No sé hasta donde llegará esta pequeña idea, uno o dos caps a lo mucho. Hecho en un arrebato de inspiración en medio de una visita al médico...

Disfruten y reviews si les ha agradado, gracias por leerme!


"Un simple gran error"

De todas las cosas estúpidas que había hecho en su vida, específicamente en sus seis años en Hogwarts , jamás, en ningún solo momento se había arrepentido de sus acciones. Ella, la prefecta de Gryffindor, la Premio Anual, la chica más inteligente en todo Hogwarts, se pasaba hablando de cómo cada error la hacía aprender más, que un tropiezo no es una caída y todas esas boberías.

Pero precisamente ella, Hermione Granger, sabía que de este error no sacaría nada bueno. Absolutamente nada. Su cólera se reflejaba en su cara roja, mientras sus furiosos pasos por la sala de menesteres hacían que casi el suelo temblara. ¡Como pudo ser tan estúpida!

Debería haberlo sabido en cuanto su malestar se hizo demasiado intenso, cuando su apetito se intensifico, ¡por Merlín! Incluso debería haberse fijado en la fecha ¡Era una completa estupidez!

Oh y cuando encontrase a esa serpiente, ahí sí que la escucharía. Estaba segura de que no aparecía porque precisamente sabía o sospechaba de la razón de su pequeña reunión.

Era la decimocuarta vez que se había paseado por la sala y el desgraciado todavía no aparecía. Y justo cuando estuvo a punto de bajar a las mazmorras y mandarle un cruciatus por idiota, el aludido apareció con esa maldita sonrisa (malditamente atractiva) y sus ojos grises brillando.

-¿Me necesitabas Granger?- siseaba las palabras y se mantenía a distancia prudencial. ¡Pero claro que ya sospechaba!

-En realidad no. Pero mi conciencia me dijo que sería mejor hablarte de la causa de tu muerte antes de que la haga suceder, Malfoy- la castaña cruzó los brazos y frunció el ceño, mientras un Draco divertido la observaba con atención.

-Proceda a asesinarme entonces, como lo quisiste hacer esa vez en el baño de los prefectos y ¿Qué paso? ¿Lo recuerdas? ¿Podrías refrescarme la memoria?- Hermione estaba que echaba humo, el imbécil mencionaba uno de sus primeros encuentros "íntimos"- Ah sí, cierta prefecta no pudo resistirse al dios griego de Slytherin, ¿y luego? Ya la escuchaba gemir en mi oído.

-Eres un idiota Malfoy-

-Lo sé. Y eso te encanta-

-YA CALLATE- suspiró para controlar su rabia. Inhaló y exhaló unas cuantas veces, y convocó un sillón, se cruzó de piernas y mirando a Draco intento hablar tranquilamente- Déjame recordarte, como ese mismo día me habías insultado como siempre, "sangresucia inmunda" "escoria" "asquerosa hija de muggles" "ratón de biblioteca" ¿sigo?- Malfoy solo la miraba, con una sonrisa ladeada, recordando ese día-¿y luego qué? ¡Ah sí! La "sangresucia inmunda" se convirtió en la única en Hogwarts capaz de poder despertar las hormonas aceleradas del "dios griego" de Slytherin.

-Y lo sigue haciendo-

Ante estas palabras Draco fue acercándose lentamente a Hermione, que lo provocaba. El prefecto de Slytherin estaba contento de que no fuera él, otra vez, el que la citara a una "reunión", y todos sabemos como la "reunión" siempre termina. Lo que él no sabía era que Hermione todavía tenía pendiente el verdadero asunto de la reunión en su mente, solo quería jugar con Malfoy un rato, al menos hasta que supiera la noticia y la mandara al diablo, como si ella hubiera tenido la culpa.

Ya ambos estaban a centímetros de distancia, el aroma varonil de Draco la volvía loca, claro que sí, pero ella sabía controlarse de vez en cuando. No era que estaba "loquita y descontrolada" como él decía que estaba. Mientras tanto las manos de él no habían perdido tiempo; la túnica de Hermione ya estaba abierta, unos cuantos botones desprendidos y sus manos vagando por lo bajo de su espalda.

Ya. Hermione detenlo o ya terminara en otra catástrofe.

-Silencius- las cuerdas vocales de Malfoy ya no responden. Solo puede mirar interrogante y a la vez furioso a Hermione por ello. Ella sabía perfectamente cuanto detestaba que lo hechicen así como así. La sostiene fuertemente de los hombros y la mira directamente a los ojos, con impotencia por no poder preguntar qué sucede. Ella queda estática ¡¿Cómo es que habían llegado a este punto?! Claro que primero había tomado todo con calma, luego asimiló el hecho, y ahora ya no podía. La enfurecía, tanto que quería echarse a llorar de rabia en sus brazos. No pudo soportar su mirada hablando por él un segundo más y deshizo el hechizo. -Escuchame. Escuchame Draco Malfoy porque es importante. No se trata de ataques, ni de traición a la sangre. Esto es serio. -¿Qué? Por Merlin Hermione ¿qué sucede? – ella adoraba cuando la llamaba por su nombre (raras veces) pero solo pudo suspirar y bajando la mirada le responde. -Estoy embarazada Draco. Estoy embarazada de un Malfoy.- Aun así sin hechizo silenciador, el rubio Slytherin se quedo sin habla. ¿Qué, por todos los cielos, había hecho?.