Notas: Este es mi primer fanfic que no es un one shot, así que a ver cómo me sale. Todo esto empezó por aburrimiento en la playa y un rol. (Queridos Vik y Ana, si estáis leyendo esto -Vik, sé que tú si- va para vosotros xD)
Advertencias: Nombres de humanos de los personajes. Lovino Vargas (Italia del Sur, Romano), Antonio Fernández Carriedo (España), Francis Bonnefoy (Francia), Alice Hepburn (Bélgica), Gilbert Beilschmidt (Prusia3) y Dirck (Holanda) -vale, no me sé el apellido, no me culpéisxD- CRACK, mucho CRACK
Disclaimer: Ni Hetalia ni sus personajes me pertenecen, sólo las circunstancias en las que se encuentran (?)
Capítulo 1: Un clavo saca a otro clavo
Notó el agua fría acariciando sus pies y sonrió mientras veía al italiano huir de las olas, perseguido por un feliz Antonio que llevaba un flotador con estampado de tomates. Alice ensanchó su sonrisa y esperó que la siguiente ola volviera a mojar sus pies.
-Belbel~ -la llamó el español- Dentro de un rato vendrán unos amigos, espero que no te moleste.
-No molesta, jefe. Cuantos más mejor.
-Gracias -sonrió el español y besó su sien- Sabía que dirías algo así. Ah, porcierto...¿Podrías decirle a tu hermano que salga de debajo de la sombrilla y venga también a jugar?
La belga miró al holandés que los miraba con el ceño fruncido, sentado en una silla plegable debajo de la sombrilla, vistiendo el bañador, una camisa marrón abierta y una bufanda con los colores de su bandera.
-No creo que quiera, pero lo intentaré -rió levemente.
Antonio volvió a perseguir a Lovino, que huía como buen italiano.
-Déjame en paz, maldición
Empezó a correr hasta que se perdió de vista.
-No te alejes demasiado -advirtió el mayor, preocupado.
A los pocos segundos, volvió corriendo, gritando y muy asustado.
-¿Qué ocurre, Lovi? -preguntó la belga preocupada, mientras lo consolaba
Antonio miró por donde había venido su italiano y empezó a reír.
-Hola, Francis.
El francés sonrió, acompañado del prusiano y la húngara.
-Bonjour, Toño
-Hallo Kesesesese No temáis, el gran Ore-sama ha venido a quitar el aburrimiento.
Antonio volvió a reír y los tres se abrazaron.
-El BFT reunido de nuevo -dijo Elizabeta acercándose a la rubia- Hola
La belga y la húngara se abrazaron amistosamente. Antonio se les acercó, acompañado de Gilbert.
-Alice, creo que aun no te he presentado a Gilbo. Él es Gilbert Beilschmidt. Gil, ella es Alice Hepburn.
El albino la observó con cautela, de arriba a abajo y sonrió.
-Kesesese un placer conocerla, señorita -hizo una reverencia y besó su mano.
-El gusto es mío -contestó Alice con una sonrisa
-Ahora no te hagas el caballero, Gilbert -sonrío la húngara- Todos te conocemos demasiado bien.
-Muy graciosa, a ver quien se ríe ahora -aprovechando que estaban en la orilla, la cogió por la cintura con la intención de tirarla al agua, pero ella se aferró a él haciendo que ambos cayeran. Como niños pequeños, empezaron a jugar, mientras el resto, menos cierto holandés malhumorado, reía.
-Ma petite -dijo Francis acercándose a ella- Cuanto tiempo sin verte
-Onii-san! -se abrazó a él- Mucho, muchísimo.
-Mignonne come tousjours -rió levemente, pero se separó ante la fija mirada de cierta persona que se levantó de la silla, se quitó la bufanda y la camisa, y salió de debajo de la sombrilla.
-Con permiso -gruñó al pasar entre los dos rubios, empujando a Francis al hacerlo.
Alice miró con reprobación a su hermano.
-Lo siento, Onii-san. No es muy sociable.
-Ya lo veo, pero no te preocupes -sonrió y miró a sus amigos que estaban ya todos dentro del agua- ¿Te vienes? Ya están todos dentro
-No, ve tú, yo no tengo muchas ganas.
-¿Está bien que te deje sola?
-Vamos, no me pasará nada -sonrió- Ve a pasártelo bien
Después de darle un breve beso en la frente, entró en el agua. Ella se sentó en una de las toallas, observando lo bien que lo pasaban.
De pronto, algo apareció a su derecha, haciendo que se girara a mirarlo. Era pequeño, amarillo, con plumas y muy, muy adorable. El awesome pollo la miró curioso y ella no pudo evitar cogerlo y acariciarlo.
Cuando se hubo cansado de vencer a Elizabeta una vez tras otra -o eso decía él-, el awesome Gilbert fue a hablar con Antonio. Tenía varias preguntas que hacerle.
-Vaya, vaya, así que ese es tu pequeño tesoro -dijo el albino mirando a la belga de reojo- Nada mal.
-No te encapriches por ella -dijo el moreno en un tono demasiado serio para ser él.
-No quiero ser comida para tiburones, gracias. -sonrió despreocupadamente- Además, sé que es ella no es una cualquiera que conozco en un bar. Ella es un país y parece tener dignidad -se mofó- También tiene un brillo extraño en sus ojos.
El español lo miró y mostró una sonrisa traviesa.
-Un clavo saca a otro clavo -dijo clavando sus esmeraldas en los rubíes de su amigo- Y el tiempo de Eli ya pasó.
Gilbert sacudió la cabeza, alejando esa idea de su mente.
-Antonio, alguien como... -hizo una extraña mueca, vacilando-... como yo no puede arriesgarse a enamorarse. No cuando puedo desaparecer en cualquier momento.
-Yo sé que si -sonrió con muchas ganas el español- Porque ya has empezado a hacerlo.
Gilbert iba a replicar cuando sintió como si pasara algo. Había algo fuera de lugar allí, le faltaba algo...
-"¿¡Cómo he podido olvidarme!" -pensó, alterado y salió del agua, buscando desesperado con la mirada. La preocupación iba aumentando con cada segundo. Era un mal padre.
-¿Pasa algo, Gilbert? -preguntó Alice y se sonrojó levemente. Estaba demasiado sexy con aquellas gotas adornando su cabello y su torso. Él la miró y suspiró aliviado al ver al pequeño pollo en las manos de la belga.
-Así que aquí estabas, Gilbird -suspiró aliviado, sentándose al lado de Alice y acariciando la cabeza del pequeño animal
-¿Es tuyo? -preguntó ilusionada
-Si, es mío -río levemente- El awesome Gilbird, tan awesome como su dueño. Saluda a Alice, Gilbird.
El pollo empezó a piar y fue a la cabeza mojada del albino.
-Si, awesome -rió ella-
-Kesesesese -sonrió orgulloso- ¿Y tú no te bañas?
-No me gusta demasiado -reconoció para luego añadir con fastidio- Aunque tal vez debería, empiezo a tener calor
-Yo tengo la solución -dijo el prusiano con una voz ronca que le puso la piel de gallina a la belga. Su cuerpo aun estaba mojado y bastante frío, así que la abrazó, riendo- El abrazo del oso mojado!
-Gil! No, para, estás frío y mojado! -gritó entre carcajadas- Danke.
Desde el agua, Dirck los miraba fijamente. De reojo vio a la húngara nadando por su lado y la detuvo.
-Eliza, ¿Puedes decirle al baboso ese que se aleje de mi hermana?
Ella se sorprendió. -"Vaya, si se acuerda de mi nombre" - pensó con ironía- Con todo mi respeto, no creo que te incumba, y a mí menos. Además, seguro que disfrutas más yendo tú.
-Pero a ti te escuchará. Y tú le quieres -dijo directo- Es mi hermana, así que me incumbe.
La húngara le sonrió.
-Si tanto quieres echarlo, díselo. Tal vez Alice se moleste, parece estar pasándolo muy bien -la señaló con la cabeza- Sabes que no puedes con Gil, ¿Por eso acudes a mi? Me siento insultada y halagada a la vez.
-No...bueno, si, lo...lo siento, no quería molestarte -se disculpó, mirando hacia otro lado
Ella sonrió y le dio un pequeño golpe en la frente.
-Estamos aquí para divertirnos, quita esa cara de amargado y vamos a jugar -vacilando levemente, tomó su brazo, obligándolo a salir del agua y sentarse en la orilla- Vamos a construir un castillo
Dirck la miró sin nada de esa determinación que lo caracterizaba.
-¿Estás diciendo que empecemos de cero? ¿Olvidamos viejos rencores?
-Exacto -sonrió- ¿Trato hecho?
-...-asintió- Si, trato hecho
