Me casé con el Rey Jerrod hace mucho tiempo. Él era diez mil años mayor que yo y tuvimos una hermosa bebe, Kitana. Fue muy difícil para mí asumir el papel de madre y padre para ella cuando Jerrod fue asesinado por Shao Kahn al principio, pero con el tiempo, la resurrección de mi marido, y la muerte de Kahn a manos de los Guerreros del Reino de la Tierra, un vínculo creció rápidamente entre nosotras.
Entonces mi hija se enamoró de un guerrero del Reino de la Tierra llamado Liu Kang, y con el tiempo, Kitana comenzó a enamorarse cada vez más de él. Amo a Kitana con todo mi corazón, pero era casi imposible para mí para no admitir que Liu Kang era un hombre bastante guapo y sensual. Y ese pensamiento siempre estuvo en el fondo de mi mente.
Mi relación con Liu no fue algo que sucedió de repente. Se fue construyendo lentamente, como Jerrod y yo nos habíamos distanciado en los últimos años, tanto al punto en el que rara vez me hablaba. Salvo cuando hubiera estado bebiendo y sentía con la necesidad de ser cariñoso, era cuando quería tener sexo conmigo. He intentado muchas veces reavivar el amor que solíamos tener, pero las cosas nunca se recuperaron. Me comencé a sentir sola, tan sola que la menor cantidad de afecto que recibía la recibía con mucha gratitud.
Fue alrededor de esos años, después de que él se había convertido en el nuevo protector de Earthrealm, que Liu vio la infelicidad que me había rodeado. Empezamos a pasar más tiempo juntos, haciendo de todo. Entrenar, meditar, sentarnos y charlar. Pasábamos muchas tardes compartiendo pensamientos, y Liu incluso tocaba temas sobre sus relaciones con mujeres de su pasado y la relación que compartía con mi hija Kitana, dándome pequeñas pistas de los momentos íntimos que habían experimentado. Y con el tiempo, Liu se convirtió en mi más confiable y mejor amigo.
Como la mayoría de los hombres. Liu Kang no era muy discreto acerca de su interés en el sexo opuesto. A menudo lo descubría mirando fijamente mis pechos, sobre todo cuando estaba con un bikini y mi escote estaba a la vista. Varias veces me di cuenta de que miraba fijamente debajo de mi vestido cuando estaba sentado frente a mí. A medida que Liu fue madurando con los años, le permití más oportunidades de mirar a través de mi camisa o debajo de mi vestido. En esos momentos, comencé a mirar a Liu menos como un hijastro o un yerno, y más como un hombre, un hombre que me estaba dando la atención que tanto anhelaba.
Que yo sepa, Liu nunca me había visto desnuda hasta la noche en que lo vi de pie en la puerta de mi dormitorio. Acababa de darme una ducha y mi bata estaba en el armario. Pensando que estaría segura en mi dormitorio, y sin pensar en que la puerta estaba parcialmente abierta, salí del cuarto de baño completamente desnuda y me dirigí al armario por la bata. Antes de que cubriera mi cuerpo con ella, me di la vuelta y vi a Liu de pie en la puerta, con sus ojos pegados a mi cuerpo. Por instinto cerré la bata rápidamente. Avergonzada, Liu se volvió y siguió su camino por el pasillo. Preocupada de haber traumatizado a Liu con la culpa, yo no le mencioné esto a él.
La vez siguiente en que Liu y yo tuvimos un encuentro, fue cuando pensé que estaba fuera del palacio con sus amigos después de la celebración del cumpleaños de Jerrod. Creyendo que todos los chicos y las chicas estaban en el patio del palacio, me quité mi vestido y lo tiré en el tiesto. Mientras caminaba por el pasillo, a la vuelta, de la nada, apareció Liu, ni siquiera a cuatro metros lejos de mí.
De pie y en estado de shock, vi que los ojos de Liu inmediatamente se fueron a mis pechos, que estaban cubiertos por mi sostén más sensual. En lugar de golpearlo enfurecida o correr avergonzada. Simplemente camine hacia mi dormitorio, dándole a Liu una clara visión de mi trasero y la tira del tanga negro atraves de mis glúteos. Un pensamiento me vino a la cabeza que nunca había tenido antes. Quería que Liu me mirara. Por supuesto que los tragos que había bebido antes muy probablemente habían ayudado generar estos pensamientos.
Con un movimiento brusco, me detuve y me volví hacia Liu. "Pensé que ustedes estaban en el patio bebiendo algo,"
"Yo... uh... decidí quedarme aquí. No quería beber más," Me sentí tan diabólica, una sensación que no había sentido en años. Cogí los broches del sujetador entre mis pechos.
"Bueno... la suerte que tienes," Con eso me volví hacia el dormitorio, y mientras caminaba hacia adelante me desabroche los cierres delanteros de mi sujetador y lo abrí. Cubriendo mis senos con mis brazos, me volví hacia Liu y sonriéndole traviesamente, cerré la puerta.
Sentí culpa y a la vez vergüenza, desperté en la mañana y el efecto del alcohol se disipó. ¿Qué clase de mujer le coquetea así a su yerno? No éramos familiares, pero yo era básicamente como su madre! No pude mirar a Liu a los ojos durante una semana después de eso, pero entonces, los sentimientos que sentía por el habían empezado a revolver mis pensamientos de nuevo.
Pensé en aquellos momentos con Liu a menudo, preguntándome que pasaba a través de su cabeza en esos momentos. Me pregunté qué pensaba de mi cuerpo. ¿Él disfrutaba de verme desnuda? ¿Me encontraba sexy? ¿Él, me atrevía pensar, me encontraba una mujer deseable? ¿Fantaseaba conmigo? Los pensamientos corrían sin cesar por mi cabeza, pero debía detenerlos. Liu era el futuro marido de mi hija, y yo no podía tener tales pensamientos. Pero sabía que me estaba haciendo más cercana a Liu, y que estaba empezando a mirarlo menos como mi yerno, y más como a un hombre.
Conforme pasó el tiempo, pareciera que hubieron más casos en los que Liu y yo parecíamos estar en el lugar correcto, en el momento adecuado. Comenzaron a haber más puertas abiertas cuando me estaba vistiendo. Mi falda se deslizaba hasta lo más alto de mis muslos y mis piernas se abrían más allá de lo que dicta el gusto, permitiéndole más de una buena vista de mi intimidad. Hubo más que una tendencia por parte de Liu sobre pasearse alrededor del palacio, con sólo su ropa interior y su miembro semierecto a la vista. Fue en una de esas ocasiones en que descubrí que a Liu le encantaba todo el coqueteo que habíamos estado teniendo.
Liu entró en mi patio privado con una bata una mañana mientras yo estaba bebiendo café en la mesa. Se estaba sirviendo un vaso de jugo y se acercó a la puerta de cristal que daba al patio trasero. Mientras Liu miraba hacia el cielo, tomando de su vaso de jugo, la bata se le abría lo suficiente como para poder ver la punta de su pene. Liu comenzo a charlar por su movil mientras caminaba por el patio, sin importarme lo que estuviera hablando, todo el tiempo estuve concentrada en la apertura de su túnica. Liu se volvió hacia mí y se dirigió hacia la mesa de desayuno donde yo estaba sentada.
Liu apoyó el hombro contra la puerta del rincón, apoyando su cuerpo contra el marco. Haciendo que el lado izquierdo de su túnica se abriera debido a su inclinación, dejando al descubierto una sensual vista de su hombría. No pude descifrar si Liu hacia eso intencionalmente, o si era un accidente, y francamente, no me importaba.
"¿Tienes algo especial planeado para hoy?" Hipnotizada, yo seguía mirando la apertura de su túnica. Tenía una vista privilegiada de todo su miembro. Era bastante grande y... si su pene era tan grande flácido... sólo podía imaginarme lo grande que era cuando estaba erecto y duro.
"Eh, no, no tengo nada planeado," Finalmente gané la suficiente compostura para responder a su pregunta.
Era obvio que Liu estaba buscando cualquier tema de charla para seguir allí de pie durante mucho tiempo. Yo asentía con la cabeza cuando pensaba que tenía que responder a lo que él me decía, pero mi atención solamente se centraba en lo que había entre sus piernas. Mientras Liu seguía allí hablando, me di cuenta de que su pene se estaba poniendo erecto. La punta comenzó a subir, y me comencé a poner bastante nerviosa, con la esperanza de que iba a poder verlo en todo su esplendor.
"Creo que mejor me voy a tomar una ducha,"
"Sí, será mejor. Quiero decir, para que puedas comenzar el día,"
Liu se acercó al borde de la mesa y puso su vaso vacío. Su túnica estaba todavía lo suficientemente abierta para poder ver su erección ya casi completa. Yo estaba a menos de dos metros de distancia, y la tentación de extender mi mano y tocarlo era inmensa.
"Mi día no ha hecho más que empezar, ¿no te parece mi reina?" Liu se volvió y salió del patio hacia el cuarto de baño.
Me quede sentada allí en estado de shock, sin poder creer lo que acababa de suceder. Se había hecho evidente de que Liu estaba muy al tanto de nuestros coqueteos, y no era nada tímido al reconocerlo. Estaba tan excitada. Por primera vez, la emoción de nuestro jugueteo entre sí, anuló la culpa que sentía por entrar en un terreno tan tabú. Sabía que lo siguiente que ocurriría entre Liu y yo sería inimaginable.
