preguntó si alguna vez sería digna de su confianza pero dentro de si sabia que no se trataba de eso. Ellas solo deseaban protegerla, esa era la misión que les había sido encomendada y llevaban la practica al pie de la letra.

—Solo querían asegurarse de que me encuentro bien después de algún tiempo sin vernos. Sí, eso debe ser.

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—¿Entonces tus hermanos no vendrán?

—Al parecer tienen mejores cosas que hacer, tal vez después.

Suspiró. —Y yo que planeaba el gran regreso— dijo el hombre desanimado.

—Tendrás que conformarte conmigo por el momento. Quien sabe, tal vez funcione mejor, sabes que yo siempre fui la estrella.

Sonrió. —No has cambiado nada, Seiya.

Seiya Kou salió del edificio poniéndose una chaqueta encima, el invierno terrenal estaba por llegar así que el ambiente estaba mas frío de lo normal. Caminaba con su cabeza pensando a mil por hora. ¿Por donde debía comenzar? ¿Estaba haciendo lo correcto al mantener a Serena al margen de lo que había sucedido? Hay miles y miles de planetas en la Vía Láctea como para que los enemigos la hubiesen encontrado tan pronto, tan solo llegar a Kinmoku les tomo milenios. No, mientras ella no supiese nada estaría a salvo, a eso había venido, a protegerla con su vida si era necesario.

Igual que todas las noches desde que habia llegado terminaba en el mismo lugar, frente a la ventana de su Bombón. De nuevo subiría al árbol próximo a su ventana para verla dormir, verla soñar aunque seguro soñaba con otro.

—Han pasado algunos años Bombón, pero yo no he dejado de quererte ni por un segundo.

La luz estaba encendida, podía verla romperse la cabeza con la tarea y sonrió nostálgico.

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Serena se encontraba terminando su tarea en su habitación. Afuera llovía de nuevo, había sido una semana muy húmeda. Pronto sus pensamientos la distrajeron y se dejo caer en la alfombra. Sus coletas se dispersaron por todo el suelo mientras con el lápiz que mantenía en su mano empezó a darse golpecitos en el mentón.

—¿Qué piensas Serena?

—Me pregunto que noticias traerá Rini del siglo treinta.

Luna se extrañó por aquella respuesta.

—Siento algo Luna. No se que sea. Hoy me asuste mucho cuando Haruka y Michiru fueron a verme pero ellas nunca me dicen nada. ¿Será que es mi imaginación?

—Ya veras que todo estará bien Serena. Setsuna no nos ha advertido de nada peligroso y sabes que podemos confiar en ella.

—Sí, tienes razón.

Pronto se encontraban dormidas cuando Luna sintió una presencia. ¿Sería de lo que estaba hablando Serena?. Abrió los ojos pero no pudo ver nada mas que una sombra alejándose de la ventana de Serena. Se incorporó pero ya no pudo observar nada mas a detalle pues la lluvia era bastante tupida afuera. Se preguntó quién sería capaz de salir en una noche como esa y sólo obtuvo la angustia como respuesta. ¿Y si era un enemigo? No, para tantos años en paz el premio no debía ser otra batalla. Estaba preocupada mientras Serena dormía plácidamente e incluso roncaba. Trató de calmarse resolviendo que al día siguiente le preguntaría a Artemis sino había sentido algo.


Espero este primer capitulo les haya gustado y les deje con ganas de saber más. ¿Quien será el nuevo enemigo de las Senshis?

:D Nos leemos pronto.