Hola! Bueno, me presento: Soy Misses Histery y esta historia es mi primera de Winx Club. Hace muchísimo tiempo que quería escribir algo de ellas pero la inspiración nada más no daba.
El fic está levemente basado en la película "Niñas mal", de ahí vino la inspiración para esto :3, espero que les guste y me dejen saberlo.
Disclamer: Winx Club es propiedad de Iginio Straffi y Rainbow. La película de "Niñas mal" es propiedad de Columbia Pictures México. Sin embargo algunas situaciones que no tienen nada que ver con la película son mías.
¡Espero que les guste!
A veces la gente no comprendía que seguir el patrón que la sociedad ha impuesto es lo peor que puedes hacerle a tu vida, sino estás aquí para romper reglas entonces ¿qué carajos haces en el mundo? Romper estándares es lo más excitante que ha ocurrido, ser tú misma es lo mejor que puedes hacerle a tu vida. Ser...
IMPERFECTA
I
El ambiente estaba bastante encendido como para que se preocupara por lo que diría su padre acerca de su comportamiento por esa noche, no le importaba en lo absoluto, en ese momento sólo quería salir a cantar y dar lo mejor de sí misma. Cantar para ella y para su madre.
A pesar de que incluso unas horas antes haya discutido con su padre al este enterarse de que se presentaría de nuevo en ese club nocturno para cantar, pero es que no podía evitarlo y tampoco había podido decir que no cuando el dueño del club le había hecho la invitación personalmente, él ya había escuchado la maravillosa voz que tenía y estaba seguro de que su clientela aumentaría si ella se presentaba.
Se preparó mentalmente, no pensaría en nada más que en su esfuerzo y su triunfo.
— ¿Estás lista? —escuchó una voz familiar a su espalda, era la de su primo, Helia.
—Sí, gracias por venir —respondió. —Sólo no encuentro el gorro que, se supone, usaría esta noche.
—Con cualquier baratija te verás bien Musa, además ya debes salir.
Pero esta no le prestó atención por andar revolviendo toda la ropa y utilería que tenía el escenario de aquel club, además el enorme ruido que hacían los demás chicos y chicas que se presentarían en diferentes actos no ayudaban.
— ¡Maldición dejen de hacer tanto escándalo!
—Ya no te enojes, anda ya te están anunciando —trató de tranquilizarla su primo.
—Cuando encuentre a la estúpida que agarró mi gorro sabrá quién soy —dijo antes de salir al escenario y dar todo en el show.
II
— ¡Mira todo este desastre! —gritó una mujer a su hija mayor.
—Perdón mamá, es que…
—Ya no quiero más explicaciones Flora, siempre es lo mismo contigo —dijo la señora agarrando la basura que había regada en la mesa de la cocina para comenzar a limpiar otro de los intentos fallidos de su hija de cocinar.
—Pero es que me estaban saliendo bien las galletas hasta que, bueno, comenzó el programa de radio que tanto me gusta y se me olvidó —se excusó la chica de hermosos ojos verdes a su madre y recogiendo también todo lo que había tirado. Porque cabe destacar de que además de no ser muy buena cocinera, Flora tampoco era muy ordenada que digamos y también era de lo más distraída.
—Flora, ¿por qué no simplemente dejas la cocina? Hay otras cosas que puedes intentar… no lo sé.
La castaña miró tristemente a su madre y resopló.
—Debería…
Su madre le sonrió animándola —Bueno, bueno ¿Ya comió Miele? No ha bajado y eso que llegué hace rato.
—Mie… ay.
— ¡Flora! ¿Olvidaste pasar por tu hermana a la escuela? ¡Es el colmo niña!
Corriendo y agarrando sus cosas Flora salió como alma que la lleva el diablo para ir por su hermana menor.
III
Una chica de cabello corto llegaba a su casa agotada después de otro fabuloso día en la biblioteca, amaba el tener esas vacaciones para ir a curiosear sus lecturas preferidas. Se dejó caer en el sofá que se encontraba en la sala de su, al parecer, solitaria casa. Era extraño, cuando salió en la mañana su madre aún seguía ahí.
Le restó importancia, tal vez había ido al gimnasio para devorarse con la mirada a sus entrenadores de quienes le había hablado durante todo el mes y que ya la traían harta.
Escuchó ruidos en una de las habitaciones y decidió ir a asomarse, tal vez era un ladrón, si lo era ya había rápidamente formulado una heroica actuación para defenderse y capturar al posible intruso. Otro ruido se escuchó y se dio cuenta de que estaba en el baño que se encontraba en la planta alta, se dio prisa y abrió la puerta sólo para ver otra de las típicas escenas de las cuales su madre era principalmente la responsable.
— ¡Mamá! —gritó para llamar la atención de la mujer metida en la tina junto a un nuevo desconocido.
—Tecna, cielo. No creí que llegaras tan pronto —dijo riéndose junto a hombre que la acompañaba.
— ¿Es en serio? Tápate —dijo la pelirosa antes de salir y le dirigió una mirada al hombre que acompañaba a su madre. —Y por cierto, si mi madre te dijo que yo tenía intenciones de conocerte antes me cortaría una pierna —Así la chica hizo un mohín de asco y cerró la puerta con todo el coraje del mundo, su madre no tenía ni tantita decencia.
IV
—Esa vajilla es divina, deberíamos ponerlo en nuestra mesa de regalos —sugirió animada una hermosa pelirroja para cerrar su portátil y mirar a su futuro esposo.
—Nada es más divino que tú mi hermosa princesa.
Ella sonrió coqueta —Oh Sky, eres el mejor prometido que una chica pueda tener.
Él sonrió también y se acercó para besarla cuando su teléfono celular comenzó a sonar —Es Diáspro, mi asistente.
Bloom sonrió con desagrado —Cariño, deberías pensar en tener un hombre de asistente ¿No lo crees?
— ¿Qué ocurre Bloom, el trabajo es primordial para un hombre, Mike y Vanessa te lo debieron haber enseñado? —esa voz demandante fue la de su futuro suegro, Erendor Eraklyon, uno de los mayores accionistas del país y fuerte figura pública.
Bloom se disculpó apenada y miró a Samara, la madre de su futuro esposo y ella le sonrió —Tranquila querida, entendemos que está nerviosa por la boda. Al principio yo también cuestionaba cualquier cosa que hacía Erendor.
—Me imagino —se limitó a contestar. A veces olvidaba que el guapo chico que había conocido en una gala de beneficencia era el hijo de los mayores accionistas de Gardenia, y que debía controlar todo lo que decía y comportarse como una verdadera dama, pero a veces le era tan difícil, ella había crecido siendo luchona y nada conformista. —Le llamaré a mis padres, en un momento vuelvo.
V
— ¿Hola? Oh, Bloom ¿Qué tal te va en la salida con tus suegros? —respondió una bella rubia que caminaba por la calle más concurrida de tiendas departamentales.
—Tengo que cuidar cada cosa que digo para que no se molesten conmigo, esto es frustrante —admitió la chica por el otro lado de la línea.
La rubia resopló —Bueno, nadie dijo que sería fácil, no te estreses. Te cuento, ni te imaginas el desastre que acaba de ocurrir.
— ¿Otra barata en tu tienda favorita?
—Peor, había una chica en un probador que claramente era talla extra y ¿sabes qué hizo? ¡Pidió una blusa pequeña! Dios se veía espantosa, así que como buena persona tuve que intervenir y decirle lo fatal que lucía y la muy desagradecida se molestó conmigo como si yo fuera la que se comiera cien bollos para que se viera así. Por si fuera poco exigió que me sacaran de la tienda alegando que soy una persona intolerante e irrespetuosa —contó mientras entraba a una cafetería.
—Bueno… Stella. Ciertamente no eres muy amable que digamos, a ninguna chica le gustaría que una desconocida llegara y le dijera ¡Oye te ves gorda, cámbiate!
—Pero era una falta de respeto hacía la nueva colección de primavera, mi abuela se estaría revolcando si la hubiera visto.
Bloom rio por el comentario de su amiga y decidió que era momento de colgar —Tengo que irme, pero recuerda ser más amable.
La rubia escuchó el tono de colgado y guardó su celular mientras resoplaba y se acercaba a la caja para pedir algo.
—Quiero café con leche de soya a la cuenta de ya —exigió la chica al empleado que ni siquiera le había dado tiempo de saludar. — ¿Esperas a que yo lo haga? ¡Anda que llevo prisa!
No, definitivamente ser amable no era su fuerte.
