El Comienzo
El despertador sonó, como cada mañana, pero esa mañana era diferente, era la primera mañana en Japón, la chica que había en la cama se despertó y una sonrisa se esbozó en sus labios, desde que Diana la sacó de aquel orfanato, Sun Garden, la chica se vistió rápidamente, una falda corta azul, una camisa blanca, un lazo a juego con la falda, se miró rápidamente en el espejo mientras se lavaba los dientes para salir inmediatamente corriendo, mientras una chica mayor, no solo de estatura frente a la puerta, le esperaba con una bolsa.
-Ya tardabas en prepárame el desayuno, Di-chan –dijo la menor cogiendo la pequeña bolsa, mientras le daba un beso en la mejilla- gracias –y salió por la puerta-.
-Ayumi –pausó unos segundos para continuar- espero que no se pierda –inmediatamente se vistió con su uniforme, claramente reconocible – Teikoku, allá voy –poco después salió también de la casa-.
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-Vale, me he perdido –dijo una chica peli rosa, con un uniforme de Raimon de falda rosa y lazo del mismo color- ¡POR QUE A MI! –gritó por si alguien la ayudaba, pero nadie, cuando iba a retomar su viaje para encontrar Raimon…-.
-¡Taila! –la voz de una rubia la sacó de sus pensamientos- vaya, por lo que veo tu también vas a…-no pudo terminar ya que la otra le cortó abrazándola-.
-¡AYUMI! –la compañera de fatigas de Ayumi, la nombrada: Taila, la sirvienta.- ¿Qué haces tú aquí? –preguntó intrigada-
Después de decirle lo que había estado haciendo allí se dieron cuenta de lo tarde que era, así que salieron corriendo dirección Raimon.
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Diana llegó pronto a Teikoku, de entre todas las miradas avistó una que conocía perfectamente, aquella chica era ni nada más ni nada menos que Kuroi Otuu, una "compañera de fatigas" en otras palabras su peor enemiga.
-Hola, Otuu-san –saludó cordialmente Diana.
-Hola, Diana-san –le respondió la chica, las dos se fueron como si no se conocieran de nada.
Las presentaciones se hicieron rápidas y empezaron ha estudiar.
-Como le irá a Ayumi, ¿la habrá encontrado? –pensó Diana.
