** Hola hola, empece esta historia porque ciertamente como decia, las voces no dejan de joder con mi cabeza, asi que si no han leido la serie de Dark Hunters, no se que rayos estan esperando, y quienes si lo hayan hecho, dejenme aclararles, que la autora de dicha saga mi amada Sherrilyn Kenyon, tambien ha escrito novelas de epoca con el seudonimo de Kenly Mcgregor, entre los cuales se desprende una hobra que se llama la hermandad de la espada, que habla mayormente de las aventuras y peripecias de los hermanos MacAllister. asi pues en el ultimo libro de esa obra, llamado El guerrero, donde narra la historia de Lochlan MacAllister, es donde tomo referencia para hacer este fic... queda por decir que si tienen alguna duda, pregunta o cualquier tipo de comentario, para saber el porque por favor haganmelo saber...
haa otra cosita, el rating por supuesto sera M, pues como los libros planeo tratar de hacerlo lo mas parecido a la saga...por lo que si contendra lenguaje para adultos y situaciones con sexo y esas cosas...quedan advertidos...
**la mayoria de los personajes son propiedad de S.K...yo solo invente la historia, nada de esto se hace con animo de lucro ni obtengo ganancias de ningun tipo, claro exceptuando quiza los RR que me regalen**
de ante mano...GRACIAS POR LEER
El guerrero nocturno
Prologo
Kieran MacAllister es uno de los dark hunter mas solitarios que existen. Con belleza absoluta, y una masculinidad brotando por sus poros, desde su no muerte –renacimiento- siempre prefirió la soledad.
Solo permaneció cerca de los humanos, para vigilar a su familia. A sus hermanos, Sin, Ewan, Braden y Lochlan. Y solo una vez rompió las reglas. Después de que su hermano mayor dueño y laird Lochlan, contrajera matrimonio, se presento ante él, y le pidió que dejara de lamentarse, que él estaba bien de alguna manera, le mostro que aunque seguía en este mundo, no era más humano, y que fuera muy feliz, por el.
Se quedo algunas décadas más a los alrededores de las tierras donde creció con sus hermanos, siempre vigilando que ningún enemigo viniera por ellos. Y se sintió aliviado al ver que sus cuatro hermanos fueron felices y al final tuvieron una vida tranquila, con la paz que todos ellos se merecían.
Eventualmente se traslado de Escocia a Inglaterra, para después viajar al nuevo continente por ordenes de la misma Artemisa, pues él, al haber jurado fidelidad, lealtad, y devoción, dejo cualquier creencia de su vida humana de lado, para rendirle tributo exclusivamente a la caprichosa diosa. Por lo que es el único Dark Hunter, que se supiera, tenga una estatua de Artemisa en un altar, siempre con tributos, como perlas, oro, piedras preciosas, y flores exóticas. Ganando así, un poco de simpatía de la complicada y obsesiva diosa, aunque ella realmente nunca hablara con él, lo doto con dones especiales, como supervelocidad, capacidad de leer las mentes y un poco de telequinesia.
Gracias a los favores de la diosa Artemisa, el se ha mudado a muchos lugares, después de pocos años, los justos antes de que los humanos empezaran a notar algo raro, no es como si él se rodeara de gente, pero ni había necesidad de encerrarse, cuando cada 5 años aproximadamente, Acheron Parthenopaeus, el Dark Hunter más antiguo, y su líder, aparecía para notificarle que ya era hora de irse, y ha donde se dirigía. Por lo que Kieran había aprendido tantos idiomas, como granos de arena existen en el mar.
Jamás reclamo algún escudero, y no sufrió molestia por eso, pues como continuamente lo reubicaban en los lugares más maravillosos, fértiles, fáciles, hospitalarios del mundo, no paso hambre, ni frio, y de cierta manera tampoco es como si corriera peligro de ser expuesto, es más, si le preguntaban a él, llevaba una vida sumamente fácil, siendo Dark Hunter. Y el realmente amaba patearle el culo a los daimons.
Gabrielle Aldebarán es una estudiante de universidad, a la que últimamente no le sale nada bien. Dejo su pequeño pueblo natal de Forks Whasington, para estudiar el colegio superior. A sus casi 21 años, es una joven de uno setenta, centímetros más centímetros menos, robusta, de cabello a media espalda, castaño, ni lacio ni chino, más bien rebelde, y encrespado como ella lo llama, al que siempre lleva en un moño flojo por la nuca. Tiene una cara linda, con unos ojos grandes color caramelo, nariz pequeña, labios finos, y pómulos pronunciados. Su físico sin embargo, le desagradaba sobremanera, pues era rolliza, con pechos llenos, y caderas un poco pronunciadas y el abdomen algo abultado con ciertos rollitos alrededor de su para nada estrecha cintura. Con piernas largas y gruesas y un color de piel caramelo, aunque últimamente mas pálido de lo normal.
Casi comenzando el ciclo escolar, ella se enfrento a una enfermedad, podría decirse que insignificante, pues su vida no corrió peligro en ningún momento, ni sufrió dolores, es más, ella ni siquiera estaba segura, que realmente su salud alguna vez estuviera comprometida, ella sufrió de alopecia. En dicha enfermedad en la que se comienza a caer el cabello, sobre todo el de la cabeza, siendo de índole genético, ella comenzó a quedarse sin cabello en ciertas áreas de su cabeza, provocándole un serio problema de depresión, por lo que eventualmente dejo la universidad, pidiendo una baja temporal. Se rapo la cabeza completamente, pues llego un momento, en que se le hicieron hoyos sin cabello, sobre todo el área de la coronilla, dejo de comer adecuadamente, por lo que inclusive algunas personas llegaron a pensar que ella tenía algún problema de cáncer.
Gabrielle comenzó a trabajar para un joven y apuesto licenciado, el cual, la contrato como su asistente sin tener realimente ninguna experiencia. Dan Gordon parecía ser un hombre decente que solo quería echarle una mano, pues ella testarudamente decidió que no regresaría a su pueblo natal, como todo el mundo pensaba. En lugar de eso, consiguió ser la eficiente secretaria del señor Gordon.
Al fin de cuentas, Gabrielle no pensaba en que podría salir peor, vamos, eso no sonaba para nada correcto, pues ciertamente con su suerte, lo más probable es que terminaría con un meteorito cayendo directamente sobre su cabeza…
