Esta historia es solo mía (AstralMaster) :3 Y como no he hecho este fic con ayuda de LightTears, no tengo una segunda opinión, espero que les guste, aunque esta serie ya no sea tan "famosa" como antes, hay gente como yo que le gusta, así que he decidido escribir un fic.

-¡Sakura!- oigo a Tomoyo

-Ey, ¡Hola Tomoyo!- le digo yo, para responderla, claro- ¿Qué pasa?

-Te has dejado un libro en mi casa

-Vaya… que despistada soy… bueno, ¡muchas gracias!

-¡De nada!- me dice Tomoyo mientras se aleja de mí para volver al coche de vuelta a casa.

Me falta muy poco para llegar a mi casa, unos dos minutos más o menos, mientras, pienso en Shaoran y en la cita que tenemos la semana que viene en el parque, ¡Será nuestra quinta cita!

Bueno, ya he llegado a casa, todo lo que llevaba encima ya está encima de mi escritorio. Una ducha caliente para eliminar el cansancio del día no iba nada mal, así que en la ducha, abrí el grifo y me sumergí en una lluvia perfecta, para reflexionar básicamente. Al terminar la ducha, me pongo el pijama y me voy a cenar con mi padre que acababa de llegar, pero mi hermano no, ya que había salido a cenar con sus amigos.

-¿Qué tal ha ido el día Sakura?- como todos los días, me lo pregunta mi padre, antes de cenar.

-Bién, bueno, nada nuevo.-pero recuerdo la nota del examen de matemáticas, así que le cuento al instante- ¡Ah sí! ¡He sacado un 10 en el examen de matemáticas del último día!

-¡Felicidades!- dice mi padre mientras expresa una gran sonrisa.

Al terminar de cenar, le deseo las buenas noches a mi papá y subo a mi habitación; antes me lavo los dientes, la cara, etc. Le deseo las buenas noches a Kero y me voy a dormir, porque estoy agotada.

Durante la noche tengo un sueño muy extraño, pero no sé si llamarle sueño o pesadilla:

Todo era muy extraño, Clow había creado una carta nueva que yo había de capturar. Es una carta de las más estúpidas que he visto jamás; en el ranking de las cartas más estúpidas, esta se coloca en el puesto número 1, la carta se llama: El ejercito de las tostadoras. Las tostadoras tenían vida, te quemaban con su cuerpo y te estrangulaban con los cables. Me costó bastante, pero al final conseguí la carta, la cogí, escribí mi nombre en ella y acto seguido alguien me tocó la espalda. Me giré pero era demasiado tarde, estaba en otro sitio completamente distinto al que había atrapado la carta: en una habitación cerrada. Al cabo de un rato, entraron un hombre y una mujer, que tenían una "R" en la camiseta. R…, R…, R…

Y de repente, me levanto de un golpe.

Espero que os vaya gustando el fic, a mi me parece una buena idea, espero que vosotros también lo penséis. ^^

Atte: AstralMaster