Disclaimer: los personajes son de Meyer, el drabble es mío.

Claim: Edward/Alice.

Summary: No te incomoda el sentir algo por tu hermana. No te molesta el querer pasar tiempo a solas con ella. No te fastidia el dolor que sientes cuando tienes que reprimir todos aquellos deseos. No. Lo que realmente te incomoda, molesta y fastidia es que sabes que puedes, pero no debes.

Rating: T.

Dedicatoria:para mi esposa, Hizz, por ser tan linda, amigable, cariñosa y por haber aceptado casarse conmigo (nosotras) (?). Feliz navidad, guapa. Esto es mejor que nada (creo).


Prohibido tocar

No la mires, no la toques, no la desees. No. No debes, no puedes. Bueno sí, y eso es lo que en el fondo más te jode.

No te incomoda el sentir algo por tu hermana. No te molesta el querer pasar tiempo a solas con ella. No te fastidia el dolor que sientes cuando tienes que reprimir todos aquellos deseos. No. Lo que realmente te incomoda, molesta y fastidia es que sabes que todo lo anterior podría evitarse, que lo único que tienes que hacer es tomarla por la cintura, besarla y hacerla tuya en aquél sofá en el que está sentada ahora mismo, porque sabes que ella lo desea tanto como tú. Sabes que puedes, pero no debes.

Sus pensamientos te lo están pidiendo a gritos, "Edward, te deseo". Ella te quiere, te reclama, te necesita cerca suya; pero tú sabes (tan bien como ella), que eso es imposible de hacer realidad, porque si lo hiciérais, ambos perderíais lo que más amáis en este mundo. Porque existen muchos tipos de amor, y el vuestro es puramente pasional, algo que no puede compararse con el amor de toda una vida, de una existencia.

Le lanzas una mirada centelleante, devorándotela entera con los ojos, imaginas, sientes, piensas... pero no vives. No lo recreas en tu cuerpo (y mucho menos en el suyo). Ella hace un sútil movimiento de cabeza, que solo tú puedes percibir, y te responde un "Edward, te quiero..." en sus pensamientos que te hace babear por ella, pero seguido de un "...pero no sirve de nada" que te hace odiarla, a ella, a tí, al jodido mundo que os a puesto sobre la faz de la tierra y al puñetero destino que ha hecho que os conociérais.

Ella suspira y apoya un brazo sobre el pecho de Jasper, que se encuentra junto a ella en el sofá, dándote así a entender que vuestro momento de intimidad se ha acabado. Maldices por lo bajo y sales de aquella habitación cabreado, en busca de Bella. Sabes que la amas más que a Alice, pero el amor no entiende de cantidades ni de grados, sino de sentimientos y personas.

Así que te quedas con eso, con la agonía de saber que, de tan cerca que la tienes, nunca la alcanzarás.