Bueno, esta nueva idea surgió gracias a Alf, mi primo, la verdad en cuanto me la platico me dije a mi misma, debo escribirla y por ende aquí la tienen, espero que les guste, lo cierto es que yo disfruto escribiéndola, como ya se menciono es un Universo alterno (AU). Antes de dejarlos/as para que lean quiero decir tres cositas:
1.- Este fic esta dedicado completamente a mi mejor amiga y hermana Naru Hikari. ¡Naru-chan ya lo sabes, que este fic es tuyo! ¡Te quiero un montón!
2.- Me gustaría que dejaran algún review, es verdad que no parare de escribir (Y menos si tengo quien me este presionando), pero, aunque algunos escritores digan que no los necesitan para continuar, es mentira ya que a todos nos gustaría conocer la opinión de los lectores, después de todo no seriamos nada sin la gente que lee nuestros trabajos, así que les pido un minuto de su tiempo, para comentar esta historia.
3.- D. Gray-Man no me pertenece, es propiedad de Hoshino Katsura
Sin mas muchas gracias y que la disfruten.
Capitulo I
"Nunca seré capaz de olvidar esta noche. En que mi cuerpo se estremeció, el sentir aquellas grandes y calidas manos explorar mi piel y esos suaves y carnosos labios devorarme con pasión. La noche que me entregue a pesar de solo tener doce años, aun sabiendo que él me ganaba por ocho.
Es solo que yo lo amó; amó a esa persona y saber que correspondía de alguna manera mis sentimientos, me llevo a hacer cualquier cosa con tal de no perderlo.
Esta noche lo llame entre gemidos más de mil veces sin saber si quiera como se llama…
… Dime…
… Tú nombre…
Supe que él si me conocía al escucharlo decir una sola vez mi nombre y mi corazón dio un vuelco incrementando la esperanza.
Solo había necesitado verlo una sola vez para descubrir que se trataba de amor a primera vista y a pesar de que él no sabia de mi, lo veía todos los días a la misma hora en el mismo lugar y ahora después de un año de observarlo en secreto, por fin mis suplicas y deseos habían sido escuchadas. Estamos acostados en la misma cama, cubiertos por las mismas sabanas; miro sus ojos de un color miel caso como dorados y no puedo evitar sonreír y con algo de pesadez comienzo a cerrar mis ojos no sin antes preguntar algo indispensable, algo que deseaba saber con todo mí ser.
… Dime ¿Quién eres?...
Sentí de nuevo sus manos en mi espalda y se aproximo a mi oído en el que escuche un susurro antes de caer en un profundo sueño."
… Yo soy…
… Tú destino…
Siete años después.
Los teléfonos sonaban por todo el enorme edificio. Con diez pisos en total, cada uno lleno de gente que iba de un lado a otro, con papeles, vestuarios, cámaras, letreros, pantallas, partes de escenografía, etc. El elevador subía y bajaba sin descanso alguno, este se abrió en el sexto piso y bajo un joven. De estatura promedio, cabello rojo, peinado hacia un lado dejándolo aun así alborotado elevándose uno que otro cabello rebelde, curiosamente llevaba un mechón de cabello en el rostro el cual cubría por completo su ojo derecho. Su piel era de un color rosada y sus ojos de un verde claro; vestía un traje negro, una camisa azul cielo y una corbata del color del traje.
Iba con prisa y con el celular en la oreja, razón por la que no atendía a nadie de los que se encontraban en esa planta y al llegar a la entrada de su destino, tomo la manija de la puerta de aquella oficina, su oficina, solo que antes de abrirla alguien le llamo.
-Jefe.- Era una mujer, mejor dicho su secretaria, se volvió a esta y pidiéndole de favor a quien estaba del otro lado del celular que le permitiera un momento, escucho lo que la chica tenía que decirle.- Le hablo su prometida, me pidió que le recordara que no se le vaya a olvidar el ensayo de la ceremonia.
-Imposible.- Por fin hablo el pelirrojo, a la joven; una chica de baja estatura, de cuerpo esbelto y un tanto pálida, de cabello largo pasando los hombros y castaño, con los ojos del mismo tono.- No hay manera de que se me olvide. Lo tengo previsto, es el día veinticinco, no se me olvida.- Respondió el pelirrojo a lo que la joven suspiro algo cansada.
-Lavi, hoy es veinticinco.- Con aquella mención el jefe abrió el ojo visible como plato.
-No es posible ¿Hoy es veinticinco?- La otra asintió.- ¡Lo olvide por completo!- Se sujeto la cabeza alterado y vio el celular en el que aun esperaba alguien en la línea, se lo coloco para seguir hablando pero la secretaria volvió a interrumpirlo.
-Jefe.- De nuevo la observo sin decir palabra alguna.- Recuerde que también ahora vendrá el nuevo ejecutivo audiovisual.
-¿En donde tengo la cabeza?- Un peso nuevo cayo sobre sus hombros.
-Tranquilo jefe. Respire. Y piense claramente lo que hará, de peores ha salido.- Lo animo la joven con una sonrisa.
-Gracias Robin.- Correspondió aquella sonrisa y se metió a su oficina.- Perdone la espera ¿En que estábamos?- pregunto contestando de vuelta la llamada.- Por su puesto que no. Le garantizo que el trabajo de esta empresa es solo de la mejor calidad y usted ya debió de haberlo comprobado.- Mientras hablaba hacia algunos gestos.- Claro, de eso no hay problema.- Sonrió.- En ese caso espero mañana su trabajo. Hasta luego.
Cerró el celular. Se tallo el rostro con una mano y dio tres vueltas a su oficina; un sitio espacioso, con el escritorio ubicado casi al centro de caoba tallado finamente así como la puerta. El muro detrás del escritorio era de cristal, por lo que la vista de la ciudad terminaba siendo muy buena, el contramuro donde estaba la puerta era de color blanco y en la esquina superior derecha había una pantalla plana y en la izquierda una bocina para amplificar el sonido; alrededor del escritorio yacían dos sillones color verde claro, como el color de los otros dos muros y en las esquinas permanecían otros dos sillones. Tenía un mueble de oficina a unos cuantos pasos de la entrada, lo suficientemente amplio, para guardar todas sus cosas. Sobre el escritorio tenia una laptop color rojo y a un lado de esta una computadora de monitor de plasma.
Lavi camino hasta su escritorio y se dejo caer en su silla, recargando la cabeza en el respaldo.
-Maldición ¿Cómo pude olvidarlo? Ahora tendré que hablarle a Leica y decirle que no podré ir al ensayo.
-Solo a ti te gusta meterte en tantos problemas. En serio que eres un idiota.- Dijo una voz desde la entrada de la oficina, Lavi no necesito voltear para saber de quien se trataba por lo que solo sonrió.
-Supongo que tienes razón Yuu.
El aludido se aproximo al escritorio y arrojo un sobre estrepitosamente.
-Te he dicho que no me llames por mi nombre, después todos querrán hacerlo también.- Un hombre de apariencia seria y mirada fría, con el cabello largo hasta la cadera recogido en una cola color azul oscuro. Sus ojos de igual tono azulado. De casi la misma estatura que Lavi, solo que el otro le ganaba por unos centímetros; y de piel blanca. Su atuendo era solo de un pantalón azul marino de vestir y una camisa fajada, con el primer botón desabrochado.
-No te enojes Yuu. Además no hay nadie mas en la oficina, no nos escucharon.
-Che.- Dejo escapar un sonido de queja.- Eres un fastidio. Aunque pensándolo bien, no lo eres tanto como "La Cosa" que tienes por prometida.- Bufo, mientras recargaba una mano sobre el escritorio.
-No digas eso. Leica es una buena persona, además que se hayan juntado los días del ensayo de la boda con el de la llegada del nuevo ejecutivo audiovisual fue mi culpa por no fijarme. Ahora tendré que cancelarle a Leica y se que se molestara muchísimo.
El otro suspiro y se volvió a mirar el techo.- Esta bien vete.- Lavi miro confundido a Yuu.
-¿Cómo dices?
-Que te vayas a tu mugroso ensayo. Yo me quedare a recibir al nuevo ejecutivo audiovisual.
-Pero Yuu tú sales dentro de una hora.- Dijo en un tono apagado.
-Mira usagi, deja de darle vueltas y lárgate. Porque créeme que me gustaría fastidiarle el día a tú mujer, pero voy a compadecerme y te cubriré. No por nada soy el vicepresidente de esta empresa.
Lavi sonrió de oreja a oreja y casi se lanza a abrazar al otro sino fuera porque Yuu logro sostener al pelirrojo por la cabeza.- Muchísimas gracias Yuu. Te debo una.
-¡Kanda! Ya te dije que me llames Kanda y me debes más de una, siempre te estoy salvando el pellejo.
-Cierto. Je, je, je, je, bueno mejor me marcho ya o te arrepentirás.- Kanda lo vio feo.- Es broma, es broma. Me voy porque sino llegare tarde.- La mirada que antes tenia su vicepresidente ahora paso a ser de indiferencia, mientras que Lavi salía de su oficina.- Robin.- Se dirige a la secretaria.- Me voy, te encargo que no se destruya la empresa en mi ausencia.- Rió.- Que descanses. Nos veremos mañana. Y por cierto.- Dio un paso hacia atrás, regresando al lugar de antes.- Yu… Kanda.- Se corrigió.- Se encargara de recibir al ejecutivo audiovisual.
-Claro que si jefe.- Le sonrió la mujer.- Que le vaya bien y suerte.
-Gracias Robin. Intentare no dejar a Leica que me obligue a casarme de verdad en ese momento.- Volvió a reír y se dirigió al elevador. Presiono el botón para subirlo y espero, mirando de vez en cuando el reloj que llevaba en la muñeca izquierda; las puertas se abrieron e iba a entrar, pero tuvo que detenerse ya que había alguien en el elevador que bajo allí mismo, estuvo a escasos centímetros de chocar con la otra persona pero logro esquivarlo e introducirse en el ascensor. Lo miro por detrás y el otro también giro el cuello para verlo, por unos segundos sus ojos se cruzaron, segundos en los cuales Lavi sintió algo extraño, causando que el ritmo de su corazón se acelerara, pero antes de que pasara algo mas, las puertas se cerraron bloqueándole la vista al pelirrojo.
Ya en la planta baja a pesar de estar las puertas abiertas para que saliera, permaneció dentro con la mirada perdida en el botón que llevaba al sexto piso, estuvo a punto de presionarlo, no obstante desistió y abandono el elevador. Se despidió de algunas personas que encontraba en su camino y llegando al estacionamiento camino hasta encontrarse con un Corvette del año color rojo brilloso, desactivo la alarma, en el asiento del copiloto dejo su maletín y su abrigo y se paso al asiento del conductor, se coloco el cinturón de seguridad, reviso los espejos laterales y acomodo el retrovisor, prendió el auto y se marcho.
El resto del día transcurrió como se lo esperaba; el ensayo de la ceremonia había salido a la perfección y su prometida, una mujer de complexión delgada pero muy bien formada, rubia, de tez blanca casi pálida y de ojos grandes color azul agua; había quedado muy satisfecha con el resultado.
Fue con sus padres para hablar de todo lo referente a la boda y Lavi aprovechando la distracción, se fue dejando un mensaje con una de las recepcionistas del lugar, por alguna razón él no había estado muy cómodo en el ensayo y todo el tiempo tuvo la mente vagando en otro lugar, solo que prefirió no darle muchas vueltas a algo que ni si quiera estaba seguro que era, prendió el auto antes de que su prometida se diera cuenta que no estaba y se encamino a su departamento. Ubicado en una zona central de la ciudad, en el séptimo piso del edificio. El departamento era espacioso por dentro y con una vista espectacular de la mejor parte de la ciudad; en el recibidor tenia un enorme mueble en forma circular y en el centro una mesa rectangular de cristal, frente a esta estaba la ventana casi de toda la barda a un lado se veía la cocina la cual tenia una barra de bebidas y una desayunadota, la cocina estaba llena de repisas con utensilios que seguramente jamás habría tocado si quiera el pelirrojo y en una de las esquinas permanecía el pequeño refrigerador.
Junto a la puerta de entrada sobre una cómoda tenia su estero con cuatro bocinas cada una ubicada en distintas partes de la sala y a una corta distancia, dos puertas, una que conectaba con el baño y la otra llevaba a la habitación de Lavi. El cuarto era amplio también y espacioso debido a que solo tenia una cama en el centro y una pantalla de cuarenta pulgadas frente a esta, un ropero en una de las esquinas y sobre una mesita, un portarretratos. Al abrir la entrada principal arrojo la tarjeta de seguridad junto con su saco a un sillón, camino a la ventana, mirando el exterior por varios minutos, viéndose al final reflejado en el vidrio del aun oscuro recibidor. Suspiro pesadamente y seguido se condujo al baño; este a diferencia de todo el departamento era pequeño, simplemente divididos por la cortina de baño, estaban la regadera con tina y el escusado; el lavamanos ubicado junto a la puerta con un espejo de cuerpo entero, los suelos eran de piedra lisa oscura y los muros, así como los muebles de su oficina, de caoba finamente trazados. Se miro al espejo y mojando sus manos las choco con su rostro para refrescarlo y con una toalla hecha bolas se lo seco, de nuevo abrió el grifo del lavabo y observo como caía el agua sobre sus manos, a una temperatura calida, era una sensación agradable que por desgracia no ayudo a despejarle la cabeza. Aun estresado se metí a su cuarto y sin quitarse la ropa, mas que los zapatos se acostó en la cama, quedándose profundamente dormido.
El sonido del despertador invadió el cuarto y el pelirrojo se removió en la cama sin destender, haciendo uno que otro ruido al intentar despertar. Busco aquel ruidoso aparato con las manos, tentando sobre su mesita de noche sin algún resultado positivo y por ende decidió levantarse y buscarlo, hasta que dio con junto a la cama en el suelo.
Se ducho tan lento como le fue posible a pesar de que su reloj digital le indicaba que ya era tarde se tomo todas las calmas del mundo, no tenia ninguna prisa. O quizás si. Pero le preocupaba que así fuera por lo que todo lo hacia con esa calma. Sin percatarse de ello, se cambio; un pantalón y saco tinto una camisa rosa, con una corbata de igual color; y desayuno en el tiempo acostumbrado, supuso que por inercia. Bajo al estacionamiento y luego de desactivar la alarma de su Corvette, mas aparte decidido a que dejaría de pensar en algo que no tenía lógica para no atormentarse; se fue a su trabajo.
-Buenos días jefe.- Saludo Robin, viendo llegar al pelirrojo. Ahora vestía una falda negra con una blusa color rosa y unos tacones bajos del mismo color.
-Buenos días Robin.- Contesto cordialmente.- ¿Cómo estuvo el trabajo ayer?
-Como todos los días. Excelente.- Se levanto de su lugar.- Jefe mire él es el nuevo ejecutivo audiovisual.- Dijo señalando por detrás de Lavi con discreción, este ultimo solo se giro en su lugar percatándose de la persona de quien se le informaba y que se acercaba a su ubicación. Todo paso tan rápido en él, muchas imágenes que no terminaba por reconocer, llegaban a su mente y cuando menos se dio cuenta ya estaba el nuevo ejecutivo frente a él.
-Buenos días.- Una voz grave y a su vez con cierto tono sensual, lo saludo.
-Bu..Buenos días.- Contesto algo nervioso el jefe. Sin ocultar su curiosidad lo examino de arriba, abajo. Un hombre alto y bastante elegante, su simple presencia lo demostraba y su mirada lo reiteraba, firme e intimidante, sus ojos de un tenue color miel, casi dorados y su cabello oscuro peinado sutilmente hacia atrás, dejando uno que otro cabello rizado vagando por su nuca. A pesar de ir de traje, oscuro con un fino corte y la camisa de un violeta suave; no era suficiente para ocultar su bien formado pecho, no, de hecho todo el cuerpo. Su piel de un moreno cobrizo solo ayudaba a resaltar sus maravillosos ojos, pero lo que realmente dejaba sorprendido a Lavi era aquella sonrisa tan perfecta.
-Usted debe ser el presidente.- Dijo el mas alto, sin desaparecer su sonrisa, divertida. Lavi tardo más de medio minuto en reaccionar hasta que carraspeo su secretaria y este tuvo que abrir inconscientemente la boca esperando que salieran palabras de ella y no solo para tomar más aire.
-Así es.- Que palabras tan simples y evidentes.- Pero por favor, vayamos a mi oficina ahí discutiremos mejor lo de su contrato.- Automáticamente le dio la espalda y su secretaria les abrió la puerta haciéndose a un lado para que pasaran y después volvió a su lugar.- Aunque es probable que el vicepresidente que conociste ayer, Kanda, ya le haya hablado de eso después de firmar los papeles.- Entro, seguido por le moreno.- Ah. Pero dígame ¿Quién es el nuevo ejecutivo audiovisual? ¿Con quien tengo el gusto?- Se giro nuevamente para verlo, observando que el otro con el pie izquierdo cerraba de golpe la puerta, de nuevo abrió la boca para dar a conocer su opinión respecto a lo que vio, pero antes de eso el otro se acerco a Lavi, cortando por completo las distancias y pasando una de sus grandes manos por la espalda del pelirrojo y la otra por su nuca, le susurro al oído:
-Yo… soy tu destino.- Un silencio sepulcral fue el acompañante de ambos. Una gota de sudor resbalo por el pálido y en shock, rostro del jefe de la empresa. Quien ya no tenía ni idea de cómo reaccionar.
"Faltan 30 días para la boda…"
Fin capitulo I
¿Y bien? ¿Qué les pareció? Reviews por favor, prometo que estaré actualizando constante, es solo cuestión de ustedes, en serio deseo conocer su opinión respecto al Fic.
Bueno realmente no tengo más que agregar así que hasta el próximo capitulo. Sayo.
