UNO DE "LOS OTROS"

Disclaimer:Ni Ben ni ninguno de "Los Otros" me pertenecen. Forman parte de la serie televisiva "Lost"; suyos son los derechos de autor.

Conjunto de siete viñetas para la comunidad "Retos a la carta"

TABLA: Virtudes.

FANDOM: Lost.

PERSONAJE: Benjamin Linus.

PALABRAS:1323.

TEMA: 4.Perseverancia.

RESUMEN: Porque su sueño siempre ha sido crear vida dentro de la Isla.

PERSEVERANCIA

Ben deja los restos de la tarta de cumpleaños sobre la encimera de la cocina y dirige la vista al exterior, a través de los limpísimos cristales de la ventana. Alex está afuera, jugando a la pelota con Karl, el único amigo que ha conseguido hacer en sus diez años de vida. El hombre de turbadora mirada y cabeza fría se permite sonreír con ternura ante la visión de su hija. Se ha dejado el largo cabello negro suelto y sus bucles se agitan con la fresca brisa marina que trae consigo el olor salado del océano. Corre de un lado a otro, empujando la pelota con los pies para que Karl no se la quite. Ben la sabe vital, fuerte, salvaje algunas veces, y se siente orgulloso de ella. Alex está creciendo sana, es lista y todos en el poblado la adoran. Es una niña encantadora, aunque algunas veces a Ben le parece un poco indomable, como su madre.

Sin querer, sus ojos se deslizan hacia la selva. Sabe que ella está allí y que no se ha rendido. Muchas veces ha soñado que la francesa aparecía en su casa, armada con un fusil, y se llevaba a Alex arrasándolo todo a su paso. En esas ocasiones, Ben está seguro de que debería haberla matado. Ni siquiera comprende por qué le permitió conservar la vida. Quizá, porque ella le había dado a Alex, una de las pocas cosas que de verdad apreciaba. Alex y su vida en la Isla. Su familia y su hogar.

Ben escucha el lamento de Karl. El chiquillo es menudo y asustadizo, y se aleja de Alex corriendo a toda velocidad. Un hilillo de sangre se escurre por su nariz. La niña debe ser la causante de eso, aunque Ben está seguro de que lo ha hecho sin querer. Entre niños, los accidentes son muy comunes y, a pesar de que Karl se esconde en la selva, como suele hacer cuando está realmente enfadado (o asustado), el hombre está seguro de que no tardará en volver para recuperar a Alex. Después de todos, ellos sólo se tienen el uno al otro.

Alex observa a su amigo sin hacer ni decir nada. Parece un poco decepcionada y, cuando recoge la pelota y camina cabizbaja hacia la casa, Ben la sabe triste. No ha sido un buen final para la magnífica fiesta de cumpleaños que su padre había organizado para ella, pero Ben no se preocupa. Alex suele estar melancólica cuando pelea con Karl; en cuanto hagan las paces, la luz volverá a los ojos oscuros de su pequeña.

Un segundo después, la chiquilla irrumpe en la cocina, arroja la pelota a un lado y se deja caer en una silla, con los brazos cruzados y el ceño fruncido. Ben la observa y se acerca a ella lentamente, asegurándose de que la niña se ha percatado de su presencia. Alex alza la cabeza y lo mira fijamente, sin decir nada, sin moverse.

-¿Qué ha pasado?

Ben habla con voz suave. Alex parece a punto de echarse a llorar, pero su padre sabe que no lo hará. Ella es fuerte, hace mucho tiempo que no llora frente a él. A pesar de su corta edad, sabe que Ben no tolera la debilidad, y ella se niega a mostrarse vulnerable ante él. Aunque Alex no deja de ser una niña y no comprenda muchas de las cosas que pasan a su alrededor.

-Karl se ha ido. Dice que no quiere jugar más conmigo.

-No te preocupes. Ambos sabemos que volverá.

Alex parpadea y afirma con la cabeza, evitando la mirada azul de su padre. La hace sentir intimidada, como a todo el mundo, aún cuando Ben no pretenda serlo.

-¿Por qué no hay más niños en la isla?

Alex está enfadada y no se percata del gesto disgustado del hombre. Durante mucho tiempo, Ben ha sabido que la niña le haría esa pregunta, y que él no estaría capacitado para responderla. No sin comprometer muchas cosas que no deseaba poner en riesgo.

-Ven aquí.

Ben toma asiento y acomoda a la niña sobre sus rodillas. Ella lo mira interrogante, suponiendo que tendrán una de esas conversaciones serias que la hacen sentirse como una persona mayor. Que le hacen ver que, en el fondo, una parte de su padre confía en ella. Porque Ben no confía en mucha gente y escucharlo hablar es un privilegio que muy pocos en el poblado disfrutan.

-De entre todas las preguntas que podrías haberme hecho, esa es la única que no puedo responderte.

Alex parpadea, un brillo de desilusión titilando en sus ojos. Ben la acuna entre sus brazos, notando la ligera resistencia del pequeño cuerpo de la niña, y le acaricia el cabello suavemente. Ese es un gesto que no puede permitirse muy a menudo, sólo cuando está con su hija.

-¿No puedes?

-No tengo respuestas para todo, Alex. No sé porqué no hay más niños en la Isla.

Ella guarda silencio, sopesando esas palabras. A lo largo de los años, ha visto a algunas mujeres quedarse embarazadas, y ninguna de ellas había logrado dar a luz. Habían muerto. Eso siempre la había entristecido. Alex había crecido allí sola; echaba de menos compañía infantil y, aunque Karl era una bendición, sólo era Karl. Sólo un niño. Cuando discutían, la soledad era aún mayor.

-¿Por qué Karl y yo sí estamos aquí?

Ben reflexiona durante unos segundos. Finalmente mira a su hija a los ojos, le sonríe y vuelve a acariciarle el pelo.

-Porque sois especiales, Alex.

Eso ya lo había oído muchas veces. Alex frunce el ceño y suspira. Había sido ingenua al creer que su padre realmente le diría la verdad. Porque podía ser pequeña, podía confiar en él, pero lo conocía y, a pesar de todo, sabía que Benjamin Linus siempre se guardaba un as bajo la manga, que sus palabras siempre eran escogidas con sumo cuidado y que siempre estaban cargadas de medias mentiras.

-¿Algún día habrá más niños, o todos terminarán muertos, como los demás?

-Quizá. –Ben le besa la frente y la deja con cuidado en el suelo –Tal vez los haya, Alex.

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-Ruth está embarazada.

Ben alza la vista. Lleva días examinando los estudios clínicos de Ethan, intentando encontrar algo que le diera respuestas a las preguntas que Alex le hizo un par de semanas atrás, pero no ve nada. A veces, siente que es inútil emplear su tiempo de esa forma. No sabe porqué, pero ninguno de sus esfuerzos por conseguir crear vida en la Isla funcionan. Y Jacob tampoco parece saberlo.

Mira a Richard. No hay felicidad en su mirada. Hubo un tiempo, muchos años atrás, en que aquella noticia le hubiera alegrado, pero ya no. Habían sido demasiadas esperanzas frustradas, demasiadas vidas perdidas para creer que, en aquella ocasión, todo saldría bien. Porque no saldría bien.

-Ethan la está examinando –Añade Richard, aún desde la puerta.

-Quiero que ella y Tom vengan a verme en cuanto terminen el reconocimiento. Empezaremos el nuevo tratamiento cuanto antes.

Richard parece contrariado un segundo, y Ben sabe por qué. Ese nuevo tratamiento aún no ha sido probado con nadie. La última vez que probaron algo así, la desdichada paciente pasó un auténtico infierno que, a ojos de Ben, ya había sido olvidado. Pero Ben también sabe que Richard no dirá nada. No si sabe lo que le conviene.

-La semana que viene saldrás a buscar a nuestro experto en fecundidad –Añade, cuando Richard se dispone a dar media vuelta –Y no me importa el tiempo que tardes. Quiero al mejor.

El otro hombre afirma ligeramente con la cabeza y se marcha. Tal vez, para todos sea una quimera creer que un bebé nacerá en la Isla, pero Ben es un hombre perseverante y no se rendirá jamás. Poco importa cuántas vidas tenga que llevarse de por medio. Alcanzaría su objetivo a cualquier precio. Richard está seguro de que lo hará.

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Hola a todo el mundo. En primer lugar, muchas gracias por darle una oportunidad a la historia y llegar leyendo hasta aquí. Como veis, he vuelto a animarme con "Lost" y, en esta ocasión, he cogido una de las tablas propuestas por la comunidad "Retos a la carta". Serán solamente siete relatos breves, así que no os cansaréis mucho de mí.

Me he decantado por Ben porque ese hijo de puta chiflado es el más grande. A mí me parece que tiene mucha razón en casi todo lo que dice. Estoy deseando que diga todo lo que sabe, si es que Locke y los demás lo dejan, porque al final de la tercera temporada no se quedó en muy buenas condiciones, el pobre. En esta viñeta he intentado sentar las bases para la futura llegada de Juliet a la Isla. En algún momento tuvieron que decidir que era necesaria su presencia, y le he concedido a Richard tres años para encontrarla. Espero que os haya gustado y que nos veamos en la próxima. Saludos.