Este fic es un poco raro, pero decidí darle una oportunidad. Tenía ganas de escribir sobre Sharon y Reim simplemente porque me encanta escribir en primera persona usando a Reim! Así que este fic es un BreakxSharon desde el punto de vista de Reim, en el caso hipotético de que el estuviera enamorado de Sharon. Denle una oportunidad, y dejen un review y me harán completamente feliz.
Si quieren ambientar el fic (/watch?v=j57IzkTFnT8) (:
Disclaimer: Ni Pandora Hearts ni sus personajes me pertenecen, son propiedad de Jun Mochizuki.
Acerqué mi rostro a la ventana, tanto, tanto, que terminé por darme un golpe en la frente.
Mis ojos no me engañaban (después de todo, mis lentes son bastante buenos): en una banca en medio del jardín, la señorita descansaba su cabeza sobre el hombro de Break. A juzgar por sus aspectos alterados por la distancia, diría que son un par de ancianos en completa armonía, descansando luego de una caminata corta pero agotadora. Sin embargo no es así, son sólo ellos quedándose dormidos un segundo para olvidar las preocupaciones abrumadoras de la realidad. Aunque Break no haría nada mal el papel de anciano.
Llevaba años con esto, pero no paraba de ser doloroso.
La he amado desde que tengo recuerdo. Estoy atrapado en este afecto sin futuro. Y lo he sabido siempre, siempre.
No soy tan estúpido como para no darme cuenta de que está enamorada de Break. Aunque lo esconda en ese juego de llamarlo hermano, aunque adjudique sus rubores a cualquier tontería.
Pero él si es lo suficientemente idiota como para ignorarlo.
Podría perdonárselo todo, menos esto. Ha tenido durante todos estos años aquello con lo que yo sólo me permito soñar. Pero el muy imbécil no se da cuenta. Pasa todo el día jactándose de su tontería de filosofía de hacer todo por si mismo, sin notar que está siendo tremendamente egoísta.
Y no es capaz de reconocer que la necesita, que él también la ama.
Pero Break si que no sabe desde cuando la ama. Fue un sentimiento que se acercó a él silencioso, lento, andando de puntitas. Afortunadamente, porqué si hubiera entrado gritando su presencia, él lo hubiera sacado a patadas. Pero resultó que no supo en que momento entró, ni por dónde. Y no encontró tampoco, por dónde sacarlo.
Y yo he sido lo bastante necio como para unirles las manos. Me ha faltado el egoísmo o el valor, ya no sé qué, para apartarlos. Seamos sinceros, me ha faltado maldad para separarlos, para mentirles, para dañarlos.
Después de todo, él es mi mejor amigo.
Y ella es la única que he querido en mi vida.
Soy feliz de verlos felices. Francamente, no creo que ni ellos sufran la mitad por si mismos de lo que yo sufro por ellos. No sé porque les toma tanto tiempo decir lo que llevan grabado en la cara. Pero si siguen tardándose tanto, van a volverme loco.
Sonreí. Eran los ancianos metafóricos más lindos del mundo, sentados allí en el jardín. Ella lucía como una princesa, él como un payaso. Una pareja de comedia.
Aún así, no dejaba de ser un poco amargo: probablemente yo soy el personaje más patético de esta comedia.
