Prologo: Conde… Y Santo de Sagitario.
-Alsace, (Años Atrás)-
Esta es una fría noche en la que estaba al borde de la lluvia. El tipo de noche en la que la mayoría se dedicaría a pasar una noche como esta en el calor de sus hogares.
Personas juntos con sus familias, niños disfrutando del calor de un hogar mientras comían cálidas comidas preparadas por sus madres y teniendo a sus padres o hermanos para hacer compañía.
En otras palabras, para los que estaban dentro de sus casas, esta noche lluviosa y fría era algo que no los molestaba mucho.
¿Entonces qué pasaba con aquellos que no tenían un hogar?
Aquellas personas que no tenían donde vivir, ni tampoco dinero para comprar comida. Esas personas únicamente podían recurrir a robar para esperar sobrevivir una noche como esta.
Y ahora, es precisamente ese tipo de persona la que tiene nuestra atención.
"¡Rápido, el ladrón esta por aquí!" Se escucha la voz de un adulto que estaba alrededor de sus treinta.
Ese hombre adulto no se encontraba solo, sino que lo acompañaba un grupo de quince adultos más.
Esa gente eran los adultos que trabajaban en el mercado. El día de hoy ellos habían hecho una venta especial en la noche en lugar de la mañana debido a que el clima lluvioso significaba que los campesinos irían a regresar más temprano o inclusive no ir a trabajar.
Entonces los comerciantes aprovecharon eso para vender en la noche, y realmente les funciono.
Sin embargo algo inesperado había ocurrido.
De la nada un chico había estado observando y había esperado el momento oportuno… para robar cosas de los comerciantes.
Tan solo una persona desesperada por el hambre se habría atrevido a hacer algo como eso.
Y de haber pasado desapercibido, todo hubiese sido perfecto y el chico que se atrevió a robar hubiese también podido escapar con la comida y pronto hacia otro pueblo para cuando la gente se diese cuenta de que les habían robado.
Pero en el último instante uno de los vendedores lo vio y le alerto a los demás.
Así fue como esta persecución dio inicio.
"¡Maldición!" Se escucha como maldice el chico que usa toda la velocidad de sus piernas para escapar de los adultos.
Sin embargo aun con esas personas persiguiéndolo, el chico en ningún instante dio señales de tirar la comida que el había robado, aun si eso le permitirá escapar más rápido.
Este chico después de todo sabía lo que era padecer hambre, asique el únicamente soltaría la comida si no existiese otra opción.
Y como sus piernas estaban acostumbradas a correr, él podía durar más.
Sin embargo como este chico a la vez no era familiar con la ciudad, no supo que la ruta que él estaba tomando era aquella que llevaba hacia…
"¡Está yendo a la casa del Señor Urs!" Se dio cuenta uno de los perseguidores.
"¡No lo dejen escapar!" Y con eso la multitud comienza a aumentar la velocidad.
El chico por su parte estaba en una mala situación y de hecho ya consideraba la posibilidad de tener que tirar la comida que el había robado para huir…
Pero como uno dice… a veces el destino hace los encuentros más inesperados.
"¿¡Que está pasando aquí!?" Una voz llena de autoridad se puede escuchar.
Cuando esa voz se escuchó, todos se detuvieron.
Estando ahí junto a un niño pequeño se encontraba un hombre adulto.
Ese hombre era Urs Vorn, el Conde de Alsace.
De inmediato ese hombre pidió una explicación que la gente le dio de manera inmediata.
Por su parte el chico ladrón no se atrevía a moverse, debido a que si ese tipo era el Conde, entonces tratar de escapar únicamente empeoraría las cosas.
Y en eso, mientras los adultos hablaban, el chico que iba junto al Conde se acercó al ladrón y sorpresivamente le hablo en un tono amigable y de hecho miraba al ladrón con curiosidad en sus infantiles ojos.
"Mucho gusto, mi nombre es Tigrevurmud Vorn," Saluda el pelirrojo, "¿Cuál es tu nombre?" Pregunto con curiosidad.
Viendo que la situación era crítica para su futuro… el chico decidió no antagonizar a aquellos que lo salvaron.
"…Suikyo…" Finalmente responde el chico, quien ahora revela llamarse Suikyo, "No tengo apellido, únicamente tengo ese nombre,".
Tigre asintió.
"Entonces puedes quedarte en mi casa el día de hoy si no tienes a donde ir, Suikyo," Ofreció Tigre, no viendo nada malo con ello, "Sería muy malo quedarse afuera en una noche lluviosa como esta,"
"…De acuerdo…" Suspira Suikyo, siendo que él sabía que era una idiotez rechazar una oferta como esa cuando había una multitud de gente enojada detrás de él.
Y es así como un pequeño encuentro… cambiaria todo el futuro de un mundo.
-Años Después-
Desde el día en el que Tigrevurmud Vorn conoció a Suikyo, los dos habían desarrollado una gran amistad a pesar de que Suikyo planeaba simplemente irse al día siguiente.
Pero entonces Suikyo decidió esperar un día mas, entonces fue otro y otro… hasta que en algún punto el simplemente dejo de pensar así y decidió ir quedarse en Alsace, pueblo que se convirtió en su nuevo hogar.
Incluso Tigre le ofreció Suikyo el irse a vivir con él. Demostrando cuanto Tigre apreciaba esa amistad.
Suikyo por supuesto se negó, ya que aun con ser un niño de las calles, él tenía su orgullo que le impedía aceptar esta oferta así de fácil.
En lugar de eso Suikyo vivió en una casa en donde gente sin hogar o sin familia y que no tenían a donde ir vivían juntos.
Pero esas personas eran buena gente que sabía lo que era perder algo importante y por lo tanto apreciaban esa 'Familia' que se había formado, y por eso aceptaron a Suikyo con los brazos abiertos.
Suikyo… sintió por primera vez lo que era estar con una 'Familia'.
Pero aun así el continuo su amistad con Tigre, a quien Suikyo acompañaba cada vez que este iba a cazar animales.
Aunque Suikyo no demostró tener la habilidad necesaria para manejar el arco y flechas, sin embargo con hacerle compañía a Tigre, Suikyo estaba feliz.
Parecía que la vida iba a continuar de forma tranquila… hasta que.
"¡Tigre-sama!" Se escucha la voz de una chica.
Un ligeramente mayor Tigrevurmud Vorn se encontraba cenando el solo. Ya que su padre había fallecido hace algún tiempo.
"¿Hmmm? ¿Pasa algo, Titta?" Pregunto Tigre al ver como su Maid había subido las escaleras corriendo y se veía muy preocupada.
"Tigre-sama es terrible," Dijo Titta mientras respiraba duramente por aire, "Acabo de escuchar de los habitantes del pueblo que unos gritos de ayuda fueron escuchados de la casa donde vive Suikyo-sama," Explico la Maid.
Los ojos de Tigre se abren al oír esa información.
"Entonces…" Y ahí fue cuando el joven Tigrevurmud se dio cuentas de las implicaciones de lo que podría pasar, "¡Suikyo puede estar en peligro!" Y sin importarle nada, el joven pelirrojo fue corriendo hacia el lugar donde estaba la casa de la persona que era casi un hermano para él.
"¡Tigre-sama!" Grito una sorprendida Titta al ver como su señor a toda velocidad bajo las escaleras y salió por la puerta.
Antes de salir, Tigre agarro su arco y un saco con flechas… por si acaso era necesario usarlas…
-Hogar de Suikyo-
"¡Suikyo!" Se escucha la voz de Tigre, quien abrió la puerta de forma rápida y nada más al entrar apunto su Arco y Flechas hacia lo que podía ser la causa del peligro.
Tigre era joven y no estaba muy seguro sobre si el sería capaz de tomar la vida de un ser humano. Pero si era para ayudar a su amigo… en ese caso debería estar bien.
Sin embargo él no estaba preparado para lo que se encontraba dentro de la puerta…
Cuerpos.
Los cuerpos de los habitantes de este hogar yacían en el suelo sin vida.
El olor de la sangre era tan fuerte que llenaba la nariz de Tigre y casi causaba que él se saliese.
Sin embargo la convicción de salvar a su amigo era mayor.
Y la única figura en pie claramente era la responsable de esta atrocidad.
Una figura de la misma altura que Tigre, pero que vestía una Armadura de color Oscuro.
Esa Armadura era algo que Tigrevurmud Vorn nunca antes había visto. Debido a que su diseño era totalmente distinto a lo normal, con las alas siendo lo que más destacaba.
Sin embargo Tigre recordó lo que el originalmente vino a hacer y decidió hablarle a aquella misteriosa persona.
"¡Oye tú!" Exclama con autoridad (O la Autoridad que un niño puede formar) Tigre, quien tiene su Arco y Flecha listos para disparar, "¡Dime quien eres y que haces aquí!".
Pero cuando el misterioso sujeto de Armadura se voltea… Tigre se queda sin palabras al ver quien estaba dentro de la Armadura.
No… no podía ser verdad…
"¡Tigre! ¡Pero que sorpresa tenerte de visita!" Se escucha decir al tipo de Armadura, quien parecía ignorar los cuerpos tirados a su alrededor.
Tigre no responde nada, solo se queda ahí inmóvil.
"Ah ya veo puede que no me reconozcas ahora… Mi nombre es… ¡Aiacos!" Declaro Suiky-… no, Aiacos declaro esas palabras con un tono de voz de triunfo.
Por su parte Tigre estaba paralizado. Él no sabía que estaba pasando ni que pensar de esta situación.
¿Qué era esa misteriosa Armadura Oscura?
¿Por qué Suikyo actúa de manera tan distinta?
Quizás… ¡Quizás esa persona ni siquiera es Suikyo!
"Tu… ¿¡Que le hiciste a Suikyo!?" Exclama Tigre, quien tomo su Arco y apunto una flecha hacia aquel con Armadura. Y si esta persona realmente había lastimado a su amigo… ¡Entonces Tigrevurmud Vorn no mostraría nada de piedad!
Aun a pesar de tener una flecha siendo apuntada al rostro, Aiacos no se veía intimidado, es más, el parecía estar al borde de morirse de la risa ante el hecho de que un simple humano sin ninguna pizca de Cosmos realmente se atreviese a apuntar un arma hacia uno de los Tres Jueces.
"Déjalo, aun con tu buena puntería lo que estas intentando será inútil," Responde el Espectro de Garuda con un tono arrogante.
A Tigre tan solo le bastaba un pequeño movimiento de sus dedos y ese tal Aiacos tendría una flecha en medio de los ojos.
"¡Cállate!" Es la respuesta de Tigre.
"¿Oh? Es muy raro verte con ese temperamento, Tigre," Fue la respuesta de Aiacos, quien aun habiendo resucitado, no había olvidado las memorias que Suikyo había formado con Tigre, "Normalmente eres de los que no pierde la paciencia de forma tan fácil,".
"¡No hables como si me conocieses!" Grito Tigre, que estuvo a punto de soltar la flecha y que además estaba dando todo su poder mental para no perder el control y al mismo tiempo perder su puntería.
Pero por supuesto, uno de los Tres Jueces no se detendría por las palabras de un simple niño. Aun cuando este haya sido el mejor amigo del humano que era donde dormía el Espectro de Garuda.
En el momento que Aiacos tomo control del cuerpo, él estaba más que listo para eliminar esos poco importantes lazos que Suikyo había formado.
"Te sugiero que ni intentes disparar esa flecha," Dijo de forma casual Aiacos, "Por mucho que seas bueno cazando animales, dudo que incluso tu encuentres fácil dispararle por primera vez a algo que no es un animal," Si, incluso con la ira, Aiacos sabía muy bien que Tigre todavía era joven y no estaba mentalmente preparado para tomar una vida.
"C-como sabes eso…" Dijo Tigre, su tono de voz era uno que estaba cercano a romperse.
No, era debido a que aquella verdad que él no quería admitir se estaba haciendo más y más difícil de negar.
"Vamos Tigre, tu y yo sabemos la verdad," Suspira dramáticamente Aiacos, quien entonces decidió hacerle un pequeño favor a ese humano al quitarse su casco para que ya no hayan dudas.
Y… era Suikyo el que estaba ahí vistiendo la Armadura y a la vez quien había asesinado a esas personas que vivieron con él durante años…
"Suikyo…" Finalmente admitió esa verdad Tigre, "¿Porque?" El joven de cabello rojo hace esa pregunta.
"Que pregunta tan inútil," Responde fríamente El Espectro de Garuda, "Pero supongo que un simple humano que no sabe nada debe estar realmente confundido por esta situación," Razono Aiacos.
Él fue humano hace poco, asique aún quedaba un poco de la esencia humana dentro del miembro de los Tres Jueces.
Esa esencia humana se iría dentro de poco, pero por ahora era lo que mantenía a Aiacos lejos de darle el golpe de gracia a Tigre.
"Cuando un Espectro reencarna en este mundo, lo primero que uno hace es acabar con la 'familia' del humano que eventualmente nos permitiría reencarnarnos, y como esas personas eran lo que mi yo anterior considero como su familia, simplemente ellos tuvieron que morir," La forma casual en la que Aiacos habla (Como si se estuviese refiriendo al clima) irrito bastante a Tigre.
"¡No hables de forma tan casual sobre la vida de los demás!" Responde Tigre, "Esas personas… ellos realmente veían a Suikyo como uno más de la familia,".
"Lo se…" Aiacos ríe cruelmente, "Por lo que sus expresiones antes de morir fueron las mejores,".
Eso fue lo último que Tigre necesito oír para confirmar que un monstruo sin corazón era quien estaba en frente suyo…
"¡Maldito animal!" Y sin pensarlo, Tigre dispara la flecha hacia el rostro de Aiacos.
Lo que debería ser una muerte segura ya que ningún humano sería capaz de agarrar una flecha a esa velocidad… era por el contrario algo muy fácil para un Espectro que hace años que había trascendido a la humanidad.
"¿Acaso tus flechas siempre fueron tan lentas?" Se escucha aun aburrido Aiacos, quien agarro con una de sus manos la flecha y causalmente la rompe a la mitad al aplicar un poco de presión, "No puedo creer que mi yo humano hubiese estado impresionado con una habilidad tan mediocre,".
Ahora, eso realmente asusto a Tigre ya que nadie sería capaz de hacer eso a tan corta distancia y con tanta facilidad.
Sin embargo… aun estando asustado, Tigrevurmud Vorn tomo otra flecha y la puso en su arco, aun cuando sus manos temblaban el apunto hacia Aiacos.
"¿Ohh? ¿Realmente quieres pelear?" Sonríe Aiacos. Sabiendo que ese esfuerzo sería inútil.
"Y-yo…" Tigre intenta decir algo, pero nada sale de su boca.
"Como cortesía por la amistad que tuviste con mi yo humano, acabare contigo usando una técnica de las mías," El Cosmos Oscuro que comenzó a emanar de Aiacos fue suficiente para que Tigre tirase al suelo su arco y flechas.
"Galacti-" Pero antes de que Aiacos pudiese terminar, la voz de alguien mas resuena.
"¡Ligthing Bolt (Relámpago de Voltaje)!" Se puede escuchar la voz de un adulto junto con el sonido de una muralla rompiéndose.
Aiacos entonces tuvo que moverse para esquivar una esfera de electricidad.
"Ese Cosmos…" Murmuro el Espectro, cuyos ojos ahora estaban serios, "… ¡Un Santo!".
Efectivamente, en aquel agujero que se había formado en la muralla ahora se encontraba un hombre adulto que vestía una imponente Armadura Dorada.
Dicho hombre únicamente mira de forma fría a Aiacos.
"Sal de aquí Espectro," Contesta el hombre, quien levanta un puño lleno de electricidad, "¿O quieres probar tu suerte conmigo?".
"Hmm… si bien la oferta de hacer que el Santuario perdiese un Santo antes de que siquiera la gran mayoría de nosotros despertemos es algo bastante tentador..." Considero el Espectro de Garuda, "Ahora que estoy recién reencarnado no seré capaz de usar mis poderes a todo potencial. Asique rechazo tu oferta," Decidiendo que retirarse era la mejor opción, el Espectro de Garuda simplemente sale por el agujero en la pared y usando sus alas desaparece en el cielo nocturno.
Y él nunca miro hacia atrás, nunca le dio una mirada de despedida al pueblo en el cual Suikyo vivió como un humano durante años y formo lazos verdaderos.
Illias dejo que Aiacos se fuese. Él sabía que un solo Espectro no se atrevería a hacer acciones que noten su presencia cuando todavía faltaban los demás Espectros por revivir.
Nuevamente la voz de la tierra había estado en lo cierto y lo guio a donde su presencia era necesitada.
Una vida había sido salvada, y eso era suficiente recompensa para el Santo de Leo.
Y así, Illias de Leo se preparaba para regresar al Santuario e informarle al Patriarca sobre lo que había ocurrido.
Sin embargo había alguien que lo había visto todo.
"¡Espera por favor!" Se escucha la voz de Tigre, quien salió de su estado de sorpresa.
Illias se detuvo, recordando que había un niño que lo había visto todo.
"Por favor no te vallas," Dijo Tigre, sintiendo que si el permitía que este hombre de Armadura Dorada se fuese, entonces el nunca sabría más de lo que realmente ocurrió, "Por favor… ¿Sabes lo que le paso a Suikyo?" Pregunta (O más bien ruega) Tigre.
Illias de Leo considero que hacer en esta situación. Por un lado el simplemente podía marcharse.
Sin embargo… eso sería injusto para ese chico pelirrojo, quien se notaba que era unido con el Espectro de Garuda antes de que despertase.
Y así, Illias de Leo le dio a Tigrevurmud Vorn una breve explicación sobre los Santos y los Espectros y exactamente lo que le ocurrió a Suikyo.
Cuando Illias termina su explicación, Tigre quedó en silencio. De hecho el mentalmente estaba considerando todo lo que dijo Illias.
Y así una decisión se formó en su corazón.
"Por favor… llévame contigo…" Aun siendo un Conde, eso no le importaba a Tigrevurmud Vorn, quien estaba de rodillas en el piso y rogándole a Illias de Leo.
Usualmente el Santo de Leo analizaría por más tiempo a una persona antes de decidir si era indicado traerlo al Santuario.
Sin embargo, viendo la determinación pura en los ojos de ese chico… y además el viento le decía a Illias que ese pelirrojo poseía un enorme potencial.
"No será un camino fácil," Fue la respuesta de ese hombre, "Una vez que entras al Santuario no puedes escapar, si lo haces tu vida estaría en peligro," Illias decidió hablar con honestidad y hablarle sobre lo que podría pasarle en lugar de esperar a que ese chico ya hubiese puesto sus pies en el Santuario.
"… ¡Aun así!" Tigre levanto la cabeza para mirar directamente a Illias a los ojos, "Aun así quiero intentarlo, quiero volverme fuerte para poder llegar al nivel de Suikyo," Uno notaba como incluso después de lo que ocurrió, Tigre continua llamando al Espectro de Garuda 'Suikyo' en lugar de 'Aiacos'.
Eso es porque el pelirrojo cree muy en el fondo que su amigo sigue con vida y si Tigre se volvía fuerte entonces sería posible salvar a Suikyo.
De tener más edad y ser capaz de pensar un poco más racionalmente las cosas y las consecuencias que podía causar su decisión de ir al Santuario, siendo que Tigrevurmud Vorn ya poseía una posición en Alsace…
Pero como ahora él es joven y esta agitado por el hecho de que su mejor amigo se había convertido en… un ser maligno…
Uno no podía culparlo por tomar una decisión tan súbita y egoísta.
"…Esta bien," Finalmente anuncio su decisión Illias.
Tigre miro al Sato Dorado con una gran sonrisa y esperanzas en sus ojos.
"¡Muchas gracias!" Agradeció Tigre con todo su corazón.
Illias dio una pequeña sonrisa al ver el entusiasmo de ese chico.
Por alguna razón él tenía un buen presentimiento.
"Entonces como agradecimiento, por favor quédate en mi hogar por esta noche," Dijo sorpresivamente Tigre.
Illias miro con curiosidad, ya que una oferta como esa no era algo usual para un Santo.
"Lo siento, pero no puedo aceptar eso," Responde Illias.
Pero Tigre podía ser bastante insistente, siendo un niño después de todo.
"No, yo insisto," Dijo con convicción el pelirrojo, "Es lo mínimo que puedo hacer para agradecerle a quien me salvo,".
Illias sabía que intentar hablar más seria inútil, asique simplemente acepto la oferta de ese niño.
Y al mañana siguiente, Illias de Leo y su aprendiz, Tigrevurmud Vorn partieron hacia el lugar donde los Santos que pelean por la paz existen…
-Santuario-
La arquitectura y estilo de este lugar era bastante diferente a las de Alsace. Tigre se dio cuenta al instante de aquello.
Después de un viaje de unos días, Tigre finalmente pudo entrar a ese lugar conocido como El Santuario.
Aparentemente gente normal no podía llegar aquí gracias a una especie de barrera.
Illias se había adelantado diciendo que tenía que darle un reporte al Patriarca, quien era el líder del Santuario y representante de Athena en la tierra.
Tigre como un niño curioso decidió revisar un poco como era este lugar.
Las personas que habían aquí (Y curiosamente las chicas usaban mascaras) miraban con curiosidad al chico pelirrojo debido a su ropa, pero simplemente se dieron cuenta de que era un nuevo recluta.
No era la primera vez que eso pasaba y definitivamente no sería la última.
Pero para la fortuna de Tigrevurmud Vorn, cierto aprendiz estaba coincidentemente dando un paseo.
"¿Estás perdido?" Tigre puede escuchar una voz aproximándose.
Mirando hacia el origen, Tigre puede ver a un chico de alrededor de su edad. Ese chico tenía corto cabello azul.
"Mi nombre es Aspros," Se introdujo el otro chico, quien extendió su mano en gesto de saludo.
Tigre simplemente regreso el saludo.
"Tigrevurmund Vorn," Respondió Tigre, dando su nombre completo, y de hecho el esperaba que Aspros reaccionase de alguna forma, incluso si fuese debido a haber escuchado al menos una vez el nombre de su familia.
Pero eso no ocurre y Aspros únicamente asiente. Aunque miro a Tigre con una mirada un tanto rara.
"Disculpa pero, ¿Acaso no sabes la regla de los apellidos y verdaderos nombre?" Fue la pregunta que hizo Aspros.
La expresión de curiosidad en el rostro del pelirrojo fue toda la respuesta que ese chico llamado Aspros necesito.
"Ya veo, debes haber recién llegado al Santuario y no sabes sobre eso," Dedujo Aspros.
"¿Sobre qué?" Pregunto Tigre, aunque él se veía un poco irritado por el hecho de que ni cinco minutos en el Santuario y él ya había hecho algo mal.
"Veras, cuando uno inicia en el Santuario, usualmente dejan sus apellidos atrás en señal de cortar lazos con el mundo exterior," Explico Aspros, "Unos mantienen sus primeros nombres, pero otros van tan lejos como para darse a sí mismos nuevos nombres,".
Tigre se sorprendió ante eso, aunque ahora que él pensó detenidamente, tenía sentido no usar nombres completos o darse a uno mismo un nuevo nombre, ya que alguien claramente podía usar ese nombre para encontrar el Santuario o intentar chantajear a un Santo usando a sus seres queridos.
"Ya veo… en ese caso puedes llamarme Tigre," Dijo el aprendiz de Illias, decidiendo que con su apodo era suficiente.
Aspros asiente. Una sonrisa en su rostro por el hecho de que Tigre entendió rápidamente.
Al ver a Tigre por primera vez caminando desorientado por el Santuario, como si estuviese buscando a alguien, Aspros supo por su forma de moverse que debía ser nuevo.
Sintiéndose mal por ese chico, Aspros fue a ayudarlo, ya que él había visto como algunos nuevos pasaban una que otra vergüenza a causa de la falta de información.
"Entonces Tigre, ¿Buscas a alguien en particular?" Pregunto Aspros, "Yo conozco a varias personas y podría ayudarte,".
Tigre asintió. Aunque ahora que él lo notaba se sentía raro tener una conversación tan casual con alguien que ni siquiera sabía de su posición como Conde de Alsace.
Pero… realmente no se sentía mal.
Además Aspros menciono ser también un aprendiz y aspirante a Santo… en otras palabras tenían el mismo rango.
"Bueno, a decir verdad mi maestro se llama…-" Pero antes de que Tigre pudiese revelar el nombre de su maestro… dicha persona llega sin que Aspros o Tigre se den cuenta.
"Asique aquí te encontrabas, Tigre," Se puede escuchar la voz de un adulto.
Tigre y Aspros casi saltan debido a la sorpresa, pero lograron mantenerse en el suelo (Aun cuando fue 'Apenas').
Ambos se voltean a una velocidad considerable para encontrarse con un hombre vistiendo una Armadura Dorada.
Tigrevurmud Vorn simplemente sonríe al haber encontrado a su Maestro.
Sin embargo Aspros solo mira con total sorpresa al hombre de Armadura Dorada.
"Illias de Leo… el Santo más poderoso del Santuario…" Logro decir Aspros en una voz bastante baja.
Illias únicamente miro a Aspros por un instante, reconociéndolo como uno de esos aprendices de los que había bastantes expectativas.
"Gracias por ayudar a mi estudiante," Agradeció Illias, lo primero era lo primero.
Aspros al oír eso salió de su estado de sorpresa e inmediatamente se sonrojo debido a haber recibido un cumplido de parte de Illias.
Pero casi al mismo tiempo, Aspros se dio cuenta de que Illias (Quien además nunca había tomado un estudiante) dijo que Tigre era su estudiante…
"¿E-estudiante?" Pregunto Aspros a Tigre, para confinar si era cierto.
Tigre simplemente asiente.
"Vamos, te enseñare los fundamentos del Cosmos," Dijo Illias, a lo que Tigre asiente nuevamente y sigue a su maestro a donde ellos dos irían a entrenar.
Antes de irse por completo Tigre se gira para mirar a Aspros y le da una sonrisa.
"Gracias por tu ayuda Aspros," Agradeció el Conde de Alsace, "Si quieres podríamos juntarnos a hablar cuando tengamos tiempo libre," Y con esa oferta, Tigre e Illias se fueron.
Aspros simplemente se quedó ahí mirando como el par se alejaba.
"Asique eres alguien a quien el Señor Illias trajo personalmente…" Murmura Aspros, quien mira Illias y Tigre se retiran. Una pequeña sonrisa aparece en su rostro.
Si, su presentimiento sobre ese chico pelirrojo no había estado mal.
"Interesante, Tigrevurmud Vorn, veo que será bastante interesante ser un aprendiz contigo en el Santuario," Y así, Aspros se dirige a encontrarse con Hasgard.
Después de todo su amigo tenía que saber que una tercera persona se les uniría…
-Santuario, (Años Después)-
Era divertido como el tiempo volaba a veces.
Pareciese que hubiese sido justo ayer cuando Tigre ingreso al Santuario como un novato que sorprendentemente fue elegido como estudiante de Illias de Leo, un Santo veterano que era admirado por todos.
Por supuesto también se supo de alguna manera del estatus de Tigre como Conde de Alsace.
Eso provoco rumores y que las personas hablasen a sus espaldas.
Rumores sobre que Tigre había usado su estatus para llegar al Santuario y hacer que Illias fuese puesto como su Maestro.
Por suerte Aspros y Hasgard creyeron en Tigre, siendo que ellos sabían que el Patriarca NUNCA aceptaría a un aprendiz del Santuario que simplemente intentase usar conexiones políticas para entrar.
En lugar de eso ellos vieron a una persona determinada, quien se esforzaba mucho para algún día ser digno de llevar una Armadura.
En otras palabras alguien que merecía los respetos de Hasgard y Aspros. Quienes se convirtieron en buenos amigos cuando los tres todavía tenían que entrenar para conseguir las Armaduras Doradas.
Ellos tres habían prometido construir juntos el futuro.
También Tigre demostró merecer la Armadura Dorada después de haber entrenado con Illias y haber pasado una prueba final en la que él tuvo que causarle al menos una herida al Santo veterano, Lugonis de Piscis.
Tigre gano en ese entonces la Armadura de Sagitario.
Y tiempo después tanto Aspros como Hasgard también habían logrado ganarse las Armaduras Doradas.
Tigre finalmente entendió el poder y la voluntad de un Santo y a como separar su vida como Santo de Sagitario y su vida como Conde de Alsace.
En general, aun cuando el camino fue duro, Tigre se sentía satisfecho con lo lejos que el había llegado.
Quizás por esa nostalgia de mirar atrás, Tigre se encontraba sobre el lugar en el que Illias lo había entrenado cuando recién el Santo de Sagitario iniciaba.
Sin embargo aquí Tigre no estaba únicamente por coincidencia, sino que además el esperaba a cierta persona.
"Lamento hacerte esperar," Tigre puede escuchar una voz con la cual él es muy familiar detrás suyo, "Pero estaba hablando con el Patriarca,".
"No, no hay problema, Maestro Illias," Sonrió Tigre, quien se da la vuelta para ver ahí a Illias.
El Santo de Leo asintió y simplemente se sentó en un pilar caído en el campo de entrenamiento, lo que era lo que Illias usualmente usaba como asiento.
Tigre siguió ese ejemplo y se sentó al lado de su maestro.
"Sabes, estaba pensando que Alsace queda en esa dirección," Dijo Tigre, quien apunta su dedo hacia el frente, sabiendo que si él seguía directamente y en línea recta, el encontraría su hogar.
"Si, el viento dice que ese pueblo se encuentra en aquella dirección," Asiente Illias, "Incluso ahora ese lugar continua siendo importante en tu corazón," Noto Illias, quien tenía una leve sonrisa.
"No puedo evitarlo, soy el Conde desde que mi padre falleció," Responde Tigre, "Y además Titta se pondría muy triste si no voy a verla de vez en cuando,".
Ah, esa chica que era una Maid en la casa de Tigre, Illias la recordaba bastante bien. Se notaba que ella era una buena persona.
"Ella y la gente de ese pueblo son buenas personas," Incluso Illias admitió eso, después de todo el acompañaba a Tigre a Alsace antes de que el obtuviese la Armadura, usando la excusa de que iban a entrenar.
De hecho Tigre si entrenaba en las afueras de Alsace, pero regresaba a su pueblo al anochecer junto con Illias, quien por su parte pareció desarrollar cierta amistad con Bertrand.
Si alguien hubiese sabido que Tigre e Illias hacían eso, un castigo les hubiese sido dado a ambos.
"Entonces…" Suspira Tigre, sabiendo que lo que venía no le iba a gustar nada, "La razón por la que nos reunimos aquí es…".
El no habla y simplemente deja que Illias responda.
"Es el momento de partir," Declaro el Santo de Leo.
"Maestro Illias…" Murmuro Tigre, quien ahora sonaba bastante triste de que el hombre responsable por convertirlo en un Santo se tuviese que ir, y que probablemente ellos no se volverían a ver, "Asique esa enfermedad…" Y además Tigre sabía que era lo que causaba el retiro de Illias.
Ambos podían sentirlo, este encuentro iba a ser el último entre el Sagitario actual y el viejo Leo de la Generación Anterior.
"Tigre, desde que nos conocimos por primera vez, en aquel día tan lejano supe que llegarías bastante lejos como un Santo," Sonrió el Santo de Leo, recordando a aquel chico tan entusiasmado por aprender.
Ese mismo chico ahora había crecido, ese niño que al principio solo pensaba en tener fuerza para rescatar a su amigo ahora vestía con orgullo la Armadura de Sagitario.
Un chico que como muchos había sido traído al Santuario, supero las expectativas al convertirse en alguien digno del título de Santo Dorado.
"Muchas gracias, gracias por todo," Fue lo que pudo decir el Santo de Sagitario.
Palabras pocas, pero con un significado bastante profundo.
Una sonrisa aparece en el rostro de Illias, ya que los sentimientos de gratitud de su estudiante se pudieron sentir.
"Y muchas gracias a ti también, fuiste un gran hermano menor y un aprendiz muy bueno," Dijo Illias, "Estoy seguro que tú tienes el potencial de ser un factor muy grande en la Guerra Santa," Si, el potencial de Tigre era algo que no podía ser calculado ni siquiera por alguien como Illias.
De hecho de ser posible, a Illias le gustaría quedarse y ver a Tigre avanzar aún más como Santo Dorado.
Pero la tierra le decía que era momento de partir del Santuario.
Además Illias sabía que él no viviría por mucho tiempo…
Por mucho que los Santos sean hombres y mujeres que habían excedido lo que la humanidad consideraba como 'Normal', la verdad era que ellos seguían siendo humanos con cuerpos humanos.
En otras palabras, una enfermedad terminal los podía matar, sin importar el rango.
"Gracias…" Es la respuesta de Tigre. Un leve sonrojo en sus mejillas al recibir ese cumplido de parte de su maestro.
Pero entonces la mirada de Illias se volvió seria y el miro hacia el horizonte.
"Sin embargo puedo sentirlo, la tierra me dice que es momento de partir," Dijo con una voz de convicción.
Ese poder de entender la tierra y la naturaleza… ese tipo de poder era bastante misterioso y Tigre no podía creer llegar a entenderlo completamente o al nivel de Illias.
"Maestro…" Comenzó a hablar Tigre, "Si alguna vez ese hijo tuyo termina en el Santuario… yo prometo ayudarlo a convertirse en un Santo," Dijo el pelirrojo, su rostro lleno de convicción.
Era lo menos que Tigre podía hacer para pagarle a su maestro.
"Adiós, Tigrevurmud Vorn de Sagitario, mi alumno," Fueron las palabras de Illias de Leo, quien dándole una última mirada a Tigre… el Santo de Leo continua su camino hacia algún lugar, su cuerpo todavía tenía la Armadura de Leo.
Sin embargo, si uno escuchaba con atención entonces las palabras que susurro al final podían oírse… esas palabras eran, "Mi hermano menor…".
Cuando Illias ya no puede verse debido a que se alejó, Tigre elige decir sus propias palabras.
"Adiós, Illias de Leo, mi maestro y… hermano mayor," Al parecer Tigre escucho lo último y mira hacia el horizonte de manera solemne.
Sin embargo el no lloraría, ya que él era alguien fuerte y como Santo Dorado su deber era ser fuerte y convertirse en un pilar para todos aquellos que entrenen aquí.
Y Tigre era familiar con la sensación de gente dependiendo de el… después de todo él es el Conde de Alsace.
-Recamara del Patriarca, (Años Después)-
Cuando el Patriarca te ordenaba específicamente a ti a que vinieses a su recamara, entonces debía ser algo bien importante.
Y como la Guerra Santa estaba cercana a comenzar, el hecho de que un Dorado como Tigre (Quien era importante en el sentido de que el junto con El Cid se dedicaban a encontrar información sobre los Oniroi) fuese llamado significaba que la misión era algo que únicamente él podría realizar.
Las puertas de la recamara se habían abierto, y desde ahí entra cierto chico que viste aquella Armadura perteneciente al Guardián de la Novena Casa.
Quizás eran las alas lo que hacían a esta Armadura en particular la más… estéticamente elegante de todas las demás.
"Es bueno verte llegar puntualmente, Tigre," Saludo el Patriarca Sage, quien había sido el Santo de Cáncer de la anterior Guerra Santa.
"Como mi Casa de Sagitario está relativamente más cerca, no es tan difícil llegar temprano," Contesto Tigre, aunque en el fondo el sentía un poco de lastima por aquellos que estaban en las primeras de las Doce Casas, ya que llegar hasta aquí era más largo… y subir tantas escaleras cansaba a cualquiera.
Tigrevurmud Vorn había crecido y madurado considerablemente desde que Illias se fue. Probablemente debido a que él deseaba mostrarle a todos que el alumno de Illias de Leo se había vuelto un Santo Dorado respetable.
Y si, había funcionado, incluso aquellos que en su momento desconfiaron de Tigre gracias a su posición como Conde de Alsace… ahora aceptaban que el fuese un Santo.
Claro, había ocasionales casos de gente murmurando entre ellos y todo eso, pero eso simplemente se ignoraba.
Y el hecho de que los demás Santos consideraban a Sagitario como alguien igual a ellos ayudaba a la aceptación.
"Tigre, te llame a ti en especial, aun cuando actualmente estas ocupado, ¿Porque?" Esa pregunta también tenía un propósito oculto que sería influyente en una de las decisiones a futuro que Sage planeaba tomar.
"En ese caso me parece que tiene que haber algo que únicamente el Santo de Sagitario sea capaz de hacer," Tigre finalmente le da voz a las preguntas que él se había estado haciendo a sí mismo, "Sino fuese de otra forma entonces podría enviar a alguien más ya que todavía estoy tratando de recolectar más información sobre los Dioses Gemelos junto con El Cid," Finalizo de hablar Tigre.
Una sonrisa apareció en los labios del viejo Patriarca. Ciertamente el Sagitario de esta época era alguien brillante.
De hecho no era un mal candidato para Patriarca de entre los tres candidatos que había para elegir…
Sin embargo eso no era importante ahora, ya que había cosas más urgentes de las cuales preocuparse.
"Ciertamente, lo que ocurre es que el enemigo que ha resurgido es una Deidad Menor," Ante eso Tigre se tensó un poco, entendiendo que esta misión no será nada fácil.
Las Deidades Menores eran Dioses no tan conocidos o poderosos como Athena, Poseidón o Hades, o en general los Dioses del Olimpo, pero aun así poseían grandes poderes que los hacían merecedores de la adoración de ciertos grupos.
Inclusive los Santos Dorados tendrían un duro combate contra ellos, y a la vez dependiendo de las habilidades del enemigo… existía la posibilidad de que incluso los Dorados perdiesen un combate.
"…Ya veo…" Fue la respuesta del Santo de Sagitario, pero él se abstuvo de decir más hasta que el Patriarca terminase de hablar.
"La razón por la que en particular te necesito a ti es…" El Patriarca espera un poco antes de decirlo, ya que esto definitivamente obtendría una reacción de parte del Santo de Sagitario, "Es porque el Dios renacerá cerca de Alsace," Revela finalmente el Patriarca.
Y si, la reacción de parte de Tigre es visible.
Sus ojos se volvieron severos y sus puños se apretaron de manera bastante fuerte.
"Y-ya veo…" Respondió el Santo de Sagitario.
"Tigre, estoy al tanto de tu posición en esa aldea, y si bien normalmente se te hubiese pedido que cortases tu relación con ese lugar, decidí permitir que mantuvieses tu posición de Conde de Alsace debido a que las Oráculos de Delfos predijeron que algún día el Conde será importante," Revela Sage.
Al oír la mención del 'Oráculo de Delfos', Tigre se tensó, ya que el recordó como su primera misión oficial como Santo había involucrado a esa persona.
"Pudo haber dicho 'Santo de Sagitario' o incluso 'Tigrevurmud Vorn', sin embargo por usar específicamente el título de 'Conde de Alsace' me llevo a pensar que sería necesario que mantuvieses esa posición,".
Tigre asiente, entendiendo la lógica detrás de esa decisión.
Y una parte de él estaba realmente feliz, ya que de otro modo él hubiese tenido que cortar su relación con Titta y Bertrand y la gente de Alsace… e incluso como un Santo, Tigre dudaba poder cortar un lazo como ese así como así, aun cuando él supo que unirse a la orden de los Santos no sería nada fácil.
"Además, con el pasar de los años pude ver tu crecimiento y analizar tu personalidad, y puedo ver que aun siendo un Santo, tu no usuarias tus poderes de forma egoísta, ni siquiera para Alsace," Finalizo Sage, quien había visto las virtudes de Tigre y de cómo él se tomaba en serio su título de Santo Dorado.
"Gracias por esas palabras," Agradeció el Santo de Sagitario con honestidad en su voz.
"Tigrevurmud de Sagitario, como Patriarca del Santuario te ordeno ir a la localización que se te entregara en una carta cuando salgas de este salón, entonces quiero que selles una vez más a ese dios evitando tantas perdidas de vida de las personas normales como sea posible," Ordeno el Patriarca.
"¡Entendido!" Asintió el Santo de Sagitario, quien ahora tenía una nueva misión.
Con eso hecho, Tigrevurmud Vorn de Sagitario se levanta y se dirige hacia la Novena Casa para prepararse.
Además como el estaría cerca de Alsace… no estaría mal pasar para darle una visita casual a Titta…
-Afueras del Santuario-
Después de una caminata desde la Recamara del Patriarca hacia la Casa de Sagitario, y de la Casa de Sagitario a la entrada de las doce casas, Tigrevurmud Vorn estaba listo para irse en una misión.
El vestía sus ropas casuales (Ósea las ropas que el viste en el Canon de Vanadis), y en su espalda se encontraba la Pandora Box de Sagitario.
"Hmm…" Dijo un pensativo Tigre mientras caminaba por el Santuario, ahora estando cerca del Coliseo, "Realmente no me gusta tener que irme ahora, especialmente cuando Regulus está en un buen punto de su entrenamiento," Suspiro el Santo de Sagitario.
Así es, Regulus, el hijo de su Maestro Illias se había convertido en un aprendiz del Santuario, y un aprendiz que demostró un enorme potencial y crecimiento muy rápido.
Todavía no estaba al nivel en donde Regulus podía reclamar la Armadura de Leo (Ya que claramente esa era la intención principal del joven, el usar la Armadura de su padre), pero si el joven seguía mejorando a esta velocidad, seria cosa de poco tiempo.
Y con un maestro como Tigre de Sagitario, Regulus estaba en buenas manos.
"Sin embargo no puedo permitir que ese Dios despierte y cause estragos en mi aldea," Dijo un decidido Tigre, recordando ese lugar donde él había crecido y creado muchas memorias.
En esa aldea todavía se encontraba Titta, quien seguro que esperaba que Tigre pasase a visitar. Y no solo ella, sino que también todos los habitantes del pacifico pueblo de Alsace… ellos no merecían estar en peligro a causa de un Dios.
Cuando Tigre estaba cerca de los límites del Santuario, había un muy buen amigo esperando.
"Vaya, no esperaba que fueses a despedirte de mí aquí, El Cid," Dijo El Santo de Sagitario con una sonrisa al ver a su mejor amigo apoyando su espalda contra un pilar.
Aquella persona tenía corto cabello negro y vestía una Armadura Dorada cuyo punto más llamativo eran los dos cuernos en la frente de la Armadura.
El Cid de Capricornio.
Él es una persona de pocas palabras, sin embargo a la vez era alguien con un gran corazón y determinación, y si bien no fue alguien a quien Tigre conoció en sus primeros días en el Santuario, con el tiempo en el que ambos fueron a misiones juntos, una verdadera amistad surgió.
Y aun con la naturaleza antisocial de El Cid, la actitud de Tigre logro que ambos pudiesen entender el uno al otro.
Eso era bueno, ya que en los últimos años, si bien su amistad con Hasgard no había cambiado en nada… la amistad de Tigre con Aspros se había ido alejando últimamente, además Aspros actuaba más diferente que antes…
"Los dos hemos estado yendo juntos a varias misiones para buscar información sobre los Dioses del Sueño, asique creo que es perfectamente razonable venir aquí a despedirme de ti," Dijo El Cid.
Tigre sonríe, aun cuando el Santo de Capricornio fuese alguien un tanto cerrado, el Santo de Sagitario lo consideraba un buen amigo.
"Bueno, es agradable tener a alguien despidiéndose de ti," Asintió Tigre, "De hecho Regulus también vino y se despidió de mí,".
Es cierto, Regulus eventualmente encontró su camino al Santuario después de que Tigre fue a buscarlo para recuperar la Armadura de su mentor.
Tigre convenció a Regulus de venir al Santuario y entrenar para ser el sucesor de Illias. Cosa que el pequeño león estaba más que feliz de hacer.
Regulus se volvió el estudiante de Tigre, quien también se volvió apegado a su maestro al aprender que este fue el alumno de su padre.
Pero al pensar en su alumno, Tigre recordó un pequeño detalle.
"Ah, sí me voy ahora entonces Regulus no tendrá a alguien que le enseñe," Recordó el Santo de Sagitario.
"Si te molesta que Regulus se quede sin entrenamiento, yo puedo ayudarlo hasta que regreses," Dijo El Cid, cosa que sorprendió a Tigre.
Bueno, no era como si el Santo de Capricornio no tuviese experiencia haciendo de maestro, de hecho sus tres alumnos probaban lo contrario.
Pero una oferta como esa era algo bien inusual.
"¿Estás seguro?" Pregunto Tigre, sabiendo que los tres estudiantes de El Cid estaban cerca de obtener sus Armaduras, por lo que era mejor si el Santo de Capricornio se enfocase en ellos.
"No hay ningún problema," Asiente El Cid, "Por lo que me dijiste sobre tu estudiante, el aprende rápido,".
Tigre asintió.
"Entonces no habrá ningún problema," Aseguro el Santo de Capricornio.
"Muy bien, entonces solo debo acabar con el enemigo realmente rápido para que mi amigo no tenga que ocuparse de una persona más," Dijo Tigre.
Por un momento hubo preocupación en los ojos de El Cid. Y fue solo un momento el que Tigre necesito para notarlo.
"Descuida, yo voy a regresar," Le aseguro Tigre a su mejor amigo, "Falta aún tiempo para la Guerra Santa, y te aseguro que no moriré tan fácilmente,".
El Cid de Capricornio miro a su mejor amigo con su típica mirada fría, pero alguien como Tigre, quien había pasado bastante tiempo con el Santo de Capricornio pudo notar la ligera preocupación en los ojos de El Cid.
Después de todo el enemigo no era uno común y corriente. Si los rumores que Tigre había escuchado eran verdad… entonces esta batalla podría ser de vida o muerte.
Pero el no planeaba morir, el planeaba regresar al Santuario con sus compañeros, y entonces a Alsace para ver una vez más a Titta y a todos los demás.
"Entonces esperare el día de tu regreso," Dijo el Santo de Capricornio, quien dio media vuelta y comenzó a caminar de regreso al Santuario.
Ahora Tigre se quedó solo, y el comenzó a caminar hacia el lugar donde su misión estaría ubicada.
"El Cid… Regulus… Hasgard… Aspros…" Tigre estaba murmurando el nombre de aquellos con los que él era cercano en el Santuario, "Compañeros míos, Santos de Athena…" Los puños de Sagitario se aprietan con determinación.
"Voy a volver, derrotare si o si a mi enemigo, yo no moriré antes de la Guerra Santa," Y mirando hacia el horizonte con ojos llenos de determinación….
…Comienza el viaje de Tigrevurmud Vorn de Sagitario. Sin saber que quizás esta misión sería más problemática de lo que parecía.
NOTAS DEL AUTOR:
Capitulo Sagitario de la Saga Dorada… ¡Ha llegado!
Un amigo me recomendó esta serie, sintiendo que el uso del Arco y Flecha del prota quedaba bien con Sagitario. Tigre fue quien quedo elegido.
Además como la historia combina con el Lost Canvas debido a la ubicación de tiempo, ya que Vanadis transcurre en un periodo de tiempo antiguo (De no ser así hubiese elegido Omega, ya que me gusta como quedo ahí la Armadura de Sagitario).
En términos de Saint Seiya, se podría decir que esto transcurre antes del despertar de Hades/Alone. En el punto donde algunos Espectros, pero no todos están despiertos.
Y claramente, uno de ellos es Suikyo, o mejor dicho Aiacos. Quien tiene una historia ahora con Tigre, al ser su mejor amigo que ahora es maligno y que Tigre desea más que nada salvarlo y hacer que regrese Suikyo.
Asique aquí Aiacos tendrá un rol mucho más vital debido a su conexión con Tigre.
Y ya sabemos que esto es antes de que Hades regrese, asique si un Espectro muere… este no se queda muerto en forma definitiva.
Y que además de Aiacos… Rhadamantys también está por aquí.
Bueno, ya que Madan to ou no Vanadis no parece ser muy conocido, quizás esta historia no tenga tanta popularidad… pero aun así estoy decidido a continuarla.
PD: Esto estaba supuesto a ser un prólogo de 3000 palabras… pero creo que me excedí un poco XD
