¿Un príncipe bicentenario?
Summary: Drabble. ¿Qué InuYasha era un qué? ¡El mundo era de locos! [Fic de Registro Oficial al Foro 'A través del pozo']
Disclaimer: 犬夜叉 (Inu-Yasha) pertenece única y exclusivamente a Takahashi Rumiko.
Advertencias: Nada.
Drabble.
—Oye, InuYasha.
El hanyô volteó a ver a la mujer a lado suyo.
Kagome e InuYasha se encontraban en la colina tras la aldea de Kaede. Naraku había desaparecido sin dejar rastro, así que se estaban tomando un tiempo para descansar. Un par de días de descanso no le hacía daño a nadie, ¿o no?
— ¿Qué? —su voz sonó desinteresada y aburrida.
Típico.
—Sé que no te gusta hablar mucho de ello…—comenzó la joven, haciendo una pequeña pausa para reordenar sus pensamientos. —Pero, ¿tu madre era una princesa, no?
Él parpadeó, sintiendo confusión a causa de una pregunta que no se había esperado.
—Pues… Sí, lo era, ¿y qué con eso?
Kagome jugueteó con sus dedos nerviosamente.
— ¿Nunca has pensado qué, si tu madre fue una princesa, tú eres algo así como un príncipe? —la pregunta salió de sus labios sin poder evitarlo, sintiendo una enorme curiosidad por la respuesta.
¿Qué ella acababa de decir qué?
— ¿Qué?
— ¡Sí! —asintió ella, mostrándose segura de sí. —Si ella era una princesa, tú debías ser un príncipe o algo por el estilo.
A él se le resbaló una gota de sudor por la sien. ¿Debería contestarle algo? Esa pregunta le había resultado ridícula, con sinceridad.
— ¿A quién le importa? —se dejó caer sobre la hierba y le dio la espalda a su acompañante, dirigiendo su vista a la corteza de un árbol lejano.
— ¡Sí! —repitió. —Eres… ¡Eres como un príncipe bicentenario! —de repente, la voz de Kagome se oía mucho más animada.
— ¿Un qué bicente-qué? —volvió a sentarse para regresar su vista a ella, sin entender nada de lo que acababa de decirle.
—Bueno, Myôga dijo que tu padre murió cuando naciste, y él murió hace doscientos años, entonces tú debes tener doscientos años. —hizo muecas con las manos, como si eso la ayudara a expresarse. — ¡Eres un viejo!
— ¡Oye! —se quejó el hanyô. — ¡¿Qué tengo cara de anciano, acaso?!
Ella lo miró detenidamente con una sonrisa traviesa en los labios, como si estuviera a punto de decirle una de las mejores cosas de toda su vida.
—Bueno, eso explicaría todas tus canas. —trató de contener la risa, sintiéndose divertida por la situación.
— ¡Este es mi color natural de cabello, idiota!
Cabrear un rato a InuYasha animaba a cualquiera, más aun si era por algo tan ridículo como cierto.
Bueno, tal vez InuYasha no fuera un viejo, pero debía ser un príncipe si su madre fue princesa.
No pudo evitar imaginárselo vestido de armadura sobre un gran caballo blanco, como en las películas para niños.
— ¡Y no soy un simple humano que envejece y se arruga de un día para otro! —continuó él.
Bueno, tal vez InuYasha no fuera el príncipe azul de todas las películas de princesas, pero él siempre estaba allí con ella y la protegía. Eso era mucho más importante que su sangre o cualquier otra cosa.
«Tal vez sea un príncipe bicentenario… Pero a su manera, y me gusta que sea así.»
Fin.
EDITADO: 19 de febrero del 2016
