Para Sofía por cariño, espero que te guste, aunque sea un poco:3
Pareja: ArgentinaxChile.
—Te equivocas. —. dijo antes de apartar la mirada, continuaba inexpresivo pero no sabía qué decir, se sentía incómodo sin saber cómo zafarse de la situación, estaba envuelto en los brazos de aquél rubio, cubiertos por las sábanas, sabía lo que había sucedido, a la vez, se arrepentía de ello. No recordaba con exactitud cuántas veces había caído nuevamente en la misma trampa, ni desde cuándo había empezado, sólo que era así. Era tan débil emocionalmente. No podía cumplir su voluntad por más que quisiese, siempre terminaban así. Abrazándose el uno al otro, a altas horas de la noche, sin decir palabra alguna, caían rendidos hasta el día siguiente dónde reinaba la vergüenza, por más veces que aquello sucedía, no lograban acostumbrarse. Era así y ya.
No lograba acostumbrarse, no quería acostumbrarse. El problema era él.
Consuelo, no era nada más que eso, ¿Verdad?
Últimamente ocurría más a menudo, eso no podía ser posible, no podía permitírselo por el su propio bien. El teléfono sonaba interrumpiendo sus pensamientos, en parte agradecía aquello, así tendría su espacio, volviéndose a preguntar ¿cómo había llegado ahí otra vez? Aquél acento tan molesto lo sobresaltó un poco dándole los buenos días a otra persona, quien se encontraba al otro lado de la línea, pero eso no importaba. Debía creer que seguía dormido ¿no? Eso esperaba, eso quería creer. Se estremeció sin poder disimularlo, contemplaba mientras la espalda encorvada de ése hombre que parecía ignorarlo momentáneamente, guardó silencio procurando escuchar atentamente la conversación ajena, pero sólo escuchó el saludo y la despedida, en breve había vuelto a colgar el auricular.
—¡Buenos días, Manu!—. Comentó alegre y empalagosamente, como era costumbre que su cantarina voz resonase en sus oídos aun cuando no se hallaba presente, permanecía ahí. Era realmente molesto entonces, se sacudió al rubio de encima y le dio la espalda, acurrucándose entre las sábanas. Cada mañana como esa, se repetía a sí mismo que no volvería a beber con aquél hombre pero era inevitable. Se incorporó con un salto y lo abrazó por la espalda, apoyando la cabeza en sus hombros, se aferró a su torso fuerte, pero sin llegar a lastimarlo. Una ancha sonrisa se dibujó en su rostro, con voz triunfal añadió: —Ché Manu, yo sé que me querés, decilo—. Insistió, mientras su sonrisa se ampliaba aun más.
—No arruinei el momento, weón fleto—. Susurró, deslizó sus brazos por el cuello del mayor besándole en el cuello, éste se volteó, dándole un pequeño y rápido beso en los labios, lo abrazó, atrayéndolo a sí mismo, mientras seguía depositando breves besos por su cuerpo mientras se estremecía, a la final, había logrado su cometido.
Sí lo quería.
FIN
Está cortísimo, me disculpo por lo fail que pudieron haber quedado ambos acentos, pero entiéndanme uwu.
~¡Gracias por leer!~
