Hola!! Este el segundo Fic que escribo sobre Harry Potter, está vez situado en el actual Hogwarts.
Al principio no puse nada como presentacion...creía que se ponía al final...(vamos, que ser cafre se me da de maravilla, xD) pero cuando descubrí que no, que se subía junto al documento, pues decidí que al menos en el primer capi debía presentarme un poco. Aunque para eso esta el profile, claro que no hablo mucho de la historia.
Bueno, este fic es un poco raro. Quería unir a cierta pareja, que no he visto mucho en los fics, bueno más bien dos, y darle un toque diferente al que estoy acostumbrada a leer a la pareja de Draco&Herms. Pero había que tener un trama, porque sinceramente, una historia sin argumente si ya no me gusta leerlas, mucho menos escribirlas. Así que el argumento quizás no le veáis muy bien con el titulo (a veces me cuesta hasta mí, pero me pregunto si será tarde en cambiarlo. A lo mejor Al borde de tus miedos...joe, quizás quedará mejor como Al borde...pero no sé, tan así, no me gusta. ) En fin, después de este último debate mental en alto, os presento el Fic.
Espero que os guste...y si es así algún review, de estos que te alegran el día,( o la noche !! jeje)
Venga, chaus!!
La noticia
El castillo de Hogwarts se veía precioso con toda la iluminación que tenía el primer día de curso. En el expreso los alumnos corrían en busca de los carros que los llevarían al castillo y los de primero se apiñaban frente a unos botes. Harry andaba por los pasillos con prisa pero no veía a Ron o a Hermione por ninguna parte. ¿Dónde se habrían metido? Al doblar una esquina escuchó un sollozo y una voz que no reconoció.
-Para, por favor
La voz que le contestó sí que la conocía. Para su desgracia, demasiado. Apretó el paso y avanzó hasta las voces.
-¿Sabes que no deberías andar por aquí? ¿Qué no me gusta la gente como tú? Los tuyos no deberían existir. Y…probablemente, yo me encargaré personalmente de exterminarlos. ¡Sectusembra!
-¡Desmaius! – gritó Harry temiendo no haber llegado a tiempo.
Pero sí que llegó y le dio a su enemigo de pleno, quien levantó como pudo la cabeza y le miró.
-Estúpido Potter. ¿Qué crees que haces?
-¿Qué crees que haces tú?- contestó de la misma forma Harry –No, mejor no contestes y lárgate. Este curso no pienso aguantar nada que venga de ti, así que más te vale no cruzarte en mi camino.
El chico que tenía enfrente se levantó pero Harry sostenía su varita en su garganta así que se lo pensó mejor y se retiró. Aún así la risa que soltó después le pareció espeluznante.
Cogió la mano de la muchacha que estaba a su lado temblando y la acompañó hasta el anden. Pero cuando llegó vio que los barcos ya habían zarpado.
-¿De qué casa eres?-le preguntó
La chica negó con la cabeza y le miró a la cara con ojos asustados.
-Eh, -titubeo Harry dándose cuenta de su falta de respeto -¿Cómo te llamas?
-Clara Ardenson- respondió la chica con hilo de voz
-Yo, Harry Potter- contestó Harry
Por la cara que puso la muchacha Harry dedujo varías cosas: que la chica nunca había oído su nombre por lo tanto era hija de muggles; que era nueva y que no conocía a nadie. Sonrió acordándose de su primer día, y de cómo fue conociendo a todos.
Volvió a mirar al lago para cerciorarse de que no quedaba ningún otro bote y se percató de que aún quedaba un carro. Fue hacia allá y Clara le siguió en silencio. Cuando ambos subieron el vehículo se puso en marcha.
-Eres nueva, ¿verdad?-preguntó Harry aún sabiendo la respuesta.
-Sí, pero no soy hija de muggles como decía el chico ese. –respondió con fuerza
-No hay nada de malo ser hijo de muggles –contestó Harry un poco ofendido
-Lo sé, ni ser squib tampoco. No importa como naces sino como eres cuando ya naciste- respondió la chica
Harry la miró con admiración.
-¿Qué años tienes exactamente?-preguntó
-Doce.
Esta vez su mirada tenía extrañeza. Se entraba con once años al colegio, no con doce.
-Mis padres no son de Inglaterra sino de España, y allí el estilo de enseñanza es diferente. No quisieron que entraran en el colegio hasta que terminara la Primaria. Por eso no vine el año pasado.-desvió la mirada al lago un momento- ¡Qué bonito que es! ¡Me encantaría navegar en él!
Los de primero suelen hacerlo. Es una tradición. Pero como tú has llegado tarde…-le explicó Harry
La chica hizo un mohín de disgustó:
-No es justo. Yo no me he entretenido aposta. Ha sido culpa de ese desalmado de Slytherin.
-No te preocupes. Cuando haga mejor tiempo le puedes pedir a Hagrid que te de una vuelta. Lo hará encantado.- dijo Harry sonriendo.
-¿Quién es Hagrid? –preguntó Clara
-Mi amigo. Trabaja como guardabosques desde…-calló acordándose de porqué no había podido terminar el colegio pero vio que Clara seguía esperando una respuesta- desde que salió del colegio.
El carro se paró y los dos se bajaron y vieron como se dirigía hacia la cabaña.
-¡Qué caballos más hermosos! –susurró Clara sobresaltando a Harry.
¿A quién había visto morir Clara para poder verlos?
-Por si lo preguntas- dijo Clara riendo, como quien le ha leído la mente- nadie de los míos ha muerto.
-¿Entonces…?-preguntó Harry sin saber muy bien como continuar su pregunta
-He visto la muerte cara a cara- respondió Clara dejando claro que no era una muchacha normal y corriente.
Ya se acercaban al castillo cuando comenzó a llover. Los dos corrieron y se refugiaron rápidamente en el portón. Subieron las escaleras y vieron como los alumnos más rezagados se internaban en el Gran Comedor. Corrieron y entraron pero por desgracia para ellos no pasaron desapercibidos. Todas las cabezas del Gran Comedor se giraron hacia ellos que se quedaron tan quietos como si hubieran recibido un hechizo.
-Acércate a ese grupo que esta apiñado al lado de la bruja que sostiene el sombrero. Ella es la profesora McGonagall y lo otro el Sombrero Seleccionador. Te colocará en una casa a la que pertenecerás durante toda tu instancia aquí. Espero que vengas a Griffindor. –le explicó Harry entre dientes.
-Yo también- suspiró la chica- Hasta luego –pero no se movió
-Luego te veo. Suerte- sonrió Harry dándole ánimos
Se separaron y Harry fue a su mesa buscando a Ron o a Hermione. Por fin los localizó y se sentó junto a ellos. Pero antes tuvo que pasar por altos las típicas risas de burla que solían seguir a los comentarios que los de túnicas verdes hacían de él y sus amigos.
-¿Qué? ¿De niñera, Potter?- preguntó Pansy al aire
Harry pasó de ella pero Clara se sonrojó lo que no escapó a ojos de Malfoy.
-Vaya, ¡qué velocidad! ¿Te echas novias tan jóvenes? ¿No te da vergüenza?
-¿Y a ti no te da cosa ser tan imbécil?-contestó ella de forma cortante.
Malfoy hizo ademán de levantarse pero la profesora McGonagall pidió orden y comenzó la ceremonia de Selección.
-Qué carácter que tiene la nueva- comentó Ron que aún seguía boquiabierto con la contestación de Clara. –Menuda le ha soltado a Malfoy.
-Y qué lo digas, no se anda con chiquitas- corroboró Dean que estaba a su derecha
-Ya era hora que alguien le parara los pies a Malfoy, ¿no?-preguntó Neville
-Sí, pero a Malfoy no le va a gustar nada esto. A saber que hace como venganza- Ron movió la cabeza negativamente
-Hablando de la chica nueva – se apresuró a cambiar de tema Hermione- ¿Qué hacías con ella?
Harry les contó un poco por encima el encuentro con Clara saltándose lo de Theatrals y lo que le había dicho de la muerte. Cuando acabó Hermione miró muy disgustada hacia la mesa de Slytherin y vio como Malfoy no dejaba de acariciar a Pansy, la cual, increíblemente estaba más atenta de la ceremonia que de Malfoy. Por alguna razón que no supo encontrar Hermione giró la cabeza molesta y lanzó una mirada de desazón a Ron.
-¿A qué viene esa cara?- preguntó Harry que se había dado cuenta
-Eh,- Hermione dudó. No lo sabía ella misma, mal lo iba a explicar.- Nada, que acabo de recordar eso que oímos en el tren.
-Ah, si.- dijo Ron y se apresuró a explicarlo al ver la cara de Harry. Al parecer McGonagall le comentaba a Sprout que Dumbledore se iba a arrepentir de lo que había decidido. Que a pesar de que las circunstancias le obligaran aquello no podía ser nada bueno. Y que ojalá tuviera ventura en su idea.
-Vamos, que Dumbledore ha vuelto a confiar en alguien y McGonagall ha pensado que es un error.-dedujo Harry con pesar
-Sí, exacto- corroboró Hermione- ¿De quién creéis que se trata esta vez?
-De Snape, seguro. –dijo Harry con desconsuelo.
-No lo creo- negó Ron- Sprout dijo algo como que eso le afectaría al rendimiento del colegio o algo así. Y no creo que la idea de confiar en alguien sea tan trascendental en un colegio donde se educan tanto buenos como malos
-Hombre, visto así- se detuvo a pensar Hermione.
-Un momento- les detuvo Harry y señaló con la cabeza al Sombrero Seleccionador
La voz de la profesora McGonagall llegó a los oídos de los chicos que no había estado nada atentos.
-Anderson, Clara
La muchacha se adelantó y se colocó el sombrero. Miró hacia Harry y este le sonrió.
-Griffindor- gritó el Sombrero y todos los de la mesa de Harry sonrieron y aplaudieron. Clara se levantó con una sonrisa y se sentó al lado de una chica de pelo oscuro no sin antes sonreír a Harry.
-Vaya, vaya, ya tienes una admiradora- comenzó a vacilarle Ron pero no duró mucho tiempo pues se ganó un cachete de su mejor amigo. Con esto los tres empezaron a reír y por un momento se olvidaron de las pesquisas, los misterios y el mundo exterior. Solo eran tres jóvenes con la vida por delante, y un buen banquete para su estómago, el cual rugía de hambre a no poder más.
Cuando acabaron de comer, Dumbledore se puso en pie y repitió las normas que año tras año nunca cambiaban.
-…Como todos ya sabréis Hogwarts, no solo es un colegio, y que tiene vida propia. Nuestros cuatro fundadores hicieron un gran trabajo pero eran mucho más poderosos de lo que ninguno mago ha podido volver a ser jamás…-continúo Dumbledore con su discurso
-Que modesto-comentó Harry siempre fiel a Dumbledore- Nunca admitirá que es el mejor mago. Ni Voldemort le equipara
Ron asintió pero Hermione no. Ambos la miraron.
-La magia que conocían los fundadores es muy superior a que la conocemos. Al contrario que en los muggles, que se han ido superando según evolucionaban, los magos hemos perdido nuestro poder. Así que, a pesar de todo, Dumbledore tiene razón, y su magia debió ser superior que si juntas la de Dumbledore, y la de Voldemort.
Los chicos asintieron asimilando las palabras y volvieron a fijarse en el director.
-…de este modo, por motivos que desconocemos, dos salas comunes han denegado el paso de los alumnos a su centro. La casa afectada es Slytherin.
Casi no pudo acabar la frase pues una avalancha de quejas se impuso en el gran comedor. El profesor Snape tuvo que levantarse y con una mirada que nadie había visto jamás dirigida a ningún slytherin pidió silencio. Poco a poco se callaron.
- Slytherin y Hufflepuff. –se detuvo por si los de la mesa del centro izquierda montaban tanta bulla como sus vecinos pero estos lo asimilaron mucho mejor. Eran más razonables. – Tanto los profesores como yo trabajaremos en esto pero…
-¿Y el Ministerio?-preguntó alguien
-Será mejor que el Ministerio no toque nada. Siempre que mete las manos en algo de Hogwarts la fastidia, sino haz memoria. –contestó Ron con mala cara
-Como bien ha dicho el señorito Ronald Weasley solo trabajarán magos del colegio. Si alguno sabe como ayudar, bienvenido sea. Mientras tanto la casa de Hufflepuff será alojada junto a la sala común de Ravenclaw y la de Slytherin en Griffindor.
-¿¿¿¡¡¡QUÉ!!!???
Harry, Ron y Hermione se levantaron de un salto por la noticia y como pudieron observar segundos después no fueron los únicos. En la mesa de Slytherin también se respiraba la tensión. Los ojos grises de Malfoy desteñían ira y una mueca de horror, desprecio y violencia se aparecía en el rostro de Parkinson. Ninguna de las dos mesas se movió hasta que se percataron de que estaban solos. Al final alguien se levantó. Los alumnos de primero aún no entendían los odios marcados de por vida que llevaban ambas casas grabadas desde el día en que pisaron Hogwarts u oyeron hablar de él.
Detrás de estos los demás salieron en silencio, haciendo como si el alumno que vestía de otro color que no fuera el suyo no existía. El Gran Comedor fue vaciándose hasta que solo quedaron diez personas. En un bando estaban Harry, Ron, Hermione, Ginny y Neville y en el otro Malfoy, Pansy, Blaise, Crabbe y Goyle. Ninguno de los dos quería abandonar primero y sin embargo ambos querían llegar primeros allá. Se miraban con un odio intenso pero durante un momento Ginny llegó a dudar de que lo ella estaba haciendo era mirar con odio. Más bien parecía…Pero no. No podía ser. Al poco tiempo apareció McGonagall en la puerta.
-Malfoy, Parkinson, Blaise, Goyle, Crabbe, marchad a vuestra antigua sala común. Snape quiere deciros unas cosas que haréis bien en escuchar. Vosotros cinco- dijo cuando los alumnos de Slytherin ya se habían ido- a la sala común.
El ambiente en la sala común de Griffindor era trágico, por definirlo de alguna forma. Estaban los que intentaban convencerse a sí mismo de que eso no podía ser; los que se quejaban una y otra vez; los que prometían solucionarlo; los que pasaban de ellos y hacían como si los Slytherin no existieran; y los que se habían subido a sus dormitorios para evitar pensar más. Poco a poco se fueron a la cama todos, hasta solo quedar los cinco amigos.
-Así que era esto de lo que hablaron en el tren- murmuró Ron
-No me lo puedo creer- respondió Ginny – De todas las casas con las que nos podía tocar…esta. ¿Por qué no estar con Hufflepuff?
-Porque con Hufflepuff nos llevamos mal y creo...-empezó Hermione
-¿Qué? ¿Qué crees?- avivó Neville la llama de la curiosidad
-¿Habéis escuchado el Sombrero Seleccionador esta noche?-preguntó de pronto Ginny
Los cuatro negaron con la cabeza.
-Hablaba sobre que la unión hace la fuerza y todo eso.
-¿Creéis que…-empezó a decir Neville
-¿Qué el colegio se ha cerrado para que nos llevemos bien?- preguntó Ron y luego se echó a reír. –Pero eso suena ridículo.
Hermione sacudió la cabeza y una sonrisa se dibujó en su rostro.
-Hombre, visto así…
-Yo creo que Dumbledore ha hecho esto adrede –habló por primera vez Harry- lo de poner Slytherin con Griffindor.
-Pues yo creo que ya sabe como arreglarlo –sentenció Neville- pero…
-¿Quiere que lo hallamos nosotros?- probó Ron con entusiasmo- Por mí, me pongo ahora mismo a buscarlo. Con tal de no tener que verlos la cara cualquier cosa.
-No- negó Neville- Que no está en sus manos invertir el conjuro.
-O sea, ¿que no nos queda otra cosa que llevarnos bien?- preguntó Ginny con pesar. –Porque sino no se irán…
-Buff, necesito dormir- se quejó Harry. –Son demasiadas cosas en un día para asimilarlas todas de golpe.
Y se subió al dormitorio seguido de Ron y Neville. Los tres se metieron en la cama y a los pocos segundos ya estaban dormidos. Ginny y Hermione también dormían y aunque tenía un recuerdo muy vívido de la última vez que había chocado mirada con un slytherin se preguntaban lo mismo que todos los demás.
¿Cómo iban a llevarse bien un Griffindor y un Slytherin?
