Disclaimer: Pokémon no me pertence, es propiedad de Satoshi Tajiri
Advertencia: AU Escolar, BWHGSSShipping (TouyaxLyra), FerrisWheelShipping (NxTouko), posible OoC
Fic participante Bonus de: Fanfiction Pokémon League Del foro: DexHolders Del Prof. Oak
Rival: Smoking Crow
— ¿Entendiste, Touya? —preguntó frustrado por cuarta vez el profesor Natural al lado del pizarrón.
—No—respondí indiferente por cuarta vez sin despegar mi vista del cuaderno frente a mí y los codos sobre la mesa.
Moraleja: los reforzamientos no sirven. Fin.
—Touya—llamó el profesor con tono de querer darme un sermón—. Sé que ni historia ni matemáticas son tu fuerte, pero eres mi alumno y mi deber es que pases de grado.
Rodé los ojos desviándolos con cierta ironía, crucé mis brazos apoyándolos sobre mi pupitre. Estar solo con el profesor en el salón tratando de enseñarme como Estados Unidos ganó la Segunda Guerra Mundial y funciones cuadráticas un viernes en la tarde no es uno de los mejores planes para iniciar un fin de semana, mucho menos después de todo lo que sucedió en esta.
—Lo que usted quiere es no verme el próximo año—dije con seguridad sin sonar muy agresivo.
—También—dijo con sinceridad sentándose en el puesto a mi lado—, pero por tu actitud, algo malo te ocurrió, ¿no es así?
Bufé. A veces creo que este tipo es adivino por lograr ver los problemas de los demás sin que le digan nada, da miedo. Pero desgraciadamente, tiene razón.
—No me ocurrió nada, profesor—arrastré la última palabra algo fastidiado.
Me miró con una mueca de incomprensión, después de todo, él no es un tipo que se enfada o molesta, es alguien muy pacifico.
Suspiró algo resignado, se levantó del puesto yendo en dirección a la mesa del maestro donde se encontraban sus cosas como perrito que lo acababan de golpear, o sea, arrastrando sus pies lentamente con cara de pocos amigos.
—Conozco el truco, N—dije guardando mis cosas—, no te servirá esta vez.
Con Natural somos vecinos y amigos desde hace años, obviamente aquí guardamos las distancias, me juntaba mucho con él y con una amiga. Cuando ocultaba algo, N siempre lo notaba y me hacía esas mañas para que se las contara, pero no, hoy no caeré.
— ¿Qué truco? —preguntó inocente con suave vos y me miró haciendo un puchero y con ojos de perrito abandonado.
¡Diez segundos! Mi mayor récord de resistencia hasta ahora.
— ¡Está bien! —alcé mis manos exasperado—, se trata de Lyra, ¿feliz?
Lyra, un capítulo de mi vida que espero borrar pronto, no quiero esperanzas de estar con ella, solo olvidar todo. Ya sufrí lo suficiente para entender que el amor no se me da.
Suspiré. Tomé mi mochila ya con todas mis cosas dentro de esta, ignoré a Natural que quería escuchar más de mi problema, pero la verdad, solo quiero ir a casa. Me encaminé a la puerta diciendo un "hasta pronto", pero antes que tomara el pomo, la puerta se abrió dejando ver a una estudiante castaña con ojos azules.
Nos quedamos viendo por unos segundos hasta que hablé—. Hola, Touko—saludé sin muchas ganas—, y adiós.
Ella no respondió, me dejó pasar mirándome extrañada, no le presté atención. Estaba cruzando por el umbral cuando siento algo que me jala devuelta hacía el salón. Veo a Touko sorprendido mientras esta me sostenía del brazo, de un solo jalón me trajo de vuelta, esta chica tiene fuerza.
—Lo siento, pero Natural me pidió que te devolviera.
Suspiré cansado. Estos chicos. Intenté nuevamente irme, pero el resultado fue el mismo, me jalaba dentro del salón. Le pregunté a N que quería, él solo me pidió respuestas.
—No te diré nada, Natural—cerré los ojos contando mentalmente hasta diez—, yo sabré como solucionar esto—lo último lo susurré más para mí que para él.
Comencé a caminar dejando a esos dos detrás de mí. Al cruzar por el umbral los jalones no me detuvieron, solo la molesta voz de Touko—. Falto un par de días y tratas de conquistar a una chica con novio—conozco ese tono de voz, quiere fastidiarme hasta que suelte la sopa.
Giré mi cabeza y la fulminé con la mirada, que sienta mi odio, ella solo me dio una sonrisa ladina. ¡Yo no trataba de conquistarla! Miré a N más fastidiado que antes, pero algo dentro de mí me decía que no fuera jodido y platique con mis amigos lo que sucedió.
Decirles o no decirles, esa es la cuestión.
Suspiré resignado, giré sobre mis pies viendo a los dos con una sonrisa triunfante en sus rostros.
—Los odio—dije a lo que solo rieron un poco. Me senté en el mismo lugar que antes, N y Touko se sentaron en los puestos de mi derecha mirándome con atención y ansiosos—. Todo esto comenzó el lunes...
Lunes
Estaba tranquilamente en mi puesto esperando que las clases comenzaran, recuerdo estar muriéndome de sueño ya que el día anterior hubo un maratón de mi serie favorita. Traté de mantenerme despierto, aunque sea hasta el segundo periodo, pero la necesidad era muy grande. Como me sentaba hasta el último puesto creí que nadie me notaría dormir, aparte de mi compañero de asiento, pero él no estaba, lo malo es que a mitad de la clase el profesor lo notó y me echó del aula.
No sé cuánto tiempo estuve dormido, creo que unos siete o quince minutos, pero el caso es que cuando salí me encontré con ella, no le permitieron entrar por llegar tarde a clases. Lyra estaba a un lado del pasillo, ese era el castigo por llegar tarde y obviamente para mi igual por quedarme dormido. En ese momento lo único que sentía por ella era atracción, después de todo no iba a negar que era linda, al igual que todos los idiotas del salón, pero no pensaba en la castaña más allá que una simple compañera que pocas veces he compartido el puesto.
—Hola, Lyra—saludé con una sonrisa situándome al lado de ella.
—Oh—se sorprendió un poco al verme, por lo que he notado, la castaña siempre tiene la costumbre de perderse en su mente—, Hola, Touya, ¿cómo estás? —me regaló una sonrisa casi genuina, cosa que me llamó la atención.
En ese rato estuvimos hablando de temas triviales, eso sí susurrando, porque si no el profesor alargaba el castigo hasta la tarde. La conocí un poco más, encontrando así una persona muy agradable con un buen sentido del humor y que nunca se le desvanecía su sonrisa, hasta se rió de mis malos chistes.
Cuando terminó la hora, el profesor nos dio una regañada, dijo que debíamos ser más responsables para ser personas de bien en el futuro, después nos dejó ir con la advertencia que a la próxima llamaría a nuestros padres.
Ella se despidió con una sonrisa agradeciéndome por el grato momento, algo que me dejó pensando, ¿qué castigo era agradable? ¿y más si lo pasas con alguien con quien no hablas casi nunca? Yo solo le respondí que no era nada. Con una última sonrisa se marchó por el pasillo, no despegué mi mirada de ella hasta que la perdí de vista. Por aquel entonces solo la veía como una amiga nueva.
—Oww... ¡Qué lindo! —comentó Touko emocionada al dar pausa a mi relato.
—No le veo el problema, se supone que solo es una amiga—comentó extrañado N dándole una mascada a una galleta con chispas de chocolate.
Tomé una galleta del paquete que estaba sobre la mesa, cortesía de Touko.
—Espera, pronto vendrá el salseo.
Martes
No había pasado mucho en la mañana, seguía igual de despierto que el día anterior, por lo que tuve problemas, pero afortunadamente el profesor no se dio cuenta hasta el final de la hora. Maldigo quien me haya dejado con el mismo profesor dos días seguidos en la mañana.
Bueno, con tal que a la hora del desayuno me encontré con Lyra, quien para variar había llegado tarde. Como en ese momento estaba sola me invitó a acompañarla al comedor a pedir su desayuno, no le veía el problema así que acepté. Hicimos la fila, bla, bla, bla, jugo con hielo en un día helado, un clásico.
Me llevó hasta una mesa a través de toda la multitud de estudiantes que en ese momento estaban casi congelándose, al sentarnos me di cuenta que estaba en territorio desconocido, quiero decir, sin darme cuenta me senté con las amigas de ella que se me quedaron mirando con curiosidad. Una parte dentro de mí se sintió decepcionado. Lyra con una sonrisa me presentó ante ellas como un amigo reciente.
¡Solo empezamos a hablar ayer! ¿Cómo es que presentas a tus amigas un desconocido?
Solo eran dos chicas: si no mal recuerdo la azabache de cabello largo se llamaba Dawn y va en el mismo curso que yo, pero en el grupo B, esta me saludó con una sonrisa. La otra era de cabellos color miel atados a una coleta y ojos celestes, esta solo tomaba su desayuno sin prestarme mucha atención. ¿cómo se llamaba? ¿Selena? ¿Serene? Empezaba con "S", va en el mismo grado que Dawn y al parecer no era muy sociable. Le dediqué una sonrisa para inspirar un poco más de confianza, si lo habré logrado lo perdí el viernes.
—Como odió a esa tipa—espetó cruzándose de brazos Touko mirando fastidiada a un punto de la habitación.
—Eso no te da derecho a interrumpir mi historia—dije comiéndome la última galleta del paquete—. Se acabaron las galletas.
—Voy a comprar—dijo N levantándose de su asiento y dirigiéndose a la puerta. Al salir, Touko comenzó a parlotear.
— ¡Dawn estaba detrás de Natural casi todo el tiempo, siempre ligando con él! —se quejó con el ceño fruncido—, casi me lo arrebata.
— Estas exagerando—rodé los ojos—, aun así, el profesor hippie te escogió a ti, ¿no? —reí por lo bajo. Touko se sonrojó desviando la mirada—. ¿Qué pasó para que no consiguiera su objetivo? —indagué curioso, aunque creo saber la respuesta.
—Tuvo un accidente, dejándola por lo menos dos meses y medio fuera—se cruzó de brazos cerrando sus ojos soltando un suspiro.
La puerta se abrió dejando entrar a N con una bolsa plástica en su mano derecha, cuando ya se sentó reanudé mi historia.
Las tres hablaban animadamente mientras comían el pan con queso que entregaban junto al jugo. Lyra conversaba con una sonrisa y riendo de vez en cuando. Lucía muy linda.
— ¿Qué te gusta hacer? —oí preguntar a la azabache dirigiéndose a mí—, este... ¿Toyi?
—Touya—corregí—, y pues...
—Le gusta dibujar—dijo la castaña sonriendo tomándome por sorpresa.
Asentí con la cabeza lentamente con los ojos levemente abiertos, casi nadie del curso sabe eso, en su mayoría porque estoy durmiendo o porque suelo dibujar en la azotea o simplemente no tengo a ningún compañero de asiento que me moleste.
¡Esta chica es telepática!
La castaña rió con suavidad, parecía la brisa del viento en el mar. Era algo tan encantador de escuchar, pero duró poco, al segundo se dejó escuchar la campana obligándonos volver a la tortura, digo, a clases.
Lyra se despidió de sus amigas hasta el próximo recreo, luego nos dirigimos al salón donde nos tocaría matemática. Mientras caminábamos por el pasillo, ella canturreaba una canción muy feliz, yo solo iba con mis manos dentro de los bolsillos del pantalón, hacía un poco de frío después de todo.
—No las había visto en mucho tiempo—dejó salir casi llegando al salón logrando que dirigiera mi visión hacía ella fijándome en su cabeza gacha.
Su mirada reflejaba nostalgia al igual que su sonrisa, ahí caí en cuenta de algo: Lyra había sido transferida el año pasado a nuestro curso, antes estaba en el de esas chicas. Algunas veces se la veía deambulando sola, en especial en estos últimos meses.
— ¿No habías podido verlas antes? —pregunté curioso, pues, en el transcurso del tiempo tuvieron que haberse juntado.
Ella negó con la cabeza—. Serena falta mucho a clases, debido a problemas familiares ademas que su familia no está aquí—se detuvo frente a la puerta del aula abriéndola para los dos, al entrar nos sentamos juntos solo para poder conversar un poco más—, sobre Dawn, pues, es todo lo contrario, es la chica más aplicada que podrías conocer—comentó con orgullo.
—Algo que a ti te falta—comenté casi riéndome.
Ella frunció el ceño sonrojándose un poco, lograba verse más tierna que intimidante, pero al poco se relajó lanzando una pequeña risilla, como si fuera la brisa del mar.
—Bueno—retomó—, Dawn hace poco... tuvo un accidente—su semblante ensombreció, miraba fijamente a la mesa, al parecer, recordando lo sucedido—, estuvo en el hospital por más de dos meses...
No sabía muy bien cómo reaccionar, no soy una persona muy empática que digamos, lo soy más con mis pares, pero con una chica que no me hablaba hasta ayer me cuenta que una de sus mejores amigas posiblemente casi muere —creo yo—, no sabía cómo reaccionar.
Abrí mi boca para soltar algo, lo que sea, pues un silencio incomodo se había plantado a nuestro alrededor. Bendita sea la suerte que en ese momento entró la profesora, dejando un poco el tema de lado, me dirigí a mi asiento correspondiente al lado de la ventana, como ella dejó asignado a principio de año.
La hora pasó con rapidez, más de lo normal. Como sea, en toda la hora no podía dejar de mirarla, aun no sé como pero cada vez que trataba de pensar en otra cosa mis ojos ya estaban posados en ella. ¡No lo entiendo! Aunque, la verdad es que me preocupaba...
Cuando me dirigía a la puerta ella se me acercó con una sonrisa a lo cual respondí con la misma acción. Nada más salir por completo nos encontramos con sus amigas esperándola. Mirándolas detenidamente no parecían tener los problemas que me había contado Lyra, en especial Dawn, ella estaba con una sonrisa mientras conversaba con Serena
—Hola, chicas—saludó la castaña.
—Hola, Lyra, Toyi—sonrió Dawn con algo de malicia en mi "nombre".
—Touya—corregí sonriéndole de vuelta.
—Vamos pronto a la cafetería, ¡están regalando pan! —dijo Serena ansiosa y hambrienta, a lo que sus amigas asintieron con una sonrisa nerviosa.
—Bueno, que les vaya bien—dije con la intención de irme a juntarme con mis amigos.
Lyra hizo un pequeño mohín, pero al segundo volvió a sonreír. Me pareció tan dulce. Inconscientemente llevé mi mano a su cabeza acariciándola suavemente susurrando un diviértete haciendo clara alusión de que pasara más el tiempo con sus amigas que con un compañero de clases que ve todos los días.
Me miró con sorpresa, sus mejillas se pintaron levemente con un tono carmesí sin que se diera cuenta. Me di media vuelta y me fui dándome cuenta de lo que había hecho. Si hubiera estado frente a un espejo de seguro habría visto un tomate con cabello castaño.
— ¡Está historia me da diabetes! —comentó Touko emocionada mientras comía una galleta de relleno.
—Entonces no comas tantas cosas dulces—dije en tono de broma riéndome un poco.
Ella me fulminó con la mirada para luego reírse conmigo.
— ¿Cómo fue que te enamoraste en una semana? —preguntó incrédulo Natural mientras sacaba una galleta del paquete.
—Yo me pregunté lo mismo—contesté con sinceridad—, después me di cuenta que fue en menos de una semana haciéndolo todo más triste.
— ¿Qué pasó después? —Touko era la más interesada porque es la más chismosa, y porque no estuvo por tres días.
—En esa tarde, mientras me dirigía a casa me encontré con Serena—dije mirando al techo—, me dijo que, Lyra, ya tenía novio...
