¡MULTI-CROSSOVER ALERT!
Disclamer: No me pertenecen los personajes pero la historia sí, a volar la imaginación. Personajes de la serie Once Upon A Time pueden ser nombrados o hacer referencias a estos. Así cómo Tangled, Frozen, ROTG, Moana, Hotel Transilvania, entre otros. Esto pues en OUAT todo es posible sin importar el tiempo u otros factores.
Los eventos en OUAT, tendrán que ser cambiados después de los sucesos de Frozen, especialmente lo relacionado a Mérida y su historia, como que su papá nunca murió, y el rey Arturo nunca los ataco, de hecho, planeo incluir al rey Arturo pero de la serie Merlín. :3
Daré una explicación de como retomaré las historias de esta serie, no importa si no las han visto, pues como dice el crossover, se va a centrar en las dos series, e intentaré explicar cosas sobre los otros personajes.
*Jack Frost ya es un guardián (recordemos que el tiempo no importa en OUAT) tiene conocimiento de que existen seres como él, incluso de la existencia de Rumpletilskinz y del Bosque Encantado.
*Los hechos en Frozen y Tangled no serán modificados, pues daré continuación a su historia a partir del final de sus respectivas películas y unos cuantos personajes de Tangled, la serie.
*Posiblemente haya muchas parejas dentro del fic, pero la principal será Mericcup.
*Los sucesos en Berk, a partir de la primera película, por lo que Hiccup aún no conoce a su mamá pero ya ha crecido, se podrá considerar el tomar personajes de la serie, pero no la secuencia de la misma.
*De la serie de Merlín: He decidido esta porque es más apegada a la leyenda. Arturo sigue vivo, y serán mencionados más de sus caballeros según la leyenda, Mordred juega un papel importante aquí. Y Morgana sigue deseando la caída del Camelot. Ginebra y Arturo no se han casado aún. Merlín sigue escondiendo su magia.
Por último, chicos xD habrá algunas lecciones de historia, pero no me hagan tanto caso, es simplemente para explicar ciertas riñas entre estos reinos, como sabrán, los vikingos hacían saqueos en todas partes, especialmente lo que hoy es Inglaterra. Bueno, vikingos = Berk, escoces = Dunbroch, o Tierras Altas.
Ahora sí, inicia el experimento, chic s, por favor COMPARTAN EL FIC, apenas regresé a fanfiction después de varios años por problemas personales, de hecho, ESTE PROYECTO ME HA INSPIRADO A ESCRIBIR DE NUEVO, así que depende de los reviews, las estadísticas, etc., es lo que decidirá el rumbo de la historia. PLEASE, SHARE! :3
Sobre amores y guerras.
Capítulo 1. "El ladrón y la arquera, parte I".
Inteligencia militar son dos términos contradictorios.
-Groucho Marx(1890-1977).
Actor estadounidense.
Bosque encantado.
Mérida, primogénita del clan Dunbroch y heredera al trono real, corría ahora por su vida a través del bosque en busca de un escondite, estaba siendo perseguida por un grupo de cinco soldados. Saltando troncos y esquivando ramas, de repente encontró un río, al cual sin dudarlo entró, sujetándose de las ramas a su alcance para evitar ser arrastrada por la corriente. Como pudo llego debajo de una roca, recargando completamente la espalda en esta, su respiración era agitada. Una idea se le vino a la mente, así que soltó la capa para que la corriente la llevase. La maldita corriente era muy fuerte y hacía esfuerzos por no ser arrastrada con apenas su cabeza sobre el agua para tomar aire.
Mérida contuvo la respiración y evito hacer más movimientos bruscos cuando escucho a aquellos hombres acercándose al río, apenas pudo ver el casco de uno de ellos entre la vegetación. Poco a poco se sumergió, sin apartarse de la roca. Rogaba a los espíritus que su plan funcionase.
-Esa es su capa. - Dijo uno de ellos señalando la prenda apenas visible en el torrente de agua mientras se alejaba.
-A él no le gustará esto.
- ¡Maldición!, La necesitábamos con vida. - Decía el comandante de la misión, mientras ordenada retirada a sus hombres.
Mérida espero unos segundos para volver a sacar la cabeza a respirar, de pronto sintió un alivio.
Lucho nuevamente contra la corriente saliendo del río y en búsqueda de un lugar para pasar la noche. Su cuerpo no dejaba de temblar, la temperatura había descendido considerablemente que junto con el agotamiento para escapar de sus captores hacían que Mérida tropezará continuamente, pero la princesa de Dunbroch no se rendiría tan fácilmente. En sus pensamientos pasaban los hechos de como llegó a ese lugar, tan lejos de casa.
Flash Back
- ¡De prisa, traigan más cubetas con agua! – Harris apoyaba a su gente a apagar las llamas que rápidamente se propagaban, comiendo todo a su paso, sus hogares, sus granjas, sus familias...
Los príncipes de Dunbroch a pesar ya no ser unos niños, seguían siendo muy pequeños a sus escasos 13 años para lidiar con ese tipo de desastres. Sin embargo, las circunstancias y los tiempos eran difíciles. Los trillizos sabían que era su deber proteger al reino.
Los cuatro hijos de la Reina Eleonor estaban presentes ante la tragedia, ayudando a pagar las llamas y sacando a las personas de el desastre. Mérida y Hubert salieron de las casas en llamas junto con un grupo de civiles.
- ¿Son todos? - preguntó Harris recibiendo a sus hermanos.
- ¡Mi bebé sigue adentro! - aclamó una mujer.
-Hamish fue por él. -dijo Hubert quien tenía a una niña en brazos.
Los dos príncipes y Mérida entraron en desesperación al ver el fuego vivaz y nada de su hermano. Ella no pensaba perder un hermano, ¡eso jamás!
- ¡Hamish! – Gritaba Mérida mientras corría hacía las llamas.
- ¡Mérida, espera! - su hermano Hubert gritaba a sus espaldas.
Odiaba el parecido de su hermana con su padre, tan impulsivos.
- Moudie, atiende a la niña. - el chico le entregaba a su nana una pequeña de no más de seis años cuyo brazo se notaba rojizo por las llamas.
- ¡Hamish! - Mérida buscaba por todas partes con un pañuelo sobre su boca y nariz.
- ¡Por acá Mérida! - Hamish se había quedado atrapado gracias a una columna de madera que le impedía moverse. Por fortuna había encontrado al bebé al cuál cubría con sus prendas para protegerlo del fuego.
Mérida comenzó a hacer palanca para liberar a su hermano.
-Un poco más... ¡Listo!, ¡De prisa, vámonos! -Para su mala suerte el camino por donde entró ahora yacía más escombros junto con el fuego. Desesperados y girando la cabeza a todos lados. Finalmente, Hamish tomó la mano de su hermana para guiarla por otro sendero y empujando un montón de barriles lograron salir. Lejos del fuego y con bocanadas grandes de aire.
- ¿Cómo…?, Huh, ¿Cómo está el bebé?
Hamish inspeccionó al pequeño y sonrió al verlo ileso.
-Vivirá muchos años más. - Mérida le devolvió la sonrisa a su hermano. Devolvió la mirada hacía donde el desastre se cobró una parte de su reino. La sonrisa se borró de su rostro.
- ¿Crees que…?
- Mérida, no conozco a otras criaturas capaces de crear fuego, sólo los dragones.
- Yo… yo no puedo creerlo, él no…- Hamish era el único que sabía el "secreto" de su hermana y el jinete de los dragones. De sus tres hermanos, él siempre había sido el más abnegado y comprensivo.
-No lo sabemos, Mérida. -Tomó la mano de su hermana. -Lo siento, pero nosotros…
-No Hamish, me niego a pensar de él así, y es verdad que el reino es primero para mí, pero Hiccup no es así, él nunca nos atacaría de esta forma, nunca iniciaría una guerra sin sentido...
-Ninguna guerra tiene sentido, hermana.
Un ruido entre el bosque paró la conversación, Mérida sacó su espada lista para atacar.
-Detrás de mí, Hamish. -Una sombra comenzaba a crecer.
- ¿Qué demonios? ¡DRAGÓN! - Hamish gritó con todas sus fuerzas.
- ¡Corre!
Los dos comenzaron a alejarse de la bestia. Había algo extraño particularmente en este dragón, Mérida lo notó de inmediato, no parecía ser real.
-Hamish, debes llevar a ese bebé a salvo con su madre.
Mérida con todas sus fuerzas y habilidades comenzó a encarar a aquella criatura. La batalla no duraría mucho, pues el "dragón" comenzó con mover sus alas mientras hacía un remolino a su alrededor, el cual se tiñe de negro como su color. El polvo se transformó en una nube de humo hasta que sin más desapareció, dejando a un confundido escocés.
Flash Back End.
De pronto, un extraño se acercó a ella, Mérida reaccionó de inmediato en posición de ataque sujetando una daga, a lo que la otra persona intentó calmarla.
-No temas, no te haré daño.
- ¿Por qué me seguías? – dijo la peli roja amenazadoramente.
-No te seguía a ti…estoy perdido, lo juro. - Aquel extraño se esforzaba por convencerla poniendo las manos hacia arriba en señal de no poseer arma alguna.
Mérida lo miraba atentamente a pesar de su estado. Observó que era un chico de su misma edad, quizá unos años mayo, de cabello y ojos castaños, alto y de buena fisionomía, probablemente un sueño para las chicas. La princesa comenzó a toser descontroladamente, su aspecto era pálido y débil. Tiró la daga para sujetarse cuando cayó al suelo, la vista se le nublaba y sintió a aquel extraño acercarse a ella para socorrerla.
El chico colocó su cabeza en su regazó y una mano en la frente para comprobar que estaba fría como un muerto
- ¡Oye!, resiste, por favor. No te duermas…-
- Hiccup… - fueron las últimas palabras de Mérida antes de desvanecerse.
-Oye, no. Debes despertar, vamos, vamos. -El chico busco entre su equipaje para cubrirla con una manta y darle calor. Sin pensarlo dos veces, cargo a la princesa y se decidió iniciar una fogata, colocando a Mérida entre hojas y el tronco de un árbol para mantener el calor. Perdido y con una extraña a la deriva, sin duda sería una noche larga.
Reino de Arendelle.
-Princesa Anna, la esperan en el salón del trono.
- ¡Ah, ya casi estoy! Por favor, diga a mi hermana que bajo en un minuto.
Mientras tanto, Elsa estaba preparándose para recibir a sus invitados. Sería la reunión de los gobernantes de cada reino, pues se había decidido pactar una alianza entre tres reinos. No eran tiempos fáciles, se sentía una amenaza en el aire, todos los reinos cercanos tenían conflictos entre sí.
Elsa se seguía cuestionando sobre la unión de los reinos, no quería ser mala reina para Arendelle y llevarlo a una guerra inútil. Pero, para eso era dicha reunión ¿no?, se establecería paz con los reinos más "cercanos". El primero en proponer esta alianza fue el Rey de Berk, Estoico, él mandó mensajeros para proponer construir una relación entre Arendelle y Berk, después de todo, ¿qué no los antepasados de Arendelle eran como los habitantes de Berk? ¿Acaso no fue Arendelle fundada por vikingos?, la diferencia fue que ellos lograron encontrar paz en esas tierras, sin ninguna amenaza al asecho. La historia de Berk fue diferente; cuando se hizó moda entre los vikingos encontrar nuevos territorios para vivir, desde las excursiones de Ragnar Lodbrock*, las confrontaciones entre ellos no se hicieron esperar, siempre fue lo mismo: se unían para arrebatarle la tierra y riquezas a otros reinos, y al final se terminaban peleando por ello. Quizá esa fue la razón de que ahora sean pocos lugares iguales a Berk, quizá esa fue la razón por la cual Arendelle decidió tomar otras costumbres y establecer un reino sólido, con castillo, ejército y muros para cuidar la ciudad. Tal vez es por eso por lo que los abuelos de Estoico habían decidido quedarse en Berk y hacer de esa tierra suya, a pesar de las condiciones y la plaga de dragones.
- ¡Woah! – exclamó Anna al evitar chocar con su hermana por entrar corriendo. -Elsa, dime que aún no han llegado. -decía mientras se acomodaba el retocado de su peinado.
-Llegas justo a tiempo, Anna. - responde Elsa con una sonrisa.
-A tiempo, porque ya están justo en la entrada principal del castillo. -entra Kristoff.- ¿Qué tal me veo? – Kristoff parecía todo un miembro de la corte real. Su traje impecable y peinado para la ocasión.
- Mira nada más quien apareció. - Ana se acercó a su esposo depositándole un beso en los labios. -Te ves bien, amor.
Elsa hizo un pequeño ruido para recordarles la razón de la reunión.
-Su Majestad, los visitantes están por entrar. -La nueva familia real de Arendelle se acomodó de manera que Elsa quedase en el centro. Cuando por fin abrieron las puertas, un servidor de la corte comenzó a anunciarlos.
-Reina Elsa de Arendelle, condesa Anna y conde Kristoff. Ante ustedes Estoico Haddock, rey de Berk y su hijo, el príncipe Hiccup Haddock.
-Rey y príncipe, nosotros no usamos esos términos. - decían entre risas y susurros los jinetes de dragones.
-Bienvenidos sean a Arendelle. -El grupo que acompañaba a Estoico se instaló de un lado de la sala.
-Su majestad e invitados, con ustedes el Rey Frederick y la Reina Arianna del Reino Corona.
El Reino Corona y Arendelle tenían buenas relaciones por lazos familiares, pues Rapunzel sería la prima lejana de Elsa y Anna. El contingente que acompañaba a los reyes se instaló del otro lado de la sala.
-Demos inicio a esta sesión, por favor, tomen asiento, discutiremos todo sobre el bienestar de nuestros reinos. - La reina Elsa comenzó la reunión y a discutir los diversos puntos del acuerdo.
Reino de Dunbroch
Los reyes atendían a cualquier persona que entrase en su castillo, había heridos por todas partes, y personas tratando de reconstruir la parte del reino afectada. Los dañados por la situación eran bienvenidos a quedarse dentro del castillo. Los soldados debían multiplicarse para la vigilancia nocturna, todo era un desastre.
La reina Eleonor mantenía su asertividad en las decisiones para el bienestar de su pueblo, después de todo era la reina; a pesar de que por dentro la incertidumbre la carcomía. ¿En dónde se encontrará su hija ahora?
-Mamá, ya hemos acomodado a todas las personas.
-Si… si, está bien Harris. - Eleonor se limpió unas cuantas lágrimas.
-Estaremos bien, papá dijo que los lores de los otros clanes vienen en camino. Pero hay malas noticias también. Sir McGuffin parece haber sufrido el mismo ataque de un dragón.
-Esa cosa… esa cosa no era un dragón.
-Hamish, ya lo hemos hablado.
-Mamá, Harris, escúchenme. Esa cosa parecía más un demonio. No era un dragón.
-Hamish, tú lo viste de cerca, quizá por el pánico no diferenciaste bien. Pero fueron esos vikingos quienes se llevaron a Mérida.
-Ya basta muchachos, por favor. - Eleonor estaba por romper en llanto. Su pequeña había sido tomada como prisionera de guerra. Hubert se acercó a su madre y fue su soporte.
-Vamos mamá, necesitas descansar. - Y la llevo a su habitación.
-Harris, tu eres listo, ¿me crees?
-No sé en qué creer Hamish, lo único que sé es que sean vikingos, invasores del Sur, o demonios, alguien quiere guerra.
-Muchachos, vayan a sus puestos, nos espera una larga jornada. - El Rey Fergus ordenó. - Vamos chicos. -Fergus no dejaría pasar por alto otro ataque. Su reino sobrevivió a los romanos, a los invasores del mar, y del sur. Tantos años de lucha no eran en vano, las tierras altas son fuertes ante este tipo de adversidades.
-Parece que nadie me creerá. -El joven príncipe tomó su espada y se dirigió a los establos para intentar escabullirse a escondidas, necesitaba hacer la visita a cierta bruja (talladora de madera).
Reino de Camelot
Un Arturo con los nervios de punta comenzó a llamar a su sirviente.
- ¿Merlín? ¡Merlín! ¡Mer...!
- ¿Sí, Arturo?
-Vaya, esta vez no tuve que ir a buscarte.
-Déjame adivinar, ¿son tus botas de nuevo?
-No, nada de eso. - Al joven le sorprendió eso de su Rey, Arturo normalmente actuaba como un cretino cuando se aproximaban reuniones de gran importancia.
- ¿Sucede algo?
-Si Merlín, has sido siempre fiel a mí, y todos aquí te ven como una especie de sabio a pesar de lo distraído que eres con los deberes.
-Oye, ese es mi trabajo, ser el tonto de la corte. -Merlín era el siervo personal de Arturo, pero a pesar de eso y del orgullo de su rey, después de muchos años y aventuras habían construido una amistad sólida. Claro está, que Arturo siempre se las ingeniaba para portase como un Rey de lo más pesado.
Arturo se tumbó en una silla con cara de pocos amigos.
-Hablo en serio Merlín, se rumora por todos lados que una guerra se aproxima, y yo es que no sé que hacer, no quiero llevar a mis hombres a muerte, si peleo será para proteger a Camelot, no para conquistar reinos ajenos.
-Eso es lo mejor que puedes hacer, Arturo.
-Sin embargo, quiero buscar una forma de garantizarlo. Merlín, me estoy enterando que no sólo debemos lidiar con los escoceses de las tierras altas y sus molestos druidas, sino que también los vikingos siguen con vida, al igual que más dragones, eso sin mencionar la chica de cabello mágico de Corona y la Reina del Hielo de Arendelle. No cabe duda de que mi padre tenía la razón, la magia y esos seres sólo son señal de mal augurio.
-Tenemos más aliados, Arturo, los reinos vecinos, incluso los reinos sajones te han jurado lealtad. Tú eres quien ha mantenido a este reino en pie y unido.
-Sé que somos un gran reino. Pero ¿Cómo?, ¿Cómo le pido a mis hombres, a mi pueblo, que luche ante seres con habilidades diferentes?, y ciertamente especiales. Tu recuerdas la última vez que nos atacó un dragón. Sólo era uno Merlín, ¿qué haremos con un ejercito?
-Podrías intentar establecer comunicación con los vikingos…
-Esos saqueadores… no me dan buena espina, tampoco a los sajones. Podría crear una Alianza con Dunbroch, pero debido a sus druidas y a su gente transformada en osos, no me inspiran confianza.
-Confía en mí, como yo en ti Arturo, nadie quiere una guerra se esa magnitud, alguien querrá iniciar y hacer tratados de paz-
-Disculpen, ¿interrumpo algo? – Ginebra entra tocando la puerta. -Arturo, el consejo aguarda por ti.
-Lo harás bien. -Merlín colocó una mano sobre su hombro y Arturo se reincorporó, listo para la reunión. Cruzó la puerta no sin antes intercambiar una sonrisa con Ginebra. Cuando por fin se hallaba lejos de la habitación, Ginebra preguntó.
- ¿Has escuchado las noticias? Que los druidas regresan a las tierras altas, todos se están juntando para regresar a su tierra natal. Pero lo que más me preocupa es ese niño Mordred, ya ha crecido bastante como su magia. Oh, Merlín, siento que ese niño sigue guardando rencor hacia nosotros.
-Tranquila Gwen, estaremos preparados. - Y le dio un abrazó a su amiga, teniendo en mente que esa misma noche debía salir a investigar lo que pasaba.
Bosque Encantado
Sueño de Mérida…
- ¡Esto es asombroso! ¡Vamos Hiccup, más rápido!
-Tú lo has pedido, sujétate arquera. -Hiccup comenzó a hacer más maniobras con Toothless.
- ¡WOOOHOOO! - Mérida definitivamente estaba teniendo una explosión de adrenalina. Cuando terminaron las maniobras, Mérida seguía abrazando al jinete por la espalda, hacía unos meses que hacían esto a solas, esos paseos con el furia nocturna, era el secreto de ambos. Su forma de librarse por un momento de sus deberes reales, habían encontrado un amigo y compañero de aventuras, el chico amaba explorar y la chica amaba las nuevas emociones.
Hiccup giró un poco la cabeza y sus miradas se encontraron, viéndose el uno al otro fijamente por un largo tiempo, hasta que él aparto la mirada y ambos se sonrojaron.
Fin del Sueño
Mérida despertaba poco a poco, se sentía mejor que la noche anterior. Tomo la cabeza con sus manos y apenas pudo visualizar lo que fue de una fogata frente a ella, ahora sólo cenizas.
-Al fin despiertas. - Era el chico de la noche anterior. - ¿Cómo te sientes, rojita?
-Hmph, mi cabeza me da vueltas. - El muchacho le dio un vaso con té caliente. Mérida dudo un momento y él lo notó.
- ¡Oh, vamos!, te cuide toda la noche, si quisiera hacerte daño, ya lo hubiera hecho. -Ante esto, Mérida se avergonzó un poco por los sucesos de anoche y saber que no pudo hacer nada. Dio un sorbo al té.
-Ayer me dijiste que estabas perdido…
-Y es verdad, he viajado por dos días sin encontrar nada cerca, por lo menos ahora no estoy solo, ¿sabes por dónde ir? - Ella negó con la cabeza. - ¿Qué hacías en el bosque ayer?
- ¿Qué hacías tú en el bosque ayer?
-Oye, ayer te salvé, no tienes porqué responder así. - el chico comenzaba a notar la actitud de Mérida.
- Gracias, pero no te lo pedí. - El chico estaba algo frustrado ante sus respuestas. Inhalo profundamente.
-Mira, es obvio que los dos pasamos por muchas cosas, y ambos queremos salir de este bosque. Yo no te hice nada a pesar de tu estado y tu no me has clavado la daga en el cuello ¿Tregua? – extendió su mano hasta ella.
-Daga, ¿en dónde está mi daga? – Mérida se levantó de sobresalto.
-Te lo diré hasta que aceptes venir conmigo, juntos será más fácil hallar la salida. -Mérida respiró profundo, recobrando su madurez previamente opacada por sus impulsos. No tenía opción y era claro.
-De acuerdo, tregua, busquemos la salida. Soy Mérida.
-Flynn Rider. - Ambos estrecharon sus manos.
-Y dime Flynn, ¿hacía donde quieres llegar? – le devolvió la daga a Mérida.
-Yo, bueno, sólo estoy buscando a un mago. - Flynn comenzó a tomar sus cosas para partir de inmediato.
- ¿Planeas hacer un trato?, Deberías tener cuidado, la magia siempre viene con un precio…
-Estoy dispuesto a pagar lo que sea. ¿Qué hay de ti? - Flynn quería evitar el interrogatorio.
-Fui secuestrada por unos hombres, estoy buscando la manera de llegar a…- Mérida dudo en decirle su lugar de origen. - A Camelot… un barco que me lleve hasta allá.
- ¿Eres de Camelot?, No te creo que hayas sido secuestrada, el Rey Arturo es famoso por cuidar celosamente de cada rincón de su reino.
-Bueno, no estaba en el reino cuando sucedió, mira, esta claro que evitamos las preguntas, ¿seguimos avanzando?
-De acuerdo, entonces, mmm ¿frío o calor? – Mérida miró sorprendida.
-Frío. -Entendió el juego de Flynn. - ¿Arco o espada?
- Espada. -Sin duda sería un largo camino para ambos.
Reino de Arendelle
Después de acaloradas discusiones, la reunión entre los reinos había terminado, quedando en recibir apoyo en caso de invasiones extranjeras. Las principales "amenazas" eran Camelot y los clanes de Las Tierras Altas.
-Esto es una bomba de tiempo.
- Hiccup, es por nuestra supervivencia. La ventaja que tenemos es que el Rey Arturo no realizará Alianza con el Rey Fergus, gracias a sus druidas.
- ¿Y es qué no podríamos hablar con alguno de ellos?, Así sería una paz para todos…
- Hiccup, los escoces nunca van a confiar en nosotros, nuestros antepasados saqueaban, mataban y violaban a su pueblo; de los sajones, bueno, los nuestros habían conquistado sus reinos. Los únicos que lograron mantener a raya a los vikingos fueron Camelot y Las Tierras Altas. El rencor de esos tiempos no se olvida, hijo.
-Papá, siempre hay otra solución, el rey Arturo podría convencer a los sajones de…
-El Rey Uther, padre de Arturo mantenía prisionero a un dragón en su castillo, cuando fue liberado atacó Camelot. Arturo no quiere saber más de dragones. -Hiccup se apartó buscando a Toothless. - ¿A dónde vas Hiccup?
- Buscaré información sobre hechiceros, debemos traer de regreso a Astrid. -Hiccup montó a su dragón y se bajo el casco. Su padre odiaba esas acciones, pero comprendía lo que sentía. Se lamento por no ser estricto con él cuando se enteró de su amistad con una escocesa.
Hiccup volaba a toda velocidad, intentando que el viento desvaneciera esos recuerdos.
Flash Back
Hiccup regresaba después de un viaje de exploración con Toothless. Cuando toco tierra, sus amigos lo estaban esperando, el semblante en sus rostros era aviso de una mala noticia, junto con el pequeño desastre en una zona de la isla. Heather estaba con ellos.
- ¿Qué ha sucedido?
-Es Astrid… ella… ella ha sido petrificada. -Informó Heather.
- ¿Qué?, eso es imposible. -Hiccup se abrió paso hasta llegar y lo comprobó: una estatua de su ex novia.
-No… Astrid…-Hiccup se acercó y abrazó la estatua. Lloró y comenzó a hablar conteniendo el llanto. -Lo siento, lo siento mucho. Esto es mi culpa.
Hiccup conoció a una arquera escocesa en uno de sus viajes. El tiempo paso y se enamoró de ella, cada que podía iba a visitarla. Con el tiempo, sus ausencias eran obvias. Sus amigos no se quedaron con la duda y lo siguieron para descubrirlo. La noticia no tardo en llegar a oíos de su padre, quien le advertía alejarse de ella. Desde luego, Hiccup nunca accedió, a pesar de que todos estaban en su contra, a pesar de que Astrid lo seguía todas partes y evitase que se fuera lejos de Berk. Hiccup había terminado con Astrid mucho antes de conocer a Mérida; había ocasiones en las que los celos de Astrid eran muy evidentes. No era que acabarán en malos términos, Hiccup aún le guardaba cariño, después de todo, fue su primer amor. Le tenía respeto y admiración por ser la mejor jinete de Berk. Sólo que después del rompimiento, Hiccup se concentró en pasar página, cosa que con Astrid era lo contrario. Así que cuando la rubia tomaba esas actitudes con respecto a Mérida, Hiccup llegaba a exasperarse.
-Ella te ha mentido desde el principio. Hiccup, esto lo hizo un druida, no hay magos más cercanos que ellos. Y ella… no sólo es escocesa, es la princesa Mérida del clan DunBroch.
Hiccup se reincorporó volteando hacía donde Heather, con ojos abiertos e incredilos.
Flash Back End
Flash Back
Hiccup caminaba de un lado hacía otro, intentando comprender todo, las manos sobre su cabeza y su enojo era claro. Sostenía un collar con lazos celtas grabados.
- ¡¿Todo el tiempo mentiste?!
- ¡No!, Yo nunca…, ¡Agh! Hiccup, si no te dije que era la princesa de Dunbroch era por una buena razón…
- ¿Querías obtener información sobre mí? ¡¿Sobre mí Berk?! -Mérida rompió en llanto y furia, pero pudo responder.
- ¡No!, Yo nunca te haría daño, si no te dije antes fue porque me sentía libre a tu lado, sabía que nuestros reinos eran enemigos, no quería arruinarlo todo, yo… yo tenía miedo Hiccup, no quería que lo nuestro acabará por un tonto conflicto del pasado. Tú y yo somos los herederos al trono, una vida junto a ti se veía imposible… -Hiccup volteo su mirada a la chica, él con ojos cristalinos, y ella con lágrimas en sus mejillas.
- No digas más mentiras, Mérida. Dime quien demonios petrificó a Astrid. ¿Por qué lo hiciste?
- Hiccup, no te dije la verdad de mi linaje, pero de Astrid, no tengo la menor idea. Los clanes no tenemos contacto cercano con druidas… nadie de los clanes planeó atacar Berk. -Mérida se acercó a Hiccup, tomándolo de los hombros. - ¡Demonios, Hiccup!, los clanes no quieren guerra y ustedes tienen dragones. ¿De qué serviría atacarlos? -Hiccup la apartó, ahora estaba hablando como princesa, y el debía hacer lo mismo.
-Esto es tu culpa, es mi culpa, Astrid… ella es una roca por mi inconciencia. -Esas palabras no hacían más que lastimar más a Mérida. -Soy el futuro líder de Berk, yo... yo no puedo abandonarlos. Adiós, Mérida.
Flash Back End
Hiccup gritó de frustración, extrañaba a Mérida, extrañaba sus rojos cabellos, extrañaba pasar aventuras juntos, extrañaba esas lecciones de arco y de vuelo junto a ella.
Se odiaba a si mismo por lo sucedido con Astrid, se odiaba por no poder parar una posible boda con Elsa, se odiaba por no ser capaz de cuidar de Berk cuando lo necesitaba, y ahora Astrid estaba pagando el precio.
Reino Corona.
La princesa Rapunzel yacía en su cama en posición fetal, hacía tiempo que las pesadillas la acosaban, hace tiempo que intentaba mantener la alegría en su reino, de ser la luz y seguir adelante a pesar de todo.
-Rapunzel…-su amiga y dama de compañía la llamó. Cassandra era sin duda su mejor pilar ahora, Rapunzel solía ser muy inocente, y Cassandra era todo lo contrario, la necesitaba más que nunca en estos momentos, necesitaba de su fortaleza.
-Cass... eres tú. -Forzó una sonrisa. -Sólo estaba intentando despejar mi mente, es decir, las pesadillas sobre Gothel de nuevo, y ese ser de las sombras.
-Debemos buscar una solución a las pesadillas, te prepararé un té.
-No, no Cass, quédate aquí conmigo, por favor. -La rubia no pudo más y soltó en llanto abrazando a su amiga.
- Es por él, ¿Cierto?
-Es que yo… no logro entenderlo. Lo amaba, el me amaba, sé que ese sentimiento no ha desaparecido, pero no puedo comprender por qué… por qué se fue sin decir una palabra.
-Oh Rapunzel, estoy segura de que no quería dañarte, él volverá.
- ¿Cómo lo sabes?
-Porque los dos son mis mejores amigos, y sé lo mucho que se aman. Estoy segura de que él tenía razones para irse, y sé que es por tu bien, él volverá. -Cassandra se sentía muy mal por ocultarle la verdad. La chica un poco más calmada se levantó y caminó hacía el balcón. Tenía una pequeña esperanza de que Cass tuviera la razón.
-Espero que mis padres regresen pronto. Lamento no haber viajado con ellos, hace tiempo que no veo a mis primas desde la coronación de Elsa.
-Una loca coronación, los enredos son de familia.
Ambas chicas comenzaron a reír, Cass se paro a su lado mirando el atardecer en el balcón. Estos últimos días ella había sido la reina, la carga de trabajo era muy grande. Afortunadamente nada que no se pudiese controlar.
De pronto el sonido de una guitarra y una muchedumbre de personas acercándose al centro de la plaza del pueblo.
- ¿Quién es él?
- Su nombre es Once-Ler, es un vendedor ambulante. O vendedor de baratijas. -Cassandra siempre con su actitud sarcástica.
-Vayamos a ver Cass. -La princesa se llevó de prisa a Cassandra para llegar a aquella multitud.
Mientras las dos chicas se abrían paso entre las personas se podía escuchar los comentarios de asombro de las personas.
- ¿Tiene problemas con las pesadillas? Sólo por hoy en un módico precio, adquiera este atrapasueños traído del Bosque Encantado. O quizá un hechizo de amor para unas hermosas jovencitas. También podrá encontrar un remedio, un brebaje a cualquier mal, agua milagrosa Pozo de Lázaro. ¡Vengan y descúbranlo por su cuenta!, sólo en la tienda de OInce Ler.
-Vaya farsante. -Cass seguía de brazos cruzados.
-Vamos Cass, aunque sean falsas, hay cosas muy bonitas para comprar, quizá como regalos.
-Princesa Rapunzel, un gusto tenerla aquí, y estar en tan bello Reino Corona. -Decía mientras se acercaba a ella. – Un regalo de mi parte. -Decía mientras le daba un collar con una piedra singular de color verde.
- Wow, am, gracias, interesante collar, ¿de dónde es?
- Es una joya traída desde la isla de Motunui, la leyenda cuenta que es el corazón de Tefiti, la Diosa creadora de la vida.
-O sólo es una piedra tallada. -Respondió Cassandra sarcásticamente.
- Haha, alguien con carácter fuerte, ¿eh?, toma para ti. -Once-Ler le lanzó una piedra con una runa vikinga. -Quizá sólo sea una piedra tallada, pero combina con sus ojos, alteza. Si me excusan señoritas, debo seguir presentando mis artilugios. Buen día. -Regresó a su puesto.
-Genial… un lunático en el reino. -Cassandra se adelantó para regresar al palacio. Rapunzel se quedó observando las curiosas marcas de la piedra, como si fuera un acertijo.
-Vamos Pascal, debemos ir a la biblioteca. -El camaleón hizo un gesto de aprobación mientras escalaba a su hombro.
Reino de Camelot.
El joven mago Marlín caminaba a las afueras de la ciudad, para ser más exactos, buscando la colina más alta. Cuidando que no fuera visto por nadie. Admiro la Luna y las Estrellas. Era una paz especial esa noche.
- ¡Kilgharrah!, ¡Ven hacía mí! -Merlín espero pacientemente a que el dragón apareciese por el cielo. Hacía más de dos años desde que ese dragón le dijo su destino como mago en la corte de Ray, y su deber para guiar a Arturo por el camino de la paz. Pasaron varios minutos, ¿dónde estaba ese dragón? Merlín vio copos de nieve caer frente a él, se supone que aún no eran épocas de invierno.
-Parece que tu amigo no vendrá. -El hechicero reconoció la voz.
- Hola Jack Frost, ¿viajando nuevamente?
-Vine a advertirte que el dragón no va a venir esta noche, por cierto, no sé porque lo llaman dragón, se supone que es primo lejano de la raza de los dragones, después de todo puede hablar.
- ¿A qué te refieres con eso? Dime, ¿sabes algo de lo que está pasando?
-Sólo se un par de cosas amigo. -Jack decía mientras caminaba de un lado a otro congelando las plantas. ¿Cómo se conocieron?, bien, Jack era un ser inmortal, y siempre se sentía solo, excepto por otros seres iguales a él, sin embargo, había personas poseedoras de magia que conocían de su existencia, sin embargo, la mayoría sólo buscaría interactuar con él para controlarlo y a sus poderes de hielo.
Pero con Merlín todo fue diferente, este joven hechicero nunca usaba sus poderes con fines egoístas, Jack quedó estupefacto al saber que servía al Rey Arturo, al Reino donde podrían quemarlo vivo por ser un ser de magia. Desde entonces era con el único mortal con quien Jack podría hablar, era de ayuda el no tener que lidiar con semi-Dioses o guardianes todo el tiempo.
- Lo único que yo sé es por Arturo, sé que los reinos sajones recibieron noticias de movimiento por parte de Berk.
-Ah sí, a eso iba, amigo. Kilgharrah voló hacía Berk, yo lo ví hace un par de noches, cuando volaba cerca de DunBroch. Probablemente vaya a cuidar de los dragones, no creo que sea para alianza con Berk, después de todo, tú Merlín eres el Dragon Lord*.
- ¿Y sobre las movilizaciones de los reinos?
- Se rumorea que la princesa Mérida de Dunbroch fue secuestrada por dragones, así que culpan a Berk. Pero estoy seguro de que no fue un dragón, cuando estuve por sus tierras pude sentir una energía maligna. Pero Berk culpa a Dunbroch, pues una de sus jinetes fue transformada en una estatua de piedra después de un encuentro con un druida, ¿Cuál era su nombre…? ¡Astrid! !Sí!, esa chica, es la ex novia del hijo del jefe, el cual posiblemente intenten una alianza de matrimonio con la reina de Arendelle.- Jack se quedó pensativo unos instantes. Después continúo con su extensa explicación:
-En fin, todo es confuso, incluso para los inmortales, el semi-Dios Maui anda buscando en todas partes su preciada piedra que han robado a Tefiti. Los guardianes andan como locos planeando formas de mantener las esperanzas en los niños, y los magos tienen cada vez mejores ganancias por el miedo de las personas. Luego un tal Rumpelstiltskin anda haciendo pacos con todo el mundo y…
-Ve más despacio, Jack, es mucha información. Estoy pensando en ir a Berk cuando el dragón regrese, quizá pueda hacer que Arturo y Estoico negocien. Puedo ayudar a esa chica, Astrid. Usaré mi magia.
-Ja, ¿Cómo harás todo eso sin que te acusen de traidor o espía?
-Podré transformarme en el viejo yo de nuevo, y tú, mi querido Frost, me ayudarás.
-Acepto, aunque no sea guardián, me preocupa el bienestar, en especial de los niños.
-Por cierto, ¿Cómo va con todo con la Reina Elsa?
-Ella, bueno, quizá tenga que casarse con el heredero de Berk, y pues yo… ¿qué puedo hacer?, ella nunca me verá ni sabrá de mi existencia. La he cuidado desde que nació, me siento responsable de sus poderes.
- Yo sé que algún día podrá saber de ti, de una u otra forma, has estado presente la mayor parte de su vida y aunque nunca te vio, estoy seguro de que pudo sentirte.
- Aprecio tu optimismo, ahora entiendo como logras persuadir a Arturo.
- Volveré al castillo. Jack, quisiera pedirte un último favor. ¿Podrías mantener al tanto a Mavis?, Necesitaremos toda la ayuda posible. Porque estoy seguro que no sólo será una batalla entre humanos, también será una batalla entre seres mágicos.
-Cuenta con ello amigo. -Jack Frost levantó su bastón y una corriente de aire lo levantó, llevándolo en dirección a Transylvania.
FIN DE LA PRUEBA, EL TITULO Y EL PRIMER CAP PUEDEN CAMBIAR Y SER MAS LARGO, PERO CHICOS, DEPENDE LAS REACCIONES DEL PUBLICO, SI ES QUE LES INTERESA ESTA TEMÁTICA, EL TRAMA, ETC. HAGANMELO SABER 3
Aclaraciones.
*Druida, palabra para referirse a una especie de mago o bruja en la cultura celta, la cual recordemos que son una parte importante en los escoceses.
*Ragnar Lodbrock, existió y fue un vikingo que realizó varias expediciones y saqueos a los pueblos sajones de Inglaterra.
*Merlín… ¿sirviente de Arturo?, prometo que no será complicado, pero quizá tarden en acostumbrarse si es que no han visto la serie de Merlín, pues como dije, Disney siempre pinta a Arturo como un niño del pueblo que tiene una profecía, sin embargo las leyendas dicen que en realidad era hijo del Rey Uther, y si, aunque la leyenda dice que Merlín es más viejo que Arturo, en esta serie es de su edad, esto para hacerlo más entretenido :3 lo cual me fascinó a mí. En la serie relata como Uther, el padre de Arturo, prohíbe la magia y ejecuta a todo aquel que la práctica. Especialmente nombran mucho a los druidas, que eran como los magos de escocia (las tierras altas), ¿Ahora entienden por qué escogí la serie?, pues se lleva mucho con la cultura de Mérida :D
Y de hecho, por la ley anti magia en Camelot xD es la razón de que Merlín actúe como un tonto, asi nadie sospecha de sus grandes poderes y sólo hay una persona en la corte que sabe su secreto y es Gallius, el médico de la corte y ex hechicero.
*Dragon Lord, es en a serie de Merlin el hechicero que posee la habilidad de controlar y comunicarse con la raza de dragones, estos siempre acatarán las ordenes de un Dragón Lord.
