Titulo: Kowai, Sensei, Kowai

Autora: Orihime No Miko

Pareja (s): UlquiHime / IchiHime

Protagonistas: Ulquiorra, Orihime, Ichigo.

Canción del capitulo: Un Café con sal

(D) Los personajes pertenecen a Tite Kubo, creador del Anime/Manga Bleach.

Disfruten la lectura.


~Capitulo 1~

Mi mundo ha empezado a templar porque desde que te vi presiente que se acerca el final. Estoy cansada de inventar escusas que no saben andar por mí. Ahora, la verdad, me da igual.

Porque sé, que sólo quedarán los buenos momentos de ayer, que fueron de los dos: Eso es lo que quiero creer.


Caminaba en dirección a su escuela, y aunque no le quedaba muy lejos de casa igualmente se demoraba unos minutos. De camino a él, se había encontrado con Tatsuki y Kurosaki Ichigo. Con los que converso todo el trayecto matutino hasta el instituto. Hablando sobre las vacaciones de verano y lo felices que estaban por ser este su último año en el colegio, aunque esta opinión no la compartían los tres. Pero el que estaba en contra se guardo sus comentarios y apoyo sínicamente con una sonrisa.

Al llegar al instituto, pasaron por las grandes puertas de ingreso y se encaminaron al patio principal, para ver sus respectivos cursos y compañeros. En el camino por el costado del colegio, observaron a lo lejos como todos los estudiantes de bachillerato se amontonaban frente una fila de tableros.

Los tres jóvenes se acercaron lentamente a la multitud, la cual se abrió paso en cuanto notaron que era Kurosaki Ichigo, el matón de la secundaria y media, quien se acercaban. Su fama lo predecía a donde quiera que fuera.

Al llegar los tres al tablero, comenzaron a buscar sus nombres de inmediato. La primera en encontrar el suyo fue Tatsuki, seguida de Orihime, las cuales de inmediato se dieron cuenta de algo.

-Tatsuki-chan, ¿No estará conmigo este año?—los ojos de la Princesa se angustiaron, y observo a su amiga con una mano sobre su pecho.

-¡Jo! Orihime, no te preocupes. Llevamos cinco años juntas gracias a Kami. En algún momento los tableros nos separarían. Pero nos veremos en los recesos, lo prometo—le sonrió la pelinegra mientras le acariciaba la mejilla a su mejor amiga.

-No te preocupes Tatsuki, yo he Inoue estamos en el mismo grado. No le pasara nada—sonrió con confianza el Kurasaki por encima de la pelinaranja.

-Más te vale, Ichigo—advirtió la líder del club de karate.

-¡Orihime-Chan! ¡Estamos juntas otra vez!—sonrió gatunamente la recién llegada, mientras se lanzaba a los brazos de su amada.

-¡Tú no, pervertida!—grito Tatsuki, al tiempo que golpeaba en el aire a la pelirroja.

En el suelo, a los pies de Orihime una chica de lentes se masajeaba la mejilla mientras abrazaba la pierna de la de ojos grises.

-¡Eres agresiva, Tatsuki!—grito la damnificada.

-Y me da igual. No te acerques a Orihime. Ichigo—lo llamo con el mismo tono de voz furioso, haciendo que el pelinaranja diera un respingón—Cuídala, sobre todo de ella—dijo apuntando el piso.

El chico asintió sin más remedio.

-¿Quien más estas en tu clase Tatsuki-Chan?—pregunto la ingenua Inoue.

-Veras—se tomo su tiempo en leer los nombres—Keigo y Mizuiro están conmigo… e Ishida—susurro la de ojos chocolate terminada su lectura—Al menos son los más conocidos—

-¡Oh! Así que Ishida-kun no estará con nosotros tampoco. Es una pena, ¿No crees, Kurosaki-Kun?—pregunto Inoue alzando el rostro hacia el chico.

Este por su parte lo desvió con molestia y agrego tediosamente.

- Por lo menos tengo la calma de que no tendré que escuchar sus comentarios fastidiosos todo el tiempo—

-¿A quién llamas fastidioso, Kurosaki?—dijo otra voz y todos se voltearon a ver.

Eran los que faltaban del grupo.

Todos vieron sus direcciones de aula, y comenzaron a abandonar el patio para ingresar al edificio principal. Cada uno fue a su respectivo casillero, y se cambio los zapatos para ingresar a los pasillos del colegio. En el pasillo de la entrada, comenzaron a caminar todos hacia la misma dirección, ya que sus salas estaban juntas en el mismo corredor, para el agrado de algunos y el martirio de otros.

Ichigo, Inoue, Rukia y compañía ingresaron al aula A y la otra mitad al aula B.

Inoue fue la primera en entrar y rápidamente se llevo sobre ella las miradas de todos los alumnos masculinos y por lo menos la mitad de las féminas en la sala. Orihime sonría animadamente y de inmediato comenzó a buscar un asiento con la vista, sin percatarse de que todos observaban sus gráciles movimientos. Seguida de ella, Ichigo y Chuzuru ingresaron al salón, con el Kurasaki anteponiéndose a todos los movimientos de la pelirroja sobre Orihime. El pelinaranjo, ayudo a Inouea encontrar un lugar, y rápidamente tomo asiento detrás de ella. La chica se volteo a verlo y comenzaron a platicar, mientras la Kuchiki y Honsho, se ubicaban alrededor.

La población masculina comenzó a murmurar entre ella, al igual que la femenina.

-Oigan, ¿Quién es la chica del cabello naranjo?—pregunto un alumno nuevo al grupo de amigos que se acababa de integrar.

-Es Inoue Orihime—dijo un chico observándola fijamente y luego volvió a los demás—¡Kami, es preciosa!—susurro enamoradizamente—Es una chica única, jamás encontraras algo igual, exceptuando los mangas. Es amable, cariñosa, ingenua, divertida, algo despistada y un poco torpe, pero créeme, es parte de su encanto. Además, es sumamente inteligente y nunca tiene problemas en ayudarte con las materias si se lo pides—

-Y bueno—interrumpió uno haciendo en el aire un dibujo con sus manos de las curvas femeninas perfectas—Para tener 16 años, tiene un cuerpazo increíble—

-Sí—respondieron otros dos al mismo tiempo que asentían.

-Interesante—dijo el nuevo.

-Así es—agrego el primero en describir a la pelinaranja—Ha ganado dos años consecutivos el premio a la chica más hermosa del instituto karakura. Aunque, bueno, su primer año lo compartió con la sempai, ahora universitaria, Rangitsu Matsumoto—

Ante el nombre todos pusieron los ojos en blanco y sus sonrojos aumentaron.

-¡Kami! Ellos dos juntas eran de infarto. ¿Cuál de las dos más hermosa? Nunca obtuvimos una respuesta. Rangiku-San era despampanante y muy divertida. Le encantaba sonreír y lanzar comentarios en doble sentido. Era la mejor en eso—

-Jaja, recuerdo que muchas veces las llamaron como: El ángel y el demonio. Nunca decidirías si irte al infierno con la sempai Rangiku-Chan, o al cielo para aprovecharte de Hime-Sama—

-¿Con que aprovecharse de Hime-Sama?—escucharon una voz desconocida los cinco sujetos y los cabellos de sus nucas se erizaron.

-¿Kurosaki-San?—pregunto uno dubitativo—Cuanto tiempo sin verte—agrego tratando de sonar amigable.

-Sí, si—dijo Ichigo agarrando las corbatas de todos con una mano para acercarlos a su rostro furioso—Voy a decirles algo—dijo Ichigo con pocas pulgas—El hecho de que Tatsuki haya quedado en otra clase, no significa que ustedes, gusanos, se aprovecharan de Inoue. ¿Entendieron?—pregunto con un tic en la ceja, y de inmediato todos los chicos asintieron—¡Así me parece!—finalizo el Kurosaki para luego soltarlos.

-¿Qué haces Kurosaki-kun?—pregunto una chica que se acercaba—¡Hola chicos!—saludo animadamente al ver a más gente—¿Cómo están?—pregunto con una sonrisa que se transformo en incertidumbre al ver las caras blancas de sus compañeros—¿Les ha pasado algo, chicos? Están pálidos ¿Se sienten bien?—interrogo la pelirroja preocupada.

-Si, Orihime-chan. Estamos bien no te preocupes—soltó uno restándole importancia alzando las manos en el aire.

-Si, Inoue no es nada—sonrió sínicamente Ichigo delante de la chica.

-¡Oh! Está bien. Pero cuídense chicos, ¿Vale?—

-Vale, vale—respondieron todos descoordinadamente.

-Inoue—

La chica se volteo perpleja al escuchar esa voz tan profunda juntar las letras de su apellido.

-¡Sado-Kun!—grito Orihime al tiempo que corría a saludar a su enorme amigo.

-Ya están advertidos chicos, que corra el rumor. Por mucho que no esté Tatsuki ahora, Inoue no está sola—susurro el Kurosaki antes de marcharse hacia su grupito de amigos.

Todos volvieron a hablar de repente, algunos más bajos que otros, pero aun así era un gran bullicio el que se escuchaba desde sala.

De un segundo a otro la campaña comenzó a sonar indicando el inicio de las clases mañaneras. Todos comenzaron a bajar de donde estaban sentados, algunos en el respaldo de la silla, otros en las mesas, unos en las ventanas, pero bueno, cada uno comenzó a tomar su lugar como un alumno corriente y educado. Aunque seguían conversando, solo que un poco vas bajo. Los minutos pasaban y los murmullos comenzaron a elevarse de nivel auditivo ya que el profesor no llegaba.

-¿Qué le habrá pasado a Mittan-Senseni?—pregunto la Kuchiki al lado derecho de Orihime.

-Mmm, No lo sé—dijo la chica tras pensar unos segundos y de repente abrió los ojos. Sorprendida de sí misma—Mittan-Sensei se jubilaba a fines del año pasado ¿no? Al igual que varios de nuestros profesores, ya que eran todos más o menos de la misma década—hizo memoria la pelinaranja.

-¡Es cierto! ¡Significa que tendremos una profesora nueva!—susurro Chizuru para sí misma, sonriendo gatunamente maliciosa.

-¡Ah!—se quejo—¿Por qué tiene que ser profesora?—dijo Rukia enojada.

-¿Y por qué tendría que ser profesor?—Pregunto Ichigo, inclinado hacia adelante, tomando su rostro en la palma de su mano.

-Pues porque…—la pelinegra se detuvo a pensar un argumento contundente—Porque siempre hemos tenido profesoras mujeres, desde primer año. Así que exijo que por esta vez le den un regalo a la población femenina. ¡Claro, que solo si es joven, sino da igual en sexo!—sonrió satisfactoriamente la más pequeña del grupo.

-Yo espero que enseñe bien, y sea divertido, con eso me basta—comento Orihime mientras sonreía ante el argumento de su amiga.

-¿Ves Rukia?—sonrió Ichigo, al verla sola.

-¿Y tú para que quieres profesora? Como si ella fuera a fijarse en el matón de la escuela—sonrió burlonamente la enana, mientras se tapaba la boca con la mano. Esto hizo que varios alumnos de la sala comenzaran a reír, entretenidos.

-¡¿Cómo se te ocurre que…?—

-¡Silencio!—se escucho una voz inundar la sala de forma vigente. Y todos quedaron petrificados.

-¿Pero quién…?—Ichigo levanto los ojos en dirección a la voz y automáticamente se cayó.

Se escucho el sonido de un golpe y todos voltearon al pisaron, en donde el nuevo profesor había dejado caer los libros y carpetas sobre el escritorio, que a simple vista parecían pesados.

-Ulquiorra—soltó de repente, con voz muy profunda y gélida el nuevo profesor. Observó a cada uno de sus alumnos, sin detener la vista en nadie en participar—Cifer Ulquiorra—completo y se giro hacia el pisaron, sacando una de sus manos de sus bolsillo y anotando su nombre en Kanji y Romaji horizontalmente. Al finalizar dejo la tiza en la barra inferior del pizarrón, y se giro a los pupilos—¿Alguna pregunta?—interrogo indiferente.

Se creó un silencio sepulcral en el ambiente y todos intercambiaron miradas para ver quién sería el valiente en preguntar algo al nuevo profesor, que se notaba a simple vista tenía muy mal genio.

-¿Nadie?—pregunto con la misma expresión neutra con la cual ingreso al aula, y al no ver respuesta dijo—bien—

-Yo, Sensei—escucho la voz de una mujer llamarlo, así que alzo la vista al final del salón. Una chica de ojos grises y anaranjada cabellera levantaba sutilmente su mano sobre su cabeza.

-Habla—sentencio Ulquiorra.

-B-Bueno—trato de no tartamudear al hablar, pero fue inútil. Su nerviosismo era notorio, incluso en sus cejas las cuales tiritaban sobre su frente—Cuando nosotros… llegamos tarde, nos piden una explicación, así que—

-Estaba hablando con el director unos asuntos pendientes para tomar el puesto de Mittan-Sensei, es todo—interrumpió nuevamente a alguien hablar, dejando en claro su falta de tacto con las personas—¿Algo más?—Pregunto específicamente a la chica que lo interrogo.

Orihime abrió los ojos asustada, ante tan brusca respuesta maleducada.

-N-No—susurro la chica, pero al notar que no fue lo suficientemente alta tu voz, volvió a hablar—No, profesor—hablo, sacando la voz de su garganta.

-Está bien—hablo nuevamente el de cabello negro, colocando nuevamente las manos en sus bolsillos—Seré su profesor Jefe este último año de Bachillerato. Sera mi prioridad ver que todos ustedes entren a una Universidad y que consigan encontrar su vocación de vida—comenzó con la introducción al año escolar—Las materias que impartiré para ustedes son matemática y ciencias, ambas, con sus subsectores correspondientes—

El rostro de muchos quedo en blanco al saber que compartirían casi la mitad de las horas de clases semanales con ¡Él!

-Mi método de enseñanza es práctico y eficiente. Si tienen alguna duda la responderé cuantas veces sea necesario. Aunque si ocupan el 5% de su cerebro entenderán sin problema la materia—informo monótonamente—Preséntense dando nombre completo, edad, promedio final de notas del año pasado y por último lo que creen ustedes que estudiaran en un futuro—Comunico, y todos se tensaron—Empieza tú—le dijo al primero de la fila de la ventana.

El chico se paro nervioso y lentamente comenzó a dar sus datos bajo la estricta mirada de Ulquiorra sobre él. Poco a poco, uno a uno comenzaron a informarle al profesor de quienes eran. Nadie titubeo al levantarse, ya que con el carácter que demostró tener el sensei, que intimidó a todos de inmediato, nadie quería hacerlo enfadar. Así que en cuento terminaba uno comenzaba el otro de inmediato.

-Kurosaki Ichigo, diecisiete años, 9,1 y… No tengo la menor idea—comento Ichigo acomodándose en su asiento, ya que ni siquiera atino a despegar su trasero de él.

-Siguiente—hablo Ulquiorra al notar que la chica pelirroja no había notado que era su turno.

Ichigo por su parte, alzo una ceja y se inclino hacia adelante para alertar a su compañera.

-Inoue, Inoue—Llamo el Kurosaki desde atrás y la chica disimuladamente estiro la cabeza hacia él—¡Te toca presentarte!—

-¿Qué?—

-¡Levántate!—

-¡Sí!—susurro para sí misma levantándose de golpe de su asiento, colocando sus manos sobre su pupitre—Yo…—la chica se detuvo al no recordar nada.

"¡Orihime! Cable a tierra"

-Preséntate—la alentó Cifer, desde su mullida silla.

-¡Ah! ¡Sí! Mi nombre es Inoue Orihime—hablo la chica con melodiosa voz observando la madera de su mesa, sacando varios suspiros, mayoritariamente de los alumnos masculinos. Cosa que llamo la atención de Cifer, quien de forma imperceptible alzo una ceja, curioso—Tengo dieciséis años y el año pasado salí con promedio de 9,9 y lo que quiero estudiar es…—contuvo la respiración unos segundos y miro sus manos con vergüenza en las mejillas—Nunca lo había pensado, así que no lo sé. Lo siento—dijo para sentarse tan rápido como se levanto.

-Siguiente—

Y así al finalizar las presentaciones, Ulquiorra realizo una introducción en el pizarrón sobre la matemática y sus contenidos para este año, y el horario de clases que se les entrego en una hoja individual a todos. Nadie anoto nada de la pizarra ya que Ulquiorra dijo que no era algo importante, pero aun así Orihime lo apunto en su cuaderno con siempre. Realizo breves avances de la materia y en cuanto sonó la campana, más de la mitad de los alumnos salieron al primer receso del año.

-Voy a comprar a la cafetería—informó el pelinaranja—¿Alguien quiere algo?—pregunto al aire y todos sus amigos dijeron algo atropellándose entre ellos. Así que Rukia rasgo un pedazo de papel y realizo una lista con las cosas que quería cada quien. Luego, se la entrego a Ichigo.

-¿Te acompaño?—pregunto Chad al de ojos ocre.

-Está bien, vamos—dijo el chico y ambos hombres se perdieron al cruzar la puerta.

Las chicas en cuanto se vieron solas, agruparon sus sillas más cerca todavía y comenzaron a platicar.

-¿Qué opinan del nuevo profesor?—pregunto la Kuchiki curiosa.

-Es hombre—dijo Chizuru y las otras dos chicas sonrieron.

-Pero es joven, es lindo, tiene algo—dijo la Kuchiki al tiempo que lo observaba disimuladamente sentado en su escritorio.

Chizuru lo pensó unos segundos y dijo: -Si, tiene algo pero… ¡Es hombre!—se quejo, sacando risas de las otras dos.

-Inoue fuiste muy valiente al preguntarle algo, ¿No te habías dado cuenta en como nadie quería ni siquiera respirar cuando él entro?—

-No es por valentía Kuchiki-San. Lo que sucedió es que, cuando los profesores piden que pregunten algo, instantáneamente levanto la mano y lo hago, para reafirmar o consultar cualquier cosa. Entonces fue simplemente por reflejo. Incluso, la pregunta que le hice a Cifer-Sensei, la invente en ese mismo momento para salir del apuro—se justifico avergonzadamente.

Las dos receptoras de Orihime comenzaron a reír al ver la pena de su amiga.

-Inoue, eso es muy típico de ti ¿saber?—

-Pobre Orihime-Chan, eres tan buena alumna, eres encantadora ¡Hime-Samaaaaa!—llamo Chizuru preparada para tirarse encima de la hermosa pelirroja al segundo siguiente.

-Inoue Orihime—

Las tres chicas sintieron un escalofrió recorrerlas en cuanto escucharon ese tono de voz. La susodicha levanto la vista hacia el sujeto y confirmo sus sospechas.

-¿Sí, Cifer-Sensei?—pregunto incrédula la chica.

-Acompáñame—ordeno el hombre mayor y se encamino para afuera de la sala.

Orihime dudo en seguirlo, pero después de uno segundos en donde procesó por tercera vez la información, lentamente comenzó a levantarse y sin observar a sus amigas, lo siguió. Al llegar a la puerta lo busco con la mirada por el pasillo y lo vio desaparecer por las escaleras, así que corrió en esa dirección tratando de alcanzarlo y lo vio subir hasta el penúltimo piso del colegio. Ella hizo lo mismo.

Al alcanzarlo lo siguió a un metro de distancia, por instinto de precaución. Camino detrás de él por pasillos repletos de personas que la miraban interrogativamente.

-¿Qué hace Orihime-Sempai en nuestro piso?—se escucho por ahí.

-¡Es tan linda! Me encantaría ser como ella—

-¡Tómale una foto! ¡Rápido, se está yendo!—

Todos esos comentarios de alabanzas y cumplidos fueron escuchados por el profesor nuevo. Quien se cuestionaba que tan especial podía ser esa chica para ser tan admirada por todos.

Orihime vio como Ulquiorra abría la puerta de una oficina y se detenía frente a esta. Abrió los ojos incrédula y agito la cabeza ligeramente para luego ingresar con timidez a la sala, seguida de Ulquiorra, quien al ser un hombre de modales formales le dejo pasar primero, para luego cerrar la puerta tras de sí.

Al ingresar notó que no había nadie más que ellos, así que se puso nerviosa de inmediato. Nunca había estado sola con un hombre en una habitación tan pequeña, a excepción de su hermano.

-Inoue Orihime—dio un respingón al escuchar su nombre por segunda vez salir de esos labios—Fuiste la primera de tu clase el año pasado ¿no?—

-Eh…—la chica como una piedra parada al lado de la puerta comenzó a tartamudear—¡N-No! Fui la segunda—

-¿Y el primero?—interrogo con voz demandante al tiempo que se sentaba en la silla situada al otro lado del escritorio.

-I-Ishida-Kun está en la clase B, el salió con un promedio 10—informo la peliroja mirando el piso alfombrado desde que entro.

Se creó un silencio en donde fácilmente notó la pesada mirada verde de Ulquiorra sobre ella, todo el tiempo.

-Bien, como tú eres mi referencia de mejor promedio a nivel de curso necesito tu informe de notas del año pasado, y todas las pruebas de ciencias y matemáticas que aun conserves de segundo grado de Bachillerato—

-¿Para cuándo las necesita, Sensei?—

-Lo antes posible y también necesito…—abrió un cajón con una de sus manos y estiro frente a él una prueba—Toma asiento—le pidió en cuanto se puso de pie. Orihime llevo su mirada a los ojos de su profesor de forma interrogativa, pero inmediatamente los aparto.

Asintió con la cabeza y partió a tomar asiento. Ulquiorra deposito un lápiz pasta color negro a un costado de la hoja, y enseguida Orihime comenzó a ejercitar.

Tardo unos cinco minutos en terminar la prueba, a la cual incluso tuvo tiempo de revisar. Dejo el lapicero de donde lo tomo y sin demora Ulquiorra corrigió la prueba con un lápiz de color verde.

-Eres buena—comento sin mucho interés.

Orihime en su asiento, con los ojos encogidos, se sonrojo al máximo así que desvió su mirada hacia el lado opuesto de su profesor, tapando su rostro con su propio cabello.

-Has esta y te irás—dijo, sacando otra hoja de donde mismo obtuvo la otra.

Orihime repitió el mismo procedimiento y al finalizar recibió el mismo elogio.

-Consérvalas—le ofreció ambas pruebas a la chica sentada en su silla—Llévalas contigo siempre, me recordaran el por qué te elegí como mi asistente para mis ramos—

La pelirroja sintió su piel encenderse al escuchar como él daba por confirmada su aceptación al cargo.

Él le entrego una la cual Orihime leyó de pasa, que se trataba sobre una autorización a ser la asistente del profesor.

-Vámonos, el receso terminara pronto—comento el sujeto para encaminarse a la puerta, seguido de Orihime.


-¡Inoue!—grito Ichigo al ver a la chica ingresar apenada al aula detrás del nuevo profesor.—¿Dónde estabas?—pregunto preocupado.

-¿Yo? Ammm—las cejas de la joven mujer tiritaban en incertidumbre.

-Estuvo conmigo—la defendió Cifer desde su asiento de profesor, haciendo que Ichigo, Orihime y unos cuantos más se giraran a verlo.

-¿Es cierto?—pregunto Ichigo a la persona frente a él, con un tono suspicaz. Ella asintió tímidamente, así que el Kurosaki suspiro aliviado.

-Pensé que tus tediosos fans habían atacado—

-¿Fans? ¿Qué fans, Kurosaki-Kun?—cuestiono sin comprender la chica ingenua.

-Nadie, hablo solo. Olvídalo—comento Ichigo al mismo tiempo que la campana del fin del recreo sonaba.

-Tomen asiento—dijo Ulquiorra, quien inmediatamente cerró las puertas del salón, dejando a una gran cantidad de alumnos afuera.—Comenzaremos la clase de inmediato. Y Algo que se me olvido comentarles en la primera hora. Es que al sonar el timbre deben estar aquí, dentro de la sala, de lo contrario no entraran a mis clases ya que cerrare la puerta inmediatamente—

Todos quedaron con los ojos bien abiertos y la mandíbula desencajada.

-Bien, saquen sus cuadernos. Comencemos—dijo anotando el titulo de la unidad en la pizarra—Inoue Orihime—llamo fuerte y claro. Haciendo que varios se voltearan a mirarla, alborotados.

-¿S-Sí?—respondió nerviosa. No le gustaba llamar la atención, y todos esos ojos sobre ella la avergonzaban demasiado.

-Reparta las guías sobre mi escritorio, deja una incluso en los pupitres vacios—ordeno aun escribiendo con la tiza.

Orihime ante la atenta mirada de todos, atravesó el salón de clases e inicio su tarea con las mejillas sonrojadas.

-Gracias—

-Gracias Hime-Sama—

-Gracias Orihime-chan—

El mismo Ulquiorra al frente del salón podía escuchar los murmullos masculinos cada vez que la chica entregaba una hoja. Que idiotas. Pensó internamente el azabache.

-Aquí dejo las que sobraron, Cifer-Sensei—El de ojos verdes escucho la melodiosa voz de Orihime llenar sus odios.

-Ve a sentarte, y copia lo que escribo—le ordeno sin voltearse a mirarla siquiera.

La chica volvió a su puesto y recién noto que sus dos amigas no estaban, observo los vidrios que daban al pasillo y toda una montaña de estudiantes se amontonaba mirando hacia el pizarrón. Entre ellos, Chizuru y Rukia.

Sonrió divertida ante tal escena y luego se giro hacia Ichigo, quien había tocado su hombro.

-Tu pan de melón—susurro por lo bajo mientras le entregaba la bolsa plástica a la chica en su mano, por debajo de los asientos.

-Gracias—susurro igual de bajo que el pelinaranja. Levanto la tapa de su pupitre y lo guardo ahí. Luego saco su estuche y su cuaderno y se puso a copiar.

-Ahora—hablo nuevamente el Sensei después de unos minutos en silencio total—La guía que se les acaba de entregar contiene ejercicios múltiples del año pasado. Los cuales quiero que hagan y revisen, y vuelvan a hacer si se equivocan. Los podrán comprobar con la guía de la señorita Inoue Orihime, en cuanto termine de hacer la suya. Ahora, si al tercer intento no lo logran, acérquense a mí y les explicare individualmente—finalizo la explicación del procedimiento—Lo que acabo de anotar en el pizarrón son formulas y resoluciones que ustedes ya deberían saber, pero lo hago para rememorar la información. A trabajar, todos.—

Nadie hacia ruido de ningún tipo, con suerte y se escuchaban los ruidos de los lápices golpear las mesas, pero fuera de eso solo las exhalaciones individuales y para de contar. Todos ya lo habían notado Ulquiorra era el tipo de profesor al cual temes. Admiras, pero temes. El tipo de hombre serio y autosuficiente capaz de todo y no equivocarse en nada. Eso era lo que Cifer Ulquiorra demostraba, ser un hombre eficiente, mal genio, arrogante y calculador, pero perfecto. Entonces, se preguntaban casi la totalidad de mentes en el salón. ¿Para Qué mierda quería a Inoue Orihime de ayudante? La dulce y tierna Princesa del instituto Karakura seria corrompida por ese vil demonio de ojos verdes. Todos lo presentían. Todos, menos Orihime. La cual, se sentía intimidada por la pesada y profunda mirada de su profesor sobre ella.


Nunca hubo maldad, solo, una tonta ingenuidad. En donde te vi esperándome en el piso, en un portal, en donde te llegaba mi deseo de querer verte, de que te hecho de menos.

Yo construía en mis sueños una libertad de color: Donde vivíamos juntos los dos.


Gracias por leer ^^-

Orihime No Miko