That we might be alone,
Alone down here,
We all want to have some faith,
At least that's true in my case,
To just believe,
I've seen the great height,
Reminding me... that I'm alive,
I don't wanna die,
I don't wanna waste another day,
Or night,
I know there's something more,
Than what we're living for,
I see it in the stars,
I feel it on the shore,
I know there's something more.

'More' - Tyrone Wells

Capítulo 1.

Cuando Richard Castle se despertó, lo primero que notó fue un fuerte dolor que le recorría todo el cuerpo y que tenía como punto neurálgico sus costillas. El simple hecho de pensar en moverse le dolía. Así que hizo un esfuerzo espantoso para intentar abrir los ojos, pues tenía que hacerlo. Tenía que verla. Pero el dolor era demasiado cegador, sentía que se iba a desmayar en cualquier momento.

¡Vamos Castle, abre los ojos! Se dijo a sí mismo y con la última gota de energía que le quedaba finalmente los abrió, miró hacia su izquierda pero allí no había nadie, la puerta del coche estaba abierta. Sintió un profundo alivio, si había podido salir del coche para pedir ayuda significaba que estaba bien. Se permitió relajarse al mismo tiempo que la inconsciencia lo atrapaba entre sus redes.


El dolor había remitido, sintiéndose con fuerzas renovadas Castle abrió los ojos y se encontró con dos pares de ojos azules observándole con cara de preocupación.

- ¡Papá estás despierto!—Alexis se tiró a sus brazos, intentó corresponderle pero no tenía tantas fuerzas como pensaba.

- Alexis, cariño, ten cuidado, tienes que dejarle descansar.—le dijo Martha mientras la apartaba suavemente de él y acto seguido volvía su atención hacia él cogiéndole la mano en señal de afecto. Castle se la apretó para que supiera que estaba bien. Todo había pasado.

- Si, lo siento, nos has tenido muy preocupadas papá.

- Estoy bien, un poco dolorido, pero bien.—Miró debajo de la sábana para ver qué habían hecho con él, tenía una venda que le rodeaba todo el tronco de su cuerpo, también tenía algunos arañazos en las piernas y brazos. Nada realmente grave.

- Tienes un par de costillas rotas y te hiciste un corte muy profundo en el estómago, te dieron 7 puntos.—Le explicó Martha.

- ¿En serio? ¡Eso es genial! Ahora Kate no podrá decir que no soy varonil, ¿hay algo más macho que una cicatriz?—Y justo en ese momento cayó en algo.—Por cierto, ¿dónde está Kate? ¿ella está bien?

Ambas mujeres se miraron entre ellas. El estómago de Castle dio un vuelco, algo había pasado, algo grave. ¿Cómo no se había dado cuenta antes?

- Richard, esto…

- ¡Suéltelo ya madre!—Hizo un movimiento brusco y le dio un pinchazo de dolor, pero apretó los dientes y se concentró en su madre.

- Los paramédicos te encontraron solo en el coche, no hay rastro de Kate. Los detectives Ryan y Esposito encontraron una nota en su asiento.

- ¿Qué nota?, ¿de qué hablas?—Tenía un mal presentimiento.

- Ya se están ocupando de todo esto en la comisaría. Lo principal ahora es que descanses y te recuperes lo antes posible.

- Madre, me conoces, sabes que no podré descansar hasta saber que Kate está bien, ¿qué decía la nota?

Martha miró a Alexis y suspiró rindiéndose.

- La nota decía: "Sé que nunca dejarías de buscarme. Ahora tienes una verdadera razón para no hacerlo."

Sentía como si le estuvieran clavando diez mil cuchillos en el pecho, no podía respirar, su corazón martilleaba contra su caja torácica como si quisiera escapar de su cuerpo y salir volando de allí para buscar a su dueña. Perdió el sentido del oído, veía como Alexis y su madre le decían algo, pero él estaba en otro lado, tenía que encontrar a Kate, no podía perderla otra vez.

Tenía que salir de allí, empezar a buscarla. Hizo el amago de levantarse, fue horrible, pero lo volvió a intentar. Su madre le pedía que se calmara, su hija le miraba con los ojos llenos de lágrimas, impotente. Justo cuando pensaba que lograría ponerse en pie, la enfermera llegó. Lo último que recuerda es hacer todo lo posible por apartar la aguja de él, pero no pudo y ahora volvía a estar en la inconsciencia.


- Creo que es hora de contárselo a Gates.—Castle volvió su cabeza hacia ella en cuanto escuchó esas palabras salir de su boca.

- ¿Lo dices en serio?

Ella asintió sonriéndole.

- ¿Y qué pasa con todo eso de la política de no relaciones entre compañeros? No podemos arriesgarnos a que Gates me corte el grifo y tenga que dejar de seguirte.

- No eres un policía Castle, se supone que esa política es solo entre policías. Todo estará bien.—Había algo extraño en toda esa positividad viniendo de Katherine Beckett que hizo que el corazón de Castle diera una vuelta de campana en su pecho.

- ¿Qué es lo que no me estás contando?

Ella le miró y volvió a sonreírle, con esa sonrisa que hacía que todo lo demás se detuviera y pareciera como si solo estuvieran ellos dos solos en el mundo. Ahora quería besarla. Pero ella estaba conduciendo y ya tendrían tiempo después.

- ¿Recuerdas lo que me preguntaste en nuestra cena de aniversario?

Su corazón volvió a acelerarse a la velocidad de un rayo. No podía creerlo. Tenía que saberlo.

- ¿Sobre lo de que te mudaras conmigo?

- Sí.

- ¿Y bien?

- Acabo de responderte.

- ¿Qué?

Y ella seguía sonriéndole y el no podía contener su sonrisa. No podía evitar sentirse el hombre más feliz del mundo en ese momento.

Kate Beckett iba a mudarse con él. CON ÉL.

- Kate, te quie…

Y la oscuridad se apoderó de Castle con una última imagen en su retina: su sonrisa.


Castle podía escuchar algunas voces alrededor suyo, estaban cerca. Notaba como poco a poco volvía a la consciencia.

- Ahora mismo está sedado para que recupere fuerzas, pero mañana tendremos que convencerle de que tiene que permanecer tranquilo y dejar que sus puntos cicatricen…

Siguió con los ojos cerrados y se centró en un objetivo: tenía que salir de allí. Pero para ello tendría que tener paciencia. Así que se relajó y esperó.

Fueron las 3 peores horas que había pasado en su vida. La espera se le hizo eterna, pero al entreabrir un poco los ojos y ver que su madre dormía en el sillón contiguo, sus músculos se activaron. Con todo el silencio del que fue posible y cogiendo fuerzas de donde no las tenía consiguió ponerse en pie. Giró la cabeza para observar cómo madre que seguía durmiendo. Esto que estaba haciendo la iba a destrozar y a su hija también, pero debía hacerlo.

Encontró ropa suya en el armario de la habitación, supuso que su madre la habría llevado allí para cuando saliera del hospital. Se vistió todo lo rápidamente que pudo, los puntos le tiraban pero ahora no podía pensar en el dolor. Tenía un objetivo: encontrar a Kate y de paso matar a Jerry Tyson de una vez por todas.

En el momento en el que salió del hospital se dio cuenta de algo: no tenía ninguna pista por la que tirar. Pero no se vendría abajo, decidió que pasaría por su loft para coger algo de dinero y dejar una nota a su familia para que no se preocuparan.

Tras dar las gracias a Eduardo, su portero, y prometerle que le devolvería cada centavo que había pagado por su viaje en taxi, subió todo lo deprisa que pudo hacia su loft. Supuso que Alexis se habría quedado allí a dormir por lo que entró haciendo el menor ruido posible.

Al llegar a su habitación, empezó a armar un plan en su cabeza, cogió una mochila y abrió su caja fuerte.

- Pero…¿qué?—Encima de todo el dinero que tenía guardado en la caja había una nota.

"Aquí solo tienes dos de los grandes, quiero medio millón de dólares. Habitación 47. Espero que lo recuerdes. Ven solo, sino lo haces lo sabré y tu querida detective morirá."

Estaban en aquel motel donde se les escapó. No volvería a suceder.

Por suerte para Castle, siempre había sido un poco paranoico y guardaba más dinero en algunos rincones secretos de su loft. Rebuscó detrás del cabecero de su cama y encontró 100.000 más, finalmente tras quitar el fondo falso de madera del armario del baño encontró el dinero que le faltaba.

Tras meter el dinero en la mochila y coger la SIG-Sauer que tenía solo para casos de emergencia (éste sin duda lo era), le dejó una nota a su familia y se dirigió al motel.