Volví! Si, otra vez. Antes que nada, quería agradecerles profundamente por la excelente devolución que tuvo "Su única razón". Sé que algunos hubiesen preferido otro final, pero de cualquier manera, estuvieron dispuestos a leer algo nuevo. Gracias sinceramente, sus comentarios fueron hermosos y me hacen realmente feliz. Pero como yo no soy tan mala, he decidido dejarles este... final alternativo, que era la alternativa segura al final original, por el cual me decanté porque me parecia mas "realista".
Aclaraciones: Podrán notar que el cap inicia como el capitulo 15 de "Su única razón", es decir q pueden leer la historia desde el 14 optando por uno u otro final, a su propio gusto. Tengo decidido como mínimo continuar con un capitulo mas, pero que se pueden extender a 3 o 4 dependiendo de sus opiniones.
Nada mas, lean!
Me quedo contigo
Corría de manera desesperada y sin pausa con dirección a los jardines. Sentía los pasos de Draco en sus espaldas y sus gritos llamándola por su nombre pero eso no le importaba. Las últimas palabras de Harry, oídas a través de una puerta le retumbaban en la mente.
Debía encontrarlo, debía hallarlo, detenerlo y obligarlo a pensar en otro plan, otra vía de escape. Otra forma de derrotar al señor tenebroso. El sacrificio no podía ser una opción. Era total y absolutamente injusto.
No estaba preparada para perderlo a él también… ni ahora ni nunca.
Había perdido minutos de oro. Después de lo ocurrido en la Sala de Menesteres, Harry la había encerrado en ella, impidiéndole de esa manera detenerlo. En un principio no comprendió lo que Harry intentaba hacer, pero solo le hizo falta coordinar dos pensamientos coherentes para comprender el plan final de su novio. Y cuando lo hizo, se encontró a si misma encerrada en aquella habitación, gritando desesperada mientras él, del otro lado, se despedía.
Harry iba a entregarse al mismísimo Lord Voldemort. Sin objeciones. Sin impedimentos. Sin armas.
Iba a morir. Y ella no fue capaz de hacer nada.
La hora estipulada ya se había cumplido y el peor de los presentimientos le apretujaba el pecho con fuerza.
"Harry no… Por favor, Harry no…"
- ¡Hermione, detente! – Gritaba Draco desesperado siguiéndole los pasos tan rápido como podía mientras intentaba alcanzarla, cosa que se dificultaba debido a las irregularidades impropias del suelo que pisaban. – ¡Debes detenerte!
En un ultimo intento, Draco logró alcanzar el brazo de Hermione y la sujetó con fuerza, impidiendo de esa manera que ella siguiera avanzando en carrera.
- ¡Suéltame! – Gritó enfrentándose a él - ¡¿Cómo permitiste que lo hiciera? ¡¿Cómo dejaste que se entregara?
El dolor que impregnó cada una de aquellas palabras hizo que Draco la soltara impresionado.
¿Cómo lograría hacerla entender que, el sacrificio de Harry, mas allá del dolor que le causara, era necesario? ¿Qué esa era la única manera, como el mismo Harry le había dicho?
No podía.
- Hermione… - Comenzó a decir Draco, pero por primera vez no supo que decir.
Si, siempre había odiado a Harry Potter. Su rivalidad era tan vieja como el tiempo que se conocían. Toda su vida deseo ser capaz de deshacerse de ese maldito Griffindor que con su sola existencia le arruinaba la vida. Hasta no hace mucho tiempo atrás, anhelaba el momento del tan esperado enfrentamiento de este con el señor tenebroso y de esa manera, llegara su fin. Adiós Harry Potter.
Pero ahora las cosas habían cambiado. Le era difícil de explicar, pero la decisión que Harry había tomado, su sacrificio, no lo alegraba como siempre espero… Aunque no pudiera reconocerlo, lloraba en silencio por la muerte de su mayor enemigo, y se odiaba a si mismo, por comprender demasiado tarde el mal que durante mucho tiempo, ayudó a construir.
- ¡No me llames así! ¡Te odio! ¡Te odio! – Con cada palabra, Hermione clavaba los puños en el pecho de Draco con fuerza, tratando de paliar el dolor interno que le ocasionaba la certeza tan fuerte que la recorría. – Harry fue a morir… Harry…
Y con esto ultimo, sus piernas dejaron de ser un soporte seguro, y fallaron. Hubiera caído de no ser por la rápida reacción de Malfoy quien la sujetó con firmeza impidiéndolo. Y Hermione, sin pensarlo, se aferró a lo único seguro que el mundo le brindaba, los brazos de su acompañante.
- Él… - Malfoy tuvo que carraspear para encontrar el sonido de su voz y aun así, esta sonó ronca – Él sabia exactamente lo que hacía, Hermione… Puede que no logres entenderlo ahora, pero esta era la única manera…
- No puedo vivir sin él, Malfoy… ya… no puedo mas… ya no logro resistirlo mas… lo único que quiero es ir con él. Debo estar a su lado…
Separó lentamente el rostro del pecho del chico para mirarlo a los ojos. Este se sorprendió al comprobar que, todo rastro de la fuerza y tenacidad que la caracterizaban la habían abandonado dejando paso a una tristeza enorme. Era como si, con sus últimas fuerzas, estuviera buscando una razón para seguir luchando y que esta, cada vez se hiciera mas esquiva.
- Podrás. Lo harás. Yo te ayudaré de ser necesario, pero no permitiré que nadie mas muera por culpa de Voldemort. Ya es suficiente. – Se levantó sosteniendo a Hermione por los hombros ayudándola a ponerse de pie a ella también. – Vamos, esto ya termina. Debemos hacer un último esfuerzo. Debemos hacer lo que Harry nos dijo.
Hermione inclinó su cabeza en un claro gesto de cansancio. ¿Qué sentido tenía seguir si lo que mas le importaba ya se lo habían quitado?
- No permitirás que el sacrificio de Potter sea en vano… ¿Verdad? – Era un recurso bajo, y ambos lo sabían, pero Draco no podía permitir que ella se rindiera en el ultimo paso y usaría cualquier arma para conseguirlo, incluso la extorsión. Era el momento. Era su momento. Era el desenlace y les tocaba a ellos representar la escena final.
- Vamos – Fue la respuesta enérgica de Hermione quien retomó el camino hacia el exterior del castillo sabedora de que la victoria estaba en sus manos.
A escasos metros de llegar al lugar en donde antaño estaban las puertas de roble de entrada, oyeron un grito desgarrador proveniente del exterior. El grito de la profesora McGonagall.
- ¡Nooo!
Ese fue el único detonador necesario para que la calma que Hermione había conseguido segundos antes, se esfumara tan rápido como aspiraba el oxigeno. Corrió desesperada hacia el exterior solo para encontrarse con la peor de las escenas delante de ella.
Voldemort se acercaba hacia las puertas del castillo seguido de sus Mortifagos a escasos metros por detrás de él, y en el medio de aquella imagen, no era difícil distinguir el cuerpo enorme de Hagrid, quien cargaba en cuyos brazos un cuerpo inerte.
El cuerpo sin vida de Harry Potter.
- ¡Noooo! ¡Harry!
El llanto de Hermione cortó el aire y se sintió como una daga atravesando el pecho de magos y brujas, buenos y malos, sin distinción. Todos ellos se hallaban reunidos en el patio. Nuca tanto dolor había sido presenciado.
Draco llegó junto a ella sujetándola antes de que, en un arrebato de locura, corriera hasta él, provocando su muerte instantánea.
Todos los allí presentes quedaron abrumados durante unos segundos ante la reacción de la chica, y fue ella misma quien rompió el silencio con otro lamento desgarrador.
- ¡Harry! ¡No, no, no! – Cayó al piso de rodillas entre jadeos angustiosos. Harry estaba muerto y era imposible soportarlo. Necesitaba morir en ese instante.
- ¡Silencio! – Bramó Voldemort inquieto. Aquel llanto lo desquiciaba y en algún rincón de su corrompido ser, lograba preocuparlo. Alguien que ha perdido todo, es capaz de cualquier cosa - ¡Ya basta! Harry Potter no merece el llanto de nadie. Ha muerto de forma cobarde, de la misma manera en la que vivió toda su vida.
- ¡Eso no es verdad! – Bramó Neville adelantándose al grupo de magos que defendía Hogwarts y enfrentando a Voldemort sin temor. Era el momento de la verdad y no había lugar para los miedos - ¡Harry te venció!
Los magos a su alrededor vitorearon al chico mientras exclamaban el nombre de Harry con orgullo.
- ¡Silencio! – Volvió a gritar el Lord perdiendo la calma. – Harry Potter ha sido asesinado cuando intentaba escapar por los jardines. Solo fue un cobarde. Un maldito cobarde que solo se preocupaba por él y que nunca tuvo el valor suficiente para enfrentarse a mi.
Esas palabras hicieron mella en el corazón de Hermione y lograron despertarla de su letargo. No permitiría que las cosas acabaran así. Harry había muerto si, pero su muerte no sería en vano, ella se encargaría de terminar la tarea que él empezó.
- Él único cobarde eres tu, maldita serpiente. – La voz de Hermione sonó clara pese a no elevarse mas de lo necesario – Has enviado a cada uno de tus seguidores a luchar aquí, por tu causa, mientras tu te mantenías a resguardo por miedo. Te has escondido en las sombras cuando todos luchábamos por nuestros ideales. Te consideras a ti mismo como el mejor mago del mundo y ni siquiera lo has demostrado. Has sido incapaz de enfrentar a Harry en un duelo justo porque eres completamente consciente de que no puedes vencer… - Se puso de pie despacio, casi alargando el momento mientras todas las miradas se posaban en ella sin respirar – Lord Voldemort… – Continuó, diciendo el nombre sin titubear y mirando fijamente al enemigo. Los susurros de asombro se extendieron en el grupo de Mortifagos ante la osadía de la chica - … no acabó con la vida de Harry Potter. Él se sacrificó por toda la comunidad mágica. Harry dio su vida por sus ideales y por defender una causa noble… para liberarnos a todos. Tú nunca lo venciste, ni lo harás. No tuviste las agallas suficientes para ir tras el único obstáculo que impedía tu victoria, Tom… Siempre has sido y seguirás siendo un cobarde, hasta el día en que dejes de existir.
Y tras esas palabras, y aprovechando el desconcierto implantado en cada uno de los seres allí presentes, en un movimiento rápido y con un hechizo no verbal, un rayo de luz salió de su varita apuntando a su bolsito de cuentas, y de este, un colmillo de basilisco surcó el aire, impactando de lleno en la mascota de su enemigo.
El veneno actuó de forma implacable. Nagini se removió de forma brusca ante los ojos de todos, intentando sin éxito quitarse el colmillo de su lomo.
Instantes después, yacía muerta a los pies de su amo.
Un gruñido extraño salió de la garganta de Voldemort al ver al último y mas preciado de sus horrocruxes, destruido frente a sus ojos.
- ¡Maldita sangre sucia! ¡Le harás compañía a tu querido Harry Potter!
Voldemort apuntó en dirección a Hermione y bramó:
- ¡Avada Kedavra!
Hermione cerró los ojos relajada. El momento había llegado y no podría estar más preparada para él. La muerte la llevaría en el tiempo que le llevara al haz de luz atravesar el campo e impactarla de lleno. Su dolor terminaría en ese instante y podría, finalmente, reunirse con ellos. Con Harry y con Ron.
Sonrió.
- ¡Accio! – Escuchó la voz de Draco a su lado y luego, el impacto de un rayo… y el sonido de un cuerpo al caer.
Cuando Hermione abrió los ojos, pudo respirar profundo después de demasiado tiempo.
El ser más tenebroso de la historia acababa de caer, y con él, el mal llegaba a su fin.
Cerró los ojos nuevamente, y esta vez si, dejó que sus emociones se adueñaran de ella. Se permitió sentir, sufrir, invadirse por el dolor mas profundo de su alma. Se permitió por primera vez, lucir realmente vulnerable.
- Harry… llévame contigo… - Susurró con el corazón partido en dos. Ya de nada servía permanecer si no era junto a él.
Sintió como un par de manos cálidas entrelazarse entre las suyas con inmensa ternura, y percibió como, esa misma persona, depositaba un beso eterno en su frente. Inhaló profundo buscando un poco de paz y consuelo cuando el aroma que inundó sus fosas nasales se le hizo demasiado conocido y movió el suelo a sus pies.
- Prefiero que me digas que me quede contigo…
Hermione levantó la vista completamente confundida buscando una razón coherente para creer. Necesitaba verlo porque verdaderamente su mente le estaba jugando una mala pasada. Y lo peor, es que sus ojos parecían seguir engañándola.
No podía ser posible, definitivamente había muerto en la batalla y no se había dado cuenta de en que momento sucedió.
- ¿Harry? – Su voz sonó estrangulada por el llanto contenido.
Él, como si de un sueño se tratara, arrodillado frente a ella le sonrió con amor, mientras que liberando una de sus manos le acariciaba el rostro desde la frente al mentón.
- No puedes ser tú… - susurró Hermione incrédula y profundamente feliz - Acabo… acabo de ver tu cuerpo… sin vida…
Harry negó con un simple movimiento de cabeza sin quitar la sonrisa de su rostro y dejando que el llanto empezara a notarse. Llanto de felicidad.
- No, Hermione. No morí. Estoy aquí contigo. – Le aseguró mientras ella seguía demasiado confundida ante los últimos hechos y la nueva oportunidad que le brindaba la vida.
- Pero… ¿Cómo…? ¿Qué…?
- Shh, - Posó su dedo índice sobre sus labios con ternura - eso no importa ahora… lo único que debes saber es que, no podía permitirme dejarte atrás. No podía dejar de estar contigo.
Aquellas palabras quitaron cualquier rastro de duda de su mente y su corazón, y solo fue capaz de sonreír como hacia demasiado tiempo no hacía.
- No sería capaz de emprender otro viaje si no es contigo, hemos pasado demasiadas cosas juntas y ya… no tengo la fuerza suficiente para volver a separarme de ti. He muerto una vez por el bien de todos, y ahora, solo quiero vivir solo una vez por ti. Te amo Hermione, te amo y ya nunca pienso dejarte… ni siquiera concibo esa posibilidad. Solo espero que tu nunca me dejes.
- Nunca lo dudes, te amo demasiado.
Hermione sonrió de la manera mas sincera que lo hizo en su vida. Harry no esperó ni un segundo más y finalmente le dio el mas dulce, tierno, y sincero de los besos que jamás le habían dado. El beso que simbolizaba todo lo que sentían el uno por el otro y que las palabras no alcanzaban a abarcar porque, sencillamente, el alcance de su amor iba más allá de lo que ellos mismos pudieran llegar a describir.
- Por siempre. – Prometió Harry mirándola a los ojos de manera profunda.
- Por siempre. – Repitió ella, completamente segura de que el futuro solo les depararía felicidad a ellos y a todos los que les ayudaron a ganar la batalla.
Volvieron a besarse, sabiendo que ya nada podría interferir en su felicidad y en su necesidad de estar juntos. Bueno, al menos nada permanente.
- Oigan, creo que tendrán tiempo suficiente para eso. Adentro hay mucha gente que necesita recibir buenas noticias. – Draco los miraba a los dos tratando de mostrarse serio, pero ambos sabían que una gran sonrisa luchaba por relucir en su rostro.
- ¿Siempre tan amargado, Malfoy? – Bromeó Harry, y Draco solo rodó los ojos simulando cansancio. Harry se puso de pie sujetando a Hermione de la mano mientras ella lo imitaba. Se acercó a Draco y apoyó su mano en el hombro de este apretándolo ligeramente en señal de agradecimiento. – No hubiéramos podido lograrlo sin tu ayuda.
- Y ninguno lo hubiera conseguido de no ser por ti. – Reconoció Draco extendiendo su mano, en un claro gesto de camaradería. Harry, quizás demasiado alterado por las emociones fuertes vividas en las ultimas horas, olvido su enemistad de tantos años, y abrazó a Draco sin dudarlo.
- Gracias por cuidarla. – Le dijo Harry sinceramente al oído, a lo que Draco solo se quedó en silencio. No era fácil cambiar de un momento a otro, y él, a su manera, había demostrado su cambio, solo era necesario saber verlo. – Es hora de volver con los demás. – Anunció Harry.
- Es hora de empezar a reparar… - Agregó Hermione - ¿Listos?
Draco y Harry se miraron unos segundos y luego volvieron a mirar a la castaña junto a ellos. Ambos asintieron ligeramente.
- Vamos. - Dijo Draco, esperando a que Harry tomara la mano de Hermione y diera el primer paso hacia adelante.
- Vamos. - Repitió éste, mirando a su novia con esperanza.
Hermione asintió con una sonrisa melancólica y enredó sus dedos en los de Harry, sintiendo aún su otra mano vacía...faltaba Ron.
No sería fácil ni tampoco sencillo reconstruir todo. Dolería. Y mucho. Llorarían muchas lágrimas por todos aquellos que ya no estaban ni volverían a estar, pero lo harían precisamente, por ellos, por su sacrificio. Ese era el momento de levantarse y demostrar una vez más, que las vidas que se habían unido a aquellos mártires que habían peleado una vez dieciocho años atrás y habían caído por defender al mundo, habían valido la pena y serían honradas por siempre.
Los recuerdos, las memorias de aquellos que desde algún lugar no muy lejos guiarían sus pasos por un sendero que nunca más significaría dolor, las cicatrices que habían quedado marcadas tanto en almas como en cuerpos, serían la fuerza y la energía que iba a impulsarlos a formar aquél sueño por el que tanto habían luchado y por el que un alto precio habían tenido que pagar.
Y a pesar de eso, cuando todo estuviera marchando y el horror del pasado pareciese haberse ido, cuando nadie más tuviera miedo y el mundo mágico volviera a su paz, ellos seguirían faltando...Ron seguiría faltando. Fred seguiría faltando. Tonks y Remus seguirían faltando...por eso dependía de ellos hacer todo lo posible para que tanto Molly, como George y el pequeño Teddy, vieran el futuro que aquellos que tanto los habían amado habían construido para ellos.
No me maten! Solo espero que comprendan a una pobre alma inspirada.
Los kiero!
Val
