Se lo prometí
Por Nochedeinvierno13
Disclaimer: Todo el universo de los Juegos del Hambre es propiedad de Suzanne Collins.
Este fic corresponde al Reto "Pidiendo teselas" del Foro "El diente de león".
Para: Karou Everdeen.
Petición: Finnick Odair narrando la lucha contra los mutos y sus pensamientos antes de morir.
Aclaración: Además de los pensamientos de Finnick en ese momento tan trágico, he incluido un poco de Annie. ¡Espero que sea de tu agrado!
I
Promesa
Annie tiene miedo.
Puede que todo el mundo piense que está loca y que no percibe con claridad lo que sucede a su alrededor, pero esa afirmación es una verdad a medias. Puede que ella no preste atención a la gran mayor parte de las cosas, pero Finnick logra captar su interés de forma completa.
Su corazón late dentro de su pecho como un caballo desbocado cuando su esposo le dice que irá al Capitolio.
—¿Por qué? —es lo único que puede alcanzar a articular con los labios temblando de desesperación—. No quiero que te vayas.
—No será por mucho tiempo. El Capitolio está débil y no puede defenderse como antes.
—Sigo teniendo miedo.
Las lágrimas cristalinas comienzan a brotar de sus ojos y el muchacho envuelve su cuerpo menudo en sus brazos fuertes. Annie no puede evitar sentirse muy pequeña a su lado, tan frágil y desvaída.
—No me sucederá nada. Sobreviví a dos ediciones de los Juegos, ¿recuerdas? Nada puede contra mí.
La mención de la palabra «Juegos» hace que los nervios de la chica se disparen. Los recuerdos le atormentan de nuevo. La cabeza de su compañero rodando entre sus pies, el agua dentro de sus pulmones y la falta de oxígeno para respirar.
«Todo vuelve a suceder.»
Finnick desliza las yemas de sus dedos por los mechones de cabello castaño y le besa con dulzura inusitada la frente. Se reprende a sí mismo por ser tan imprudente de ponerle en ese estado. Annie sigue siendo tan susceptible como siempre y más en la situación en la que se encuentran.
—Prométeme que volverás a mí. ¡Prométemelo!
—Tú eres mi hogar, Annie. Te prometo que volveré a ti.
Recuesta su cabeza en su pecho y se deja llevar por la calidez del cuerpo de Finnick, sintiéndose más calmada pero no más segura. Los temores le siguen cosquilleando en la piel.
«Perdí muchas cosas. No quiero perderte a ti, Finnick.»
—Te prometo que nunca te abandonaré.
