Disclaimer: Hetalia no es de mi propiedad.

Advertencias: Childnations. Es decir, los personajes como niños de once-doce años.

Aclaraciones: Oneshot, cortito. Situación random, tengo un fanfic en proceso sobre Antonio y Arthur como niños…


"Orden"


"No te pedí que vinieras"

"Tampoco es como si lo quisiese, me obligaron"

Arthur sabía que no era verdad, que él vino por su cuenta y que estaba preocupado. Antonio era muy tonto como para notarlo, pensaba. Pero por un lado era mejor así, de esa forma. Se ahorraría la vergüenza de aceptarlo. Arthur no intentó seguir la conversación. Antonio se veía demacrado y lucia ojeras; la gripe le había golpeado fuerte. Parecía a punto de dormirse, y no se equivocó. En cinco minutos Antonio no era más que una masa inerte recostada sobre la cama, con las mantas desordenadas, la boca entreabierta y completamente dormido.

Y Arthur seguía ahí, mirándolo.

Observó también la habitación, desordenada y con objetos desparramados por todos lados. Antonio era un irreparable desordenado, pero a Arthur aquello le parecía una exageración. ¡Era demasiado!

Suspiro, miró a Antonio y volvió a suspirar. Y sin hacer mas ruido comenzó a recoger los juguetes, a regresarlos a los estantes y a doblar la ropa esparcida. También recogió los papeles y algunas latas vacías. Incluso encontró bajo la cama un plato con un churro a medio comer. "Me lo esperaba de Antonio", pensó.

En solo minutos la habitación era irreconocible, completamente limpia y reluciente. Mas le valía a Antonio no arruinar todo apenas despertase.

Arthur prefirió volver a su casa, a pesar de que no tenia nada más que hacer. Porque más les espantaba el hecho de que Antonio pensara que hizo algo bueno por él, que estar aburrido, eso podía aguantárselo.

Él no ordeno la habitación por Antonio.

¡Lo hizo por amor al orden…!