Capitulo
1
Jade
Las lucen de neón parpadean constantemente formando con su tenue luz letras que en conjunto dan el nombre a aquel bar de mala muerte situado a las afueras de la ciudad. A la salida trasera del bar se encuentran tres jóvenes enfrascados en una acalorada discusión, mejor dicho un joven esta a la expectativa de los resultados que la discusión de sus dos acompañantes pueda tener.
-Natsuki… nunca te he pedido nada, por favor… ayúdala… te lo suplico- Una chica de cabello rubio le ruega, casi le implora a una pelinegra de ojos verdes más alta que ella.
- No, no, no puedo –La morena de ojos verdes le dice, moviendo su cabeza negativamente.
-¿… no puedes… o no… quieres? –La rubia parece desencajada por la respuesta de la morena y con temor pregunta.
- …No debo, ella es una desconocida, tu eres mi… somos algo… tenemos una relación… extraña… pero nos conocemos y por ti ya me metí en suficientes problemas.
-La van a matar… o tal vez le hagan algo peor, por favor te lo suplico ayúdala, nunca te he pedido nada, desde que nos conocimos, por favor, hazlo por mí, si alguna vez me quisiste…- suplica por ayuda la rubia.
-¿Me estas chantajeando?
-No es chantaje, simplemente si me quieres o alguna vez me quisiste, se que la vas a ayudar, porque ella es muy importante para mí y tu… tu me dijiste una vez que siempre estarías para ayudarme, por favor no podemos dejarla en manos de esos malditos que son capaces de hacer cualquier barbaridad con ella. –La rubia, llamada Alyssa, casi se le inca a Natsuki, junta sus manos en señal de ruego.
- Al auto... ¡AHORA!- La pelinegra comienza a caminar, la chica de pelo rubio no esperaba esta respuesta y se queda parada sin dar un solo paso, mientras que el chico mira a ambas chicas.
-Pues… si tu no la ayudas, porque eres una cobarde, yo lo hare, no te necesito - Y diciendo esto abre la puerta y entra al establecimiento siendo al momento bombardeada por las luces multicolores, humo de cigarros y el olor a alcohol mezclado con sudor.
El chico se queda atónito ya que no esperaba que la rubia le respondiera de esa manera a Natsuki. Él las conoce a ambas desde que eran niños y sabe de los sentimientos de amor que Alissa, la rubia le profesa a Natsuki desde que se volvieron a encontrar, de esa ya hace 15 años… Él, sin saber que hacer se debate mentalmente si seguir a la rubia o esperar a que la pelinegra se dé cuenta de que no la están siguiendo. Una mano en el hombro lo trae a la realidad y al instante palidece al observar la mirada de asesina que tiene la pelinegra.
-¿Dónde tienen a la chica?
-Ella… la… la subieron al piso de arriba por las escaleras… que están al lado de la barra, pero… pero… la están vigilando
-Ve por Alissa, sácala de aquí, caminen hacia la carretera, y aléjense lo más que puedan ¡¿entendiste?!
-Si… si… pe…pero y ¿si no quiere?
La pelinegra lo ve con ojos de pocos amigos, el muchacho palidece si es posible más, se levanta y camina directo hacia la puerta sin mirar atrás. Antes de que entre Natsuki lo alcanza y tomándolo del brazo lo detiene y lo gira para que la vea a los ojos.
-Tienen 30 minutos para alejarse lo más que puedan de aquí, vayan por la orilla de la carretera, si es posible que no los vea nadie "no quiero que los involucren"- Mira el reloj en su mano derecha- Si salen al más tardar en 5 minutos los alcanzare en 35 minutos. Corran si es posible al lienzo de la carretera, a 3 kilómetros esta una parada del autobús, ahí los espero o me esperan.
-Ok… cinco minutos.- El chico entra y Natsuki rodea el local para entrar por la puerta delantera ve que hay un grupo numeroso de personas fumando, tomando, besándose… en fin de todo un poco, camina pensando en cómo sacara a la muchacha cuando un guarura se le pone enfrente obstaculizando su paso hacia el interior del local.
-¿A dónde vas preciosa?
Natsuki tiene una cara de pocos amigos pero sin duda es una belleza andante. Sus hermosos y letales ojos verdes que brillan peligrosamente bajo la opaca luz que ilumina la entrada del bar, su piel suave y blanca, su cabello suelto color de la noche que le da a la mitad de su espalda. Y qué decir de su ropa, que aunque no está vestida elegantemente, llama poderosamente la atención. Trae un pantalón de mezclilla oscura, botas de estilo militar, una playera blanca y sobre esta una chamarra de cuero. Un atuendo que con su belleza natural es una combinación exquisita.
Natsuki entrecierra sus ojos y observa detenidamente al tipo, sin planearlo comienza a decir, mentalmente, sus características.
-"Por su piel y la forma de sus ojos no es de aquí, europeo si no me equivoco. Uno setenta de estatura, casi 96 kilos, se ve que se inyecta esteroides." –Natsuki mueve un poco su cabeza para disolver el perfil de su cabeza, es la costumbre del oficio. "Pensándolo mejor es favorable hacer tiempo para que Alissa y Serwey se alejen". Natsuki comienza a charlar con el cadenero.
-No puedo ir a donde quiero sino me dejas pasar.- Dándole una fingida sonrisa.
-Tienes que pagar lindura sabes… como todos y todas. –El tipo le hace la seña a dos chicas y las deja pasar, mientras que Natsuki lo ve, el sonríe.
-"Ja. Te atrape." Con que eres nuevo…
-Para ti si… sabes…
Adentro el panorama no pinta nada bien ya que Serwey no encuentra a Alissa por ningún lado. La busco en la barra, en medio de la pista, en el sanitario y de ella ni sus luces. La luz del local no ayuda y que haya tanta gente tampoco.
-Natsuki me va a matar, maldita la hora en que se me ocurrió acompañar a Alissa- Y continúa con su búsqueda.
Afuera Natsuki está impaciente por el rumbo que está tomando la charla. Mentalmente se reprendió por concederle más de cinco minutos de su tiempo a ese tipo tan repugnante.
-¿Así qué me quieres cobrar? –Pregunta, tratando de dar por terminada tan innecesaria platica.
-Hay muchas formas de pagar… preciosura- Recorriéndola con la mirada de forma lasciva. - …puedo llamar a mi compañero… -El tipo trato de acercarse a Natsuki.
-Y ¿Qué te parece si me dejas pasar? solo será un momento. -Empujándolo.
-Así me gustan… enojonas para domarlas…
El tipo trata de acercarse de nuevo, esta vez Natsuki no es tan suave y lo empuja mandándolo directo al suelo. Por su estatura y complexión él no esperaba que tuviera tanta fuerza. Desde el piso la ve, entre temeroso y enojado, algunas de las personas que están a su alrededor se burlan, otros que ya conocen a Natsuki temen por su integridad y a otros simplemente no les importa, saben que es solo cuestión de tiempo que haga una estupidez y page las consecuencias por ello.
Él desde la posición en que esta ve a Natsuki, su orgullo esta herido y se las pagara, se levanta rápidamente, pero Natsuki ya se esperaba una reacción así, ella simplemente se quita y el tipo termina en el suelo, esta vez por su propio impulso al querer derribar a la pelinegra. Gran cantidad de los que están afuera se ríen.
-Cálmate. –Natsuki tranquilamente le dice al cadenero y este se levanta.
La ve con odio, lo rechaza y lo avergüenza frente a los clientes, no le importa que sea mujer, hará que lo respete. Con furia desmedida arremete contra Natsuki. Ella esquiva los golpes, llevan potencia pero el enojo lo ha cegado, en algunos minutos se cansara. Y así pasa, no dura ni un minuto dando golpes, tratando de alcanzar a Natsuki, gotas de sudor caen por su frente, su pecho sube y baja irregular y rápidamente.
-Con tu permiso pasare. –Natsuki le da la espalda y camina hacia el interior del local, él se incorpora y la sigue para detenerla. Pone una mano en su hombro y al instante él está en el suelo, con un pie de Natsuki en la parte que conecta su hombro al resto de su cuerpo, grita de dolor.
-Ay… ¿Quién… quien demonio… eres tú?
-La encargada de mantener el orden en la ciudad- Sonriendo de manera triunfal, lo suelta y entra al local sin dirigirle una mirada más.
Él está en el suelo, con la cara llena de tierra, y en algunas partes hay incluso lodo de la tierra mezclada con su sudor, su saliva y sus lágrimas. Al verla entrar como si nada recuerda lo que sus compañeros y su jefe le dijeron horas antes.
-A cualquier local de la ciudad los únicos que entran sin pagar son los policías. Aquí a veces viene una mujer, no hables con ella, deja que pase y todo estará bien. –Él no pensó que fuera tan joven, tan bella y a la vez tan peligrosa. Se da por vencido, no siente su brazo.
Por fin Serwey ha encontrado a Alyssa, después de minutos que le parecieron horas. Le ha explicado la situación. Alyssa esta mas que contenta.
-Tenemos que irnos ya.
-No podemos, no sin ellas.
-Natsuki fue clara, tenemos que irnos.
-No. –Alyssa observa a su alrededor. –Tenemos que ayudarla.
A su lado esta un tipo junto con otros tres hombres, bebiendo y charlando. Ve la oportunidad perfecta. Otro hombre pasa a su lado y ella rápidamente le toca el trasero al tipo que bebe con sus amigos, quien voltea inmediatamente a ver a Alyssa, ella le señala al hombre que pasaba por ahí. El tipo a grandes zancadas se acerca al otro al ver que se detuvo con sus propios acompañantes, lo toca en un hombro haciendo que el hombre gire y al momento sea recibido con un puñetazo directo a la nariz.
Todo paso tan rápido que en cuanto Natsuki puso un pie en el interior del local vio que era una batalla campal, todos contra todos. Mujeres gritando, hombres peleando, botellas volando, sillas y mesas quebradas, bancos usados como arma. Los tipos de seguridad del segundo piso bajan rápidamente tratando de detener la situación que esta fuera de control. Natsuki busca entre el caos a Alyssa y a Serwey, los ve cerca de la barra, Alyssa sentada en la barra y Serwey a su lado, Alyssa le acaba de estrellar una botella de cerveza a un tipo y Serwey de manera afeminada le da una bofetada. El tipo cae al piso desmayado.
-¿Qué demonios hacen aquí?
-Ve, nosotros te cubrimos. –Alyssa le dice a su hermana mientras lanza un plato de botana a un tipo. Natsuki toma del cuello de la camisa a Serwey y lo acerca a su rostro.
-Llévatela y activa la alarma contra incendios.
-Pero…
-¡AHORA! -Natsuki observa como Serwey toma a Alyssa como costal de papas y se la lleva mientras ella se queda cerca de la escalera, para subir en cuanto las alarmas se activen. Serwey corre fuera del local junto con varias personas que tratan de huir del caos, al estar afuera baja a Alyssa.
-Ve al carro, en un momento voy.
-Pero Natsuki sigue…
-Sí, ella fue por Shizuru… Alyssa por favor… confía en ella, dejemos que haga su trabajo.
Alyssa no muy convencida termina aceptando las palabras de su amigo y corre hacia el auto, mientras tanto Serwey duda que el local tenga alarma contra incendios, pero no tiene otra opción que confiar en Natsuki. Ve varias cajas de cartón, busca en sus bolsillos y encuentra una caja de fósforos.
Mientras tanto Natsuki ve su reloj, Serwey se está tardando y de pronto sucede, dentro del local comienza a llover, la alarma contra incendios ha sido activada y todos de pronto son empapados por el agua, la mayoría ha dejado de pelear, ahora corren hacia las puertas para escapar del incendio. Natsuki corre escaleras arriba, hay tres puestas, abre dos y no hay nadie. Abre la tercera puerta y se encuentra con una chica amordazada y atada de pies y manos, que está sobre una cama sin sabana ni nada, solo el colchón. La muchacha esta vestida con un diminuto vestido color violeta, Natsuki ve que no trae sujetador. La chica al sentir y escuchar que la puerta se abre, se hace para atrás, y se pega a la cabecera de la cama.
-No temas, vine a sacarte de aquí.
Natsuki saca una navaja de entre su chaqueta y rompe las cuerdas que aprisionaban las manos de Shizuru así como sus pies, al terminar guarda la navaja en su sitio. Con una dulzura que no creyó poseer, Natsuki retira el pedazo de tela que tenia la chica en la boca.
-¿Estás bien? –Sin pensarlo le pregunta, las palabras salen antes de que las piense. La ve, no puede dejar de verla. No es la primera vez que ve a una persona en la misma situación pero no puede evitar el sentirse extraña y menos al verse en esos ojos color sangre.
