Hola mi nombre es Alice Cullen, tengo 19 años y aunque muchas personas crean que esta es una historia de amor pues se equivocan. Tal vez llegué a enamorarme de él pero la verdad es que cuando era una adolescente no me sentía para nada enamorada.
Tenía 16 años cuando conocí a Jasper Hale, él era hermano de una de mis compañeras de matemáticas y el novio de una de mis mejores amigas, María. Tengo que reconocer que él era un chico bastante guapo, tenía el cabello rubio y los ojos azules y puede que muchas chicas quisieran salir con él. Muchas pero no precisamente yo.
No puedo decir que él era mi amigo, ni siquiera sé porque se fijó de aquella forma tan obsesiva en mí siendo que yo no era de lejos la chica más linda del instituto. Era bastante tímida y apenas salía de mi casa pero a veces nos encontrábamos en algunas fiestas. A veces me pregunto por qué dejé que las cosas llegaran hasta tan lejos pero entonces recuerdo que yo era la candidata perfecta para una violación porque mi carácter tan sumiso y estúpido hubiera hecho que yo me lo hubiera callado todo.
Recuerdo que la primera vez que él me besó me sentí horrible. Yo no quería ya que sabia sabía que era el novio de mi amiga y que le estábamos haciendo daño, pero pese a que intenté mostrarme fría y no corresponder su beso él encontró la forma perfecta para amenazarme.
- Mira Alice, te explicaré las reglas del juego- murmuró a la vez que yo le miraba un tanto asustada- : tú vas a hacer todo lo que yo quiera y lo que yo te diga pero vas a ser una chica buena y no le dirás a nadie lo que yo haga contigo. María es casi tu única amiga así que si le dices te prometo que la pongo en tu contra y hago que todo el mundo piense que eres una perra porque diré que fuiste tu la que se me insinuó.
Bajé un poco la mirada antes de que Jasper se acercara nuevamente a mi y uniera sus labios de forma brusca con los míos. Me había arrinconado contra una de las paredes del baño por lo que no tenía mucha posibilidad de escapar además de que sus manos sujetaban con fuerza mi cintura al punto que pensé que me haría daño. Quería que me dejara en paz, ya que no quería sentir su lengua en mi boca ni como mordía mis labios de forma insistente.
Tenía miedo porque él intentara llevar todo eso a algo más que un beso. El temor aumentó a medida que sus labios abandonaron mi boca y emprendió un camino lento y tortuoso sobre mi cuello. Quería que se detuviera pero no sabía que hacer para que me dejara tranquila.
esta es solo una idea y bueno ni siquiera se si será ratin xddd gracias por leer aunque se que quedó extraño n.n un abrazo
