Vivir.

Cuesta más de lo que crees.

Vivir sin ser amado duele enormemente.

Vivir, habiendo amado y perdido, es que te arranquen el corazón sin anestecia.

Nadie puede ayudarte con eso.

Porque en la infinita tristeza que te invade, dejas de ver a los demás.

Para ver a un punto, un mísero punto enfermo, que no te sirve de nada.

Las ganas de destruir tu alrededor se hacen inmensas.

¿Cuántas personas son capaces de controlarlo?.

No muchas, a veces dudo si soy de esas personas.

Te vi, te pude tener, te perdí, por idiota, por no entenderte, por usarte, por no comprender algo tan sencillo como cuidar una flor tan frágil como lo eres tú.

Te pediría perdón mil veces mi amor, pero ya me han ganado de mano.

Mi mejor amigo, eso es lo que más me duele.

Verlos juntos. Ver que se están empezando a amar.

Yo ya lo veía venir, pero mis ojos no quieren avisarle a mi corazón.

No quiere avisarle a nadie.

Quiere taparse, y que nadie lo escuche.

Y es así, como la vida continúa.

Yo sin tí.

Tu con él.

Espero que lo cuides, que lo valores, que no hagas como yo hice contigo.

Lo que yo hago, nadie lo debería hacer.

Es matar por dentro.

Es destruirte.

Yo lo perdí todo de bebé.

Lo pierdo todo al crecer.

Y tú. Tú me ganastes, pero yo te perdí. Ya no hay vuelta atrás, no me lograrás perdonar nunca.

Hacé tu vida, con él.

Yo haré la mía, solo.

Solo...

Solo.

Así me siento.

Porque tu no estás.

Están mis amigos, pero de nada sirve si poco a poco voy cayendo en este pozo.

Este pozo que me creo yo sola.

Por no poder ver.

Por no poder sentir

Que me amas.

Como la primera vez.

Te necesito.

Pero él te necesita más.

Y es por eso, que aunque me duela, te dejo partir, mi amada Hermione.