Disclaimer: los personajes son de Meyer, el drabble es mío.

Claim: Leah/Seth

Summary: Odias tu vida, y todo lo relacionado con ella; y el único que siempre está ahí es Seth, el único que te conoce como realmente eres. Pero no te importa, de todas formas todos tenemos un papel que interpretar, y a ti te a tocado este.

Rating: K+.

Dedicatoria: para mi Rosary Blacu, la primera con la que tengo oportunidad de hablar (y alabar) a Leah, porque ambas la amamos y comprendemos. Feliz navidad, linda.


Como una marioneta

Cada vez que miras a Sam, y escuchas cada uno de sus pensamientos, la ira y el dolor te corroen por dentro; pero tu orgullo sale a flote y reprimes las lágrimas.

Pero claro, el orgullo solamente es visible frente a los demás, al igual que tu fachada de chica amargada y arisca. Porque cuando llegas a casa (entrando con portazos y lanzando gritos e insultos contra el mundo que te rodea), y te encierras en tu habitación; el mundo entero se cae, la chica repelente se va y aparece la sensible, despechada y dolida Leah.

Y lloras. Lloras por Sam, porque te dejó más sola que a una perra. Lloras por Emily, porque era tu prima, tu amiga, tu confidente, y a pasado a ser tu enemiga. Lloras por la desgracia de haber sido convertida en loba, porque lo hace todo más difícil, hace que tengas que ver y soportar a Sam, y lloras por tu padre. Por papá. Porque a diferencia de lo que todos creen (y por desgracia) tus únicas penas no son Sam y Emily, no. La asquerosa conversión en licántropa lo terminó de joder todo, matando a tu Harry del susto, del miedo, de la impotencia. Y todo se terminó de ir abajo. Papá se fue para no volver, y la casa quedó vacía de su presencia, dejando en su lugar un manto de lágrimas derramadas cada día, cada hora y cada instante por mamá.

Así que lloras, por todo eso y por más, por todos los motivos habidos y por haber para llorar. Reprimes tu odio contra la almohada y gritas desesperadamente, aúllas de dolor.

Y Seth, como siempre, acude a tu lado. Abre la puerta, con el chirrido tan característico que hace ésta al abrirse, camina los 7 pasos que hay hasta tu cama, se sienta en el borde, sobre la colcha de flores que te tejió mamá, posa una de sus enormes manos sobre tu cabeza, masajeando tu cabello, y empieza a soltar pequeños soplidos de consuelo.

Y así pasáis la noche. Seth a tu vera, susurrándote palabras de alegría y esperanza; y tú llorando, derramando más lágrimas de las que tu cuerpo puede producir, odiando al mundo por haberte dado esta vida que vivir, y amando a Seth más que a ninguna otra persona. Y sin embargo nunca haces nada por demostrarlo, porque es tu hermano y lo quieres, y hace por ti mucho más de lo que merecerías nunca, y nada, nada de lo que hagas compensaría jamás todo el cariño y apoyo que el te ha brindado.

Luego, optas por quedarte callada, como siempre, y sigues llorando hasta el amanecer; hasta que un nuevo día comienza, y la nueva Leah, la Leah que el resto de mundo conoce, debe interpretar su papel, como una marioneta en un teatro, el teatro de la vida.